﹝07﹞

Jisung estaba sentado junto a ellos, pero sin poder sentirse más fuera de lugar. Los otros tres chicos no dejaban de hablar de la infancia que pasaron juntos, y él no sabía qué decir. Felix apretaba su mano de vez en cuando,  mientras que Minho le echaba una que otra mirada. Estaba atrapado entre esos dos hermanos.

— Chicos, tengo hambre. ¿Qué tal si pedimos algo para comer aquí?

— Yo también. Ahora que lo pienso, me apetece una pizza. ¿Qué tal el restaurante de Mark?

— Mark no hace envíos, Minho.

— No importa, puedo ir yo a por ella. De paso también le saludo.

— ¿Cómo vas a ir? Está bastante lejos.

— Ya tengo el coche listo, así he llegado esta mañana. ¿Vienes conmigo, Lix?

— ¡Genial! Creo que sería mejor que Jisung vaya contigo, así os vais conociendo. Sois los únicos aquí que no han pasado tiempo juntos. ¡Podríamos incluso ampliar el grupo con Jisung!

Changbin miraba a Felix desde la cama, sin saber si debería reír o abrazar a Felix por lo inocente que era al no notar lo incómodo y extraño que era el ambiente entre esos dos. Pero él no iba a decir nada, ya que eso significaba pasar más tiempo con el chico.

— Felix no creo que yo...

— ¡Hannie! Venga, por favor. Quiero que te lleves bien con Minho. Sé que no sueles relacionarte con la gente, pero creo que tu personalidad quedaría genial con la de mi hermano.

"Si tan solo supieras."

Jisung miró a su pareja, sintiéndose cada vez más culpable cuando no tenía porqué. Estaba intentando atrasar lo inevitable, que sería estar con Minho. Pasaría tarde o temprano. Además, no es como si le fuera a ser infiel a Felix por ir con su hermano a comprar una pizza.

Miró a Minho, y luego nuevamente a Felix.

— De acuerdo.

— Genial, ¡id rápido, que tengo hambre!— Felix se levantó de su sitio, tomando a Jisung por los hombros y prácticamente echándolo de la habitación, siendo seguido por Minho.— Ni se os ocurra traer algo con piña, no os dejaré entrar si eso pasa.

Dicho esto, cerró la puerta, dejando a los dos chicos fuera, uno anonadado y el otro con una sonrisa en el rostro. Jisung aún no despegaba su vista de la puerta.

— ¿Jisung? ¿No nos vamos?

— Sí, claro, vamos.— sin mirar a Minho, el menor empezó a caminar, casi ignorando al Lee mayor.

Minho, por su parte, lo observaba de espaldas. Con las manos en los bolsillos, empezó a delinear con la mirada la figura de su destinado. Cuando Jisung dobló la esquina, salió de su ensoñamiento para seguir al chico más rápidamente, posicionándose a su lado.

— Tenemos que conocernos, ¿no?

— Ya nos conocemos.

— Sabes a lo que me refiero.— el ascensor frente a ellos se abrió, dejándoles ver que estaba prácticamente lleno, aunque había un pequeño espacio para dos.

— Podemos esperar al siguiente.

— Tengo el coche en zona amarilla, vamos.— el mayor agarró la muñeca del contrario, metiéndolos en el ascensor justo antes de que se cerrasen las puertas.

El ambiente dentro del ascensor estaba muy cargado, además de que Jisung sentía varios cuerpos a su alrededor, algo que le hacía sentirse incómodo. Miró a Minho, quien estaba a su lado con la fija en su teléfono. Estaban prácticamente pegados.

Jisung pretendía también sacar su teléfono, pero una sacudida acompañada de que la luz se apagase en el ascensor lo hizo sobresaltarse. Dio un salto en su lugar, arrimándose aún más a Minho por el choque de cuerpos por el sobresalto de los demás.

No veía nada.

— ¿Jisung? ¿Estás bien?— la voz de Minho se hizo escuchar entre los gritos de la gente asustada. El menor buscó la mano del chico en la oscuridad, siendo reconfortado al instante por la onda que emitieron sus pulseras al conectarse.

Entonces, la luz volvió y el ascensor se abrió, dejando salir a la gente. Al parecer un niño había tocado el botón de emergencia.

Minho sujetó la mano de Jisung hasta que todos salieron, evitando así que se golpearan con la multitud aún asustada.

— Vamos.— cuando todo quedó vacío, tiró de él, sacándolos del lugar. Estaban ya caminando hacia la salida cuando escucharon a una señora gritar el nombre de Jisung. Ambos se dieron la vuelta, viendo en las manos de la anciana sus pulseras. La mujer había leído el nombre de Jisung en una de las cadenas y los miraba esperando a que alguno volviera a por ellas.

Se habían caído al desbloquearse y ni siquiera se habían dado cuenta. Minho miró a Jisung antes de ir hasta ella, tomando las dos pulseras y dándole las gracias a la mujer, quien los miraba con una muy amplia sonrisa.

Antes de que Minho pudiese volver con Jisung, la anciana lo tomó del brazo, susurrándole algo al oído. Jisung sintió curiosidad, aunque tampoco dijo nada cuando Minho volvió con él y le puso la pulsera.

— Ahora sí, ya podemos irnos.

[...]

Ya en el coche, el ambiente estaba más relajado de lo que ellos creían. Jisung ya se había tranquilizado del susto que tuvo en el ascensor y Minho estaba mirando la ruta en el teléfono para poder ir a la pizzería.

— ¿Y bien? ¿Vamos a estar todo el camino en silencio o tienes algún tema del que hablar?

— Tenemos toda la vida para hablar, literalmente. Un poco de silencio no matará a nadie.

Minho miró de reojo a su compañero de viaje, sonriendo por lo dicho. Era la primera vez que Jisung hablaba así con él.

— ¿No tendríamos que hablar sobre Felix? 

Jisung, quien desde que salieron no le había dirigido la mirada, giró la cabeza, prestándole atención.

— ¿Acaso hay algo de lo que hablar? No puedo seguir con él, y menos sabiendo que de todas las personas del mundo, su hermano es mi destinado.

— ¿Por qué hablas de mí en tercera persona?— Jisung alzó una ceja, volviendo a girar la cabeza para poder mirar por la ventana mientras que Minho seguía conduciendo.— Bien. ¿Cuándo piensas cortar con él?

— No voy a cortar con él, eres su hermano, tú se lo dices y él corta conmigo.

— ¿Qué?— el coche frenó a un lado de la carretera, permitiendo que Minho se girara en su lugar para ver a Jisung y prestarle más atención.— Tú eres su novio, es vuestra relación la que va a terminar, no la suya conmigo.

— No puedes pedirme que rompa con él, no puedo decírselo a la cara. ¿Sabes lo ilusionado que estaba con nuestra ceremonia?

— Jisung, tampoco es como si lo hubiésemos hecho a drede.

— ¿Tanto te cuesta decírselo y ya?

— Si tan fácil te parece, ¿por qué no lo haces tú?

— Ya te he dicho que no puedo.

El coche se volvió a sumir en el silencio.

— Mira... No importa quién se lo diga, pero tiene que saberlo, ¿entiendes? Es mi hermano, y no puedo dejar que siga viviendo en una falsa ilusión de felicidad. Daño le vamos a hacer, se lo digamos o no.

— Felix merece encontrar a alguien que lo haga feliz.

Minho asiente, volviendo a arrancar el coche y enfocándose en la carretera.

Jisung lo miraba de reojo de cuanto en cuanto, prestándole más atención al aspecto del castaño ahora que lo tenía tan cerca. Se había sacado la lotería, sin duda. Y eso sin mencionar que el chico era bailarín.

Una alarma se encendió en la menta de Jisung, haciendo que el chico empezara a pensar en lo que aquello conllevaba. Minho no era solo Minho, el hermano de Felix con el que pasaría el resto de su vida, si no también un idol profesional de reconocimiento mundial. Recordaba además que Felix le había contado que su vida no había sido para nada fácil. Se había centrado tanto en sí mismo que no se había parado a analizar la situación de Minho, que era incluso más complicada. Le daba dolor de cabeza el solo pensar que algún día tendrían que anunciarle su relación al público. Su muñeca, la cual estaba siendo oprimida por su pulsera, estaba cálida. Lo llevaba sintiendo toda la mañana desde que vio a Minho, y ya se estaba acostumbrando a aquel cosquilleo. Levantó un poco su mirada, viendo la mano de Minho a centímetros de la suya.

Casi inconscientemente, su mano se dirigió hacia la del mayor, apretándola.

— ¿Ocurre algo, Jisung?

Han alzó el rostro, quedando cara a cara con Minho, aunque el segundo enseguida volvió a girarse para conducir correctamente.

— No, nada.

[...]

— ¿Te vienes conmigo? A Mark le gustará conocerte.— habló Minho una vez aparcaron frente a un restaurante.

El lugar parecía ser grande, ya que se encontraba en la esquina de un gran edificio. El sabroso olor a pizza recién hecha llegaba hasta el coche.

— ¿Conocerme como prometido de Felix?

— Conocerte sin más, no le vamos a decir que estás con Felix, de todas formas no será por mucho.

Jisung asintió, saliendo del coche a la par que lo hacía Minho. Juntos, entraron al local, siendo golpeados por el ambiente hogareño.

La pizzería estaba decorada con papel en las paredes, dando la sensación de ser ladrillos lo que llenaban el lugar. También había un gran horno de piedra en una esquina, encendido, algo que sorpendió a Jisung. ¿Cocinaban la pizza a la antigua? Además, todo estaba colocado y distribuido al detalle, haciendo que el lugar pareciese elegante y normal a la vez.

— ¡Mark, clientes!— gritó un chico en el mostrador nada más escuchar la campana de entrada. Ni siquiera levantó la mirada para verles.

— ¿Ahora soy un cliente?

La voz de Minho pareció llamar la atención del chico, ya que levantó la mirada de inmediato y soltó un chillido de emoción al verlo. Enseguida salió de su pequeño espacio, abrazando a Minho con una gran sonrisa en el rostro.

— ¡Lee Minho! ¡Hace tanto tiempo que no sabemos de ti!

Casi al instante, otro chico salió de una puerta en la que Jisung no había reparado, mirando a Minho de la misma manera que su compañero de trabajo.

— ¡Mi Lee favorito!

El chico, el cual tenía un cabello rojo bastante llamativo, abrazó también a Minho, dándole dos golpes en la espalda de forma amistosa.

— Mark, un gusto volver a verte.

— El gusto es mío, Lee Know.

— Mark, por favor, no empecéis a llamarme así.— los otros dos chicos rieron, viendo cómo Minho se quejaba por haber usado su nombre artístico.

— Ven, hombre, siéntate, tienes que ponernos al tanto de cómo te va en la vida.

— No hoy, he venido a por la mejor pizza de Corea. Quizá otro día pase por aquí.

— Me dueles, Lee.— Mark hizo un gesto dramático, agarrándose el pecho. Entonces, sus ojos repararon en Jisung, quien estaba mirándoles incómodo tras Minho.— Oh, dios mío. ¡Minho!

Y por segunda vez, abrazó a Minho con fuerza, haciendo que el bailarín se sintiese desorientado.

— ¿Qué...? Mark.

El llamado se separó, yendo a abrazar a Jisung sin decir palabra.

Jisung, anonadado, miró a Minho con la boca abierta, alzando una ceja y entrecerrando los ojos sin entender nada.

— Jae, es él.— murmuró, aún sin separarse de Han.

Jisung, quien devolvía el abrazo por pura cortesía, observó cómo el tal Jae abría los ojos y miraba a Minho con pura sorpresa en el rostro.

— No te creo.

Mark se separó del más bajo, viendo a Jae a los ojos antes de tomar sus manos.

— Jae, te lo juro por lo que más quiero, este chico es el soulmate de Minho.

[...]

hola otra vez jajant

un mes sin actualizar, increíble. anyways, feliz cumpleaños stay <3 espero que estéis teniendo todos unas buenas vacaciones y que os haya gustado el capítulo.

la verdad es que he estado en un bloqueo con esto aunque ya lo tenía planeado, así que espero no tardar tanto en subir el siguiente capítulo PORQUE AHÍ YA EMPIEZA LO INTERESANTE 💅

bueno, gracias por las visitas y los votos, me alegrais el día ♡

pd: este ha sido el capítulo más largo que he escrito yep.

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