Capítulo 7

La luz de su brazo se extiende por toda la cueva, es tan brillante que no puedo abrir mis ojos. Quisiera disfrutar de esta extraña calidez que nos rodea, pero la verdad es que estoy aterrada de lo que está sucediendo.


Abro mi boca para pedirle que se detenga, mi pecho me pesa un montón, no quiero seguir haciendo esto.

—Para —digo, pero mi voz se pierde.

Cierro mis ojos con fuerza para no dejarme llevar por esta sensación que no deja de querer que le preste atención. Necesito que todo esto se detenga.

Una extraña sensación que recorre mi piel, me hace querer salir corriendo así que abro mis ojos de golpe.

Algo me escucha porque la luz se apaga y la cueva es sumergida en oscuridad. Una energía que no sé de dónde proviene nos empuja al mismo tiempo en diferentes direcciones.

Elijah es lanzado hasta la pared del otro lado de la cueva y mi cuerpo es golpeado por la pared detrás de mí.

El silencio se sienta sobre nosotros y el ambiente se siente diferente, no puedo entender en qué sentido. Solo sé que algo cambió.

—¿Qué fue eso? —pregunto mientras intento respirar con calma.

—No se completó.

Por su reacción me deja claro que esto no debía suceder de esta forma. Miro su brazo y aquella luz que nos cubría sigue ahí, de nuevo es muy pequeña.

Elijah me mira y no tengo que conocerlo para saber que le preocupa lo que acaba de hacer. Lo que no sé es si le preocupa que yo entienda que sucede o que no logró su objetivo.

Me levanto y voy hacia él. No duda en levantarse y hacerme frente. No espero nada de él, ni siquiera una explicación. Siento que cruzó un límite que no debía cruzar y no sé qué hizo, además ¿Por qué conmigo?. Soy su enemigo, ni siquiera deberíamos hablar.

Le doy una cachetada. No creo que resuelva nada, pero no encuentro palabras para dejarle claro que no me gustó nada de esto.

Se gira listo para gritar algo o contraatacar, pero ve algo en mí y su cara se relaja, ¿Es arrepentimiento lo que veo en su cara?

Sigue algo por mi rostro y soy consciente de las lágrimas que corren por mis mejillas.

—No quiero llorar. —Limpio mi rostro, pero salen más—. ¡Haz que se detengan! —Le grito a Elijah—. ¿¡Qué demonios me hiciste!?

—Perdóname —dice y su cara se contrae al ver mis lágrimas—. Pensé que funcionaría igual.

—Que quede claro que no estoy llorando, o sea sí, pero ¡No quiero hacerlo!

—Tú no estás llorando, tu alma lo está haciendo. Por lo que intenté hacerte.

—¿Qué se supone que significa eso? —Sigo quitándome las lágrimas.

—Yo. —Duda hasta el punto que las palabras no salen de él. Se toma un momento y suspira—. Quería completar la marca, cuando me lo prohibieron —dice casi susurrando.

—¿Se supone que debo entender eso?, no sé qué intentaste. ¡Pudiste matarme!

—¡Lo sé! —me grita e intenta acercarse, pero yo me alejo. Él suspira frustrado—. Quiero entenderte, eres todo un desastre y me estresa saber que quiero saber más sobre ti, pero. —se interrumpe.

—Termina —lo desafío.

Lo veo luchar, no quiere contestarme. Cree que me importa lo que piense sobre mí.

—Solo veo una humana que está perdida.

Sé que no gusta de los míos, que culpa tengo yo de que no todos fuimos afortunados como ellos.

—Humana perdida —repito sus palabras—. ¿Crees que me interesa lo que piensas? Además ¡Dijiste que soy un desastre! —grito enojada—. Primero intentas hacer alguna clase de magia conmigo, contra mi voluntad —digo y él hace una mueca de molestia—. Ahora hablas de cosas como marca o yo que voy a saber. Lo único que sé es que no paro de llorar. ¡Vete a la mierda Elijah! Muérete si quieres, pero no te acerques a mí. Yo solo quería ayudar al chico.

Miro a Ty. Sigue acostado en el suelo con mejor aspecto que hace unos minutos. Va a vivir, por lo que ya no me necesitan aquí. Debo irme, he pasado mucho tiempo fuera. Enfrento a Elijah y le dejo claro que no me agrada con mi mirada.

—Vete al infierno —digo.

Él abre su boca e intenta agarrarme, pero me escabullo de su agarre porque no lo quiero cerca. Por eso corro para poner distancia entre los dos. Esto no está bien, no debí hablar con él.

—¡Espera, K!

Se acerca corriendo e intenta agarrar mi mano. Reacciono con una patada que él esquiva y hace que me suelte. No quiero sus manos en mí.

—¡Que me dejes en paz! —grito mientras me aparto de él.

—Tengo que explicarte lo que pasó. —Suspira—. Nadie debe saberlo. —Hay súplica en sus ojos.

—Aunque no lo creas. No voy por ahí repartiendo conocimientos sobre ascendidos. —Eso lo sorprende—. No le diré a nadie si eso te preocupa, no crees que ya le hubiese dicho a alguien de que te he visto y sobre lo que pasó. Nadie sabrá nada por qué ni yo entendí qué pasó, ahora déjame.

Ya tuve suficiente de este ascendido. Corro y esta vez no me detiene.

—¡Búscame aquí! —me grita—. ¡Necesitamos hablar!

Aunque todo en él me da curiosidad, no me detengo y sigo corriendo. Necesito todo el espacio que pueda entre él y yo.

—K —dice F en la puerta de mi habitación—. Noah te está buscando y los chicos volvieron, por si quieres saber.

Se va después de eso. Todos pueden creer que somos unidos, pero no. Nos tratamos, pero desde que llegamos al campamento Betha nos enfocamos en sobrevivir.

Por otro lado, estoy abrumada, no dejo de pensar en aquel día con Elijah. Me asusté, no era como si no hubiese sentido algo bueno, pero me asusté tanto que no pude identificar que estaba pasando.

No mencioné a Elijah, es muy tarde para decirle a Noah. Luke, es otra historia, no lo he visto desde aquella vez en la habitación de Nat. Además, no sabría cómo decirle.

Es decir, estoy metida en un gran secreto que puede llevarme a la muerte. Yo busqué esta situación.

Termino de vendar mi pierna, ya está casi curada. Ese día fui a la enfermería e inventé toda una historia donde me caí y por eso me di con la flecha para que coincida con el formulario que llené.

La chica que me atendió me miró como si fuera una idiota que no sabe manejar armas, no le dije nada. No quiero que me maten, aunque si matan a Elijah no me va a importar.

Primero voy hacia Noah, no es raro que me llame. Sigo siendo parte de su equipo, solo que no estoy activa.

En el camino reflexiono sobre todo lo malo que hice, moralmente no fue malo. Quería salvar una vida y matar otra —Elijah—, aunque a mi gente no le iba eso de la moral. Solo existe lo que quieren los líderes Alphas.

En la central, la puerta de la oficina principal se abre dejando salir al grupo de los gemelos. Se ven muy agotados y eso es algo difícil de conseguir, mi vista se va hacia Ely, ella no puede estar cerca de mí y no matarme con la mirada.

—Mira quien sigue con vida. —Cada palabra de Ely tiene veneno—. Pensé que solo habías muerto y ya.

—Ely —el gemelo que está enfrente habla. Seguro es D.

—Como sea —contesta pasando a mi lado, no sin antes tropezar mi hombro con el suyo.

—Perdona, K —habla el mismo gemelo.

Jem se va detrás de Ely, a ella no le interesa nada más que ella misma tal vez por eso tolera a Ely. Miro hacia los gemelos, en serio odio no poder saber quién es quién. El gemelo que me habla se encuentra adelante mientras el otro es una sombra del primero.

—Soy C.

—Ya lo sabía —miento y el gemelo de atrás intenta ocultar una risa.

—Estamos cansados y Ely, pues solo es Ely. —C ignora la risa contenida de su hermano—. ¿Quieres un consejo?

—¿Necesito uno? —pregunto.

—No lo sé, pero Noah está de buenas. —C Se acerca a mí muy tranquilo—. No hagas que eso cambie.

Se aparta, me da una sonrisa que se va tan rápido como llega para luego caminar hacia la salida con una expresión muy fría que me hace estremecer. Eso no es un consejo, es una advertencia y él da miedo. El gemelo que queda, D. Es él más tranquilo y habla más conmigo.

—Perdón, solo estamos cansados y pienso que C no quiere que Noah nos mande al infierno si se pone de mal humor. Solo déjalo pasar. Los mantendré a raya.

—No te preocupes.

D me da una pequeña sonrisa —muy diferente a la de su hermano—, dejándome con mi destino principal. Ir hacia Noah.

Al entrar en la oficina principal siento todas las miradas sobre mí, pero yo solo puedo ver a Noah frente a un mapa en la mesa de realidad virtual en 3D. Me ubico a un metro de la mesa, me coloco en posición de escucha y me tenso por lo que Noah está viendo.

Estuve hace unos días en esa zona con ese ascendido, Elijah.


—Todos salgan —dice Noah muy calmado.

Él mira hacia la puerta hasta que el último Betha la cierra y quedamos solos.

—¿Cómo está tu herida?

—Mejor —digo.

—Es bueno saberlo.

Observo mejor el mapa y no está viendo exactamente dónde estuve, hay algo más solo que antes de que pueda ver bien Noah presiona un botón y el mapa desaparece.


—Quiero que me expliques, ¿cómo terminaste con esas municiones en tu arco?

Algo lo está irritando, creo que uno de los gemelos me va a matar.

—Ya lo mencioné antes. No sé cómo llegaron esas municiones a mi arco.

Noah me analiza. Estoy diciendo la verdad, si supiera que sucedió lo diría. Estoy segura de que tomé los cartuchos de energía que siempre uso y no esos con el veneno 18.

Noah entrecierra sus ojos y me dice:

—De ahora en adelante harás el papeleo como todos. No queremos otro accidente. —Más papeleo para mí, con eso me quita el poder de entrar y agarrar todas las armas que quiera, perfecto—. Más, si los Alphas se niegan a darme luz verde —susurra ese pensamiento al aire.

—Después de que dejaste el punto de encuentro. ¿Te encontraste con alguien?

—No. Quise volver a cazar al animal, pero mi pierna no ayudó mucho.

Cuento con la suerte de que Noah confía en mí, eso quiero creer.

—Atacaron ese y otro punto de encuentro. —dice. Presiona un botón y salen dos videos cortos

Son de dos puntos de encuentros, uno de ellos fue donde estuve. Muestran casi lo mismo, los Bethas trabajando en ese punto y de repente algo negro entra golpeando todo y daña la cámara. Lo que me sorprende es esa cosa negra. Sé lo que es.

—Elijah —dice Noah.

—¿Él hizo eso?

Me sorprendo porque ahora sus palabras tienen sentido. Así que esto fue lo que hizo.

—Sí. El muy imbécil entro en nuestra zona y atacó sin piedad. —Quita los videos—. Pensé que te habías encontrado con él y por eso usaste esas municiones.

—¿Cómo estaría viva si me hubiese encontrado con Elijah?

Este sería el momento indicado para decir la verdad. Decir algo como «Sabes Noah, si me he topado con él y tiene esa extraña cosa de sus manos que es oscura, puede ser su poder. Es fuerte, nos mataría sin dudarlo, habla mucho, es aterrador, sexy y tiene unos labios muy atractivos».

Vale tal vez eso último no, pero cuando pienso en él mi mente hace cosas extrañas.

—Chica con suerte. —Noah me saca de mis pensamientos—. Como sea, puedes irte.

Asiento.

—Supe lo de la chica nueva.

Me detengo en la puerta. Esto es lo que hace Noah, analiza las reacciones de los demás y ahora no puedo evitar sudar por la presión del momento.

—El doctor Sy me dijo lo qué pasó, creo que ya sabes por qué no estás activa, aún. No estás lista para esto.

—Noah, sabes que soy buena. —No quiero matar, pero ya no quiero estar sola.

Busco su aprobación. Error.

—Pero débil.

A veces creo que sabe que tengo está pequeña parte de mí que no quiere lastimar a los demás.


Da unos pasos hacia mí, cruza sus brazos en su pecho y me mira con una expresión fuerte.

—Necesito que dejes tu debilidad y hagas lo que se te enseñó, sin cuestionar. —Noah suspira—. Ahora, vete.

Intento que no vea como todo mi cuerpo está temblando, sabe que no puedo hacer lo que me piden sin cuestionar. No importa que mis amigos se encarguen de hacerle creer a los demás que lo hago.

Salgo de la habitación, pero solo puedo pensar en que él tiene razón en algo. Si sigo evitando actuar como ellos esperan que haga me quedaré fuera y lejos de mi familia. Ver a Luke, Nat y H será más difícil. Por otro lado, si me convierto en lo que quieren me pasará lo que dijo Elijah. Eso me matará desde dentro y ya no seré la misma.

No quiero admitirlo, pero tengo miedo y estoy cansada de esta situación.

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