Prólogo

DIEZ AÑOS ATRAS
CAMPAMENTO ALMA

(Los niños tienen trece años)

—¡Cállate! —La voz de Ely resuena en todo el lugar.

Jem llora sin parar por todo lo que ha sucedido. Estamos encerrados en una carpa esperando nuevas órdenes, terminando de colocarnos el uniforme.

Amarro los cierres de mi camisa mientras Jem y Ely quieren golpearse entre ellas. Busco entre las cosas que nos entregaron, las armas que van en el chaleco, pero no hay nada. Supongo que los Bethas no confían en qué unos niños las tengan.

—¿Cómo puedes ser tan insensible? —Jem le pregunta a Ely.

Jem puede ser visualmente la más delicada y apartada. La doctora C decía que era la que más se podía influenciar con facilidad, lo que sea que eso signifique. Eso no quita que sea peligrosa, sabe cómo crear las mejores trampas para atrapar a cualquier objetivo.

—La doctora C está muerta —Jem sigue hablando. Supongo que espera que Ely sienta algo por ese dato.

—Y nosotros no. —Ely sigue firme—. Fuimos preparados para esto, no lo arruines.

Los gemelos C y D, las separaron. Aunque eso no evita que sigan gritando entre ellas, el grupo de Bethas que nos vigila se ríe.

No los culpo, están haciendo un espectáculo en medio de las cenizas de lo que hace unas horas era nuestro hogar. Bueno, creo que no era nuestro hogar, sino nuestra cárcel.

No solo han destruido este lugar, sino que también nos enteramos de que somos parte de un proyecto secreto de este campamento. Los Almas* nos ocultaban, pero siempre nos cuidaban; aun así no debían tener niños.

Le escuché decir a uno de los Bethas* que de todas formas todos los Almas iban a morir por tener niños en el campamento porque esa es tarea del Campamento Flecha; deben supervisar la población infantil. Que la mayoría sobreviva.

Los humanos perdimos la capacidad de reproducción con el tiempo, reduciendo nuestra población. Seguimos aquí gracias a la tecnología.

Con los años y muchos experimentos fallidos, la humanidad logró adaptarse; aún hay bebés, pero solo en un laboratorio y gracias a una incubadora.

El caos que lo cambió todo es el resumen para referirse a las guerras, contaminación, armas nucleares y otras cosas que hicieron nuestros ancestros.

Los humanos en la actualidad estamos separados por campamentos para poder sobrevivir. Aquí se crea toda la medicina, están los mejores científicos y las mentes más brillantes. Se hace la inseminación artificial y luego son trasladados al Campamento Flecha. El Campamento Alma es un laboratorio. Bueno, era.

—Deberías comenzar a cambiarte —susurra Luke.

Lo primero que veo es su melena rubia brillante, levanta su rostro y el habitual azul intenso de sus ojos me mira, pero esta vez con firmeza.

—K, no es broma. Termina de cambiarte.

—Lo sé. —Tengo curiosidad—. ¿Crees que ellos son los buenos o los malos? —susurro.

Conozco a los veinticinco chicos en esta sala, pero jamás habíamos visto a alguien de otros campamentos. Ahora Bethas y Alphas gritan órdenes.

Además, son pocos sutiles a la hora de dar información. Cuando nos encontraron nos dijeron que éramos un experimento y que dijéramos nuestros nombres. Tiene sentido esa parte también, no tenemos nombres como tal.

La doctora C dijo que era mala con los nombres y todos nacimos el mismo día, así que nos colocó una letra del abecedario en honor a ella. Era una identificación. Una letra es mejor que un código.

Luke es L, Ely es E y Jem es J, los gemelos C y D no querían nombres y yo, soy K

No teníamos contacto con los de afuera. La doctora C decía que no debíamos ser vistos por nadie; su razón era que debía cuidarnos. En realidad, debía ocultar su secreto.

—Creo que debemos ir con cuidado. —Luke termina de atar sus zapatos—. No sabemos qué está pasando. Debemos sobrevivir. Juntos. —Me da una de sus pequeñas sonrisas, pero encantadora como ninguna.

—Juntos —digo.

Tener trece años y crecer en el Campamento Alma sin autorización del Campamento Alpha, por supuesto que no les gusta. Ellos son los líderes.

Este campamento fue atacado por los ascendidos quienes querían llevarnos, eso dicen los Bethas. Lo que ellos no saben es que somos lo que ellos pueden considerar armas, tenemos muchas horas de entrenamientos físicos.

Luke se acerca a H y los gemelos, somos soldados después de todo. Aunque los Bethas nos ven como niños.

—Escuchen mocosos, es hora de salir —habla una chica en la puerta y nos señala la salida—. Salgan es orden.

Nos juntamos como siempre lo hacíamos, en dos columnas. Mi compañero siempre es Luke, la primera vez que lo vi teníamos seis años, yo estaba asustada y él me tomó de la mano. Sonrío por el recuerdo, agarro su mano y sé que no importa nada, solo que estemos juntos.

La chica Betha mira nuestro comportamiento y de inmediato se aparta de la entrada para dejarnos salir. Afuera muchos llevan cajas llenas de archivos, computadoras, más toda la medicina que había, las bajas fueron totales. Menos nosotros, la doctora C se encargó de eso.

Todo está destruido, algunas llamas están siendo apagadas. Lo único que sé es que los culpables llegaron después de que un ruido fuerte, muchos gritos y muerte arrasó nuestro campamento. No vimos nada porque la doctora C nos escondió a todos en un búnker.

Nos colocan enfrente de la tarima que utilizaba la doctora C para vernos entrenar, pero esta vez hay alguien diferente. Un hombre con el logo del Campamento Alpha. Su mirada no me gusta, no confío en él.

—Hoy es el comienzo de una nueva vida para ustedes —dice con voz fría—. Este capítulo quedará atrás en sus vidas y no harán preguntas. ¿Entendido?

Estamos callados. No es de confiar, pero ¿qué podemos hacer nosotros?

Los Bethas tampoco confían en nosotros y es normal, no nos conocen. Luke agarra fuerte mi mano.

Algunos soldados cerca de nosotros sujetan sus armas, dicen que es por seguridad, pero ahora mismo estamos solos. Es nuestra decisión, estamos con ellos o en contra de ellos.

—¿Entendido? —Ely toma el mando, alguien debe hacerlo.

—¡Entendido, Señor! —todos gritamos.

No puedo evitar tener ganas de salir corriendo porque no quiero estar aquí. Lo que siento no importa porque no tengo otro lugar al cual ir. La respuesta que damos sorprende a ese hombre, quién con un gesto lento y sombrío crea una sonrisa muy fría, algo me dice que está disfrutando lo que ve en nosotros.

Señala algo con su mano y dos personas con esposas en sus manos que tienen púas son colocadas frente a nosotros. No hay que ser expertos para saber que esos dos están muy enojados. Son mayores y tienes símbolos que se asoman en la piel expuesta. Son ascendidos.

La chica nos mira por unos segundos, luego se gira hacia el Alpha que tiene el mando para decirle algo que no logro escuchar desde aquí y termina escupiendo en el suelo.

—Observen. —Ignora a la chica. El Alpha agarra su cabello y ella se queja—. No son más que abominaciones, diablos queriendo adueñarse del mundo, almas malditas que nos quieren muertos.

Agarro con más fuerza la mano de Luke. Estamos rodeados de odio, se puede sentir el aire, esto es nuevo para nosotros. Sabíamos que ellos son diferentes, la doctora C nos habló sobre ellos, pero no que debíamos odiarlos.

La pareja intenta tocarse, se miran como si se dijeran mucho y al mismo tiempo nada sale de sus bocas.

—Chicos, ellos le hicieron esto a su gente. Acabaron con su campamento, destruyeron todo a su paso porque creen que no merecemos nada —sigue hablando el Alpha con mucho odio en cada palabra.

Le pasa un cuchillo por el brazo a la chica, su sangre corre por el brazo y el chico grita por ella. Son personas, no deben estar haciéndoles eso.

Una mano me agarra por el codo.

—Si vas hacia allá serás un objetivo para ellos —Luke susurra—. Nos están poniendo a prueba.

No recuerdo haberme soltado de él, pero tampoco sé porque lo hice. Qué bueno que Luke está pendiente a mis tontas acciones.

Un fuerte ruido nos hace ver al frente, el chico logra soltarse de sus esposas al descargar sus muñecas para liberarse. Mueve sus manos de una forma extraña y de ellas comienza a salir fuego.

Uno de los soldados lo ataca y el chico con el fuego atraviesa su pecho, está muerto. El ascendido va directo hacia el Alpha que aún agarra a la ascendida por el cabello. Ella le pide llorando que se detenga.

—Debemos hacer al... —Mis palabras son detenidas por la mano de Luke que cubre mi boca.

Abro mis ojos y el silencio cae sobre todos. Uno de los soldados Alphas atravesó el pecho de aquel ascendido.

Nadie se mueve.

El ascendido cae al suelo, sus ojos vacíos indican que ya no esta en ese cuerpo. Si no fuera por la mano de Luke en mi boca, estaría gritando.

El Alpha suelta a la chica y ella cae al suelo como su acompañante, pero la diferencia es que ella sigue viva. Algo le pasa, parece que intenta gritar, llorar, pero nada sale de ella.

Solo tiene una mano en su pecho como si algo se estuviera rompiendo, ¿le duele la muerte de su amigo?

—Ellos son una plaga que debe ser eliminada y ustedes deben odiarlos por lo repugnantes que son —dice el Alpha.

Nos mira con una expresión muy fuerte, como si eso fuera suficiente para pensar como él.

Nadie se mueve, yo solo puedo ver el dolor de la chica. Sé que ellos atacaron nuestro campamento, están pagando por lo que hicieron. Perdimos a la doctora C y a los demás miembros del campamento. Aun así, me duele ver lo que le está pasando, me duele por ella.

Una pequeña parte de mí siente que eso no está bien, pero Luke tiene razón. Ellos son ascendidos y nosotros humanos.

—Una lección que aprenderán hoy. —Se acerca a la chica—. Si tienen suerte y probablemente anden con otro de ellos, al matar a uno, estarán tan indefensos que serán presa fácil.

Rápidamente, corta el cuello de la ascendida y cae al suelo sin vida. Al lado de su compañero.

Mi cuerpo tiembla, cierro mis ojos para evitar que el miedo se apodere de mí.

Quito la mano de Luke de mi boca, la agarro y me paro recta porque también aprendí una lección. Debemos sobrevivir.

Abro mis ojos para ver nuestra realidad, somos soldados y ellos nuestros líderes. Debemos hacer lo que dicen y punto.

—Juntos —digo.

—Juntos —contesta Luke.

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•Almas: humanos del Campamento Alma.

•Alphas: humanos del Campamento Alpha.

•Bethas: humanos del Campamento Betha. Son el ejército de los Alphas.

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