Cartman x Reader
Escritora
Es un shot que tenia guardadito, me lo releí un par de veces y tome valor para subirlo,como que me enamora (?) espero que les guste, pronto viene uno de Kyle :3
Narra T/N:
Era uno de esos días en los que los preparativos me tenían ocupada, todo tenía que salir perfecto, después de horas frente al espejo se acercaba la hora de la gran fiesta.
Al llegar todo eran luces y trajes elegantísimos de noche aunque predominaban de colores oscuros, parecía que brillaran todos en un interminable desfile de color y luces, las copas se llenaban del espumoso vino blanco que, delicioso pasaba por la boca de todos los invitados, comencé a pensar...
"Te has tardado ya, seguramente pronto llegarás.
Hice este viaje por la fiesta, pero sobre todo porque sabía que vendrías, aunque sólo sea de un día, valdrá la pena si puedo pasarlo contigo...¿Qué te atrasa tanto en llegar?..
Las charolas van y vienen con los platillos de la cena, té estas perdiendo de un manjar."
Y así siguió pasando el tiempo... sin que otra cosa pudiera alejarte de mi cabeza.
"Aunque no vengo sola, siento como si las miradas se posaran en mí como si supieran que te estoy esperando, presiento que no vendrás, ¿Cómo puedes dejarme plantada?
Todos los que se acercan para pedirme una pieza regresan sin conseguirlo, no me importan sus halagos ni me siento bonita, al contrario, cada minuto que pasa me siento como una idiota esperándote, quisiera desquitarme y aprovechar las ofertas de otros chicos, pero en el fondo de mí no quiero, tu poco interés solo me desmotiva, después de todo yo nunca admití que vendría por ti, yo soy un invitado más y así lo manejé siempre, después de todo, creo que si bailaré un poco..."
..."No esperaré mas, sé que no vendrás y ya me canse de la fiesta, ya baile un rato y creo que es mejor que regrese al hotel..."
Regresamos varios al hotel y después de algunos comentarios en torno a la majestuosa recepción decidimos irnos a descansar.
Al entrar al cuarto pareciera que las piernas me pesaran de cansancio y por todo el vino que tomé...solo prendí la luz del pasillo, mientras todo lo demás estaba casi a oscuras, me quité las zapatillas y las aventé a algún lugar del cuarto.
Mi cabello estaba ligeramente sujetado por prendedores que solté y que luego cayó sobre la espalda descubierta, no recordaba haber visto antes una botella de vino y copas en el mueble del pasillo.
Acabando de quitarme todos los accesorios tomé mi largo vestido y di una o dos vueltas recordando las piezas del baile, como me hubiera gustado bailar contigo... Quizá haya sido el vino el que me provocó esos cambios de humor, así como empecé a reírme, luego me detuve de golpe y pegue con mí pié descalzo en el suelo con solo recordar que nunca llegaste...
Me enfurecía pensar que me arreglé tanto en parte por la fiesta, pero sobre todo por ti...dejé caer el vestido hacia el suelo y quedé en ropa interior.
De pronto, una voz al fondo del cuarto me sorprendió realmente.
- Mas que sexy, eres graciosa...
Traté de buscar en la oscuridad del cuarto a la voz que me hablaba, pero no podía recuperarme de la impresión, con las manos tapé mi cuerpo, entre la luz tenue de las cortinas ahora podía ver sobre el sillón una figura, estabas sentado ahí, con las piernas cruzadas observándome, lo más que pude decir fue:
- Pero, ¿Cómo te atreves a entrar así?
- jajaja, ¿Te asuste? Deberías desvestirte mas despacio...
(Odio tu actitud, sarcástica, burlona, como si estuvieras tan seguro de lo que me provocas, no me agrada que tengas la razón.)
- ¿Que haces aquí? ¿Se te perdió tu cuarto? Porque quizá no te hayas dado cuenta que aquí no es la ventanilla de información...
(Demonios, no recuerdo donde está el apagador de luz, no puedo verte claramente y en cambio tu tienes una clara visión)
Tomé mi vestido rápidamente y lo puse sobre mi cuerpo, luego traté de distraerte.
- ¿Se puede saber porque no fuiste? Varias personas preguntaron por ti...
Cuándo prendí la luz pude ver que estabas vestido como de fiesta, ¿habrás ido y no me di cuenta?
- De pronto no me dieron ganas de ir, es todo. Pero pensé en invitarte a pasear por la playa, algo mas tranquilo, pero cuando llegué ya te habías ido.
¿Sería posible?, No te será tan fácil que olvide el plantón, seguramente son excusas.
- ¿Ah si? ¿Y porque vendrías a buscarme a mí?
- ¿Sabes? ¿Si perdieras el habla, sería un gran regalo para la humanidad, de todo tengo que darte explicaciones? ¿No es suficiente que te haya esperado tanto tiempo en lo que tu te creías Cenicienta bailando?
- No te acerques!!!!! ¡¡¡¡Ni se te ocurra levantarte hasta que me ponga una bata!!!!
- jajaja ¿Crees que hay mucho que pueda ver?
- ¡¡¡Quédate ahí!!!!
Corrí al baño para ponerme una bata, me sentía completamente nerviosa y confundida, no comprendía que motivo lo traía a mi cuarto, a esta hora, pero lo que fuera, sería mejor que me calmara y no notara mi duda...
Salí del baño y disimulando me acerque al tocador, mientras cepillaba el cabello podía verlo por el espejo, veía hacia el mar y, en ese momento me hubiera gustado tanto saber en que pensabas...
- ¿Cómo estuvo la fiesta?
- Bien, no entiendo porque no fuiste
- Me arrepentí a última hora, hay demasiada gente y ruido..
- ¿Entonces para que el viaje?
- Lo tomo como vacaciones... ¿ya terminó el interrogatorio?
- Si no vienes a hablar, entonces ¿a que viniste?
- Eres casi insoportable, aparte de lo poco sexy y poco inteligente...
- ¡Aparte vienes a insultarme!!!!! ¿Porque no te largas de una vez????
No me moví del mueble, caminaste hacia la puerta y pensé que saldrías pero solo cambiaste de lugar.
- ¿Siempre crees lo que te digo? (el tono de su voz era suave, casi gentil y en su mirada algo había cambiado)
- ¿Porque dudarlo? Siempre eres tan grosero conmigo.
- ¿Es lo que opinas?
- Pues no estoy mintiendo, o, ¿quieres decir que lo que hablas siempre es broma?
- No importa tanto lo que diga, lo que me sorprende es que todo lo creas o tomes tan en serio...
Me desconcierta tu actitud, tan solo tenías que contestar un si o un no, ¿será acaso que lo que dices es lo contrario de lo que quieres decir? A veces me da esa impresión, te observo mientras caminas alrededor del cuarto, te quitaste el saco y lo dejaste sobre un sillón. ¿Porque no se iba? Seguro que si quisiera ya se habría marchado, luego volteó a verme y descaradamente recorrió mi cuerpo de arriba a abajo, yo traté de no sonrojarme, no le daría ese gusto, pero instintivamente crucé mis brazos.
El se apartó y dio un vistazo entre las cosas encima del mueble.
- ¡¡Diablos contigo!!! ¿Ahora que buscas? ¿Se te ha perdido algo entre mis cosas?
Me miró fijamente y yo sentí como me enrojecía completamente.
- ¿Sabes que creo?, (el tono de su voz era muy suave) que eres caprichosa, espantosa, poco inteligente, egoísta.
No sabía que hacer, ni que pensar, si las palabras que decía o el tono en que lo decía o la expresión de sus ojos, como si lo que dijera no tuviera nada que ver con lo que parecía su expresión.
- De hecho, eres la mujer mas horripilante que jamás pensé conocer...
Mientras lo decía caminaba en círculo alrededor mío, yo no giré para seguirlo, era mucha mi confusión porque a pesar de lo que me decía yo sentía que era lo contrario de sus palabras, me enrojecí aún más.
El ya estaba detrás de mí y yo realmente me sentí muy nerviosa, me eran muy familiares los modos casi groseros que él tenía conmigo y el aparecer así, tan diferente solo me hacía sentir insegura.
De pronto, sentí sus manos en mis hombros y para mí fue un shock, pero su voz siguió suave, muy suave.
- Eres tan fea que quisiera tenerte lejos de mi vista por siempre ( al tiempo que lo decía una de sus manos retiró mi cabello dejando descubierto el cuello...me tenía sorprendida.
- No quiero ver, ni saber nada de ti... (sentí un escalofrío enorme cuando sus labios se posaron en mi cuello muy ligeramente, sin ser siquiera un beso)
Me sentía completamente rígida, y él con la mano que no sostenía mi cabello se posó en mi cintura y muy suavemente recorrió parte de mi vientre, muy despacio me jaló hacia él hasta que mi espalda tocó su pecho, me esforcé por mantener un ritmo de respiración, pero era marcada y sentía que mi corazón se salía del cuerpo, muy despacio y casi en murmullo me dijo muy cerca al oído:
- Cuando te conocí, pensé que si existían los monstruos y seres horribles.
Desde que sentí sus manos en mi cuerpo la mitad de mí quería voltear y abofetearlo por su atrevimiento, pero la otra mitad me lo impedía, siempre soñé con que me hiciera su amante y ahora ni siquiera podía moverme.
Ahora que había acomodado mi cabello de lado tenía las dos manos en mi cintura mientras rozaba con sus labios mi cuello y parte de la oreja, poco a poco, el deseo de que me tocara se hizo irresistible, todo mi cuerpo estaba erizado y mi ropa interior estaba completamente húmeda...
- ¿Puedo acariciar tu horrible cuerpo? Nunca tendré la oportunidad de tocar a una mujer tan fea otra vez. (su voz era tan suave y yo no quería decir que no)
- ¿Puedo? (sus palabras casi inaudibles, me imagino lo difícil que sería para el arriesgarse a un rechazo)
- ¿Tu deseas que lo haga? (continuó)
- Yo.... Yo ... ( podía sentir su cálido aliento en mi piel y las palabras no salían de mí. ..si, ..si quiero.
Me tomo de la mano y caminó lentamente hacia la cama, pero antes de llegar no pude continuar y me detuve, ¿qué estaba haciendo? Él volteó a verme y sonrió.
- ¿Miedo?
Como pude asentí, el tomo mi cara suavemente y me acercó a su cuerpo.
- No tienes porque, no te haría daño. ( Me abrazó casi tiernamente para luego encontrar su boca en mi cuello pero ahora con los dientes mordiendo y rozando la piel que hacía estremecer mi cuerpo.
Poco a poco, mis manos recorrieron sus brazos mientras él dejó caer mi bata, luego me tomo de la cintura y me acercó mucho a su cuerpo, con la otra mano me acariciaba hasta que llegó al sostén, mis pezones estaban tan duros que parecían salirse de la ropa, con la palma de la mano rozó uno de ellos suavemente para luego meter su mano entre la ropa y sacar uno de mis senos al que acariciaba y jalaba del pezón, las piernas me temblaban y por más que intentaba no podía detener los gemidos que se escapaban de mi boca...
Con un solo movimiento el sostén voló lejos y sentí como su boca hambrienta se aferró a uno de mis pezones mientras con el otro brazo me jalaba de la cintura hacia arriba de tal forma que mi pecho quedara muy cerca de su boca, con su altura y fuerza no le costaba ningún trabajo levantarme como si fuera de trapo.
Al tiempo que mordisqueaba, lamía y succionaba mis senos sin descuidar ninguno de ellos fue acomodándome de espaldas sobre la cama, ahora con las manos libres, literalmente desgarró mis panties a lo que protesté con un golpe suave en su pecho, pero solo se rió mientras de rodillas se quitó la camisa dejándome ver su pecho descubierto, siguió desnudándose y casi para terminar sentí el fuerte impulso de sentarme y cubrir mi cuerpo, puse mis piernas hacia mi pecho y le di la espalda, me preguntaba si quería hacer esto realmente...
Pude sentir como se acercaba sobre la cama y muy cerca del oído pero sin tocarme dijo en voz baja:
- ¿No quieres verme? (La piel de mis brazos se erizo al escuchar su voz tan ronca, como decirle que no era eso)
Se sentó justo detrás y pasó sus piernas a cada lado de mi cuerpo, su calor y su piel estaban sobre mi espalda, tomo mis manos y las puso encima de sus piernas.
- Tócame entonces si no quieres verme (Movió mis manos sobre sus piernas) ¿o tampoco quieres tocarme???
Su comentario me hizo enojar de pronto, pero lo olvidé al tiempo de tocar su piel.. subí y bajé mis manos despacio tocando cada parte de sus muslos hasta donde alcanzaban mis manos ... él puso sus manos sobre mis piernas también y comenzó a imitarme.
Cada movimiento que yo hacía él lo repetía, hacia el interior de sus piernas o hacia afuera...estaba tan atenta y mis nervios en tensión porque anticipadamente sabía el movimiento que haría eco del mío hasta que sin darme cuenta mis manos de detuvieron y las de el siguieron solas hasta que llegaron arriba entre mis piernas, estaba completamente mojada y sus dedos comenzaron acariciando y luego entrando en mi vagina lentamente primero uno, luego dos, jugueteando con mi cuerpo y haciéndome estremecer, gemí varias veces, no podía evitarlo y dejé caer mi cuerpo sobre el suyo, mi cabeza apoyada en su hombro y mis manos sujetando sus brazos, de pronto mordió mi cuello fuerte esta vez sentí como la descarga pasó por todo el cuerpo...
Después de un rato hizo que me acomodara a horcajadas sobre él y se deslizó dentro de mí no pude mas que gritar al sentir el contacto y la lucha de su pene queriendo entrar, es tan grande como esperaba, quizá mas...
El no se movió, solo siguió jugando con mi cuerpo, mas bien era yo quien se movía impulsada por el desenfrenado deseo de llegar al clímax, pero antes de lograrlo me saco, abrí los ojos y solo sonrió.
- Es mi turno.
Me colocó sobre mi espalda y me sujetó de los tobillos, luego me alzó y con la mano libre puso una almohada debajo de mi cintura sus manos ahora en mis rodillas, entonces entró de nuevo y esta vez lo hacía con fuerza y lo mas profundo que podía, sin dolor pero muy intenso, entraba y salía, luego me dejó abrazarlo con las piernas mientras que sus movimientos balanceaban mi cuerpo que de vez en cuando se incorporaba para alcanzar su pecho al que gustosa besaba, pronto me sentí lista para el clímax...
- No te detengas... (dije casi en súplica, él sonrió)
Y no lo hizo. Mi orgasmo fue enorme, golpeante, intenso... pero sin recuperarme por completo me sujetó de las piernas y me hizo voltear bocabajo, me tomó de la cadera para levantarme, aventó la almohada y racargó su mano en mi espalda para que yo bajara hasta tocar la cama, esta, una de mis posiciones favoritas... volvió a entrar... y entraba y salía con tanta fuerza y rapidez que le hizo falta sujetarme fuertemente de la cadera para engancharse tal y como lo logró, me movía tanto que me incorporé para detenerme con las manos sobre la cama, después de un rato, sentí como me venía otra vez, intensamente y grite y gemí tanto como pude...
Cuando el se venía, sacó un poco su pene para que parte de su semen saliera de mi vagina y chorreara afuera y adentro simultáneamente, lo que quedó afuera empezó a escurrir en mis piernas hacia abajo, aún caliente, su leche llegó casi al cobertor...
Nos dejamos caer sobre la cama por un rato, luego destapó la botella y brindamos con el espumoso vino, no sé si él brindó por algo en especial, pero yo brindé en silencio por el bendito viaje que me dejó ese encuentro de locura.
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