Han pasado 2 años desde aquel incidente, nadie supo quien había sido el responsable de tal cosa, los padres de aquellos niños estaban destrozados y buscaban justicia para alguien que no dejó ni huellas, pelos o cualquier otra pista, desde entonces aún no se ha encontrado al culpable, cuando encontré aquellos collares, decidí guardarlos bajo llave...y ahí han estado desde entonces. Despúes de lo que pasó, me cambié de colegio, era un lugar un poco tipo religioso, estaban los tipicos uniformes de un colegio normal, pero cada mañana todos los cursos se ponían en fila en el patio antes de entrar a clase para rezar, el primer día que fui, estaba muy nervioso, no queria que fuera el mismo infierno que en el otro, asi que decidí pasar desapercibido.

Al principio todo transcurria tranquilo para mi, nadie se metía conmigo, ni me insultaban y eso era un alivio, pero cada día después de clase tras salir a la calle para esperar a mi madre para que me viniera a buscar, siempre veía al tipico grupo de adolescentes que se reunian en una esquina e insultaban y pegaban a todo el que pasaba por ahí, pero si eras una chica, te levantaban la falda, te decian cosas obscenas, etc. Cada vez que los veía, sentia aquella rabia, la misma que cuando paso el incidente hace 2 años, pero pasaba de largo debido a que nunca me molestaron, aun así al hacerlo y llegar a casa, me empezaba a encontrar muy mal, oía voces de insultos y además imagenes en mi cabeza del incidente que me atormentaban todas las noches.

Tras un par de semanas de clases, conocí a un chico que estaba en la secundaria, su nombre era Jesús, un día se acercó a mi en el recreo y me dijo -¿te llamas Adrián no?- estaba descolocado, como alguien puede saber mi nombre si ni si quiera me molesté en decirselo -si...soy yo, ¿de qué me conoces?- me explicó que su madre trabajaba con mi abuela en la sección de lavandería en el hospital y un día mi abuela le enseño una foto mía, de ahí que me conocía y le diera curiosidad por conocerme. Pasaron los días y Jesús y yo nos llevabamos genial, el estaba como una cabra y además me confeso que era homosexual, pero a mí no me importaba, aunque yo fuera hetero. Con el tiempo empecé a hacer más amigos, eso me alegraba un montón y nadie me insultaba, sin embargo algo en Jesús cambio, sin venir a cuento tras 1 mes de clase, en el recreo me dice -oye Adri...¿te apetece jugar a una cosa?, es que me aburro mucho...¿tu no?- yo acepte y le seguí a los baños de chicos, al llegar el cerro la puerta...se acercó a mi, y me dijo -mira, lo que voy a hacer sera...- empezaba a bajarse los pantalones mientras intentaba...tocarme -¿QUÉ MIERDA ESTAS HACIENDO?- grité enfadado y a punto de pegarle, pero en vez de eso, le solté la camisa y me fuí.

Tras eso, me pidió disculpas, me dijo que no sabía lo que estaba haciendo que no era el mismo, decidí creerle pero guarde las distancias con él. Al pasar los días, los dos nos distanciamos y dejamos de hablar, en el fondo estaba cómodo pués no quería saber más de el, pero lo raro y atemorizante de todo, es que cada vez que voy al baño para...hacer mis cosas, el me seguía por detrás intentado entrar al baño conmigo, pero siempre me daba cuenta y le llamaba la atención y así pasó hasta la mitad del tercer trimestre.

Quedaban un par de semanas para acabar las clases, Jesús dejó de acosarme, yo estaba feliz porque ahora llegaban las vacaciones y había echo muchos amigos, un día a segunda hora me dieron ganas de ir al baño, bajé las escaleras hasta el último piso, iba a abrir la puerta del servicio cuando escuche voces dentro, parecián voces de...dolor, agonía y parecian estar pidiendo ayuda. Abrí la puerta un poco para que no me vieran y...encontré a Jesús, con un niño menor de edad al que estaba...violando brutalmente, mi mente comenzó a nublarse, volví a sentir esa sensación, esa rabia descontrolada, quería hacer algo, tenía que hacer algo...en vez de eso, cerré la puerta y me fuí como un conejo asustado, no quería nada más, solo...irme a clase. Cuando tocó la campana decidí volver al servicio, cuando abrí la puerta no hice otra cosa que gritar...aquel niño estaba muerto, ensangrentado y con marcas en el cuello como si lo hubieran estrangulado, todos los profesores y alumnos vinieron en mi ayuda y vieron la escena como si estuviera sacada de una pelicula de terror, lo que hice fue decirles a los profesores lo que pasó y quien había sido -fue Jesús de la secundaria, lo ví en la hora anterior cuando vine al baño y vi como le violaba, tienen que deternerlo- pero no creían que un alumno como el, con buenas notas y que se llevaba bien con los profesores, hubiera sido capaz de hacer hacer tal atrocidad, llamaron a la policia, se llevaron el cadaver y decidieron abrir una investigación, sin ni siquiera creerme. En ese momento comprendí que la justicia estaba podrida, desde aquel día comprendí que la justicia en la que yo había confiado, era una mentira.

Era el último día de clase, todos estabamos de luto por la perdida de un compañero, al parecer la causa de la muerte fue por estrangulamiento, además de mostrar signos de violación severos, pero yo sabía quien era el reponsable y si nadie me creía, me tomaría la justicia por mi mano. Durante el recreo, llamé a Jesús y le dije que me acompañara, iba a poner las cartas sobre la mesa y suplicarle que confesara o lo iba a hacer yo, pero algo no iba bien...el, cerro la puerta del aula con llave tras de mi, cuando me dí la vuelta recibí un golpe fuerte que me dejó casi inconsciente, se puso encima de mi y empezo a golperarme brutalmente...golpe...tras golpe...tras golpe...tras golpe, en un instante paró y dijo -tendrías que verte la cara Adrí jajajaja...piensa por un momento en una cosa...si tu me hubieras dejado hacerte "cositas" aquel día, no tendría que haber buscado a otro chico...¿no crees?...ahora comprenderás que tu tuviste la culpa, pero decidiste dartelas de heroe y chivarte a todo el mundo...pero adivinaaaa, nadie te creyo jajajaja...ahora lo voy a hacer es, hacerte lo mismo que aquel chico, espero que almenos opongas resistencia, será más divertido jajaja- en es momento pensé, se acabo, sabía que era mi fin, transcurrian los segundos y mi vida paso a través de mis ojos como en una pelicula antigua, veía a mi madre, amigos...no los iba a volver a ver. Entonces, otra vez esa sensación...RABIA...pero era diferente, no sentia que perdía el conocimiento como en el incidente, esta vez sabía lo que estaba pasando, sabía...lo que estaba a punto de hacer, en un instante, lo agarré del cuello con una sola mano y lo levante en peso -¿Que ocurre...no te gusta que te estrangulen hasta morir?...- esa persona que pasaba desapercibido delante de todo el mundo, no era yo -¿qué...haces?...pa...para...porf...porfavooorrr...quiero...vivir...confesaré- al escuchar sus palabras me resultaron hasta irónicas -y aquel niño...¿acaso lo dejaste vivir?-. En ese momento aparecieron en mi cuello el rosario y la estrella invertida, me salieron de la carne, supe entonces, que formaban parte de mi -quiero hacerte una última pregunta...¿aprecias tu alma?- empecé a reir misteriosamente -¿Qué?...estás lo...loco...no...puedes...ha...hacerme...esto...- ni siquiera lo pensé -respuesta equivocada...-. En ese instante sul alma salió de su boca y fue a parar a la estrella invertida y se quedó blanco, consumido, sin vida...desde ese día juré que todos serían juzgados, nadíe estaría a salvo de mí...decidí darme un nuevo nombre, al que todos temerían al escuchar, mi nombre es SoulEater...y quiero preguntarte...

¿APRECIAS TU ALMA?