+18 capitulo 77
La mirada verde esmeralda no dejaba de mirar la apariencia de su esposo, esos cuentos puntiagudos en su cabeza o esa cola traviesa que acaricia su cuerpo desnudo.
Leonardo se encuentra fascinado y frenético por querer montarlo y sostenerse de esos cuernos, mientras mueve sus caderas de arriba abajo sobre el erecto y duro miembro de su esposo. Pero antes de eso quiere jugar un poco.
Lukyan estaba igual o más emocionado que su esposa, su boca no deja de babear al ver en la manera que Leonardo, está sentado en cama con sus piernas de par en par, no estaba haciendo ni el mínimo esfuerzo por ocultar ese lugar íntimo.
Quiere embestir ese cálido interior de una sola estocada, pero Leo está castigado un poco a su esposo. Lo está seduciendo de diferentes maneras, Lukyan quiere tocarlo con sus manos y cuerpo. Pero se encuentra atado.
Atado de las manos y de su miembro, con un cordón rojo para evitar que se corra sin permiso de su esposa, eso lo estaba haciendo perder la razón y jadeaba como un animal en celo.
Sus manos están amarradas con una cuerda que cuelga del techo, sus pies apenas tocan las sábanas de la cama. No es como si no se pudiera saltarse, el quería estar así. Apreciando en la forma que Leo, se masturba.
Ver las expresiones en el rostro de su esposa, o esos gemidos salido de esos hermosos labios, era lo más maravilloso para Lukyan. Quería seguir viendo como esos dos se van adentrando en es pequeño lugar, ver cómo se expanden para recibir su miembro en su debido momento.
—Limpiarte la saliva—Se burla—Eres como un perro en vez de un sexy e imponente demonio.
—Como no babear, te vez demasiado caliente—No creó poder soportar seguir así, quiero tocarlo.
Su cuerpo se ha vuelto más caliente y sexy desde que dio a luz a los gemelos. Esas seductoras caderas me traen loco o esa jugosa bebida que se está desperdiciando es subliminal. Quiero hacerle de todo y dejarlo sin sin aliento.
Tantos días en abstinencia me la vuelto raro, estoy seguro que ya me hubiese venido si mi pobre cosa no estuviera atada de esa manera. Porqué ver a Leo masturbándose es una cosa hermosa.
—Quiero meter mi lengua en ese lugar, hacerte gritar que pare—Sus ojos se volvieron oscuros—Provocar una excitación que te haga sentir muy avergonzado—Sonrío malvado.
Leo se estremecio al ver esa lengua lasciva, era un poco más grande, todo indica que se ha vuelto más grande al tomar la aprecia de un demonio.
—Ven—Se para más sus piernas—Puedes hacerme todo lo que quieras....¡Uhg!
Lukyan tenía su rostro entre mis muslos, no era mentira cuando dijo que quería meter su lengua en ese lugar, esa cosa no era una lengua, era demasiado larga para que llegara en los lugares más profundos de mi interior. Presionando mis suaves paredes.
—L-Lukyan...Mnhg~
Leo gimió y se aferró de los cuernos de Lukyan, este estaba apretado, machacado, sacudido como una fruta al querer bajar del árbol por la fuerza, de esa forma están tratando el punto dulce de Leo.
El más joven sentía que podrá morir de placer, sus dedos de los pies se encorvan hasta el punto en que podrían romperse en cualquier momento.
Quería venirse pero Lukyan lo está impidiendo, el mayor tenía agarrado fuertemente el miembro tembloroso de su esposa. Quería que Leo, se viniera solo con la parte de atrás.
—Lukyan...Aaaah~.
No metía cuando dijo que me haría enloquecer, lo está más que logrado, no puedo pensar en nada. Solo me toca embriagarse con una sensación que ni la droga puede provocar.
—E-Esposo—Jade—¡Justo ahí, esposo!...demonios que bien se siente.
Esos ojos verdes esmeralda son un desastre total, al igual que lo es su interior que está apoco de soltar todo lo que está reteniendo.
Mi cuerpo se está poniendo extraño, no es una exageración decir que mis pezones están dejando salir ese líquido blanco, la comida de los gemelos se estaba desperdiciando.
—¡Aaghm~!—Mis piernas temblaban cómo lo hacía ese pequeño lugar, era un tanto vergonzoso verme de está manera.
Lukyan había soltado el miembro de su esposa, en el momento justo. Sus ojos azules presenciaron la cosa más maravillosa que haya podido ver.
Leo parecía una cascada humana, había pasado tal cual como lo que quería Lukyan. De ambos lugares, para el mayor, era una de las tantas maravilla de su mundo.
—¡Eres un maldito idiota!—Le mete un puñetazo—Pero se sintió muy bien, un excelente inicio para la gran abstención que hemos tenido estos últimos días, meses.
De igual manera su bello rostro se encuentra sonrojado, habían experimentado de todo entré los dos. Pero ésto seguía siendo vergonzoso para Leo.
—¿Quieres ser castigado?—En su mano apareció un látigo.
Lukyan se estremeció y una sonrisa extraña apareció en su rostro. Recordado los momentos cuando Leo, se había comportado tan genial.
—Mentira si dijera que no—Como un perro su cola empezó a moverse con emoción—Pero abstenerse por hoy —Se sienta en la cama, sube a Leo en su regazo—Por hoy, solo montarme—Quita la cuerda de su miembro—¿si?
—Amgh~
Lukyan chupa los pezones de Leo, haciéndolo temblar en ese lugar privado el cual se frota ansioso con el miembro emocionado de Lukyan.
—Uhg~
El mayor gimió al sentir las cálidas paredes del interior de su esposa, arrullar su duro miembro. Se sentía tan bien, que tenía miedo de venirse solo por sentirlo.
Tuvo que tener un gran autocontrol para no parecer un adolescente precoz, quería venirse luego de ultrajar duramente las zonas sensibles y débiles de su amado esposa.
—No los chupes tanto.—Se queja.—Ya deja de hacerlo—Lo fulmina con la mirada.
Leo intenta alejar a su esposo de la comida de sus pequeños, pero Lukyan, los chupa con más intensidad, enviando espamos por todo el cuerpo de su jadeante esposa.
—Los gemelos estarán molesto...aahh~
Lukyan está moviendo sus caderas, mi interior se contrajo, sigue sensible. No quiero pero no puedo evitar temblar como gelatina. Aquí engañó, me fascina hacer el amor con mi esposo.
—Tienen sus mamilas—Lame sus labios—Yo también tengo el derecho de saborear todo de ti, amor mío—Lame nuevamente los pezones.
Leo se enloquece cada vez que su esposo, pasa esa lengua por sus pezones, hay una sensibilidad que lo hace perder la razón, tanto que sus caderas se han empezado a mover por si solas. En busca de más placer del que ya está sintiendo.
—Te amo esposa—Sonríe feliz—Gracias por dar a luz a dos pequeños diablos—Deja marcas por todo el cuerpo de Leo—Te vez tan hermoso que solo verte me pones tan duro. ¿Sabes lo difícil que haciendo contarme todo este tiempo?
—Lo sé—¿Como puede volver más grande?—No podías ocultar tus expresiones...Mhgm~—Me volveré a venir si sigue frotándose con ese lugar.
—Y tu me seguías seduciendo con estas hermosa caderas—Masajea el bonito y redondo trasero de Leo.
—¿No estoy gordo?—Lo ve fijamente.
Luego de dar a luz mi cuerpo cambio un poco, mis caderas se volvieron un poco más anchas, pero sin perder la sensualidad.
—No—Estoy llegado a mi límite, quiero correrme dentro de mi esposa—A mis ojos eres y seguirás siendo la persona más hermosa y seductora.
—Te amo—Dejo caer sus labios sobre los de Lukyan.
Ya no dijeron más palabras y solo dejaron que sus cuerpos hablarán por sí solos con sus toques, caricias. Y la manera en que llegaban al clímax, perdiéndose e intoxicados en un inigualable y ardiente placer que sus cuerpos unidos dejaban salir.
Solo se detenían para tomar aire y agua, de hay de nuevo comenzaban otra y otra, otra, otra, y otra ronda hasta que sus cuerpos quedaron sin fuerza y la madrugada se convirtió en las 11 de la mañana. Solo se levantaron para desayunar en familia, mientras los gemelos crucificaron con la mirada a su apestoso padre, roba mamá.
Si, los gemelos estaban planeando como hacerle pagar a su padre por verse robado por tanto tiempo a su mamá, y por verlos dejado sin comida por un buen rato.
Estuvieron tentados a golpearlo con sus poderes que aún no sabe controlar del todo, me se abstuvieron porque sabia que por el momento no son rivales para Lukyan y que Leo podía castigarlos sin importar que solo tengan solo unos meses de nacidos.
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