"Dos seres que se aman profunda e incondicionalmente son aquellos que nacieron de un alma única que se separaron por orden de los dioses en los comienzos de la vida para así seguir dividiéndose y poblar al mundo de almas. De un alma nacieron dos, de esas dos cuatro de esas cuatro dieciséis y así sucesivamente.

Se cuenta que las almas gemelas en cada vida que pasan por la tierra se buscan para encontrarse y ver si aprendieron lo suficiente como para merecer vivir nuevamente juntas. A veces se encuentran efímeramente en un instante de una vida, casi desapercibidamente dejando enseñanzas para ambos que puede valorarse más adelante en cada una de sus vidas particulares.

Otras se quedan unidas definitivamente siendo el estado ideal para las almas y en otras ocasiones pueden no encontrarse en una vida o en varias."

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En la aldea en donde vive hay una persona que ha vivido lo suficiente para considerarle alguien muy antigua, pues se dice que no es una anciana normal, algunos piensan que es una clase de adivina pues puede decir cosas que aún no pasan.

Aunque no son cosas realmente impactantes, más bien es una adivina del amor y la fortuna. Siempre que tenía la oportunidad contaba muchas historias pero la más famosa eran las almas gemelas una historia muy antigua, aunque Sogo nunca la había escuchado de la boca de la mujer más bien su tío se la contó cuando era muy pequeño.

Claro que era lo mantuvieron en secreto pues su padre nunca aceptaría que aquello existiera y no aprobaría que se lo hubiera contado.

Aunque ahora en su vida de joven adulto y que no vivía más con sus padres no tenía por qué seguir esa regla aunque claro varias veces le costaba hablarle un poco, ahora podía hacer lo que deseaba... aunque también le costara.

Cuando su tío falleció entendió que, probablemente lo que estaba haciendo no era vivir pues nunca hacía nada que le gustará, así que tiempo después se fue a mudar a la pequeña cabaña que este tenía a las orillas de la aldea.

Vivir solo muchas veces puede asustar pero a él le sentaba bastante bien.

—Estoy de vuelta— alza un poco la voz en cuanto abre la puerta dejando la canasta que traía comida sobre la mesa de madera de la cocina, centra su atención en el silencio que se escucha así que se dirige nuevamente a la puerta y sale para ir a la parte trasera.

Esa parte de la cabaña tiene un gran campo de pasto y diversas flores que Sogo suele cuidar con bastante devoción, como lo hacía su tío. Observa el cielo por unos segundos, como las aves van de aquí para allá, su vista también se centra en una hermosa mariposa de color azul... era muy raro ver una con ese color.

"Se dice que a los ojos del alma noble, del que sabe ver con amor vislumbra una llama azulada violácea sobre el hombro izquierdo de su alma gemela, del lado del corazón. Solo la vera en su alma gemela y no en ninguna otra y solo lo encontrará una sola vez en una vida."

Da unos cuantos pasos más hasta que por fin ve a quien se supone que debía recibirle, jugando con los dientes de león que había ahí.

—Sou-chan, ven.

—Tamaki-kun dijo que se la pasaría todo el día en la cama, me alegra saber que no fue así— comenta acercándose al joven con orejas en la cabeza y que también posee una cola. Algunas personas puede que le consideren peligroso por ser un lobo pero no lo es, siempre y cuando no tenga hambre de King Puding.

En el momento que se pone a su lado el joven lobo toma otro diente de león y se lo extiende al de ojos morados. —Hagamos uno juntos, al mismo tiempo Sou-chan— le sonríe y le mira con ese brillo en los ojos que solo él puede apreciar.

—Por supuesto ¿Estás listo?— pregunta comenzando a tomar aire suficiente para soplar.

— ¡Sí!

Fue justo después de que cumpliera los doce años cuando le conoció, había ido por agua al rio y por casualidad escucho a alguien llorando detrás de unos arbustos que había a unos metros delante de él. Y aunque siempre le dijeron que fuera y volviera lo más rápido posible, fue a ver quién era.

Le dio la vuelta a los arbustos para terminar encontrándose con un pequeño lobo que lloraba amargamente porque se le había caído un famoso postre llamado King puding. Sogo recordó que tenía algunos en su canasta así que se acercó para ofrecerle algunos que traía, al principio pareció asustarlo pero una vez extendió un frasco eso quedo atrás.

Desde ahí se siguieron viendo.

Con el tiempo algo dentro de sus corazones fue apareciendo y creciendo gradualmente, haciendo que los momentos juntos sean muy coloridos, siendo sensaciones más dulces y abrigadoras que cualquier cosa sobre la faz del mundo.

Puede que ninguno de los dos estuviera buscándose de manera consiente, puede que nunca en aquella vida lo hubieran hecho y que tampoco prestaran atención a la pequeña llama azul, pero ahora que están juntos no pueden evitar pensar que eran lo que necesitaban.

— ¡Sou-chan sopla con ganas!— le reprocha sacándole de sus pensamientos.

—Lo siento— dice sonriéndole y con las mejillas rojas por recordar aquello en ese momento.

Su único deseo era estar juntos toda la vida.

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N/A: ¡Hi! Aquí el siguiente regalito que prepare para navidad, pero este va para mi queridisima LinSunnys quien me ha llenado el corazón con MEZZO en los últimos meses.

Gracias por eso. 💜