9. Beso
Incluso para nuestro protagonista, fue obvio saber que no lo había sacado de la clase para algo que estuviera relacionado con los estudios, como la llamada de algún profesor, o incluso de la directora. Fue bastante notorio cuando llegaron a la parte trasera de la institución, dónde no había nadie, de manera entendible, que seguramente era por otra cosa.
El mayor fue aligerando su paso hasta detenerse, acción en la cual el pelirrojo le imitó, en completo silencio.
El castaño se pasó una mano por esos cabellos que su ajeno recordaba mal recortados y ahora parecían emparejados, al tiempo que soltaba un suspiro sin disimulo alguno.
-Sigues tan callado como siempre - su voz volvió a resonar en los tímpanos del menor, y como si se tratase de una contraseña para señalarle que podía hablar, Oli abrió la boca rápidamente.
-S... Sloan - murmuró, callando inmediatamente en el momento en que el de ojos almendras se volteaba para que quedaran cara a cara.
No recordaba del todo la última vez que se había quedado sin aire, así, de repente, con solo una mirada posada fíjamente sobre su persona insignificante.
El rostro del anteriormente nombrado por el pelirrojo demostraba un pequeño alivio, tapándose un poco el rostro con una de sus manos y mirando a la pared que tenían al lado.
-Me recuerdas - susurró, de forma totalmente audible -Y has dicho mi nombre - se mordió el labio, apartando la mano de su rostro y dejando caer levemente sus hombros.
Oliver no tardó en comenzar a hablar de nuevo, con una pequeña seguridad marcada en su tono.
-No... No podría olvidarte- apenas pronunció éste frase, Sloan le tapó la boca con la mano, mirándole de manera penetrante.
-No te creas, sigo algo resentido. ¿Cuánto ha pasado? ¿Cuatro, cinco años? - apenas le destapó los labios, Oliver bajó la cabeza tímidamente y le mostró cuatro dedos - Así que cuatro...- soltó un suspiro resignado.
Metió la mano en el bolsillo trasero de su pantalón y sacó su celular, buscando algo en su galería antes de mostrarle la pantalla al pelirrojo, quien levantó la mirada de a poco.
Palideció en cuestión de segundos y sintió como sus piernas flaqueaban.
- Te saqué de la clase por ésto. Estaba pasando al lado de las ventanas y, al reconocerte, me tomé el trabajo de grabarlo, pese a que quería entrar y darle un puñetazo. Luego entré, fui a tu clase y ahora estamos aquí - en la pantalla podía vislumbrarse la escena que hacía poco había tenido que soportar con el exámen. Era una grabación sin sonido, pero que dejaba ver algunas cosas, como el toqueteo y la insinuación de ese chico con el que tuvo que compartir banco. Y cómo el pelirrojo no daba señales de mucha resistencia - No has cambiado, sigues dejandote. Pero ahora ¿También de este modo? ¿No te da asco?
El pelirrojo mostró su alteración y pánico al momento de atropellar las palabras, con los ojos muy abiertos. Si Sloan tuviera una imagen tan mala de él... No creía soportarlo.
-¡N..No es lo que crees! Lo... Lo detesto mucho. Es desagradable... que... me toquen...- se tapó la boca, ahogando un poco sus palabras mientras temblaba levemente y cerraba los ojos con fuerza - Me... me usan... Insultan... Es horrible... D..Da asco - se dejó caer de espalda contra la pared para usarla de apoyo.
Sloan pudo saber que no mentía. Como bien sabemos, Oliver siempre fue fácil de leer, y el castaño no había despegado su vista del menor, como para no comprender su, por no agregar que muy obvio, lenguaje corporal.
El de ojos almendras guardó su celular y se encogió de hombros, dándose por satisfecho.
- Solo eso necesitaba escuchar. Espérame en la entrada al terminar las clases, te acompañaré a tu casa. Estoy al tanto de que ya no vives en tu orfanato - hizo un además de voltearse e irse a algún lado, pero las apresuradas palabras aún ahogadas del menor le detuvieron.
- Y... yo... tras las clases... iré a mi tra... trabajo - el pelirrojo terminó de decir eso mientras miraba al suelo y se destapó suavemente la boca, sin perder su palidez.
Sloan le miró unos momentos, acercándose.
- ¿Trabajas? - Oliver asintió sin verlo - Vaya, tal parece que me he perdido de algunas cosas en mi ausencia. Pero es lo mismo, te acompañaré igual - se rascó la mejilla, frunciendo un poco el ceño. Ahora tendría que ponerse al tanto de todo, le era algo molesto...
Salió de sus pensamientos cuando el pelirrojo empezó a balbucear, apretando los pliegues de su camiseta.
- T... tú... - empezó a formular el menor, con un nerviosismo y vergüenza totalmente notables, incluso palpables - El... el beso... del aeropuerto.... - el de ojos almendras no pudo evitar sorprenderse un poco.
¿El pelirrojo aún recordaba eso...? No es como si el castaño lo hubiese olvidado, pero...
Sonrió de lado, acercándose al punto de poner un brazo apoyado contra la pared, a un lado del cuerpo de Oli, quien intentaba seguir sin mirarle.
- ¿Aún piensas en eso? ¿Tan bien besaba como para que aún lo recuerdes? - murmuró con cierta burla en su tono, a lo que las mejillas del menor se tinieron de un suave y leve rojo, al tiempo que temblaba un poco.
Era un claro "sí". No supo descifrar si la afirmación era para las dos preguntas o solo para una, pero le valía.
- Oliver, dime ¿Te gusto? - susurró mientras se apegaba y le acorralaba contra la pared, sintiendo sus pequeños temblores y notando cómo el tono de sus mejillas se hacía más notorio.
Al ver que no le miraba, le tomó del mentón y logró que sus miradas se conectaran. Oliver se estremeció notablemente, apoyando las manos sobre la pared, como para tener un soporte.
La cercanía era demasiada, podía sentir de nuevo el olor a café, y le encantaba. Ya lo tenía asumido. Su vista se había perdido en aquellos orbes almendras que lo miraban de una manera indescifrable.
- O... li... ver... - con cada pausa que Sloan hacía sobre sus labios, Oliver buscaba unir sus labios. Era como una necesidad, pero pese a todo, el castaño no le permitía que le besara.
Ver esa mirada perdida lo estaba volviendo loco, y notar esa insistencia no era como si ayudase al mayor, pero éste solo se limitó a usar la mayor parte de su voluntad.
Que Oliver no le hubiera contestado, le dejaba más claras las cosas.
Bajó una mano, acarició el torso del pelirrojo hasta llegar a su cadera y la apretó suavemente, apegándola a la suya. Oli se mordió los labios mientras entrecerraba los ojos involuntariamente.
Parecía expectante.
- ¿Sábes? - murmuró Sloan contra sus labios, sonriendo de lado al volver a frustrar el intento del menor de unir éstos - Odio cuando te quedas callado - e inmediatamente, le soltó y se alejó, largándose. Seguramente de vuelta a su clase.
Oli tardó unos momentos en analizar lo sucedido. Y el color volvió a su rostro de forma abrupta al momento de volver en sí mismo.
Se quedó allí, pensando, hasta que llegó el receso. Después de eso, solo esperó a la finalización de las clases que quedaban, con sus respectivas humillaciones y eso. Cuando sonó la campana, recogió sus cosas rápidamente y salió huyendo de la clase.
Dio un par de vueltas innecesarias para despejar su mente y luego salió de las instalaciones, buscando con la vista al castaño.
La escena con la que se encontró hizo que se sorprendiera y que su cuerpo temblara levemente.
El castaño besaba de forma despreocupada a un chico de ropa ancha y rasgos algo finos, quien tenía también cabellos castaños, algo más claros. Era algo más bajo que el mayor, pero pasaba a Oliver, pudo deducirlo fácilmente.
Sloan, al notarle, se separó de forma tranquila, mirando a Oliver mientras dicho pelirrojo notaba cómo el joven de ropa ancha se limpiaba los labios con el dorso de la mano.
- Ah, por fin sales ¿Vamos de una vez? - preguntó el de ojos almendrados, como si nada hubiera pasado.
Oliver sintió una punzada en el pecho y bajó la cabeza, agarrando con fuerza su mochila. Había salido de su trance por fin.
- Y... yo... - empezó a decir. Al notar que su contrario dio un paso hacia delante, se apresuró a continuar - Pe... Perdón... Recordé... que tengo que... ir a otro lado - se excusó, falsamente - ¡T... Te veré en otro momento! - y salió corriendo en alguna dirección.
Cuando el pelirrojo se alejó lo suficiente, el chico de ropa ancha, quien miraba en aquella dirección con algo de extrañeza, habló con una voz un poco más aguda de lo normal, no mucho.
- ¿Ahora que hiciste? - Sloan se encogió de hombros, intentando entender qué había ocurrido.
- ¿Y cómo voy a saberlo? No presté mucha atención... - sintió un codazo, el cual no dudó en devolver inmediatamente.
- Eres un idiota - el chico miró al mayor, en forma de reproche - Se le notaba que estaba triste. Como si estuviera desilusionado y quisiera huir. Era muy obvio - el de ojos almendras meditó unos momentos. Y gruñó, pues ya había entendido.
- ... Te veré luego Bel - se despidió de manera seca y corrió en la dirección por la cual el pelirrojo había desaparecido.
El de ropa ancha se metió las manos en los bolsillos de su pantalón y miró cómo se largaba.
- Ah... Son celos. ¿Por qué estas cosas son tan normales? - inquirió suavemente a la nada, y luego se fue hacia su casa. No es que hubiera sido su culpa que Sloan le hubiera besado para irritarle... Ni que fuera algo normal entre ellos.
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