零: PROLOGUE: 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 𝐎𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐆𝐑𝐎𝐔𝐍𝐃
⸺ Residencia del Clan Ren ⸺
( a las afueras de la Región Kansai, 2016 )
«[...] Demuéstrale al mundo que también se puede conseguir justicia a través del pecado.»
JOHAN LIEBHEART. [ Monster ]
Cada paso que daba Nara Ren sobre la tierra era un eco vacío en medio del anochecer. Lentos y pesados, más determinados y perseverantes, sus pies marchaban fúnebres sin un rumbo aparente; errantes en la búsqueda de la razón de su pena. Parecía ser una esclava de la melancolía que arrastraba sus cadenas cual castigo despiadado, una condena a pagar por los pecados que arrasaron con su esperanza.
Estaba sola ahí.
No había vida ni maldición que le acompañase o atormente, sólo una paz ensordecedora entre ella y la oscuridad que empezaba a cegarle la senda de su juicio. Pero las estrellas eran bondadosas con ella, y bajo su lecho desconsolado, le iluminaron el camino sobre las cenizas.
Tal vez su destino siempre fue vagar como un espíritu quebrantado en la faz del abismo. Quizá a causa de su pérdida, el deseo inmensurable por un dulce perecer era más piadoso que el ser testigo de aquello que parecía ser una broma hecha pesadilla, puesto que todos los temores de la humanidad se habían convertido en su propia realidad.
Con ello, dejó que el odio y delirio retumbasen en su pecho a la mitad de la nada hasta ser un ruido falto de alegría; fue una risa tan amarga y áspera que raspó su garganta sedienta hasta que ardió como llamarada. Ya no le importaba lo que sucediese con su carne y huesos si su alma estaba rota en la agonía. Sin embargo, era consciente del dolor que sentían sus cansadas extremidades; y no pretendía ceder ante ese suplicio, pues sería un acto de benevolencia personal que creía no merecer.
Mas la sangre brotando de las heridas en su cuerpo eran más poderosas que su propia necedad, y caerse ya era inevitable.
Cuando sus piernas tambalearon y sus rodillas impactaron con el suelo, una ola de desesperación le recorrió como electricidad por cada nervio existente... porque estaba sobre el polvo de su familia. Azotó las palmas de sus manos y clavó sus dedos en lo profundo tratando de tocar algo ajeno a la muerte.
Las lágrimas descendían de sus ojos férvidos hasta sus labios secos. Ese dolor punzante y asfixiante en el pecho le estaba corrompiendo hasta sentirse al borde de la locura. Para ese entonces su desesperación no le permitía hacer uso de la razón y en consecuencia, un grito tanto desgarrador como desquiciado brotó de lo más profundo de su ser, siendo el epítome de un infierno terrenal.
Prestamente, una de sus lesiones más caóticas empezó a sanarse, haciendo que su atención se desviara hacia aquella parte de su abdomen. Sentía como el esfuerzo de los músculos y los tendones estaban por culminar su arreglo inmediato. Ella no planeaba seguir con su tortura en vida, así que colocó su mano temblorosa y sucia sobre la abertura impidiendo que la piel terminara por unirse, abriéndola incluso más en el proceso para desangrarse por completo.
—No lo hagas—dijo—. No te atrevas a hacerlo. A mis heridas permíteles ser fatales. Déjame unirme a ellos. Déjame morir.
«No», habló esa voz en su cabeza.
La negativa no le tomó por sorpresa. Al contrario, ya le ansiaba y saboreaba con premura.
—Entonces no me dejas otra opción. Me haré sangrar hasta tu límite.
Tomó una bocanada de aire espeso. Ese olor a metal colándose a sus fosas era cada vez más intenso; y por poco la detiene de su cometido. Sin embargo, aún con las pocas fuerzas de su entereza, logró cerciorarse que otro de sus cortes más profundos estuviese arruinado. Se guardó para sí misma sus quejidos y estado agónico, ya que no le daría la satisfacción al ser que albergaba consigo.
«Ríndete ahora», decía el espíritu.
—Cállate—gimió—. Ya he cumplido con mi parte del trato, ahora ten la honra de hacer lo mismo.
«¿Es acaso tu sangre la que debe ser derramada?»
Nara cedió por un momento. Por primera vez en la penumbra sintió frío y miedo. La ironía de la vida estaba por escaparse de sus manos y de algún modo el pánico le paralizó ante la idea de la irremediable muerte; pero aún no era suficiente para detenerla. Ignorando el efecto de las palabras retumbantes en su cráneo, guió su mano hasta dar justo con su palpitante corazón; aquel que ya empezaba a latir lentamente y le pesaba como acero, era el mismo por el cual sufría ahora.
Quería dejar de ser acechada por la sombra del remordimiento; ser presa de su peor maldición. Pero, ¿sería suficiente si tan sólo lo extirpaba como si se tratase del peor de los males?
Al menos, podría dejar de sentir.
«¿Es acaso tu corazón el que debe yacer sobre tus manos?», insistió.
—¿Qué es lo que pretendes?—logró preguntarle.
«Tu espíritu entiende al mío, por eso es que somos uno mismo desde el día de tu nacimiento. Si tú sientes, yo siento. Si tú sufres, yo sufro. Si tú sangras, yo sangro. Y si tú mueres, yo muero. Lo que tu alma desea no es la muerte, mas es la culpa quien te ciega y no te permite comprenderlo con claridad.»
Las heridas de Nara no dejaron de sangrar, y aún así, se mantenían abiertas a voluntad, como si estuviesen esperando pacientes una respuesta. Una que le permitiría definir su destino hasta su último aliento.
En el pasado, ella pensaba tener el control sobre su propio juicio, sin embargo, en ese preciso instante, se percató tardíamente que ni siquiera era dueña absoluta de su conciencia, porque, de ser así, ella sería sólo un recuerdo junto a su hogar.
Había, más que nada, una atadura sobre su cuello por el simple hecho de ser quien era. Servir siempre a lo impropio como si se tratase del pan de cada día fue por mucho tiempo su razón de ser, y ahora, todo se trataba de tomar una decisión que le traería el fruto de las consecuencias.
—Y tú, viejo amigo, ¿sabes qué es lo que quiero?
«Si tú deseas, yo deseo. Si tú vences a mis enemigos, yo derroto a los tuyos. En este vasto universo, siempre hemos sido tú y yo. Yo soy tú, y tú eres yo. Y si tú quieres justicia... yo seré el verdugo.»
—Entonces, ¿debería condenarme de esa manera?
«Los corazones impíos merecen lo que sembraron; y la muerte incluso sería un obsequio para ellos. El acuerdo entre nosotros es sangre por sangre, pero estoy dispuesto a darte todo de mí si sacias mi sed por la tuya.»
—Aquello que profesas envenena el alma—se atrevió a decir—. Mas en la mía no habrá paz hasta que desate la guerra sobre ella. El precio es alto, y sólo se puede pagar cuando se cavan las tumbas del deudor y de quien cobra por su propia mano.
Su visión se estaba nublando como también su propio pensamiento. Pronto se desvanecería por la falta del espeso flujo vital de sus venas, empero la mano que aún permanecía en su pecho, fue descendiendo poco a poco hasta que la apoyó en el suelo para sostenerse.
Nunca había tenido algo tan claro.
—Si tú me ofreces venganza, yo la tomaré—habló sin titubear—. Y una vez que termine, mi corazón será uno más de los impíos. Me lo arrancaré extinguiendo mi vida. No me convencerás de seguir, porque perecer es el único camino.
Sus ojos celestes terminaron por cerrarse en un abrupto santiamén. Perdió el equilibrio a causa del desmayo, y no obstante, en su estado deplorable e inconsciente, sintió alivio. Su cuerpo recobraría su estado natural y todo aparentaría haber sido una pesadilla.
Sin embargo, esa noche, había invocado un maleficio tan insaciable como frívolo para que toda sangre sobre la tierra dejara de ser suya, y permitirle a sus manos desbordarse con la de sus enemigos.
Porque no había nada en esta vida que desease más que ser la muerte sobre la humanidad.
n/a: ¡Oficialmente,
"SOUL" ha comenzado!
Naturalmente, quienes ya tienen experiencia de antaño con respecto a mis historias, saben de antemano que los prólogos suelen ser cortos. Sin embargo, este en particular esta justo en medio; no es tan corto pero tampoco sobrepasa las seis cuartillas normales, por lo que, siéndoles sincera, me ha agradado el resultado.
En esta parte introductoria, quería tratar de reflejar la vulnerabilidad de mi OC y su aparente unión con el espíritu. Si creen que fue algo excesivo, grotesco o incluso algo pesado de leer y tedioso de leer, me disculpo. Empero, esto tenía su propia razón de ser.
Bueno, para ir ya directo al grano, me gustaría saber que les pareció y que es lo que esperan conocer a fondo, sus dudas, puntos de vista o incluso teorías (que no están de más jaja), hasta que logre actualizar las partes subsecuentes al prólogo y puedan seguir disfrutando de su estadía en esta historia. Además, creo yo, la espera se hace más amena tanto para ustedes como para mí.
Estoy sumamente emocionada por el recibimiento que ha tenido alrededor de estos días, y quiero extenderles mi más sincera gratitud por sus votos y comentarios. Créanme, los leo todos y me da gusto que estén disfrutando la apenas cereza del pastel.
Les prometo que una vez que la plataforma me permita devolverles el gesto de responder sus comentarios, lo haré sin dudar.
Ya nada más para finalizar con esta nota, les reitero, de nueva cuenta, mis gracias infinitas por sus votos ⭐️ , cometarios 💬 y el apoyo que le están dando a este proyecto, pues realmente les deseo una grata estadía mientras dure el mismo. Entre tanto, a nuestros lectores fantasmas 👻, les recuerdo que también son bien recibidos, no obstante, sería muy lindo que también hicieran un acto de presencia, pues ya ven, no se me da el espiritismo ni nada por el estilo.
Espero actualizar muy pronto y ser constante en ello.
PD: No olviden pasarse por la playlist de la historia. Créanme, la experiencia sonora puede ser de mucha ayuda.
Ahora si, hasta aquí mi reporte, Joaquín.
Nos leemos luego. ♥️
FECHA DE PUBLICACIÓN:
— 𝟎𝟖 𝐃𝐄 𝐄𝐍𝐄𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝟐𝟎𝟐𝟑 —
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