𝓗𝓸𝓻𝓪 𝓭𝓮 𝓭𝓸𝓻𝓶𝓲𝓻

Hora de dormir.
15062024
Total de palabras: 1068.
Ganador: kirishinee

⊹⊱•••━━━━━━━━━━━━━━•••⊰⊹

—¡Basta, me haces cosquillas!

Eijirō levanta el pie, alejándolo de las manos de su novio, que estaba a nada de barnizar las uñas de sus dedos gorditos.

—Oye, quedamos en algo —dice Katsuki mientras juega con el pequeño pincel—. Prometiste dejarte consentir.

—Sabes bien que Red, Riot, Dyna, Might y Katsuki Junior son cosquilludos. —Abulta los labios, acto que Katsuki considera como invitación para besarlos. Realmente no le molesta, adora que su novio sea tierno.

—¿Y dirás lo mismo de Baku, Gou, Kiri, Shima y Eijirō Junior? —Señala al otro pie entre risas, provocando un tierno rubor en sus mejillas masculinas.

—¡No te burles de mí, Bakugō! —chilla, claro, muy varonil, aunque de su voz una nota aguda se le escapado provocando una risa más escandalosa por parte de su novio.

—Katsuki.

—¿Eh?

—Es Katsuki. —El guiño final lo ha matado. A veces olvida lo tierno que es su novio estando en la intimidad. Katsuki definitivamente es el novio ideal, realmente no tiene idea de cómo logró conquistar su duro corazón de caramelo.

—Bien —suspira, tampoco es que pueda hacerlo replicar tanto—, puedes continuar. —Extiende el pie.

Cual llamaradas, sus ojos se encienden, mostrando consigo una hermosa sonrisa que se estira conforme aquel pincel diminuto pasa por la uña, marcando un camino rojizo.

Ama ese color, es apasionante, cálido, el mismo que posee su mirada favorita, aquella en donde puede estar horas y horas contemplándola sin parar, dispuesto a encontrarse en los ojos ajenos entre cada pastañeo.

—¿Qué pasa?

—¿De qué?

—Estás callado.

—Sucede que estoy concentrado.

—Soy yo quien te pinta las uñas, no al revés, amor.

Un espasmo recorre su cuerpo, finalizando con el rubor en sus mejillas. Siempre tan varonil, diciendo sus sentimientos sin importar el momento.

—Qué haría sin ti... —susurra, aunque aquello no escapa del perfecto oído de Katsuki, quien ríe con suavidad.

—Probablemente estarías buscando a alguien más que te pinte las uñas —bromea.

Si hay algo que puede decir que es solo para él, son justamente esos gestos. Jamás podría observar a su novio haciendo esa clase de actos amorosos en alguien más. Simplemente ninguno. Solo hay un Katsuki adorable para él, aquel que, con una sonrisa, lo espera pacientemente afuera de su habitación para ir juntos a clases. "Tardaste, Red" o "¿Qué pasa con esa corbata?". También "Exageras con la laca, amor, terminarás calvo y yo no puedo salir con un pelón".

—Sí, definitivamente —expresa sonriente.

Katsuki, quien ha terminado de decorar a Red, Riot, Dyna, Might y Katsuki Junior, deja la brochita dentro del barniz, manteniendo una ceja arqueada.

—¿Tan bien me quedaron como para sonreír?

Desvía la mirada, abochornado, ha sido atrapado en una ilusión con el Katsuki de sus recuerdos—. Eres veloz.

Él se encoge de hombros mientras vuelve a tomar el botecito de barniz para agitar, abrir y sujetar la brochita dispuesto a continuar su tarea en el otro pie.

—Todo lo que hago lo hago bien. —Algo que Katsuki ama hacer es echarse flores, aquello lo hace reír suavemente—. Sabes que no me gustan las cosas a medias, menos las mediocridades.

—¿Entonces la carne a término medio no te gusta?

Pone los ojos en blanco. ¿Cómo su novio puede ser tan expresivo una vez entra a su habitación? Es un Katsuki completamente diferente. Uno solo para él.

—No te burles de mí, Kirishima. —Golpea su rodilla con el puño, aunque "golpear" es demasiado decir ante la caricia de sus pieles.

—Eijirō.

—¿Uh?

—Es Eijirō. —Ahora es su turno de devolverle el guiño.

Katsuki ríe mientras niega con la cabeza—. Tienes razón, Eiji.

Wow. Su novio puede causar explosiones sin una gota de sudor. Puede jurar que su corazón late a velocidades inhumanas.

—¿Cómo le haces para ser tan tierno? —Abulta los labios.

—Sucede que estoy teniendo una dosis de Kirishima diariamente.

—Eso es...

Katsuki vuelve a dejar el pequeño pincel dentro del botecillo, su tarea ha terminado. Ahora que ambos pies poseen un rojo brillante en la espera de secarse, de otra manera esas sábanas podrán mancharse.

—¿Qué te parecen?

—Creo que Eijirō Junior desea invitar a salir a Katsuki Junior. —Bakugō ríe suavemente.

—Eso se puede hacer.

—¿Cómo? Si se abrazaran acabarán manchados.

Si hay algo que ama hacer, es ponerle caritas a sus dedos del pie. Los meñiques, aquellos pequeños actores que apenas pueden moverse, son los poseedores de sus nombres. Le gusta pensar que sin importar la distancia harán lo que sea para encontrarse, aun si eso significa cruzar las piernas y atraparse con tal de besarse.

Katsuki se estira, estando encima del pecho de Eijirō quien posa sus manos a la cadera para sostenerlo aun si esto no es necesario. Simplemente le gusta tocarlo, acariciar su cuerpo con los dedos y disfrutar de esa sonrisa acompañada del sonrojo creciente, adornada de la mirada brillante semejante al crepúsculo.

No puede resistirse, besa sus labios siendo correspondido por el tierno pico que su novio ofrece. Es lindo, tan delicado como el caramelo, quien busca una temperatura específica para conseguir esa consistencia líquida para evitar quemarse. Estar con Katsuki es andar sobre fuego, un paso en falso es ir a las brasas, mas seguir esa mirada amorosa lo lleva por un camino cálido proveniente de todo su amor.

—Siempre puedo limpiar con acetona y volver a pintar —susurra contra sus labios, seguido vuelve a besarlo—. Entonces... ¿Qué dices?

—Digo que estás loco si piensas que quiero andar con los dedos manchados. —Katsuki ríe, no puede resistirse a esa risa tan bonita, lo estrecha entre sus brazos mientras besa sus mejillas, mentón, labios y el resto de su cara.

—Ya para —pide entre risas, aunque eso es un indicador para que continúe con cosquillas en su cintura—. ¡Kirishima, basta, jajaja!

—Amor.

—¿Cómo dices?

—Es amor —corrige, para después guiñarle el ojo a un muy rojo Katsuki, que se desploma en su pecho.

—Eres un... tonto.

Manos quietas, tortura de besos en cero. Katsuki está avergonzado en su pecho, recostado de la misma manera en que lo hacen a la hora de dormir.

—Entonces somos dos tontos ya que soy tu tonto.

—Tonto amor.

—¿Estás diciendo que el amor es tonto?

Katsuki eleva su cabeza, atrapa la nariz de Eijirō con los dedos y aprieta—. Sí, estoy diciendo que eres un tonto.

En serio, ¿Cómo enamoró a Bakugō Katsuki? No tiene idea, pero ahora que está entre sus brazos no hay motivos para dejarlo en libertad.

⊹⊱•••━━━━━━━━━━━━━━•••⊰⊹

¡Espero te guste, Kiri!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top