Amy Rose

Para esto había tenido que esperar hasta la navidad, ya que ahora seguía el último de todos los puntos de mi lista que viene siendo "beso" y eso porque solo las parejas se besan con mucho cariño bajo un muérdago.

Tal vez esto sea lo que me haga sentir mejor.

Tal vez no pase y yo estuve como una paranoica todo este tiempo.

La navidad llegó, todos estábamos en mi casa, celebrando en la media noche, hace un par de horas habíamos cenado, todos platicábamos con entusiasmo. No tardamos mucho en dar nuestros regalos, por mi parte les di una cajita con galletas a mis amigos y a Sonic le di una mucho más bonita con sus dulces favoritos en su interior, Sticks me regaló un par de agujas de tejer nuevas y con grabados hermosos de naves voladoras, algo muy típico de ella, Knuckles me dio un calcetín rosa, Tails me regaló una pulsera muy bonita y Sonic también.

Vi a Sonic tomar una caja de regalo muy bien decorada, tanto que me sorprendía y dársela a Tails.

—Espero que te guste— le dijo con una sonrisa.

Tails tomó su regalo entre sus manos y lo abrió, en su interior había un marco muy bien elaborado, tenía bellos detalles rameados, mi corazón se estrujaba al ver que tenía un dibujo de Tails, no era perfecto, pero si bueno, Sonic le había regalado algo que seguramente hizo con mucho esfuerzo, solamente aparté mi vista de ellos.

—¡Está genial!— dijo Tails con seguramente una sonrisa radiante en su rostro.

Yo solo... no sabía como reaccionar, pero aún debía probar lo que había estado planeando.

—Yo hice esto para ti, espero te guste— dijo Tails, haciéndome mirar de nuevo en su dirección.

Fue cuando vi a Sonic tomar entre sus manos la caja de regalo que Tails le había dado, de ella sacó una cajita musical, muy hermosa y con muchos detalles de hojas plateadas con un fondo azul marino, Sonic abrió la cajita con una llave que sacó también de la caja de regalo, de esta sonaba una melodía romántica y suave, en el centro, se veían unas figuritas de Sonic y Tails, las que estaban tomados como si fueran a bailar un vals y mismas que giraban conforme la melodía avanzaba, Sonic se veía muy feliz con el regalo, sonreía como un niño pequeño.

—¡Está hermoso! Gracias mi zorrito— le dijo con una sonrisa.

Ellos de verdad se esmeraron en preparar esos regalos, ahora entiendo porque Tails se la había pasado los últimos días en su taller, conociéndolo le estaba dando los últimos retoques.

Luego de los regalos y siendo lo más cautelosa que pude, pasé por detrás de ellos, colgando un muérdago, me aseguré de que no me notarán, pues parecían platicar con mucha alegría y estaban disfrutando del momento. Ahora me tocaba esperar a ver lo que sucedería, por lo que me senté en mi sofá, esperando a que lo notarán.

—Aquí vamos— susurré para mi misma cuando vi que Sonic notó el muérdago.

Un sonrojo apareció en sus mejillas, no quería llorar si se besaban, así que respiré hondo y fingí que no les prestaba atención en lo absoluto, cuando me giré en dirección a Sticks y Knuckles, pero ahí fue donde usé mi arma secreta: un espejo de mano.

Lo apunté hasta ellos para poder verlos aún estando girada.

—Parece que debemos obedecer las reglas, ¿no crees?— escuché a Sonic.

—Y...yo s...si— respondió Tails, creí ver que tenía un sonrojo en el rostro.

Y lo vi.

Vi como Sonic tomaba a Tails del mentón, mientras unía sus labios con los de él, al principio parecía que sería un beso corto, pero me equivoqué, porque Tails rodeó el cuello de Sonic con sus brazos, mientras que Sonic lo pegaba más a él al abrazarlo por la cintura.

No pude más.

Quité el espejo de mano y me giré para verlo con mis propios ojos.

Ellos seguían en su mundo, hasta que se separaron.

Una, dos y luego más lágrimas bajaron por mis mejillas, pero las sequé al instante.

Se suponía que eso no debería haber pasado, pero bueno.

Pasó.

Ellos se habían besado y no había nada que pudiera hacer para evitarlo, porque volvieron a hacerlo.

Otro...

Otro punto más al que debo ponerle un ángulo.

Al parecer mis sospechas eran ciertas.