Capítulo 51
Al comienzo es entrecortado, pero están discutiendo hasta que se va arreglando y podemos entender mucho mejor lo que dicen.
—No me importa que pienses. Katriona no será parte de tu experimento —dice el hombre.
Esto sucedió después de que detuviera el vídeo, parece que siguió grabando.
—Será parte, ocultar tantos niños no será fácil. Te estoy dando un escape para que ella pueda crecer con los humanos —contesta la doctora C.
—Ella solo está aquí hasta que encuentre la forma de llevarla conmigo —grita el hombre.
—¿Si?, ¿Cómo va eso?, ¿Tu Rey ya te escucha?, o tengo que recordarte como viniste pidiendo mi ayuda para salvar a esa niña —dice la doctora C.
—No vas a inyectarle tu investigación. Eso hará que no crezca como debe.
—Ella no es como tú —grita la doctora C—. Ni es como yo. Katriona es única en su especie y si no lo sabías, Vic me pidió que hiciera todo para salvarla. Estar en este experimento le dará más tiempo de vida, si nos llegan a descubrir.
—No menciones a Vic. Ella... —la voz del hombre se corta.
—Katriona debe vivir y no lo hará si está escondida, ella es la prueba de que sí podemos hallar una forma —menciona la doctora C—. Deja que lo haga. Katriona debe ser la nueva K.
Con eso el audio se vuelve a dañar y no escuchamos nada.
La K que conocemos no es la K de los experimentos y tiene un nombre. Katriona. Ahora hay más preguntas que respuestas.
—Dijo que no era como él —dice Damon—, pero tampoco como ella.
—K es Katriona —susurra Nat.
No sé que decir, estamos con un enigma mucho más grande. ¿De dónde salió K?, y ¿Por qué ese hombre parece conocerla?
¿Noah tenía algo de razón?, ¿K iba a ser una infiltrada?
Alguien abre la puerta con urgencia y veo la cara de tristeza que tiene Eva.
—Algo le sucede a K.
No tiene que decirme más para hacer que salga corriendo, sé que los demás vienen detrás de mí, pero no me importa.
Yo necesito llegar a K.
Entro en la habitación.
Adria, el Soulmate de Liam tiene su don sobre el pecho de K, debe estar ayudándola. Creo que puedo controlar las emociones.
—Su cuerpo... —dice Adria con voz temblorosa.
Estoy seguro de que Liam entra porque cuando ella lo mira, su cara me dice algo que no quiero saber.
—No puedo. —Su voz se quiebra.
Me acerco a K, su cuerpo arde en fiebre. Sé que está perdiendo la lucha, pero no quiero que deje de pelear.
Agarro su mano, la aprieto, apoyo mi frente en su mano y ruego que no me deje.
No ahora.
—Tú puedes, Adria —dice Liam a la mujer.
—Es que ella siente mucho dolor y no quiere despertar —dice Adria a todos.
K siempre ha pensado que nadie la necesita, pero yo lo hago.
Tengo lágrimas cubriendo mi rostro cuando me acerco a su cara y la toco. No necesito ser un médium para saber que sufre. Sus ojos no dejan de moverse debajo de sus párpados.
—K... —Toco su frente—. No me hagas esto. K, despierta.
Ella sigue sin contestar por lo que ruego para que abra sus ojos.
Nat llora en algún lado de la habitación.
No puedo perderla.
No quiero perderla.
K no debe dejarnos.
No puedo vivir sin ella.
Hice todo para que esta dulce chica no cambiará su humanidad, pero falle en evitarle este sufrimiento.
—¡MALDICIÓN DESPIERTA, K! —grito con todas mis fuerzas.
No va a resolver nada, pero necesito que despierte.
Alguien intenta alejarme de K.
Me suelto y vuelven a sostenerme.
—Es la hora, debe descansar —dice alguien—. Su cuerpo ha sufrido mucho.
Me vuelvo loco.
No puedo dejar que se vaya.
Soy egoísta y no quiero perder a K. La quiero con vida.
Ella es parte de mí.
No lo haré.
No aceptaré su muerte.
Siento que me agarran para apartarme de ella y eso me llena de ira. No puedo y no quiero dejar a K.
—DIJIMOS QUE JUNTOS —grito y ella no reacciona—. K, DESPIERTA... ¡AHORA!
Grito tan fuerte como mi voz me lo permite. La habitación queda en silencio y algo nos rodea.
Es una energía cálida que invade la habitación. Alguien debe usar un don, pero yo solo tengo mis ojos puestos en K, tal vez Adria está intentando calmarme con su don. Pero no voy a vivir sin K.
No dejare que me la quiten.
—¡DESPIERTA!
Gruño muy fuerte, mi cuerpo tiembla y el cuerpo de K se levanta de la cama. Se queda ahí sentada mientras abre lentamente sus ojos.
Dejo de moverme, mi pecho sube y baja violentamente porque una sensación de cansancio se apodera lentamente de mí. Las manos que me sujetan no me sueltan.
K suspira lentamente, le cuesta respirar, pero sigue con vida
Es lo que importa.
Una lágrima cae y mi mundo se detiene.
Otra lágrima corre por su mejilla hasta que todo su rostro se cubre con ellas. Su mano sube hasta su pecho y sujeta su ropa tan fuerte que sus nudillos toman un color blanco.
—K... —susurro.
La habitación toma una extraña sensación como el frio que llega con una noche fría. ¿Por qué siento frío si afuera hay un sol bastante brillante?
Ella abre su boca y le sale el grito más desgarrador que he escuchado en mi vida.
Doy un paso hacia ella con todo mi cuerpo temblando, pero Adria llega mucho más rápido para rodear su pecho con su don.
Nos sacan con urgencia de la habitación.
No lucho, repentinamente me siento cansado, pero me duele ver cómo K se desmorona y Adria hace todo para ayudar.
Está viva.
K sigue viva.
La puerta se cierra cuando estoy afuera y me doy cuenta de que Damon y Liam son los que me sostienen.
Me quitó sus manos de encima y busco a los demás.
H y Nat —ella detrás de él— me miran sorprendidos. W está apoyado en una pared como si se estuviera mareando.
No quiero que me hablen, después me preocuparé de ellos y lo que sea que les esté pasando.
Me quedo de brazos cruzados frente a la puerta de K. Estaré aquí para ella.
Sus gritos traspasan las paredes y su desesperación hace erizar mi piel.
¿Por qué sigo siento frío?
Poco a poco su llanto deja de ser fuerte. Duele escucharlo, pero soy egoísta. Ella está viva.
K sigue viva.
Su llanto se detiene.
Sigo sintiendo frío.
—Ella sufre —dice Liam.
¿Cree que no lo sé?
La conozco mejor que nadie. Ella no lloraría frente a nadie que no sea cualquiera de nosotros.
K sufre, pero soy egoísta.
Escuchar su lento sollozo me rompe el corazón.
—Su alma pronto buscará la paz —continúa Liam con esa absurda ideología.
—No —hablo fuerte y otra sensación nos inunda.
Me giro para ver quién hace eso, pero no creo que ellos lo sepan.
W cae al suelo, Nat se esconde totalmente detrás de H. Damon y Liam se colocan frente a mí.
¿Qué creen que haré?
No soy estúpido no puedo contra ambos.
Sé que estoy perdiendo la cordura, qué ella es una ascendida ahora y no sé nada de lo que está pasando. Lo único que tengo claro es que no la dejaré partir.
No dejaré que ella tenga el destino que ellos aceptan para los suyos.
Ella es algo y debe vivir, es lo único que tengo claro.
—¿Ella sufre? sí —digo con un tono de voz mucho más grave de lo normal—. Pero no voy a aceptar que se vaya. K es nuestra familia y no la voy a abandonar. Me vale tu puta filosofía, K va a vivir y nosotros la vamos a ayudar a sanar, eso es lo que hace la familia.
No me importan las creencias de los ascendidos o lo que le sucede a los Soulmates cuando pierden a su otra mitad. No dejaré que K muera.
No lo aceptaré.
Mi cuerpo, alma, todo mi ser, no me lo permite.
K merece ser feliz.
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