Capítulo 39

Hay movimientos y ruidos en la habitación, pero me encuentro sumergida en la oscuridad. No hay dolor, no hay angustia, ni desesperación. No me tratan de traidora, ni me acusan de matar a alguien que supuestamente se llamaba como yo.

Aquí solo estoy yo.

Escucho mi nombre, alguien lo está gritando o tal vez susurrando. No estoy segura, pero no veo nada. Sigo siendo solo yo.

Mi mandíbula se tensa, mi cuerpo grita, pero no lo puedo controlar y mi cuello grite de dolor. Estoy recibiendo otra descarga de energía.

Ely se desquitó tanto conmigo que mi cuerpo solo está muy cansado. Es eso o después de recibir tanta información, mi cuerpo colapso.

No hay nada aquí, pero no quiero salir de la oscuridad porque no me siento solo. La oscuridad me acompaña. Pero la vida no se detiene.

Un fuerte ruido me sacude. La habitación es iluminada por luces, afuera la luna brilla en la oscuridad.

Otra vez, el ruido hace temblar el suelo. Lentamente me incorporo para buscar su origen.

Ya no estoy aie do vigilada por Ely, en su lugar W tomó su lugar. Tal vez la ayuda a tratar con esos archivos.

El piso tiembla de nuevo.

Miro por encima de mi hombro.

Luke empuja una de las mesas de proyección 3D. Todo su cuerpo brilla por el esfuerzo que hace para llevar esa enorme mesa hacia otras que bloquean la entrada.

—Desperto —dice W.

Luke se detiene por un segundo.

—Concéntrate en terminar eso. —Se inclina y empuja la mesa.

—Hago lo mejor que puedo —contesta W sin apartar la vista de la computadora.

W tiene conectado muchos cables a un portátil que está frente a él.

—¿Qué está pasando? —pregunto con mi voz apagada. No tengo fuerza.

Luke termina de bloquear la entrada y se acerca a W quien sigue haciendo lo que sea que hace en esa computadora. Le dice algo, W asiente y agarra el interruptor que controla las descargas de energía del collar que tengo.

Cuando se gira hacia mi, no puedo evitar moverme hacia atrás. Lo más lejos de él.

Su cara se contrae al ver mi reacción.

—No te haré daño, K —dice con un tono de rabia. Una rabia que no va dirigida a hacia mí. Mi cuerpo se relaja al escuchar su voz y comienzo a temblar.

—No soy lo que dicen, Luke —digo entre sollozos y él ingresa un código en la pantalla de la celda—. Puedo explicar estos tatuajes, pero no soy lo que dicen. —Luke entra, se arrodilla frente a mí y mis lágrimas no dejan de salir—. No te he traicionado.

—Shh... —dice Luke mientras me quita el collar y lo aparta de mí. Lo abrazo y me sostiene con fuerza—. Lo sé, K. Debe existir una razón y la sabré cuando quieras que lo sepa. —Lloro en su pecho—. No tienes que contarme todo, pero... —Luke me aparta para limpiar mis lágrimas y puedo verlo mejor en su cara de tristeza. Lo lastimé—. Me hubiese gustado saber la verdad.

—Perdón —contesto—. No podía decirte, es un secreto de Elijah. Un secreto de los ascendidos. No confías en Elijah, yo debía protegerlo.

—Lo sé. —Luke agarra mi cara entre sus manos—. No tenemos tiempo. Como dijiste debes irte de aquí, pero te irás sin él.

Sin esperar mi respuesta Luke me carga y me saca de la celda. Estoy débil y procesando el hecho de que quiere que me vaya sin Elijah.

Me deja en un asiento cerca de W y me entrega una bebida. Es el suero que manejan los Alphas para ayudar a la recuperación. Me lo tomo, Luke apresura a W.

—Si es tan sencillo, ¿Por qué no lo haces tú? —contesta W, oprime unos cuantos botones y se quedan viendo la pantalla—. Listo.

—Porque tu eres el mejor en esto —dice Luke.

W saca una memoria más pequeña de su computadora y se la entrega a Luke, la guarda en una bolsita de piel y se acerca a mí.

Luke quiere colocar algo en cuello y por instinto me alejo.

—Calma —susurra Luke. Me coloca un collar con la bolsita de piel que tiene la USB—. Debes proteger esto con tu vida, K. Aquí están todas las respuestas. Es tu llave para salir de aquí y llegar a ellos con vida.

—¿Qué? —No entiendo que me está pidiendo—. ¿Qué están haciendo?

—Técnicamente, hemos robado todos los archivos de la doctora C a los Alphas —contesta W listo para irse—. Llevo meses copiando esos archivos, ahora no tienen nada y estamos a minutos de que vengan a ver si sigues viva.

Luke me levanta, me toma de la muñeca hasta la pared, mete su dedo en un pequeño espacio que hay entre la pared hasta que se abre como puerta corrediza.

Mi asombro no dura mucho porque Luke entra llevándome con el, W nos sigue y la puerta se cierra detrás.

—¿Qué está pasando? —pregunto.

—He estado trabajando con W por meses —confiesa Luke—. Necesitaba saber que hacia Noah y W necesitaba respuesta. Todo está en los documentos de la doctora C.

—¿Pudiste ver lo que hay en ellos? —Miro a W por encima de mi hombro sin dejar de caminar—. Ely dijo que están encriptados, pero los Alphas supieron como conseguir los resultados de la doctora C.

—No todos. Lo suficiente como para hacer estragos. —W no se ve sorprendido—. No me interesa lo que quieren los líderes, solo quería mis respuestas. Luke vino a mí por ayuda y vi una oportunidad.

—¿Cómo los Alphas pudieron decodificar los documentos de la doctora C? —pregunto mientras Luke se detiene para intentar abrir otra puerta.

—No lo hicieron, esa parte de los documentos estaba así. Quien codifico los archivos de la doctora C, no tuvo tiempo para hacerlo con todo —dice W.

—Es decir que tú tampoco has tenido tus respuestas —digo y W levanta los hombros de forma despreocupada.

—Listo —dice Luke.

—Aquí nos despedimos. —W comienza a alejarse y lo agarro del brazo.

—Si me llevo esto. —Agarro la bolsita de mi cuello—. ¿Cómo obtendrás tus respuestas?

W parece pensarlo por un segundo y su mirada se va directo a mi brazo lleno de tatuajes. No lo voy a esconder, ahora mismo esto es parte de mí y debo aceptarlo. W me mira directamente a los ojos.

—Hay secretos que no deben ser desenterrados. —Hay algo en sus ojos y es la primera vez que siento que W tiene una lucha que ninguno de nosotros conoce—. Si tengo que sacrificar mis respuestas para que los Alphas no hagan más daño pues lo haré.

No espera mi respuesta y se va, aunque no creo que la quiera.

—Ven, K. No tenemos tiempo. —Luke me hace entrar en esa habitación.

Es otra de las habitaciones de la central. Luke se hace a un lado, veo otra celda como en la que estaba hace unos minutos y siento un peso en todo el cuerpo.

—Debe ser rápido —Luke me empuja para que me acerque.

Lo cual hago con mi cuerpo temblando. En la mitad de la celda Elijah me mira con esa sonrisa que genera hormigueo en mi estómago.

Sé que se mantiene alejado porque no quiere hacerme daño o a él.

—Es una linda marca la que tienes ahí —dice Elijah, me hace sonreír. Tengo alegría combinada con tristeza y lágrimas—. No llores, K. No tenemos tiempo.

—Claro que sí. —Miro por encima de mi hombro a Luke—. Sácalo de ahí como hiciste conmigo. —le ruego.

—No puedo hacer eso, K —dice Luke y veo su frustración.

—El interruptor de este collar lo tiene Noah —dice Elijah. Confirmando mi peor temor. Que tendré que dejarlo aquí si queremos tener una oportunidad y él lo sabe—. Gracias. —Mira a Luke.

Sigue ahí en la mitad de la celda. Quiero tocarlo, pero sé lo que puede suceder si lo hace. Está estúpida celda se va a activar.

—No lo hago por ti, Elijah —contesta Luke.

—¿Por qué le agradeces? —pregunto.

Elijah no me dices nada, solo me mira. Le sonríe a mis tatuajes, le alegra saber que tendremos un futuro y esto podrá mejorar.

Yo no puedo ver eso.

—Debes irte de aquí —dice Elijah—. Lleva la información que te dio Luke a Liam. Tal vez ellos puedan ver qué es y así ningún ascendido va a sufrir por culpa de los humanos. Buscaré la forma de salir de aquí, pero tú debes irte hoy. Así será más fácil para mí.

—Puedo esconderme —sugiero—. No me voy a ir de aquí sin ti. No puedo.

—Si puedes y lo harás —dice Elijah fuerte—. Si no lo haces te mataran. Ellos creen que eres ascendida de nacimiento y te ven como un peligro.

—Yo...

—Luke arriesga su vida, K. —La verdad me golpea en la cara—. Yo saldré de aquí, te uniré con el resto de tu familia y te daré esa libertad que tu alma te pide a gritos. Lo prometo. —Elijah suspira—. Debes irte, no pueden hacerte daño.

—¿Volverás a mí? —pregunto con lágrimas en los ojos. No es momento para pelear por algo en lo que tiene razón. Debo irme.

Mi voz es opacada con el ruido que comienzan hacer las alarmas del campamento. Sé lo que significa, que tenemos menos tiempo para irnos.

Mis ojos están en Elijah, me duele verlo ahí y no poder tocarlo.

—Siempre estoy contigo, K. —Elijah toca su marca y siento una ligera costilla en alguna parte. Me sonríe y luego mira a Luke—. Sacala de aquí.

Luke me agarra del brazo para sacarme de la habitación, pero no puedo solo apartar mi mirada de Elijah.

Nada de esto debía suceder. Si tan solo no hubiese tenido miedo aquella vez en la cueva. Si lo hubiese escuchado desde el comienzo. Si solo hubiese nacido como ascendida, todo esto sería diferente y en lugar de sentir tanto dolor, sentiríamos...

No lo sé exactamente, pero sería mejor que esto. Siento como literalmente una parte de mi es dejada atrás.

Me suelto de Luke porque debo decirle. Elijah no puede quedarse aquí sin nada que lo animé. Me acerco de nuevo a su celda sin que los brazos de Luke me alcancen.

—Te amo, Elijah. —Su fachada de chico fuerte se está haciendo añicos—. Te amo y no quiero una vida sin ti.

Luke me jala de nuevo, las alarmas suenan mucho más fuertes, escucho gente corriendo fuera de la habitación. Luke me aparta de la celda, pero yo solo puedo ver los ojos de Elijah.

Él está en shock y yo sé que una parte de él está en mí. Siempre estará en mí.

—Te amo —digo antes de que Luke cierre la puerta.

Luke no me cuestiona, ni se enoja por ver como lloro en silencio por Elijah. Él está concentrado en sacarnos de aquí.

En el camino deja inconsciente a algunos Bethas para poder llegar al hueco del muro que solo nosotros conocemos.

Al llegar coloca algo en la pared emtre la ranura.

—¿Qué estás haciendo? —pregunto.

—Debo cerrar esto. Eso dará algo de tiempo. —Coloca un cronómetro de un minuto y este no demora en comenzar la cuenta regresiva.

—¿Los demás no vendrán? —Busco a H y Nat.

—No —dice Luke y faltan cincuenta segundos para que el detonador se active.

—Elijah los sacará.

Luke me atrae a su pecho. Sé que esto es mucho para él, es decir, esto es mucho para todos en tan poco tiempo.

Cuarenta segundos.

—Ve con Liam, dile todo lo que pasó y dale la USB. Ellos sabrán que hacer con toda la información que hay ahí. —Luke besa mi cabeza y soy consciente de lo que hace—. Haré lo que pueda para que Elijah salga de aquí. Solo si tú sobrevives.

—Luke, no. —Intento soltarme de él, pero no me deja.

—Te amo, K. Vete antes de que ellos te maten. —Su voz se quiebra—. Vete de aquí, eres mejor que esto. —Besa mi cabeza y miro el detonador.

Quince segundo.

—No me hagas esto, Luke —digo llorando con el corazón roto por segunda vez—. Juntos. ¿Recuerdas?

Luke me abraza con fuerza.

Diez segundos

—Perdón por no cumplir nuestra promesa. Te quiero con vida —dice Luke.

Cinco segundo.

Luke camina hacia la grita, pero forcejeo. No me quiero ir sin él. Me sujeta fuerte y su rostro me hace flaquear.

Todo se detiene. Luke no llora.

Con lágrimas en sus mejillas y una pequeña sonrisa me empuja con fuerza para pasar la grita.

Giro en el suelo hasta salir, no puedo meterme porque estoy muy débil.

Cero.

Boom.

El impacto me hace rodar más lejos y chicas contra un árbol.

Los escombros rápidamente tapan el espacio, separándome de Luke. Estoy sola.

Las alarmas se encienden.

Es oficial. Las personas que me importan están del otro lado.

Estoy sola.

—¡LUKE! —grito con mi corazón roto.

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