Me encontraba caminando sin rumbo por las calles, no tenia ninguna intención de regresar a ese lugar por un buen tiempo, pero el cansancio que tenia era enorme, me pesaba el cuerpo y los ojos, no tenia ánimos, solo quería probar ese horrible café y relajarme en la silla hasta quedar profundamente dormido mientras me regañaban diciendo que no podía dormir hay... jeje tal vez y que me golpeen con el peluche de conejo que ella tenia.

Pero... ya no se podía.

En este nuevo mundo yo ya no soy nadie, bueno... no es que en el anterior hubiera tenido la mejor reputación del mundo pero no era tan malo, solo quería ayudar, no me arrepiento, tuve una buena vida con altas y bajas y supongo esta es una baja mas.

Mis pies me llevaban sin dirección o eso creía, ya que inconscientemente me dirigía a exactamente el mismo lugar al que se supone no debo acercarme para no generar problemas o malos entendidos.

Ya era tarde...

Estaba parado frente a la puerta... estaba cansado, vi que la luz seguía prendida ¿que hora era? me acerque a la ventana y en eso... la vi.

Se encontraba con su típico peinado de "piña" jeje ok no debo llamarlo así pero es como un moño un poco alto, limpiando las mesas mientras se notaba relajada, claro, a estas horas ya no debería haber clientes, pero me vuelvo a preguntar ¿que hora es? tal vez... un café no le hace daño a nadie.

Doy dos toque...

Desde la puerta, puedo apreciar como la sombra se va acercando, se abre lentamente la puerta y puedo verla, su mirada fue de sorpresa y hasta juraría que algo de lastima, sus labios tambalearon un poco, estaba notoriamente nerviosa pero me dijo. 

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