Epílogo

Se detuvieron un momento luego de dejar el bosque, Jungkook se giró a mirar a Jimin, el chico estaba nervioso. No era para menos, pero Jungkook estaba junto a él, y nunca dejaría que nada le sucediera a su pequeño omega.

—¿Estás listo?

—Si. Listo, cuando digas.

Jungkook asintió y tomó su mano, guiándolo unos pasos más adelante, hasta cruzar la puerta de la enorme propiedad que pertenecía a la familia del alfa.

Muchos miembros de la manada estaban allí, reunidos en el patio trasero de la vivienda, celebrando el cumpleaños de Jin, el padre de Jungkook. Cuando ellos llegaron, las conversaciones cesaron y todos los presentes fijaron la mirada en Jimin.

Jungkook se tensó por un momento. La forma en que todos miraban a Jimin, le molestó, pero luego recordó que era su primera vez en casa, así que obviamente todos estaban sintiendo una gran curiosidad.

Había pasado muchas semanas ensenándole a ser lobo, claro, luego de haber insistido mucho para que la abuela Lawan se lo permitiera. Pero Jimin, era un niño, aunque jurara siempre que no tenía miedo, todo lo que estaba viviendo, era nuevo para él, cada día una experiencia diferente.

Jimin se acercó mucho más a él y le rozó el brazo, e inmediatamente Jungkook colocó su mano en la mitad de su espalda, transmitiéndole confianza y protección, y de paso, dejando saber a todos que Jimin era su pareja... lo sabían, pero solo por si acaso.

—¡Dios, eres tan lindo! —chilló de pronto, la madre de Jungkook, acercándose al pequeño y pellizcando cariñosamente sus mejillas.

Eso definitivamente terminó con el silencio y el momento incómodo. Muchos empezaron a reír y la conversación fluyó por todos lados.

Todo marchó a la perfección, mientras el omega se mantenía colgado del brazo de su alfa. Pero cuando Jin le pidió que fuera con su hermano por más bebidas, al interior de la casa, y Jimin se quedó solo con Selene y él. Casi se abren las puertas del infierno.

—El pequeño huele jodidamente bien, Jungkook —había comentado su hermano— ¿Qué estás haciendo con él? Nunca he percibido un olor igual en nadie. —Jungkook frunció el ceño. ¿A qué diablos se refería, Nam?— Lo has visto ¿cierto? Todos pueden olerlo, y les atrae. —Nam inhaló audiblemente junto a su hermano menor.

Él adoraba el olor de Jimin, pero nadie más debía...

No tuvo tiempo de decirle nada a su hermano, cuando un barullo se escuchó fuera de la casa y Jungkook tuvo que salir corriendo. Gruñendo en el proceso. Un grupo de alfas jóvenes, habían empezado a pelear entre sí. Sus padres no estaban, y lo peor... Jimin no estaba. Su corazón se aceleró y corrió hacia la conmoción. Sus colmillos salieron y cerró sus puños, preparándose para defender a su pareja. Inhaló profundo, tratando de encontrar a Jimin. Él estaba en algún lado en medio de la multitud, su aroma estaba en todos lados, pero Jungkook no podía verlo.

—¿Dónde estás Jimin? —preguntaba sin obtener respuesta.

De pronto, su fuerte voz alfa salió, oyéndose sobre los gruñidos y gritos. De inmediato todos se dispersaron.

—¿Qué sucedió? —Jimin corrió hacia él, dejando a los padres de Jungkook, y se acurrucó en sus brazos. Enojado como el infierno, señaló hacia una pequeña multitud de alfas adolescentes, como él—. Esos mocosos trataron de morderme. Si no fuera por tus padres... ¡Dios! —Gritó indignado. Jungkook sonrió, a pesar del mal momento que habían pasado. Jimin era condenadamente adorable—. ¿Ya me vas a decir que acaba de suceder?

—¿No crees que eso deberías decírmelo tú?

—Pues si lo supiera-

—Hijo —Selene intervino—. Jimin es un omega. —Acaso su madre estaba tomándole el pelo. Por supuesto que Jimin era un omega. Se lo había dicho desde el primer momento. Todos lo sabían—. Lo que quiero decir es que es un real lobo omega. —ambos se miraron—. Son muy raros y preciados. —Jimin se sonrojó— Alguna vez hablamos sobre, como los Omegas eran la columna vertebral de una manada. Ellos realzaban el poder del alfa, pero también tienen poder sobre él. ¿lo recuerdas? —Nop. No lo hacía. Quizá porque cuando tuvieron esa charla, estaba demasiado deprimido y con ganas de salir a buscar a Jimin, que prestando mucha atención a las palabras de su madre.

—¡Qué diablos mamá! No entiendo nada. ¿me estás diciendo que por ser un omega, Jimin hará enloquecer a todos los alfas? —Los ojos de Jimin se abrieron enormemente, mientras miraba de reojo al hermano y padre de Jungkook, sonriendo, sentados cerca de ellos.

—No, todos aquí, sabían que es un omega, solo tu padre, Nam y yo. Pero es su aroma el que lo delata ahora. Él está creciendo, tiene una pareja y su lobo está cambiando. —Jimin estaba más rojo que las fresas silvestres que tanto le gustaban—. Está madurando y se hace poderoso. Los alfas reaccionan a su aroma. —Quizás Jungkook debió haberlo visto venir. Desde que se presentó, Jimin, había tenido varios cambios, no solo en su forma de actuar, sino también en su físico y en todo sentido. Además, era muy diferente a otros lobos que conocía. La abuela Lawan, también le había hablado de ello, pero otra vez, no había prestado atención.

¡Alfa idiota!

—Cállate. —Su lobo nunca perdía la oportunidad...

—Ahora soy yo quien no entiende. —Jimin suspiró derrotado.

—Jimin, mi hijo todavía no te ha reclamado, y eso puede complicar las cosas. —Jungkook estaba confundido— Escucha, Jungkook —dijo tomándolo por los hombros— parte del poder de un omega es su capacidad de calmar a la manada. Tu eres el alfa de esta manada. Encontraste a tu destinado. La manada los necesita como una unidad. Jimin necesita tu marca e integrarse a tu manada, que ahora será SU manada.

Eso era una completa y total... verdad. Una locura, pero verdadera. Claro que deseaba integrar a Jimin a su manada, pero aún no lo habían hablado. Y mucho menos había obtenido la aprobación de la abuela y madre de Jimin.

—Tu pareja no es omega por accidente. Debes reclamarlo como tuyo, a menos que quieras que otro alfa lo haga.

—¡Joder no!

Selene, Nam y Jin se rieron.

—Eso pensé.

—¿Que tengo que hacer?

—Tómate una cerveza hijo —Jin destapó una lata y al hacerlo tontamente, se cortó el dedo.

Inmediatamente, Jimin saltó y tomó la mano del padre de su alfa y sin que nadie lo anticipara, lamió sobre la cortada, allí donde la sangre brotaba, y para sorpresa de todos, la herida cerró instantáneamente.

—Y ahí lo tienes... —dijo Nam bebiendo un sorbo de su propia cerveza— algo más que debes saber sobre los omegas. —Jungkook suspiró— Cada omega tiene un don diferente. Algunos hacen crecer las cosas, otros pueden poner a la manada en trance, están los que pueden hablar telepáticamente con su alfa. Y Jimin al parecer sana a los demás. Es un sanador. Es muy peculiar cada omega. ¿No te parece? —Tanto Jungkook como Jimin asintieron, en completo shock—. Además, tú desarrollarás más fuerza por estar en su presencia.

—Así que... —Jimin habló por fin— Tienes que reclamar a tu omega, Jungkook. Mientras no lo hagas los otros pueden hacerlo. Y créeme, este omega no quiere eso.

—¿Y cómo?

—Una mordida, durante la interacción sexual.

Okey, eso ya no era algo que ninguno de los dos quisiera discutir en público.

Por el resto de la tarde, no se alejaron ni un solo centímetro del otro. Y mientras iban de regreso a la casa de Jimin, en auto, por recomendación de Nam, para evitar que el olor de Jimin estuviera en todos lados. Conversaron acerca de todo lo que se vendría para ellos. Iban a asumir la responsabilidad de sus propios cuerpos, así Jimin todavía no hubiera cumplido los dieciséis años, que su abuela había puesto como plazo.

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

------

Gracias por leer!!!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top