1. Es él

Suay Village no tenía muchos habitantes, doscientos como mucho. El pueblo en sí, estaba rodeado de una inmensa área verde. Bosques que eran justamente lo que los hombres lobo como él, necesitaban. Ese día en particular, Jungkook de verdad creyó que, alejándose de su manada, podría olvidarse del mal rato que había pasado con su padre. El hombre le había dicho que en vista de que su hermano mayor, El nuevo alfa de la manada" se había convertido en padre y su familia había crecido impresionantemente, le iba a conceder su pedido de iniciar su propia manada, y él debería ser presentado como el nuevo alfa, al ser el segundo hijo en la línea de sucesión.

Desgraciadamente no tenía como negarse. Estaba condenado a quedarse.

Jungkook, había nacido, crecido y vivido dentro de la manada Black Lotus, durante diecinueve años. A esa edad, aún no había encontrado a su destinado. Todos los demás jóvenes de su edad lo habían hecho, así que estaba comenzando a frustrarse. Aún le resultaba increíble y difícil aceptarlo. Él quería enamorarse, y vivir con su pareja, dentro del pueblo, pero estaba dispuesto a dejarlo todo, incluso a su familia y su posición dentro de la manada, si su pareja, así lo prefería.

Estaba dispuesto a marchaste, sin mirar atrás. Pero su hermano había tenido cuatro hijas, así que, no tenía como negarse. Realmente estaba condenado. Y no era porque las alfas fueran menos importantes, solo que nunca antes una de ellas había liderado. Jungkook provenía de una larga línea de alfas puros. Él era un alfa puro, y era el siguiente en la línea de sucesión.

» Había corrido cerca de una hora. Su resistencia era buena, pero en ese momento, decidió parar. Estaba muy lejos y solo.

Decidió sentarse bajo un árbol, apoyando su espalda contra el tronco y permitiéndose respirar profunda y calmadamente, cuando todos sus sentidos, decidieron activarse...

Tenía los ojos cerrados, así que no veía nada, pero podía escuchar el ruido de los insectos, volando. La respiración de las liebres, y sus dientecillos mordisqueando algunos tallos. Pisadas, que no eran de ningún animal, aunque eran muy sutiles, mientras se mezclaban con el sonido de las hojas remeciéndose en los altos árboles. Un agudo clic, al parecer de una polaroid. Y a su olfato, junto con una suave brisa, el aroma dulce de un perfume y no precisamente de las flores o las bayas silvestres que crecían por ahí. Se fue poniendo de pie, sin abrir los ojos, dejándose llevar por lo que estaba percibiendo... el olor de un humano.

Llevaba días, queriendo acercarse y explorar los limites más alejados del pueblo, el área donde los humanos suelen vivir, ignorando, o en todo caso, fantaseando, que existen criaturas sobrenaturales entre ellos. Aunque no tienen manera de comprobarlo, y ahora estaba allí. ¿Se había alejado tanto? ¿había llegado a Suwut? No, no era así. Y los humanos no solían visitar esa parte del bosque, que rodeaba Suay Village, a menos que tuvieran instinto suicida.

Poco a poco fue aligerando el paso, discretamente. Sus ojos cambiando de color y en completa alerta, para no ser descubierto. El aroma volviéndose más intenso, penetrando demasiado sus fosas, y grabándose en su cerebro.

⇒Hay algo diferente. Su olor es demasiado atractivo. ¿habías percibido un aroma parecido, antes?

Trepa hasta la rama del árbol más alto en cuanto sabe que está a pocos metros. Y la vista que tiene desde ahí, es completa. Puede ver al humano, es pequeño, no está demasiado lejos, pero se encuentra lo suficientemente distraído viendo algo, como para darse cuenta de que está siendo observado. Así que Jungkook, decide acercarse sigilosamente hasta un lugar en donde pueda ver exactamente lo que está haciendo. Normalmente, no lo haría, pero ya que podía, no iba a perder la oportunidad.

A tan solo un par de metros de distancia, su nariz pica horriblemente, debido al olor del pequeño humano. No debe tener más de 15 años, es bajito. ¿Qué hacía un niño en medio del bosque, completamente solo y tan lejos de los suyos?

Rodeó un árbol, para una mejor vista y entonces vio que el muchachito, estaba viendo muy de cerca, a un pequeño gorrión, es más estaba hablándole, mientras algunas mariposas revoloteaban a su alrededor e incluso se posaban sobre su cabello, adornándolo y haciéndolo lucir más hermoso de lo que ya era. Entonces toma su cámara y le hace una foto a la pequeña ave, y en cuanto él, le agradece, sale volando.

⇒Es considerado.

—Lo es.

⇒También es guapo.

—Y adorable.

⇒Y ese olor a perfume de gardenias, mezclado con frambuesa... es exquisito.

—Se aleja.

⇒Síguelo. No lo dejes ir.

—No puedo hacerlo.

⇒Ve por él.

—¿Estás loco?

⇒Él me vuelve un poco loco.

Jungkook tragó en seco y trató con todas sus fuerzas de ignorar las palabras de su lobo. No podía dejar que causaran ningún tipo de efecto sobre él.

Era un niño, y humano.

Continúa caminando, descuidadamente y para cuando es consciente de lo cerca que se encuentra del muchachito, no puede creer que él, no se haya dado cuenta, O era demasiado descuidado o como había pensado antes, tenía instintos suicidas.

—No tienes que ocultarte —escucha de pronto la suave voz y se le estremece el cuerpo. —El chico está parado, apoyando una mano en un árbol. No se gira en ningún momento. Es más pequeño de lo que parecía, minutos atrás. Su cabello es de un color plateado con reflejos dorados, y su rostro, no puede ver más que su perfil, una nariz pequeña y perfilada. Luce muy delgado cuando se voltea de repente y lo mira directamente con sus grandes y hermosos ojos color gris. Es hermoso, su piel blanca, muy blanca y unos abultados y rojos labios, en forma de corazón. Jungkook se da un golpecito mental en la espalda, al parecer el chico no se asusta con su presencia, y eso es debido a que decidió correr en su forma humana. Pero sin poder evitarlo, siente como sus ojos cambian, no por su inevitable instinto asesino, sino, porque se han encontrado directamente con los del chico frente a él. Da un paso más, al frente, está a escasos cinco pasos, cuando el muchacho, decide que es buena idea ladear la cabeza, apoyándola en el tronco del árbol, mientras continúa mirándolo directamente a los ojos. Jungkook sabe que no lo hace intencionalmente, pero que le muestre el cuello de esa manera, para un lobo es clara señal de sumisión— Tus ojos, son hermosos. —Continúa, escudriñando su mirada— Son azules, pero tienen el centro dorado. Son increíbles —¿Azules? ¿Desde cuándo? El muchachito debe estar ciego, aunque más, parece hipnotizado. Grande es la sorpresa de Jungkook, cuando mira fijamente y los ojos grises del muchacho, brillan por un instante, adquiriendo también un tono azulado.

⇒¡Es él!

Su lobo grita y automáticamente su respiración se vuelve agitada.

—¡Es él!

Sus colmillos salen, e incontrolablemente quieren hundirse en la lechosa piel de ese cuello expuesto. Da un paso más y un gruñido se forma en su garganta, haciendo que el muchachito, cierre los ojos y dé un paso atrás, perdiendo el equilibrio. De inmediato sus colmillos se retraen y antes de que su acompañante caiga, él logra sostenerlo entre sus brazos.

Así, tan cerca, escuchando como su corazón latía descontrolado y sintiendo su cuerpo relajarse, era imposible no pensar en la idea de hundir su nariz en ese delicado cuello.

Lo hizo... había sido demasiado tentador.

—Me llamo Jungkook —susurró contra él, arrancándole una tierna sonrisa.

—Jimin, —dijo riendo— y me haces cosquillas...


𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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