Johnny.

— Jaemin me amenazó que si no llego a casa, no me dejara entrar.

Su novio y sus cinco amigos vivían juntos en un departamento, llevaban casi un año desde que dejaron los dormitorios de la escuela para irse juntos y ser un poco más libres de las estrictas normas del señor Seo. Rio de tan solo recordar, pero su conciencia estaba tan muerta. No quería dejarlo ir.

— Dijiste que vendrías a mi casa.

Jisung negó con una sonrisa. — Está bien, mañana voy. Mark pasará por mí, Jaemin también lo amenazó y somos muy torpes como para recordar traer llaves. Anda ve a casa.

Jisung abrió la puerta del coche, su chófer esperaba por el con tranquilidad y en silencio. Pero nuevamente negó. — Por lo menos déjame llevarte a casa, Mark puede tardar.

— Chenle... Ya le dije a Mark que lo esperaría, no insistas y entra al coche, hace aún bastante frío. No quiero que te enfermes.

Besó a Jisung como si fuera el último beso que le daría, le recordó lo mucho que lo amaba y se fue. — Llámame cuando llegues a casa.

A la mañana siguiente.

Sus ojos estaban llenos de lágrimas, apenas pudo verse en el espejo. No tenía mensajes de Jisung, no le había hablado. Tenía dos llamadas perdidas de Mark, números desconocidos y mensajes que ni siquiera se dignó en ver.

Creyó lo peor, limpió sus lágrimas y apagó su celular.

En el desayuno su padre lo miraba el silencio, se preguntaba si podía sentir su tristeza y/o escuchar a su corazón romperse.

¿Por qué no era como su papá?

Jaehyun le había dicho que fue difícil para él, pero solo lloró cuando estaba solo, cuando nadie lo miraba. Contó con una sonrisa y con admiración sin pensar en las cosas malas solo las buenas.

Su padre lo tomó entre sus brazos, lo abrazó y se sintió tan cálido, tan agradecido. Jaehyun sabía, y se sentía un poco mejor al tener a su padre entre sus brazos.

— Los presenté papá... Me diste elección y como quiera lo hice.

Jaehyun asintió acarciando a su hijo, el dolor que sentía como padre era grande y tormentoso pero no podía quedar como una víctima de la historia, él era el malo, el que hizo lo que su padre le encomendó desde entregar a su mejor amigo hasta contarle con admiración la historia a su propio hijo.

Fue una víctima pero decidió también ser el villano, no funcionó redimirse y darle la opción a su precisado hijo, ya era demasiado tarde.

— Tranquilo bebé, todo va a estar bien.

Padre e hijo se volvieron a abrazar. El resto de la mañana se basó en Jaehyun acarciando los cabellos de su hijo, mientras esté contaba entre mocos y lágrimas lo emocionado e interesado que estaba Jisung al escuchar las historias de los fantasmas.

— Papá, hubieras visto su expresión, el escuchó como un pequeño niño. Sus ojos brillaban de emoción e interés.

Su padre asintió. Los dos compartieron sus experiencias, la historia de Jaehyun no se comparaba con la del pequeño. Para Chenle, su padre fue quien más sufrió aunque Jaehyun intente no parecer afectado cuantas veces cuente la historia.

Siempre está presente su pasado y todo lo que amó.

Se preguntaba si podría tolerar el dolor.

Si era capaz de escuchar en algún momento que su novio perdió la visa. Si podría seguir en sus dieciocho años sin alguien con quién ha estado más de once años.

Pero se sentía estúpido y roto, su padre había podido.

— ¿Recuerdas a Shotaro y Sungchan?

Su padre cambió el ritmo de la conversación, asintió y agradeció que intentarán borrar los malos recuerdos, por lo menos unos minutos.

— Aprendimos a tocar el piano juntos en Diamonds Only.

Jaehyun asintió con una sonrisa.— Shotaro tiene veinte y dos y Sungchan veinte y uno, los dos han debutado oficialmente en Japón junto con otros chicos, ahora son cantantes y me hablaron para mostrar su agradecimiento. Diamonds Only fue un pequeño empujón para que fueran convocados, ahora parte de sus sueños se han cumplido. — Su papá sonrió mostrando esos hoyuelos en sus mejillas, sonrió de la misma manera. La sonrisa de Jaehyun siempre le daba tranquilidad. — Preguntaron por ti, pensaron que seguías en clases pero se soprendieron cuando les dije que entraste en la universidad.

Su sonrisa iba a borrarse pero no quiso hacer sentir mal a su papá. Cuando era pequeño y jugaban en el piano con Shotaro y Sungchan los tres deseaban tener una banda. Sungchan rapearia, Shotaro bailaría y el sería el vocal principal. Era un pequeño de ocho hasta que Jaehyun decidió decirle la verdad y sus sueños, su inocencia y todo lo que pudo haber querido, se vio opacado por ello. Ya no quería, cantar, ya no quería ir a Diamonds Only.

En esos tiempos no dejaba de recordar que por varios años consideró a Shotaro o "taro" como su mejor amigo. Si esto fuera otra línea temporal, ahora estuviera llorando por Shotaro o quizá en Japón debutando con ellos mientras cantaba para miles.

— Espero les hayas dicho que los extraño. Iré a Japón a verlos algún día.

— Por supuesto que les dije. Les pasé tu número, seguro ya te han mandado algún mensaje, espero no te molestes.

Recordó los mensajes y llamadas de números desconocidos, quizá eran ellos y no algún policía para informarle el fallecimiento de su novio.

— No revisé mi celular, pero gracias por pasárselo. — Jugó con sus dedos. — ¿Comemos pizza? Y haces pastel de chocolate o también podrías llamar a Johnny. Necesitamos hablar y acordar como será su relación. Más bien, como controlaré que tengan su relación.

Jaehyun rio bajito. — ¿Disculpa? ¿A qué realmente te refieres con controlar mi relación?

Sintió un golpe en el pecho, era tan feliz con su padre y le dolió el fugaz pensamiento.

En realidad, a quien más amaba, no era a Jisung, era a su padre. A Jaehyun, quien lo dió todo por él.
Quién dejó su país y sus costumbres, porque el ya estaba más adaptado a china gracias su madre.

Jaehyun quien sin dudarlo hizo y deshizo por el.

Jaehyun quien si lo amó no como su madre quien lo abandonó.

Su querido padre, que le preparaba galletas caseras y chocolate caliente cuando lloraba por extrañar a su mamá.

El que lo abrazaba en días de lluvia.

Le tocaba canciones en el piano.

Y estaba ahí junto con todas las mamás en las reuniones de la escuela.

Jaehyun, que prefirió mentirle con el abandono de su madre en vez de partirle el corazón con simples y verdaderas palabras.

En nudo en su pecho le hizo tener ganas de llorar o vomitar. Pero solo se obligó a sonreír, estaba tan confundido ahora. — Eso, soy tu hijo, manejo todas tus decisiones sobre tus parejas, de todas las que has tenido, solo le daré la aprobación a una, y creo que esa posiblemente es Johnny.

— Tu ganas, pero le llamaré después del pastel, no quiero que me vea con harina en la cara.

Johhny, John, el señor Seo, el director.

Aún tenía que saber cómo llamarlo. Ambos adultos habían aceptado en tener su relación más "pública" no es que fueran grandes celebridades para darse esas molestias. Su padre era algo reconocido por ser millonario viviendo en china y Johnny solo era el "caliente" director de una prestigiosa escuela para extranjeros en china.

No era la gran cosa, los alumnos en la escuela llenaron de rumores pero es porque no tienen otra cosa que hacer, por eso no se dió el problema en desmentir aquello.

— ¿Cómo debería de llamarte? Digo sales con mi papá y vivirán juntos. Tengo dieciocho pero no quiero faltarte al respeto.

John rio mientras acomodaba sus largos cabellos castaños detrás de su oreja. — Dime Johnny, supongo que en la escuela podríamos simplemente ser más ¿cómodos? Tipo, director Johnny. Tampoco me molestaría que me llames papá. Sería un honor, de hecho.

Jaehyun rio, su padre estaba armando una gran pizza, Jaehyun no tenía límites en lo que podía o no hacer. Ambos lo voltearon a ver. — Perdón, sigan. Pero son tan lindos.

— Bien, papá Johnny. ¿Entiendes que aquí, este sujeto llamado Jeong Jaehyun? Multi talentos. Es la persona que más amo, que si le haces daño te... Poncharé las llantas de tu carro.

— Sí... Chenle. Llevamos casi un año de relación, no te diré que los cuarentones no tienen discusiones o malentendidos. Pero hasta ahora, se que tu papá me gusta mucho, yo también lo amo, y estoy dispuesto a hacer una familia con ustedes y mi gato. Acepten a mi gato.

Rio bajito asintiendo, pero regresando a su cara de póker para "intimidar" ni siquiera sabía porque seguía intentandolo.

— Espero esto sea más cómodo entre nosotros, es muy poco tiempo aún, no quiero forzarlos a nada, no quiero que se sienta extraño si vivimos juntos, no quiero ser solo alguien a quien incluir a ustedes, quiero que sea natural, que seamos una familia no un intruso. ¿Entienden los dos Jeong?

— ¿Debería ponerle mitad hawaiana y mitad champiñones o Perroni?

Chenle Johhny miraron a Jaehyun que parecía demasiado centrado en la pizza con la pasta de tómate y el queso encima que en el futuro de su familia. Los dos rieron de Jaehyun. Empezaban a entender las cosas.

— ¡Creo que cien por ciento hawaiana! Con mucha piña.

Nuevamente su padre llama la atención de ambos, haciendo a los dos sonreír y reír.

Era oficial, Chenle tenía una nueva familia.

Después de comer la pizza y el pastel de chocolate, se despidió un poco de Johnny y su papá para subir a su habitación. Prendió el celular, se animó a ver los mensajes.

Varios eran de Sungchan y Shotaro aclarando como tal que son ellos y todo lo que su papá le había dicho.

Jisung perdió su celular, como no contestas a mis llamadas solo te escribo para avisarte que tu novio está bien. Y de paso, saludame a tu papá- Mark.

Rodó los ojos ante el mensaje de Mark, supuso que su amigo no le daría importancia si le cuenta que los vió a los tres en la cocina.

Pero Jisung estaba bien. Y nuevamente deseó no hacerlo. Pero quizá los fantasmas lo rechazaron. Quizá no amaba lo suficientemente a Jisung.

Su padre...

— ¡Él no es!

Su garganta ardió con el grito, golpeó su cabeza con las manos, gritó con dolor. No quería pensar en eso, no quería ser egoísta.

Jaehyun y Johnny llegaron, abrieron la puerta sin avisar, su querido padre lo tomó entre sus brazos mientras sus lágrimas mojaban su rostro.

— ¿Qué tienes, Chenle?

Johhny se acercó a él. — Escuchamos tu grito, ¿Estás bien?

— Chenle. Responde, hijo.

Alzó la cabeza, sentía un pitido profundo calarle con pesar, abrazó a su papá pidiendo perdón en su mente. — Perdón por asustarlos. Estoy bien... Yo, me asusté.

Jaehyun lo abrazó a un más, se dejó abrazar y Johnny se unió a ellos. Le gustó el gesto, era un chico de dieciocho, casi un adulto, pero su papá siempre estaba para cuidarlo.

Esa tarde, miraron películas los tres en la sala del cine de su casa, logró conocer más a Johnny y sentirse menos incómodos. Le agradaba mucho y pudieron conversar. Tal como Johhny pidió, estaba entrando a la familia lentamente, no solo iba a invadir su espacio.

Nuevamente era lunes, en receso por fin se encontraba con sus amigos. Cómo siempre, todos en la cafetería hablando de sus fines de semana y comiendo el almuerzo.

Mark tenía una peculiar sonrisa triunfante.

En cambio, Jisung se miraba un poco extraño. Como si no hubiera dormido en todo el fin de semana.

— ¿Pasa algo contigo, Jisung? — Jaemin le ganó en preguntar, solo se quedó quieto esperando la respuesta de su novio. Pero Jeno habló antes que Jisung siquiera pudier pensar en una respuesta.

— ¿Acaso ya han tenido su primera discusión de parejas? — Jeno alzó las cejas en armonia, tuvo que negar con la cabeza.

Pero Jisung parecía estar demasiado centrado, con la mirada perdida.

— Jisung. — Ahora fue Mark quien lo llamó, era quien más cerca estaba, apenas lo tomó del hombro, este dió un salto acompañado de un grito. — Ey tranquilo. ¿Qué pasa? ¿Te sientes bien?

Jisung asintió. — Perdona, Hyung... No dormí bien.

— ¿Seguro solo es eso? Te vez palido , tus ojos estan rojos y bueno, tienes una mancha roja en el cuello. — Insistió el mayor.

— Fue Chenle. — Soltó con burla Renjun.

Empezaba sentirse cohibido.

Culpable.

Apuntando.

— Quizá un mosquito me picó y tenga reacción alérgica y por eso no dormí bien, Hyung. — Jisung desvío el tema. Mark solo asintió regresando a su lugar, siguió su tranquila conversación con los demás.

Jisung volvió a la nada.

Y así siguió, Mark, Renjun, Jisung y el tuvieron horas libres en las que pasaron juntas, los dos primeros sumergidos en una buena conversación, Jisung dormido en el césped, Chenle, con la culpa carcomiendole la garganta.

Quiso unirse a la conversación con los mayores pero no dió por mucho y solo se pasó fingiendo risa ante lo que escuchaba, aunque ni siquiera prestó atención en que idioma hablaban, solo hacia lo de siempre cuando no le importaba la conversación. Reír cuando Mark lo hacía. Eso era muy seguido.

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