REGRESO AL HOGAR
Cuando desperté, vi que no estaba en mi casa, recordé que era la de Laura. La vi sentada al lado dormida, me levanté para ver como era su casa, bastante espaciosa a decir verdad, fui a la cocina para comer algo...tenía muchísima hambre...al llegar la vi a ella preparando el desayuno
-¿Te gustan las tostadas?...voy a hacer bastantes por si tienes hambre- me senté sin decir una sola sílaba y esperé a la comida, cuando puso los platos en la mesa vi que sus tostadas tenían mejor pinta que las mías que estaban quemadas...
-Hazme otras, están quemadas...- y básicamente se levantó, tiro mis tostadas y fijamente mirándome me suelta
-Haztelas tu si tienes tanta hambre desagradecido- vaya...que borde, pero obedecí a regañadientes.
Cuando estábamos desayunando vi que ella no dejaba de mirarme, estaba entre asombrada y asustada y por mi parte estaba bastante incómodo.
-Tengo monos en la cara...??- ella negó con la cabeza.
-Entonces no mires tanto...- bajó la cabeza y se centro en su desayuno, en ese momento me sentí un poco mal pues comprendí lo que sentía, al ver mi aspecto tras el incidente de ayer pude comprobar su cara de asustada.
-Gracias...- dije en voz baja.
-¿Perdón...?- dijo Sara buscando que me arrastrará por así decirlo.
-Pfff...Gracias por haber cuidado de mi y por darme alimento en tu casa...¿contenta?-
-A decir verdad, lo estaría si me respondes a una pregunta...-
-Dispara...- dije con desgana.
-¿Qué eres?- esa pregunta me sentó como una patada en la boca del estómago pues ni yo sabía exactamente lo que era.
-Solo te diré que soy un chico normal...Pero con malas pulgas y respecto a tu pregunta...-
-No lo sabes ¿verdad?-
Ciertamente no lo sabía, me había propuesto una misión y un nombre propio pero no sabía si era humano, demonio o dios sabe que...sinceramente nunca me lo había preguntado hasta ahora.
-Cambiaré mi pregunta mejor...¿sabe alguien más que eres...especial?-
-Solamente tu desde hace años-
-¿Y tú familia?...tu madre por ejemplo-
-A ELLA DEJALA AL MARGEN...No debe saberlo, simplemente un día me fui y final de la historia- por poco me saca de mis casillas, no he vuelto a saber de mi madre desde que descubrí las cosas que podía hacer, me fui de casa por su seguridad y la mía...si ella se enterase, saldría corriendo como todo el mundo.
-¿Piensas que no te aceptaría? Las madres están para lo bueno y lo malo, pero sinceramente hiciste mal en irte sin decirle nada-
Levanté la cabeza y comencé a sacar mi otro Yo, lleno de cicatrices además de sangre y ojos endemoniados, tras ello Sara comenzo a asustarse.
-Mirame...¿Me has llegado a aceptar en algún momento?¿Crees que alguien querría relacionarse conmigo si supiesen lo que soy?...Yo creo que no...No tienes ni idea de lo que es ser diferente hasta tal extremo de tener que abandonar a tu propia familia por miedo al rechazó, así que deja de compadecerte como si te importarse porque está claro que tienes tanto miedo como todos...- ella se quedó en silencio por un momento, pero a pesar de lo que le dije seguía intentando comprenderse.
-Cierto, yo no se lo que se siente, pero lo que sí se es que a tu madre no le importa como seas ni lo que seas, ella siempre te va a querer-
-¿Tu que sabes...?-
-Hagamos una cosa...tu y yo vamos a ir a donde vive tu madre y le preguntarás tu mismo-
-Jajajaja...A estas alturas se habrá mudado, pero vale, con una condición...si no está ahí nuestros caminos se separaran, no volveremos a vernos y todo será como antes...¿echo?-
Ella asintió con la cabeza y nos dimos la mano, después nos vestimos, ella llevo una mochila con algo de comida para el camino pues mi madre vivía lejos, se lo advertí pero no le importó, estaba decidida a demostrarme que ella tenía razón. La verdad es que resultaba confortante que alguien me prestase su ayuda, pero no tenía esperanzas en encontrar a mi madre y no me quería encontrarmela a decir verdad.
Durante el trayecto me picó la curiosidad y le tuve que preguntar.
-¿Qué hay de tu madre?...¿Cómo es?-
-Pues es super cariñosa, religiosa y muy activa la verdad, pero si la fallas una sola vez...te ganas una enemiga de por vida, aún si la quiero muchísimo ¿Y tu madre que?-
-Ella...es como una amiga más, también muy activa, cae bien a todo el mundo y es preciosa...el único recuerdo que tengo de ella es este collar que a su vez cuando lo abres suena una melodía, ella tiene uno igual...¿quieres oirla?- asintió con la cabeza y lo abrí.
(Suena la melodia)
-Es preciosa...seguro que tu madre piensa en ti cada vez que la escucha-
-No se yo...tal vez- en mi interior sentí como poco a poco la iba extrañando más y tenía más ganas de verla...jajaja...al final va a tener razón Laura.
Ya estábamos en la calle donde está la casa, estaba muy nervioso y quería llegar ya, pero cuando llegamos, la casa estaba abandonada y cayéndose a pedazos.
-Adrián...lo siento, podemos seguir mirando, alomejor ella se a mudado cerca...¿Adrián...estas bien?-
Carecía de estar bien, de nuevo...rabia...cólera, comencé a golpear el suelo de la casa hasta tal punto de casi romperme las manos...gritaba como nunca, al rato Laura me abrazo por detrás.
-Para Porfavor...no sigas más, puedes con esto, aunque tengas que hacerlo sólo, pues te prometí que si no encontrábamos a tu madre me iría de tu vida y yo cumplo mi palabra, espero que encuentres paz algún día...lo siento-
Alzé el rostro y mientras se daba la vuelta la agarré del brazo y entre llantos...le suplique algo que nunca había echo hasta ahora.
- No me dejes sólo...tu también no...No quiero seguir sólo...no te vayas de mi vida...-
-A decir verdad nunca tuve la intención de dejarte sólo, todo estará bien y te ayudaré a seguir adelante...-
Entonces nos fundimos en un abrazo. Aclaré mi vista y vi el collar de mi madre en el suelo destrozado, probablemente por mi arrebato de hace un momento, ya no tenía nada que me atase a mi madre, nada excepto aquella melodía que desde hoy hasta el fin de mis días...retumbaria en mi cabeza para siempre.
(Suena la melodia).
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