NPC.
22062024
Total de palabras: 1061.
Ganador: tataimalartol
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Al abrir la puerta, el viento de la tormenta impacta en mi rostro, gotas heladas que las acompañan se barren en el piso de mi entrada. No esperaba encontrarte aquí, ajeno, helado. Al verte alzar la mirada, mi cuerpo no puede evitar moverse y envolverte en un abrazo. ¿Cómo puedo ignorar tus hermosos ojos que portan las lágrimas que atraviesan mi alma? ¿Cómo puedo ignorar el ser a quien más he amado en toda mi vida? Un par de segundos me bastan para jalarte dentro y evitar que te sigas empapando.

Puedo imaginar quién ha hecho esto. Las marcas en tu rostro, brazos y cuello tienen un dueño, un amo que te hace daño. ¿Por qué sigues con él? ¿Acaso es mejor que yo? Mi intranquilidad no tiene lugar ahora, por eso mis brazos te dejan de aprisionar, algo que no parece ser bien recibido por ti. 

¿Qué pasa con esos ojos inquietos, con esos labios temblorosos, con ese temor? Detesto que hagas este rostro. ¿En dónde está el chico lindo del que me enamoré hace años? Ahora mismo veo la sombra de un individuo que ya no está, la ceniza del fuego que él arruino con un soplido, arrebatándote de mí. Lo odio, lo detesto, ¿por qué tuviste que enamorarte de él? ¿mi amor no es suficiente para ti? Sabes bien que conmigo estarás bien, entonces, ¿por qué? Estoy intranquilo una vez más. No debo de ser el protagonista de este dolor, sino tú. Eres débil entre mis brazos, marchito como una flor que lleva tiempo en un arreglo apartado del centro siendo tú la flor que todos deben de conocer por ser de las hermosas de todas.

De alguna manera, tus brazos llegan hacia a mí, como si pudieras escuchar todos mis pensamientos, susurras "idiota, eres tan fácil de leer" y me besas sin darme oportunidad. No puedo rechazarte, me gustas, mis labios pueden demostrártelo, ¿puedes sentirlo? Estoy ansioso por ti, te necesito tanto que podría morir, detesto ser un simple NPC en tu vida, no soporto que estés casado con un idiota que te maltrata, que te ve la cara al tener a su amante adentro de tu misma casa y que te aparta de mí.

"Sé mío, Katsuki", un susurro que no puedo controlar y mi deseo tampoco.

No cuando no respondes con palabras, sino con hechos al desnudarte delante de mí. El perfecto lienzo pálido ha adquirido colores fríos que detesto en tu piel. Morados  y azules repartidos en tu estómago, mordidas en zonas que adoro tocar, puntos de quemaduras repartidos  en tus hombros, arañazos, cortadas y parches donde imagino que trataste heridas anteriores a esta.

"Huíste, ¿no?", algo más a lo que no respondes y que no necesito de tu respuesta porque escucho los pasos de alguien aproximándose a la puerta junto a una bestial embestida que termina por abrirla. Él está aquí, el dueño de ti, de sus agresiones, el rostro de aquel puño que tantas veces te impactó. Y tú, temeroso, te escondes detrás de mí buscando protección.

No pienso dejarte solo, aun si ese imbécil se atreve a golpearme, me da igual cuánto intente recuperarte, pero ahora eres mío y de nadie más, Katsuki, qué poco me importa que tu marido sea Midoriya, que seas su mujer, ahora eres mío, mío, mío, enteramente mío.

Nuestro pleito no es a base de palabras. Mis puños impactan en su rostro, otros más en su torso y desearía decir que también he añadido patadas, de no ser porque estás fuertemente aferrado a mis piernas, agachado en el piso temeroso de cualquier resultado adverso a tus deseos. En algún punto, la policía que custodia la calle ha llegado para separarnos y llevarnos juntos, incluido tú.

Sin cargos para alguno, detallado como una simple riña entre vecinos, mas contrario a lo que imaginé alguna vez, eras tú detallando tu día a día con ese sujeto con el que te has casado, incluso desnudándote como lo hiciste momentos antes en la entrada de mi casa.

¿Le estás diciendo adiós, no? No puedo evitar sonreír por ti, no pienso dejarte solo por eso te apoyaré en todo momento. 

No te asustes.

Esta noche será difícil para ti.

Los días que vinieron después no fueron mejores, pero al menos, la sonrisa que ahora demuestras es sincera.

¿Cómo puedo ignorar a la luz eterna y resplandeciente a la que me volví adicto en el pasado? Es como estar en el mismo paraíso, de tocar las nubes como si esto fuera posible y de bañarme en su agua, de transparentarme y que el rayo de sol me impacte para formar el arco iris. Me haces sentir eterno, como el tiempo, como la vida prevaleciendo a través de cada irregularidad, lleno de gozo de compartir la felicidad contigo. Y te adoro, te adoro ser bendito que me ha tocado conocer. Oh, bella mariposa de alas heridas, ahora puedes volver a volar y, aun sin pedírtelo, lo haces a mi lado, no puedo ser más dichoso.

Cada noche, no puedo dejar de hacerte el amor, de vociferar palabras de amor que únicamente tú has logrado de mí, y, para ti, creo que es suficiente sin tener que contestar, porque esos brillantes no necesitan de palabras para poder decirme aquello que puedo leer a través de tu mirada. Labios que traspasan mi piel como agujas, dejando huella ante al más mínimo roce, dedos que se extienden a través de caricias, ardientes como fuego mismo.

Comenzamos a reconstruir nuestras vidas, ladrillo a ladrillo. Cada día era un paso más hacia un futuro que antes parecía imposible. Hablamos de sueños, de esperanzas, de un "nosotros" que ahora se sentía tangible. Y en esos sueños, no había lugar para el miedo, solo para la promesa de una felicidad compartida.

Y aunque las cicatrices permanecieron, se convirtieron en parte de nuestra historia, en recordatorios de lo que habíamos superado juntos. Cada marca en tu piel, cada dolor pasado, se transformó en un símbolo de tu fortaleza, de tu capacidad de luchar y de mi amor incondicional por ti.

Ahora, cuando te miro, veo a la persona que siempre has sido: fuerte, valiente, llena de luz. Y me siento inmensamente afortunado de poder caminar a tu lado, de poder compartir cada amanecer, cada risa, cada momento de felicidad. Te adoro, mi mariposa renacida, y juntos volaremos más alto que nunca.

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¡PERDÓN POR TARDAR! TT