ocho
Dos semanas después...
—No puedes seguir con ese idiota.—reclama Joel siguiendo mis pasos.—No puedes, Danna, por el amor de Dios.
—¡Cierra la boca!—le espeto frenando mis pasos. Me giro sobre mis talones y cuando nuestros ojos se encuentran le lanzo una mala mirada.—No tienes derecho a opinar sobre esto...
—¿Qué no tengo derecho?—cuestiona alzando una ceja.
—Eres mi hermana...
—Soy tu prima.—le corrijo.
—Toda nuestras jodidas vidas nos hemos tratado como hermanos. No me vengas a decir ahora que somos primos porque...
—¿Por qué, qué?—pregunto alzando una ceja. Los ojos de Joel me mira fijamente y niega.—¿Te das cuenta de lo que estás diciendo, verdad? Tú mismo me lo acabas de decir. Todas nuestras jodidas vidas nos hemos tratado como hermanos pero a ti eso no te ha importado una mierda, Joel. Todo este tiempo has sabido que mi relación con Christopher ha sido una mierda total ¿alguna vez has hecho algo por mí? ¿Entonces por qué te importa eso ahora?
—¿No te importa que toda la jodida universidad se entere que Christopher te fu infiel con tu mejor amiga?
—¿Desde cuándo lo sabes?—pregunto. Joel se queda en silencio un largo momento y yo niego.—Mariel te gusta, Joel. Mariel siempre te ha gustado, no me lo puedes negar...—hago una pausa.—y ahora que te has enterado que ella y Christopher tuvieron algo que ver has decidido hablar... ¿Verdad?
—¿De verdad no te importa una mierda que ellos te haya visto la cara de estúpida?
—Sí.—asiento.—Pero yo lo voy a manejar a mi manera y tú te vas a quedar al margen de la situación te guste o no...
—¡Déjame partirle la cara a ese estúpido!—reclama.
—¡Le diste un puñetazo! ¡Con eso es más que suficiente!
—¡Tendría que asesinarlo con mis propias manos!
—¡Basta, Joel Pimentel!—reclamo sin más.—A ti te no te importa que Christopher me haya sido infiel. A ti lo que te molesta es que Mariel lo haya preferido a él antes que a ti ¿Verdad?
—¡No! Claro que no.
—Vamos, Joel.—replico.—No soy tan estúpida al contrario de lo que puedas llegar a pensar. Odias la idea de saber que ellos estuvieron juntos... ¿no es así...?
—No.
—De todas maneras, lo que haga con mi relación con Christopher no tiene nada que ver contigo.—anuncio. Aunque ese no sea Christopher, sino Erick, quiero agregar pero mantengo la boca cerrada.
Joel entorna sus ojos y niega.—Haz lo que mejor te parezca pero cuando seas el hazmerreír de la escuela completa no vengas conmigo a llorar...—agrega antes de marcharse cerrando la puerta de mi habitación detrás de sí mismo con tanta fuerza que las paredes retumban.
Me siento sobre el filo de mi cama y niego lentamente frotándome las sienas con ambas manos sin terminarme de creer absolutamente cada una de las cosas que me han pasado en los últimos días.
El sonido de mi celular llena las masas de aire. Inspiro con fuerza y lo tomo. La fotografía de Christopher queda ante mis ojos y niego lentamente mientras deslizo mi pulgar para poder atenderlo.
—Erick...
—Dios, Joel tiene un buen gancho derecho.—responde.
—¿Te duele mucho?—pregunto en voz baja.
—Algo.—admite.—La verdad es que sentir dolor después de tanto tiempo está bueno, eh.—bromea.—Me había olvidado por completo de lo que era eso...—se ríe.—Seguramente mañana tendré el ojo morado o algo así...
—Joel es un salvaje.
—Joel te quiere.—anuncia.—De otro modo no me habría pegado...bueno, a Christopher...—hace una pausa.—Ellos son amigos, Danna...lo que significa que le pegó por ti. Para defenderte...
—Sí, claro.—ironizo.—Joel no lo hizo por mí...
—¿Ah, no?
—No.—niego a pesar de que él no puede verme.—Joel solamente lo hizo porque lleva un buen tiempo detrás de Mariel y ahora enterarse que Christopher y ella...—suspiro.—No lo hizo por mi orgullo, lo hizo para desquitarse sobre ella eligiéndolo a Christopher en lugar de él...
—Guau.—susurra.—Eso no lo sabía...
—¿Sabes...?—hago una pausa.—Christopher sabía perfectamente bien que Mariel y Joel tenían algo...o al menos que podían tenerlo. Él lo sabía y aun así no le importó...
—No lo estoy defendiendo ni lo estoy justificando ni nada que se le parezca.—comienza Erick a través del teléfono.—Pero Christopher es un verdadero desastre, tú mejor que nadie lo sabe...
—No puedo parar de pensar que en un solo día perdí a mi novio y a mi mejor amiga y lo peor de todo es que ahora Joel también está muy molesto conmigo...—suspiro.
—A Joel se le tiene que pasar, Danna.-responde.
—Sí, lo sé.—hago una pausa.—Solamente que no se le va a pasar mientras me siga viendo a tu lado ¿sabes? Christopher destruyó su amistad con Joel también por Mariel...
—Quisiera saber si esa amiga tuya vale todo esto pero saber que tuvo algo que ver con tu novio supongo que no me da demasiado margen para procesarlo. ¿verdad?—inspiro con fuerza antes de dejar salir un largo suspiro.
A lo lejos puedo escuchar la voz de mamá llamándome para bajar a cenar. Me pongo de pie y camino hasta el mueble del tocador, reviso mi aspecto en el espejo y luego llevo mi atención a la pequeña fotografía con Christopher que descansa sobre la superficie.—Como sea.—susurro.—Escucha...tengo que bajar a cenar ahora mismo. Te veré mañana, Er...
—Danna...—me llama justo cuando voy a finaliza la llamada.
—¿Sí?
—Te amo.—anuncia y mi corazón se estremece. Cierro mis ojos lentamente y no puedo evitar que una amplia sonrisa se abra paso en mis labios. Porque su tono de voz me deja saber que es totalmente sincero.
—También te amo.—respondo.—Te veré mañana, Erick...
—Descansa.—repone.
—Y tú.
Cuando bajo las escaleras y entro en el comedor donde mis padres me están esperando una amplia sonrisa se forma en sus labios.—Hola.—saludo.
—¿Y esa sonrisa?—cuestiona mamá cuando tomo asiento.
—No sé de qué me estás hablando.—respondo encogiéndome de hombros.
—Vamos, Danna.—se ríe.—Te conozco como la palma de mi mano y sé que algo te pasa. Algo bueno, quiero decir...la sonrisa que llevas en los labios me lo deja saber...
Me rio.—Es Erick...—suelto sin darme cuenta y cuando los ojos de mamá me miran completamente llenos de duda sé que he dicho más de lo que tendría que haber hecho.
—¿Erick?—pregunta.—¿Quién es Erick?
—Eh...
—¿Erick es un chico?—añade. Sirvo en mi plato un poco de ensalada y cuidadosamente la decoro con aderezo bajo la atenta mirada de mis padres.—¿Dan...?
—Sí.—asiento pero no voy a decir que es un chico dentro de otro chico, por decirlo de alguna manera.
—Vaya...
—Pensé que seguías en una relación con Christopher...—comenta papá.
—Yo también lo pensé.—lo secunda mamá.
Me quedo en silencio un largo segundo rehusándome totalmente a contarle a mis padres sobre mi vida amorosa.—Las cosas con Christopher están algo...complicadas.—respondo encogiéndome de hombros.—De todos modos no es algo de lo que quiera hablar...
—¿Está todo bien entre ustedes?—cuestiona mi padre.—Amor, ¿sabes que no tienes que soportar absolutamente ninguna actitud que consideres...nociva para ti, cierto?—agrega.—Tu madre y yo hemos tratado de educarte de la mejor manera posible y permitir esto es...
—Lo sé, lo sé.—respondo elevando un poco mis manos.—Pero está todo bien, de verdad. Y creo que ustedes también saben a la perfección que yo no voy a dejar que eso pase...menos ahora...—hago una pausa.—Pero bueno, en serio...dejemos de hablar de estos temas y mejor cenemos porque en serio tengo mucha hambre...—miento mientras llevo un poco ensalada a mis labios.
—¿Y podremos conocer a este tal Erick que te hace sonreír así de bonito?—pregunta la voz de mi madre. Detengo mis movimientos y anclo mis ojos en los suyos mientras proceso su pregunta.
¡De ninguna manera!
—Eh...no lo sé.—respondo encogiéndome de hombros.—No es relevante de todos modos. Solo somos amigos...
—Mi amor...si te hace sonreír así es obvio que es relevante.—anuncia con una amplia sonrisa.
Quisiera que un genio de la literatura romántica y juvenil hubiese escrito alguna vez algún libro titulado "¿Qué hacer en caso de que tus padres quieran saber sobre el alma usurpadora de la que te has enamorado?" Cierro mis ojos un segundo y niego lentamente.
—Erick es solamente un amigo, de verdad.—respondo encogiéndome de hombros.—¿Qué tal les fue hoy...?—cuestiono con la esperanza de que se olviden del tema finalmente. Y parece funcionar porque mamá comienza a contarme sobre su día. La escucho atentamente y de vez en cuando hago comentarios que creo que son atinados pero lo cierto es que de mi cabeza Erick no puede salir ni un solo momento.
Y es abrumador porque cuando lo veo ya no veo a Christopher. Solo lo veo a él. A una persona sin rostro que se ha metido en lo más profundo de mi cabeza y de mi jodido corazón.
—¿Dan?—me llama mamá.
—¿Eh? ¿Qué?
—Estás demasiado extraña...—se ríe.—Lo digo de verdad...tenemos que conocer a ese tal Erick sí o sí...
—Hola.—saludo en cuanto subo al auto. Me inclino hacia ella sobre el asiento para depositar un pequeño beso sobre sus labios.
—¡Luce horrible!—comenta cuando se aparta. Ladeo mi cabeza solo un poco.—¿Estás bien?
—Estoy bien.—respondo encogiéndome de hombros.—No voy a morir por un golpe, Danna...
—Pero es que...
—Ni siquiera intentes culparte.—repongo lanzándole una pequeña mirada de reprobación.—Esto no es culpa tuya...ni siquiera vamos a mencionarlo...
—¿Cómo te fue ayer...?—pregunta.
—La madre de Christopher estaba demasiado tranquila.—hago una pausa.—Charlamos un poco y pasamos un rato agradable, no me creyó ni una sola palabra sobre que esto...—señalo mi ojo.—me lo hice en el entrenamiento pero no preguntó más...—suspiro.—Esa mujer es un amor. No sé en qué momento tuvo un hijo así y...—mis palabras cesan cuando me encuentro con los ojos de Danna.—lo lamento...
—No, está bien.—responde haciendo un ademan con su mano el mismo tiempo que enciende el auto.—Chris era bueno, era buena persona, quiero decir. Después cambió mucho y con todo lo que ha vivido no se me hace algo demasiado descabellado...
—Él no tiene derecho a tratarte así...
—Lo sé.—asiente.—Pero bueno, dejemos de hablar de él ¿de acuerdo? Ahora tenemos que ir a la universidad...
—¿Estás lista para ver a Mariel...un día más?—cuestiono en voz baja. Los ojos de Danna me miran un breve segundo.
—No lo sé...
—Mira yo no creo que debas...ya sabes, enfrentarla. Es obvio que sientes rabia pero...
—Pero si lo hago ahora entonces no podremos estar juntos mientras encuentras la manera de dejar el cuerpo de Chris...—anuncia.—He aguantado dos semanas, Erick...
—Sí, lo sé.—asiento.—Y lo siento mucho en verdad, Danna...porque sé que no quieres esto y...de alguna manera mientras yo esté aquí tendrás que estar en contacto con Christopher...y es...
—Está bien.—murmura dedicándome una pequeña sonrisa.—Lo sé. No te preocupes...—suspira.—Además...si sales del cuerpo de Christopher entonces nosotros...
—Encontraré una manera... —le digo.—Lo prometo.
—Erick...
—¿Confías en mí?—cuestiono en voz baja.
—Sabes perfectamente bien que sí.—responde.—Hace tres semanas que comencé a confiar en ti incluso aunque fueses tan irreal...
Me rio.—Creo que nunca te agradecí por eso.—ella niega.
—No tienes nada que agradecerme.—responde tomando mi mano entre la suya.—Y en serio lamento hacer esto...pero tenemos que irnos a la universidad de una vez, Er...se está haciendo tarde...—Asiento y un segundo después ella pone el auto en marcha. Estiro mi mano para encender el radio y paso las emisoras de una por una mientras busco algo decente que escuchar hasta que encuentro una estación que me gusta. No reconozco la canción pero es un hombre que sufre por amor.—Vaya...has desarrollado un buen gusto por la música...-comenta y yo me rio.—Lewis Capaldi siempre será una buena opción para escuchar un viernes por la mañana...
—Supongo que sí...—hago una pausa.—Danna...
—¿Sí?—pregunta cuando vuelve su atención al frente.
—Te amo.—anuncio.
Ella sonríe lanzándome una mirada fugaz.—También te amo...
—No, no lo entiendes.—respondo.—Te amo. Desde el momento en el que te vi y cuando me vaya de este cuerpo seguiré amándote...te prometo que encontraré la manera de volver...no como Christopher, sino más bien como Erick...y te seguiré amando de la misma manera en la que te amo ahora...
—Te amo a ti, Erick...—murmura.—Amo tu alma. Amo tu espíritu que está por encima de todo lo demás...
—¿Me amas con los ojos del alma...?—pregunto en voz baja ya conociendo la respuesta.
—Sí.—asiente.—Y en este cuerpo o en el que tengas te seguiré amando siempre...
—Solo para que sepas, Danna Silvetti...no te vas a deshacer tan fácilmente de mí.—le prometo y ella se ríe.
—Quiero ver eso...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top