Por un buen día.
Los pasos de Chenle, eran relativamente tranquilos, tarareaba una canción, tenía sus manos en sus bolsillos gracias a la época de febrero. Estaba feliz de reunirse con sus amigos en la hora del almuerzo.
Y aunque todo era paz y amor.
Lograba escuchar aquellos susurros y murmullos.
Ni siquiera eran sutiles, parecían hablar con más volumen cuando pasaba frente a ellos.
Y mierda.
Que incómodo.
Al llegar, estaban todos ellos sentados en la cafetería. No saludó solo se sentó.
— Chenle, ¿Estás bien? — El primero en hablar fue el mayor de todos ellos, Mark, uno de su grupo de amigos. No tuvo que pensar demasiado su respuesta solo asintió.
No es que estuviera adolorido o se sintiera mal.
Solo se quedó mirando la mesa llena de cajas de colores rositas y rojos,
Su lugar estaba vacío.
Jaemin fue el siguiente en hablar, claramente no iban a dejarlo en paz. — Chenle, somos tus amigos, lo que sea que te pasa, de verdad, lo que sea, puedes contarnoslo.
Ellos asintieron, Jisung su mejor amigo le tendió un chocolate y lo aceptó recostandose sobre su hombro. — ¿Quieren saber si los rumores sobre mi padre son ciertos, verdad?
Casi a la par todos negaron con la cabeza soltando un demasiado coordinado. — ¡Nooo! — Claro exepto por Jisung quien solo se dedicaba a mirar todo en silencio. No sé habla equivocado en elegirlo a él.
Jaemin volvió a hablar extendiendo su mano hasta acariciarle la mejilla. Se quedó un tanto quieto e incómodo mirando a su amigo tan determinado en hacerle contar los rumores sobre su padre. — Claro que no tontito. — Dijo negando con la cabeza mientras seguía con su caricia. — Pero de verdad, lo que sea, Chenle, lo que sea, puedes contarlo. Toodo.
Suspiró.
Aquellos rumores que habían empezado ya hace dos semanas y seguían hablando de ellos como si tomaran más relevancia.
Todo lo que el gran Jeong Jaehyun era y podría ser. Millonario, dueño de exclusivos departamento, empresario, financiero, dueño de la gran franquicia Diamonds Only y mucho más.
Era alguien grande que el rumor que había le parecía tan mísero y patético.
Entonces suspiró, nuevamente. No iba a preocuparse tanto por algo tan insignificante. Asintió desde ya mirando los rostros asombrados de sus amigos. — Sí, chicos, los rumores son ciertos, mi papá y el rector Seo están en una relación de casi un año. No semanas.
Sus amigos abrieron la boca en sopresa y desilución, cosa que no pasó desaparecido pero tampoco le tomó importancia.
Mark cubrió sus hipidos y sollozos bajo sus manos.
Jeno golpeó su puño contra la mesa y luego se dejó caer golpeando su propia frente.
Renjun quitó sus gafas y limpió unas exageradas lágrimas que salieron por sus ojos.
Jaemin y Donghyuk se abrazaron apaciguado el dolor del otro.
Estúpidos hormonales. — ¡Oigan, estamos hablando de mí, papá, cumplió cuarenta y cinco años! ¡Aún me cuenta cuentos, o toca el piano en las noches! No pueden estar enamorados... Repito, ¡De mi papá!
— Ese es el punto, pequeño. Tú padre y el señor Seo son hombres adultos con más de viente años que nosotros, claramente nunca iban a interesarse en tan pocas expectativas como chicos de diecinueve y veinte años. Yo tampoco, de hecho.
Parpadeó dos veces incrédulo de la situación, miró a Renjun sin entender su punto de vista.
— ¿Qué?
— Eso, Chenle. — Mark habló de nuevo. — No creo en el amor, pero. El señor Seo y tú padre ¡Juntos! Imagínate, nunca se figarian en nuestros tristes traseros. Yo solo quiero una buena cogi-
— ¡No lo digas!
Jeno habla de siguiente.. — Ni el gran atractivo rector americano Jonh Seo. O el gran hombre de negocios Jeong Jaehyun.
— Que egoístas son ellos. — Donghyuk golpeó su puño contra la mesa. — Tan soberbios que no les basta ellos mismos y sus grandes y venudas manos, quieren a alguien tan grande como el otro.
— No podré vivir sabiendo que ambos están juntos, ¿Quién a quién? — Jaemin junta sus dedos. — ¿Cómo lo hacen? Ni siquiera puedo pensarlo. Ellos necesitan a alguien más, no le veo futuro a esos dos. Me necesitan...
— Cállate, Jaemin, tu culo triste no les afectaría. Ellos quieren algo mejor. — Jeno habla apuntandolo con su dedo, Mark se ríe de ambos.
— El señor Seo y el señor Jeong, inglés-americano y americano, un canadiense con un buen trasero como el mío, es justo lo que necesitan. A mí podrían fo-
Chenle se perturba mirando a Jisung que se mantiene el silencio. — ¿Quieres que nos vayamos de aquí? — Le pregunta su mejor amigo mientras sigue escuchando a todos debatir el porque son mejores para su padre y la pareja de él.
Asiente con una sonrisa siguiendo a Jisung, los dos llegan a un bonito jardín de la universidad. Se sientan, Jisung mira a sus alrededores, Chenle también. Entonces, se permiten darse un pequeño beso. Labios tibios y labios fríos gracias a la temporada.
El sabor de chocolate está impregnado en sus bocas, en un corto pero buen beso que ambos logran disfrutar.
— ¿Quieres ir a mi casa? — Pregunta Chenle. Hay un gran brillo en sus ojos, besar a Jisung se sienta como la primera vez. — Papá hará una cena especial por su cumpleaños.
Su mejor amigo asintió sin problemas mostrando una radical sonrisa.— ¿Debo llevar algo?, es su cumpleaños, no sé que le gusta, al menos que sea el señor Seo.
El mayor le dió un ligero golpe en hombro, aún así, el momento era tan agradable para los dos mejores amigos que solo terminaron riendo.
— Tu presencia sería su regalo. — Contestó unos segundos después.
— De todas maneras iba a ir. Tu papá es el mejor cocinero en toda china. Yo también me enamoraría de él. Ya saben lo que dicen, algo de que es más fácil conquistar con comida.
Antes que Chenle reclamará por ello, Jisung nuevamente tomó su rostro haciendo que se tomaran entre sus labios. Podía sentirlo sonreír y no podía estar menos feliz de hacer lo mismo. Era el momento.
Separaron sus labios quedando solo con sus frente sobre la del otro, su contacto visual era poderoso y apasionado. Relamió sus labios a la par de su amigo.
— ¿Quieres ser mi novio? —
Tomó de su suéter una barra de chocolate que había comprado después de salir de clases y la extendió expectante a la respuesta.
Se besaba con su mejor amigo, pasaban días enteros juntos, se conocían desde que tenían ocho años. Pero nunca habían hecho algo más. Solo besos, no toques, no palabras de amor. Chenle amaba a Jisung desde hace años y el miedo le recorría por la espalda. Pero ahí estaba dispuesto a tener su primera pareja a los dieciocho.
O llorar en el regazo de su padre por rechazo.
— ¿Lo dices el día del cumpleaños de tu papá?
Negó aún mirando la barra de chocolate. — Es día de San Valentín, Jisung.
Su labio tembló ya pensando en lo peor, más su mejor amigo volvió a tomarlo. Robadole un nuevo beso que sabía a despedida o a un "sí".
Jisung rio. — Claro que quiero ser tu novio. Iba a preguntarte a la hora de la salida si no dabas tu la iniciativa. Sabes que te amo, Chenle.
Una gran sonrisa se instaló en sus labios. Vaya el sentimiento de felicidad y amor mutuo se sentía tan de maravilla. — Te amo Jisung.
En la hora de salida, Chenle esperaba tranquilamente a su padre... O bueno. Sino fuera por sus cinco amigos que estaban a su lado diciendo cosas como. "Al señor Jeong le encarará esto"
Ellos podrían haberse ido, en cambio ahí estaban.
Jisung estaba a su lado.
Su papá llegaría en unos minutos por él según su mensaje hace dos minutos.
Sus amigos tiraban las cartas y tarjetas de sus regalos de San Valentín y ponían nuevas que habían escrito en esa mismo momento.
Rodó los ojos.
Él no tenía la culpa que Mark, Donghyuk, Renjun, Jeno y Jaemin hayan dejado sus casas y a sus padres a temprana edad; que ni siquiera recuerdan lo que es amor parental y parezcan buscarlo en cualquier hombre más allá de los cuarenta.
Y ahí estaba, la gran camionta color negro se estacionó frente a ellos. Aquellos soltaron suspiros enamorados.
Jaehyun bajó vistiendo con exelencia su traje negro, aquellas gafas oscuras y su reluciente cabello rubio que se había teñido hace unos días para "recibir sus cuarenta y cinco" así como también había rasurado su barba y bigote, esto no solo por su recibimiento, sino porque le gustaba estar a su "John"
A Mark le gustaban viejos.
John y su papá querían sentirse jóvenes.
— Chenle, chicos, hola. — Su papá saludó con un simple gesto de manos acompañado de su radiante y característica sonrisa. Sus amigos hicieron lo mismo.
— ¿Han visto al señor Seo? Tengo unos asuntos sobre tu colegiatura con él y me mandó a llamar antes que se vaya...
Chenle rodó los ojos ante los murmullos ahogados de sus amigos. — Papá... Toda la escuela habla sobre su presunta relación. Ni siquiera son discretos. Lo juro.
El cumpleañero no pudo verse afectado por ello, seguía siendo el gran entusiasta que se alzaba de hombros con una sonrisa de todo. — Supongo que no lo ocultaremos más.
— Señor Jaehyun, feliz cumpleaños. Mire, le he preparado un regalo, perdone la decoración pero sabrá que en día de San Valentín solo venden cosas como estás. — Mark le extendió la caja roja con encaje del mismo color con una forma de corazón. Jaehyun la aceptó con una sonrisa mientras acariciaba los cabellos castaños de Mark.
— Muchas gracias, Mark.
En esos segundos, Jeno, Jaemin, Renjun y Donghyuk no se dejaron vencer por el mayor de todos, así que entregaron sus regalos a los brazos de Jaehyun quien tuvo que dejarlos en la camioneta debido a que no podía cargar con tanto. Ellos no se iban, Jaehyun seguía con su grande sonrisa y Chenle suspiró rodando los ojos.
— Bueno, si no tienen alguien con quién pasar su Valentín, los invito a todos ustedes a mi casa, celebraré mi cumpleaños, solo con Chenle y ya saben. — Jaehyun guiñó el ojo. — Mañana será la fiesta de los mayores. Vengan a las siete.
Eso parecía ser lo que faltaba en la conversación, sus amigos asintieron felices acordando estar ahí mucho más temprano para ayudar.
Para su sorpresa. El gran, alto y atractivo rector John Seo, caminaba hacia ellos. Aquel hombre hacia suspiras a chicas y chicos en la escuela. Aún siendo un cuarentón, se mantenía en forma, Chenle estaba seguro que John se lucía y aprovechaba su fama de galán.
John Seo llegó como era conocido, con un caro traje de color gris tan oscuro que pudiera parecer negro, con sus manos dentro de sus bolsillos, caminando con el peso de su guapura tras sus espaldas y una ladina sonrisa.
John Seo peinó sus castaños cabellos hacia atrás mirándolos a ambos. Sobre todo a su padre que (aunque siempre está sonriente) tenía un peculiar brillo en sus ojos y una gran sonrisa acompañada de esos hoyuelos que solo alcanzó a heredar a la mitad.
— Señor Jeong, buenas tardes. ¿Qué lo trae por aquí? a usted un hombre tan ocupado.
Chenle se encogió de hombros escuchando las risas de sus amigos ante la mala jugada de John Seo.
— John... Ellos lo saben. Y a juzgar por lo que dijo Chenle, todos en tu escuela también.
— Entonces, no hay que ocultarlo más. Jae.
— Me parece bien... honey.
Las mejillas y orejas de su padre se hicieron rojitas, nuevamente se escuchó un agudo chillido multiplicado por cinco.
Chenle se sintió pequeño mirando hacia sus lados, a su papá y a su... ¿Padrastro?
— Muy bien. — Jaehyun dió por terminado ese tenso momento... — Vámonos chicos, Jisung, Chenle suban al coche. Y ustedes, niños, nos vemos en mi casa a las siete, muchas gracias por los regalos. Feliz San Valentín.
Los cuatro se fueron en la camioneta, Johnny dijo algo sobre tener que mandar alguien a recoger su coche.
En casa se preguntaba si era momento para decirlo, al ver a su padre colocándose su mandil que le regaló el pasado día del padre de "Best Dad" y a Johnny otro. Prefirió hacerlo después.
— Chenle, por que no llevas a Jisung A tu habitación. Johhny y yo haremos la cena, voy a preparar una de las recetas de tu abuelo.
Esa grande sonrisa de ojos cerrados significaba, largo. En el tono lindo de su padre.
Asintió antes que Jaehyun se pusiera a contar sobre su abuelo y como nunca quería compartirle sus recetas en la cocina o repostería.
Amaba a su padre pero sabía que podría contarle nuevamente todas esas antiguas historias y de un momento a otro empezaría a hablarle sobre más cosas aburridas.
— Te prestaré ropa. — Le dijo a Jisung, apenas entraron a su habitación, volvieron a tomarse en un beso mostrando mucho más su necesidad de comerse la boca ahora sí estando a solas.
— Que bien besa mi novio. — Jisung soltó dejando en claro aquella última palabra con una gran sonrisa. Chenle no podría estar más feliz. Volvió a besar y seguirle el juego.
— A mí me encanta besar a mi novio.
— Seguramente a tu novio, le guste otras cosas.
Chenle miró a Jisung quitarse los pantalones y la camisa, hizo por quitarle a él su suéter pero se detuvo con una larga sonrisa.
— Mi papá está abajo. — Negó con una sonrisa, pero aún relamiendo sus labios. Y juraba que sus ojos estaban brillosos por ello.
— Seguramente se esté comiendo al señor Seo sobre la barra, eso lo hace más divertido.
Fue extraño... Pero el sentimiento creció por todo su cuerpo haciéndole sonreír, besando fugazmente. Entonces quitó su ropa mientras se tiraba sobre Jisung.
Los dos se deslizaron sobre sus labios, caminando entre pasos, risas y sonrisas. Ayudándose a quitarse las prendas entre sí, aullando con un tanto con dejes de tristeza cuando tenían que separar sus labios.
Era su primera vez.
De ambos.
Los que se amaban.
Eso era gloria, amaba a Jisung tanto como una vez prometió no hacerlo para no sufrir por amor. Pero ahí estaba, besando con devoción, amando con locura. Era el cumpleaños de su papá, Jisung era el regalo que su papá tanto esperaba.
Ya tenía dieciocho, hace diez años los conocío, hace cinco supo la maldición. Cuando escondió lo que sentía sobre ella, cuando en silencio juró no enamorarse.
Pero mientras, dejando besos por todo el torso de Jisung, riendo entre pensar si ser o no silenciosos sabiendo que su papá o Johnny podría escucharlos.
— Fue mejor de lo que pensé.
Alzó la cabeza mirando la gran sonrisa de su papá y lo feliz que se miraba al probar su platillo, sus amigos hace poco habían llegado, ya había terminado de hacer lo que pasó en la habitación, incluso ya estaba acompañado a Johnny y su papá cuando llegaron, fue una suerte.
Pero fue imposible no recordar que había hecho el amor con Jisung por primera vez con su padre y Johnny dos pisos abajo, mientras ellos cocinaban... mientras Jaehyun estaba cumpliendo años.
También fue mejor de lo que pensó.
— Hice mejor la receta que mi padre, ese viejo.
Miró a Mark reír, su querido amigo. No dejaba de soltar breves frases en inglés admitiendo sentirse "cómodo" con los adultos ya que su padre era algo entre inglés y americano y John que era americano.
Claro que eso solo era un sucio juego que todos empezaron a hacer para "conquistar" a su padre.
Por ejemplo, Jaemin, Donghyuk y Jeno, que eran nativos coreanos y para su mala suerte, igual que su padre y al parecer la mitad de Johnny o algo así. Entonces, ese trío de amigos decían palabras en coreano usando la misma excusa de "sentirse cómodo"
Claro, también estaba Renjun, quién era local chino pero casi toda su vida desde que nació vivió en Corea. Así que hablara chino o coreano. Decía sentirse casi como en casa.
Aún así... Sentía que Mark tenía una ligera ventaja.
Luego para no dejar a Jisung de lado. Su novio es coreano.
Mientras él, algo de americano, chino coreano. Nació en Estados Unidos donde su papá conoció a su mamá, entonces se separaron a pocos meses que nació, ella se lo llevo a china con un pequeño acuerdo de compartirlo entre meses. Luego su mamá renunció a sus actos legales como madre, y su papá lo llevó a vivir a Corea. Entonces... La misma excusa. Para sentirse "cómodo" su papá decidió mudarse definitivamente a China, dónde hicieron su verdadero hogar desde que tenía cinco años. Tres años después Diamonds Only revivió.
Y gracias a él, aún siendo nativo chino, su papá decidió mandarlo a escuelas para extrajeros para que lograra sentirse más cómodo. Y de ahí, lograron conocer al rector Seo.
Y a sus grandes y enamorados amigos.
— Soy buen adulto, también soy responsable... Pero, les daré una copa de champagne para celebrar un pequeño brindis.
La pareja de su padre sonrió tomandole la mano.
Cada uno tenía una gran sonrisa, probablemente por motivos diferentes, pero era un buen día. Había que celebrar el amor.
Chenle estaba feliz de su padre y su relación, después de ser abandonado por su propia madre no podía pensar en Jaehyun cómo alguien malo. Estaba feliz por él, tenía una pareja quien quería, tenía muchos amigos y trabajadores que lo respetaban, era exitoso cualquier cosa que hacía le salía bien. Le encantaba escuchar sus historias cuando era jóven, aveces le costaba aceptar que todo lo que hacía le saliera bien.
Pero sabía que era real, su padre se había encargado de mostrarlo.
Brindó junto con su padre, novio, sus amigos y Johhny. ¿Debería llamarlo, papá, padrastro, Johnny, señor Seo, o John?
Se lo preguntaría después, tomaron el caro champagne, y la música empezó a sonar con tranquilidad.
No sabía que esperarse, pero solo se permitió bailar con sus amigos o darle en ocasiones un par de besos a Jisung.
A las diez de la noche se fue a su habitación con su novio detrás de él, ni idea que había pasado con los demás pero estaba bastante sumergido en terminar el día de San Valentín con su novio de la mejor manera posible. Aprovecharía bastante tenerlo. Todos los días hasta que fuera el último.
Jisung era la persona que el eligió aún así no quisiera, todo estaba marcado desde el día que nació y el día que aceptó amar a su mejor amigo.
Se preguntaba, ¿cómo lo hizo su papá?, Jaehyun le dijo que fue difícil que lo invadió la culpa, que no amó de nuevo ni siquiera a su madre, pero ahí estaba, a los cuarenta y cinco años amando a un hombre que parece amarlo de la misma manera.
Supuso que cualquiera podría tener su manera de sobrellevarlo.
Besó a su novio, disfrutó cada caricia, cada toque, cada palabra.
Mañana lo diría a su padre.
Sería un buen día.
Wii hola, quería agradecer a las personas que puedan leer esto. No tengo idea de cómo se me ocurrió escribirlo y porqué.
Espero les guste.
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