﹝09﹞
— ¿Por qué habéis tardado tanto?— preguntó Felix nada más verles atravesar la puerta.
— Quizá porque hemos tenido que recorrer todo Seúl para comprar unas pizzas, ¿no crees?— respondió Minho mientras dejaba la comida encima de la pequeña mesa que tenía Changbin pegada a la cama. Así el chico no tendría que hacer esfuerzo al comer.— Bueno, ¿comemos?
— Sí, vamos, estoy hambriento.— dijo Felix, abriendo las cajas y poniéndolas de tal forma que todos pudiesen alcanzarlas.— Sung, siéntate a mi lado.
Jisung asintió, cogiendo una silla para sentarse al lado de su pareja.
— ¿Cuál quieres probar primero, Sung? Te aseguro que todas están buenísimas.
— La que más te guste.— respondió el mayor, dedicándole una de sus sonrisas mientras el chico escogía un trozo de pizza para él y se lo tendía en una servilleta.— Gracias, Lix.
— No es nada, ¿y tú, Bin? ¿Puedes cogerla solo?
— Solo me ha dado un ataque de alergia, puedo moverme.— dijo, incorporándose en la cama para coger un trozo.— Jisung, quería... Bueno, quería pedirte perdón por haberos estropeado la ceremonia ayer. Sé que el lugar es muy demandado y que tardareis mucho en conseguir otra cita.
Jisung, quien había estado a punto de darle un bocado a su pizza, alzó la mirada hacia el chico, mirando un segundo después a Minho quien desvió la mirada para seguir comiendo.
Si tan solo supiera que la habrían tenido que cancelar de todas formas.
— ¡Pero no te preocupes! He llamado al dueño y ha aceptado que lo hagáis en un mes en vez de dos, ya sabes, mis padres tienen contactos.— dijo, intentando sonreír. Mientras ellos no estaban, Felix estuvo diciéndole el por qué no podrían hacer su ceremonia pronto y cómo triste le ponía eso. Y, después de pensarlo un poco, Changbin decidió meterse al tema y con unas llamadas rápidas lograron reservar el día trece de septiembre, justo antes del cumpleaños de la pareja. De todas formas, él también necesitaba que la ceremonia ocurriese para confirmar sus sospechas.
Minho, quien estaba intentando distraerse con la comida, empezó a atragantarse al escuchar las palabras de su amigo. Felix se levantó inmediatamente con una expresión preocupada en el rostro para darle unos golpes en la espalda hasta que se calmó. Cuando eso pasó, Minho miró a Changbin con los ojos rojos, dedicándole una mirada a Jisung.
— ¿C-cómo que en dos semanas? ¿No es muy pronto?
— ¿Cómo va a ser pronto, Minho? Come y calla, como sigas así no vas a encontrar al amor de tu vida y nunca entenderás porqué Jisung y yo queremos hacer la ceremonia enseguida.— Felix volvió a sentarse en su sitio, observando como Jisung no dejaba de mirar un punto fijo en el suelo mientras abría la boca y la cerraba sin parar. ¿Qué les pasaba a esos dos?— Hannie, ¿no estás feliz?
— Felix... Creo que deberíamos hablar.— murmuró, alzando la mirada hacia Minho.
Tenían que decírselo ahora.
— ¿Hablar? ¿Ha ocurrido algo?
— No, bueno, sí.— las palabras no le salían. ¿Cómo podría decírselo sin hacerle daño? Miró al menor, viendo nuevamente esos ojos preocupados llenos de cariño por él. Se sentía como la peor persona del mundo, pero no tenía elección.— Felix, no sé cómo explicártelo pero-
— ¡Jisung está muy emocionado por vuestra ceremonia! Cuando veníamos de vuelta en el coche no dejaba de decirme lo mucho que habías estado trabajando en ello y en que no dejaría que todo eso se estropeara y que haría lo imposible para que la fiesta sea incluso mejor que la anterior.— dijo Minho atropelladamente, dejando su comida para después coger su silla y ponerla al lado de la de Jisung.— ¿No es así, Jisung?
Jisung miró como el chico a su lado le pasaba el brazo por el hombro, sonriendo como si no ocurriese nada.
¿Estaba evitando que le contara la verdad a Felix o no había captado que se lo iba a contar?
— No... Lo que quería decir es que-
— No te avergüences, Sung, somos todos amigos, no tienes por qué.
Esta vez el nombrado frunció el ceño, mirando al mayor con los ojos entrecerrados.
— Sí, claro...— murmuró, viendo como el rostro de Felix se volvía a iluminar.
— Eres muy atento conmigo, a veces siento que no te merezco.
"Créeme, te mereces mucho más."
[...]
Después de aquello, los cuatro chicos compartieron las pizzas que habían traído mientras hablaban de sus planes para la semana y de cosas corrientes, nada que pusiera el ambiente tenso.
— Bueno, creo que tengo que irme ya.— dijo Jisung, sacando su móvil para ver la hora. Llevaba unas semanas trabajando y aún le quedaba mucho por aprender para poder llegar a convertirse en el CEO de la empresa de su padre, por lo que aprovechaba todo el tiempo que tenía disponible para ir a estar un rato por ahí y leer archivos antiguos para familiarizarse con lo que deberá hacer en un futuro.
— ¿Por qué no te quedas un rato más? Últimamente has estado trabajando mucho, con eso y con los preparativos casi no nos hemos visto.
— Lo siento mucho Lix, pero ya sabes que es necesario.— respondió, sintiéndose culpable por ello. No solo le estaba mintiendo al no decirle aún que no estaban destinados, si no que también era un pésimo novio.— Si quieres nos vemos mañana a la hora del almuerzo, ¿te parece?
— No creo que pueda... Voy a estar aquí con Changbin hasta que salga, puedes venir aquí si eso.
Jisung giró la cabeza hacia la cama, viendo como Changbin lo observaba fijamente, como si estuviesen en una competición por algo que él no terminaba de comprender. Siempre fue muy desagradable con él, y Jisung sospechaba que era porque guardaba sentimientos por su pareja.
Antes no le tomaba importancia, pero ahora... ¿Y si ellos dos eran destinados?
— No te preocupes, quédate aquí con Changbin y cuando puedas nos vemos.— dijo, apretándole el hombro antes de levantarse de su lugar a la par que Minho.
— ¿Tú también te vas, Min?
— Sí, estoy muy cansado por todo el ajetreo de ayer.— respondió, tomando su chaqueta de la mesa y poniéndosela.— Nos vemos mañana, chicos.
Y dicho esto, los dos salieron de la habitación después de despedirse con un gesto de manos y cerrar la puerta tras ellos.
— ¿Por qué no me has dejado contarle?
— ¡No era momento! Changbin estaba ahí y...
— ¡Da igual si Changbin estaba ahí!— habló, esta vez subiendo el tono de voz.— Vamos, hablamos fuera.
Y a diferencia de esa mañana, Minho fue el que siguió a Jisung por el pasillo, casi teniendo que correr por lo rápido que iba el contrario.
— Ahora que ya estamos lejos, ¿me puedes explicar por qué no me dejaste hablar? Changbin no tiene nada que ver con esto.
— Felix estaba muy emocionado con lo de la ceremonia, no tenía corazón para quitarle la emoción.— habló, sintiéndose como un niño siendo regañado.
— ¿Y ves mejor ilusionarle más con algo para luego quitarle toda la emoción, Lee Minho?
— Tampoco me eches toda la culpa a mí, ¿por qué no insististe en decírselo? No te estaba apuntando con una espada para no decirlo.
— Mira, de nada sirve echarle la culpa a alguien. Tenemos que decírselo, ¿lo entiendes? Y tiene que ser antes de que pase el mes.— dijo, dirigiéndose hacia su coche tras salir del ascensor. Para su sorpresa, Minho aún lo seguía.
— Jisung, al menos déjame pensar en algo para hacer que la noticia sea más suave para él.— pidió, mirando al chico con una súplica en sus ojos.— Se lo diremos, sí, pero al menos déjame pasar unos días con mi hermano feliz, ¿puedes hacer eso por mí?
Jisung intentó ponerse en el lugar del contrario, sin haber visto a su familia hace años para llegar y tener que derrumbar su atmósfera feliz por algo que ninguno de ellos podía controlar.
Unos días no serían nada, ¿no?
— Min, te doy una semana, ¿vale? Máximo dos, pero nada más. Felix se irá entonces a la semana de la moda en Nueva York y al volver estará preparando la fiesta. No quiero que se ilusione más de lo que ya está.
— ¿Me acabas de llamar Min?
Jisung miró al contrario, abriendo ligeramente los labios antes de hablar.
— Escuché a Felix llamarte así, no pensé que te molestaría...— murmuró, aunque en el rostro de Minho no se veía reflejada exactamente una molestia.
— Puedes llamarme como quieras, pero Min... Es incómodo porque solo me suele llamar así él, ¿sabes? Si estuviésemos en otro escenario, no me importaría, pero no sé si estés bien con recordar a Felix cada vez que nos veamos.
— Supongo que tienes razón, entonces como Minho te quedas.
— ¿No hay un apodo más bonito?
Jisung estaba a punto de responder a aquello cuando su teléfono empezó a sonar, y al ver el nombre de su secretaria en el identificador de llamada se apresuró a responder.
— ¿Sí?
— Jisung, ha ocurrido algo... Verás, ¿te acuerdas del profesor de baile al que me pediste que contratara ayer? Ha tenido un accidente viniendo hacia aquí.
— ¿Qué? ¿Cómo está?
— No te preocupes por eso, está bien ahora. El problema es que nos hemos quedado sin profesional, y el programa empieza a emitirse en dos semanas. Estos chicos necesitan entrenar con alguien antes de empezar a grabarlo. ¿No puedes encontrar a alguien para hoy? O como muy tarde para mañana.
— Chae, no creo poder encontrar a alguien para enseñarles a bailar tan rápido...— respondió, frunciendo el ceño. ¿Quién podría serle de ayuda en una situación como esa? Miró a su alrededor. Hace unos años tuvo a un amigo que se dedicaba al baile, pero habían perdido contacto y...
Sus ojos se posaron en el chico apoyado sobre el capote de su coche negro. Éste lo miraba atentamente, esperando a que terminara la llamada.
— Chae, te llamo en unos minutos.— le avisó antes de colgar la llamada, tragando saliva mientras miraba al mayor. ¿Era muy poco tiempo conociéndose para pedirle un favor? Aunque tecnicamente no era un favor, porque le iba a estar pagando.— ¿Honnie te parece un buen apodo para mi nuevo profesor de baile?— cuestionó, viendo como el chico lo miraba confundido, sin entender a qué venía esa pregunta.
— ¿Sí? No lo sé, supongo, ¿por qué le pondrías un apodo a un profesor de baile? A mí me daban miedo.
— La cosa es que, Honnie, ¿serías profesor de baile para unos chicos que tengo de trainees en la empresa? Por favor, necesito a alguien en cuanto antes y...
— ¿Voy a ser públicamente su profesor o solo les ayudaría sin que nadie lo supiese? Porque si la gente se va a enterar tengo que hablarlo antes con mi mánager.
— ¿En serio? No, no, no es nada público.— inentó encontrar alguna señal de que le estuviera tomando el pelo, pero el mayor no parecía estar bromeando. Sin siquiera pensarlo dos veces, lo rodeó con sus brazos en un fuerte y corto abrazo.— Gracias, gracias. Me has salvado.
Minho lo miró con una sonrisa al separarse, asintiendo. Por alguna razón, sentía su corazón burbujear mientras su pulsera cosquilleaba contra su piel. ¿Siempre sería así cada vez que se diesen un abrazo?
— ¿Cuándo empiezo?
— ¿Ahora mismo? Si puedes, claro.
— Estoy libre. ¿Vamos en mi coche?
— Tengo el mío aquí, sígueme tú con el tuyo y así no tengo que volver a recogerlo.— propuso, señalando un coche blanco no muy lejos de donde estaban. Minho asintió, viendo como el menor se alejaba.
Nunca había dado clases antes, ¿por qué había aceptado tan rápido la oferta del menor? Ni siquiera lo habían hablado y ya le había dado el sí sin dudarlo, incluso después de verlo irse no se arrepentía de ello. El abrazo de agradecimiento se había sentido extrañamente cálido, como un buen "pago" por aceptar ayudarle.
Seguro que todo era por culpa de sus pulseras.
[...]
Minho siguió a Jisung por las carreteras de Seúl, llegando a un lugar que él conocía bien. ¿Qué hacían en el edificio de JYP? El mayor miró el lugar, percibiendo muy pocos cambios desde la última vez que estuvo ahí. Cuando vio a Jisung aparcar, se apresuró para hacer lo mismo y así poder preguntarle al menor por qué estaban ahí.
— Oye, ¿por qué hemos venido aquí? ¿No decías que iríamos a tu empresa por lo de los chicos?— cuestionó, viendo como Jisung alzaba una ceja y lo miraba fijamente. ¿Había dicho algo malo?
— ¿Felix no te lo dijo?
— ¿Decirme qué?
— Minho, esta es mi empresa. Soy el heredero, por así decirlo, de JYPe.— habló, viendo como el rostro del contrario se contraía por pura sorpresa y alternaba su mirada entre su persona y el gran edificio frente a ellos.
— No me esperaba esto, osea, ¿me estás diciendo que mi alma gemela es prácticamente dueño de una de las empresas más poderosas de toda Corea?
— Habló Lee Know, el gran fenómeno mundial. Eh, eh, tampoco te creas eso, apenas y hacen algo cuando hay escándalos con un idol, aunque esa parte no es mi responsabilidad y eso...— dijo, formando un sonrisa con sus labios.— Entremos antes de que empieces a creer que todo es mentira o alucines.
— Es que todavía no te creo.— habló, aún sin dejar de mirar hacia el gran edificio.
— Vamos.— Jisung lo tomó del brazo, entrando por la puerta trasera del edificio. Lo que menos necesitaba era explicarle a la gente del edificio qué hacía Minho allí, además de que Chaeyoung ya les estaba esperando en la sala de prácticas con los chicos.— Y bien, ¿alguna vez has enseñado baile?
— No realmente, pero yo también fui trainee, aparte de que soy el gran Lee Know, como bien has dicho antes.— ahora que su sorpresa ya había pasado, Minho inspeccionaba el ascensor en el que estaban, viendo que subirían a la quinta planta.— ¿Dónde está tu despacho?— cuestionó, por si acaso debía pasar por allí alguna vez.
— En la última planta, aunque si necesitas algo puedes ir a recepción directamente.— le dijo, saliendo del ascensor tan rápido como se abrió.— ¿Ves la puerta a la derecha? Chaeyoung y los chicos te están esperando ahí. Yo tengo ahora una reunión, pero antes de salir ven a por una tarjeta de identificación que te voy a preparar en cuanto te expliquen todo lo que tiene que ver con el trabajo.
Minho asintió, mirando a su alrededor y recordando cuando había ido a esa misma sala siendo más joven. En el pasado estaría ansioso por entrar, pero ahora ya era un total experto y había pasado por miles de salas iguales.
— Vale, pero tengo una pregunta sobre todo esto.— las palabras de Minho hicieron que Jisung lo mirara, expectante por escuchar lo que quería preguntar.— ¿Debería llamarte cuñado, futuro amor o jefe?
Jisung le dió una mirada incrédula, abriendo ligeramente la boca. Es verdad que gracias a su conexión se tenían más confianza y una comodidad casi natural entre ellos, pero, ¿tanta confianza?
— Universo, por qué a mí.— susurró para sí mismo, dándose la vuelta para volver a entrar al ascensor.— Llámame Jisung, y ve con Chaeyoung antes de que se enfade.
— La podré calmar con mis encantos.
— Créeme que a ella no le importa quién seas, enfadada da más miedo que esos profesores de baile de los que hablabas.
[...]
Después de un largo día de trabajo y de ir de un lado para otro, Jisung tomó su chaqueta y su paraguas, listo para dejar la oficina y volver a casa.
Ahora que estaba trabajando para convertirse en el CEO en unas semanas, hacía todo lo que su padrino solía hacer, solo que él lo hacía sin ayuda de nadie. Normalmente cuando una persona pasaba a tomar el mando de una empresa debía pasar un tiempo con el superior para acostumbrarse a ello y tomar consejos de la persona a la que sucesaría, sin embargo, eso no sería posible en su situación. No soportaba estar con ese hombre en una habitación por mucho tiempo. Y fue por eso también que cuando llegaba a una reunión las personas se sorprendían al verlo ahí, sin Jinyoung con él, sobre todo si eran ejecutivos de empresas amigas.
Justo cuando estaba poniéndose el abrigo, observando como las calles estaban totalmente mojadas por la lluvia, la puerta de su despacho se abrió, dejando ver a Minho a través de ella, visiblemente exhausto pero con una sonrisa resplandeciente en el rostro.
— No recordaba lo animadas que son las canciones que ponen en las salas de prácticas, ha sido increíble.— habló, dejándose caer en el sofá que tenía Jisung en el despacho.— ¿Dónde está esa tarjeta rara que me has dicho que tenía que coger? Chaeyoung, aka mujer que da más miedo que mis profesores de baile, dice que como no la tenga mañana no me dejarán entrar por mucho que sea yo.
— Encima de la mesa, acaban de traerla hace un rato.— respondió Jisung, observando atentamente el rostro contrario.— Justo me iba, ¿necesitas algo?
— ¿Agua? Por favor.
A pesar de que eso no era a lo que Jisung se refería con necesitar, asintió, yendo a por una botella de su pequeño frigorífico.
— Veo que todo ha ido bien.
— Magnífico, tienes a muy buenos chicos aquí, Jefe.
— Minho, haz el favor de llamarme por mi nombre.
— Vale, vale.— Jisung le tiró la botella, esta siento interceptada por el mayor, quien se incorporó para beber.
No intercambiaron muchas más palabras antes de cerrar el despacho de Jisung, bajar al aparcamiento e ir cada uno hacia su coche en total silencio.
— Bueno, te veo mañana.
— Supongo.— Minho se encogió de hombros, viendo como Jisung se metía a su coche. Habían estado juntos prácticamente todo el día, excepto las horas que pasó en la sala de prácticas.— Ey, ¿no deberías darme tu número? Digo, porque vamos a tener que comunicarnos y...
Su voz cesó al ver como el menor le tendía una pequeña tarjeta con el logo de JYP por un lado y su número por el otro.
— ¿No son éstas las tarjetas que usáis para reclutar a gente?
— Lo son, Minho. Y ahora, si me disculpas, estoy muy cansado y necesito volver a casa.
— Buenas noches, Han.
— Buenas noches.
Minho observó como el menor se iba, agitando su mano hacia él como despedida, viendo como Jisung le sonreía a través del espejo. Cuando lo perdió de vista, sacó su móvil y agregó al menor, enviándole un mensaje para que supiese que es él y lo agendara también.
Había sido un día largo, pero también interesante.
[...]
3068 palabras, todo un récord.
la verdad es que omg estoy muy nerviosa por esta historia porque literalmente he escrito el final, ideado todo y omg solo voy a escribir mucjo éstos días para poder subir las escenas que he escrito del final, aunque para eso falta mucho. de todas formas, espero qye hayáis disfrutado leyendo, aunque ya nadie comente nada 🙄 /hj
gracias por el apoyo <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top