Aunque me tenga a mi mismo encerrado en mi propia mente, aunque mis pulmones se vacíen antes de anunciar mi grito, aunque esté de luto por sepultar mis pensamientos, aunque me canse de convencerme de que estoy bien en silencio, aunque no encuentre con qué personalidad hablar, aunque me muera de ganas de respirar aun sin poder, necesitaré despertar al otro día para saber si volverá a ser igual.

Quizás la forma en la que me maneje no sea la mejor, quizás no soy lo que debería de ser, puede de que mi manera de sentir, me termine matando, se que moriré consciente de que pude ser como querían que fueran conmigo, al menos sabré que no fui como los demás.

Nunca quise ser corriente. Nunca desee ser o tan solo parecer a alguien más. Deje de idealizar muchas cosas, para seguir sanando el niño que aun sigue sobreviviendo en mi. Quizás ese niño me deteste, pero él y yo sabemos que nos necesitamos, aunque sea para discutir, para llorar por el otro, para ser la conciencia del otro, para ser el enemigo del otro.

Quizás no cuido bien a quienes amo por mi falta de cierta paz. Quizás me descuide para mantener a flote a otros. Aunque parezca mentiroso al desearme amor. Puede de que no esté hecho de lo que debería, pero se que desde cierta forma, me he podido enorgullecer aunque nadie estuviese allí para notarlo.

Quizás ame más de lo que alguien común debe de amar. Quizás extrañe de más a alguien que aun está conmigo, pero es para no extrañarlo cuando se vaya. Quizás te necesite más de lo que pude haber deseado y necesitado alguien en el pasado. Puede de que nunca entiendas lo que sería capaz, para tan solo mostrarte mi amor.

He aquí un grito, he aquí un sueño profundo.

Fin.