20. ¿Perdonar...?



Jeongin estaba en el estacionamiento. Gritó lleno de frustración, no soportaba su vida... no quería que el amor doliera, pero lo hacía.

Terminó tirándose al suelo, él también estaba herido físicamente, los golpes que Minho le había dado sin duda fueron con mucho coraje y dolía demasiado, pero lo que realmente le dolía era su corazón.

Después de un buen rato, se puso de pie y subió a su auto. Salió de la universidad y llegó a su casa, por suerte no estaba su familia, seguían en Busan con su abuela y allá estarían durante varios días más, eso daría tiempo a sus golpes de sanar y así evitaría más preguntas cansadas.

Era momento de despejarse, de dejar todo lo que lo lastimaba, era tiempo de estar con él mismo.

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Hyunjin era otro que se mantenía triste, no lograba contactar a Jeongin y tampoco le respondía el teléfono, necesitaba decirle cuánto lo adoraba, necesitaba hacerle saber que era correspondido, que él en verdad había empezado a quererlo románticamente y de una manera inigualable, quería hacerle saber que él lo cuidaría, que estaría a su lado sin importar nada ni nadie, pero el peli azul había puesto una barrera enorme y no lograba localizarlo.




—¿Sigue sin responder? —Preguntó Bang Chan.


—Sí, no responde y tampoco me abre nadie en su casa.


—Han pasado ya tres días, Jeongin no es así... ¿crees que...?


—¡Ni se te ocurra decir algo así Bang Chan hyung!





No querían verlo de ese modo, Jeongin no haría una locura, pero estaba demasiado lastimado, nadie podía imaginar cuánto le dolía toda la situación, cada persona soportaba de diferentes formas, solamente esperaban que el menor fuera la clase de persona con una enorme fortaleza interna... el dolor podía ser grande, pero él podía con eso y más, eso querían creer.

Chang Bin era el más molesto con todo, era quien prefería callarse las cosas, cuando todo había empezado a ir mal decidió no indagar demasiado, no quería hacer más grande la situación, pero ahora, viendo lo que ocurrió con Lee y Yang, sumándole que el menor estaba desaparecido pensaba que lo mejor que pudo hacer fue intervenir, y no, no lo hizo... estaba tan enojado con él mismo.

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Seungmin explicó a Lee Know sus razones de haber desaparecido tan repentinamente, le dijo a detalle cuánto lo quería y cuánto había sufrido estando lejos y eso solamente hizo llorar más al mayor porque bueno... malinterpretó todo y se dejó llevar por su rabia de ser abandonado y lastimó a quienes menos se lo merecían...

Las cosas entre Kim y Lee quedaron arregladas, el menor se quedaría a vivir en el departamento del castaño de ahora en adelante, hasta donde durara su amor. Minho también le contó lo que ocurrió en su ausencia y, a pesar de que a Seungmin le dolía un poco saber los detalles, no iba a culpar a su novio, porque para empezar había sido él el que desapareció, ahora solo esperaba que su relación pudiera establecerse y que ya no hubiera malentendidos entre ellos y sus amigos.

Un par de días pasaron desde la llegada de Seungmin, pero la culpa no dejaba estar tranquilo a Lee Know, necesitaba despejarse, su mente era un caos, y no era a causa de que estuviera enamorado de Hyunjin o esas cosas, no, él sabía perfectamente que a quien quería era a Seungminnie, el debate interno que tenía era sobre Jeongin...





—Saldré a dar un paseo en la motocicleta Minnie, regresó en una hora. —Avisó a su novio, quien al instante salió de la cocina.


—Bien, prepararé la cena, no llegues tarde y ve con cuidado. —Sonrió y le dio un suave beso en los labios.





Lee salió y empezó a recorrer las calles, recordó la mirada desconsolada de Jeongin, las lágrimas que derramó, la forma en la que temblaba su cuerpo mientras forcejeaban y se daban de golpes... recordó las palabras que le había dicho... mierda... tenía que disculparse con él.

Estacionó en su casa y miró algunas luces encendidas, estaba seguro de que el ahora peli azul si se encontraba en casa, pero comprendía que no deseaba ver a nadie y probablemente el menos querido sería él, pero debía hacerlo.

Tocó a la puerta una, dos, cinco, diez veces y nadie respondió, solamente empezó a ver cómo las luces se apagaron de una en una. Sintió tristeza, pero se lo merecía ¿no? Había sido tan imbécil. Miró la casa del menor y recordó una ocasión en la que iba huyendo de unos matones universitarios un par de meses atrás por haberse besado con la novia de uno de ellos, recordó cómo llegó a casa del menor y éste le ayudó a subir por la enredadera que caía desde el techo de su casa... eso haría.

Lee empezó a subir por la enredadera, le daba pánico las alturas, pero tenía que hacerlo. Una vez en el balcón de la habitación del menor, ingresó con sumo cuidado, no quería hacer ruido y que terminara cerrándole la puerta con seguro.

Una vez dentro, Minho miró a su alrededor más no encontró al menor, hasta que vio la luz del baño. Al acercarse vio la puerta abierta y ahí estaba Yang Jeongin, mostrando su perfecto y trabajado cuerpo... el castaño se quedó inmóvil, sin duda, esa era la primera vez que lo veía de ese modo.





—Je-Jeongin. —Murmuró y parpadeó varias veces seguidas. Estaba admirado de ese cuerpo, pero lo que más lo había impresionado fueron los enormes moretones que tenía en la espalda, abdomen, costillas y bueno... el rostro.


—¡Mi-Minho! —Alzó su voz con sorpresa. ¿Cómo carajo entró? Pensaba. Tomó una de las toallas del baño rápidamente y se cubrió.


—Lo...lamento. —Susurró y se dio media vuelta—. Necesito hablar contigo.


—No quiero hablar contigo, te dije que desaparecieras y que no volvieras a dirigirme la palabra. —Le recordó puntualmente.


—¡Aish...!







Sin decir nada lo tomó de la muñeca y lo llevó hasta la cama. Regresó al baño y buscó el botiquín que precisamente estaba por utilizar el peli azul antes de interrumpirlo.

Le ordenó que se recostara para poder ayudarlo a curar las heridas que le provocó y aunque Jeongin se negó al inicio, terminó cediendo, Lee Know era bastante insistente y persuasivo, así que no le resultó tan complicado.

Jeongin se mantenía metido en sus pensamientos mientras observaba con detenimiento al mayor que ahora lo curaba. Si tan solo hubiera sido de esa manera desde un inicio... si tan solo las cosas no se hubieran salido de control...

Ese chico frente a él fue tan importante en su corazón, le tuvo un cariño tan inmenso que casi podría decirse que habría llegado a quererlo como a Hyunjin cuando solamente lo veía como un amigo. La vida era rara, sin dudas. Ahora no sabía cómo actuar o responder ante ese joven castaño que parecía estar cuidando de la criatura más indefensa del universo cuando días antes parecía querer destrozarlo completamente...

Lee tenía tanto miedo de volver a hacerle daño que, en efecto, cuando colocaba el algodón con el alcohol sobre las heridas de Jeongin lo hacía a toquecitos y soplaba lentamente, al momento de colocar la pomada era el mismo procedimiento de cuidado, ponía la pomada en dos de sus dedos y los colocaba pausadamente en la piel magullada del otro. Miraba con tanta tristeza el daño causado...





—Hyung... —Volvió a ser formal con él. Minho alzó su mirada preocupada de forma instantánea—. Gra...gracias. —Se ruborizó, estaba avergonzado.


—Tú y yo sabemos que aquí no hay nada qué agradecer, es lo menos que puedo hacer por ti. —Se sinceró y sonrió débilmente—. Ahora... date la vuelta, recuéstate boca abajo, también tu espalda necesita cuidados... lo lamento tanto Innie...







Jeongin no respondió nada, simplemente obedeció al mayor. Estaba teniendo una revoltura de emociones en esos momentos, aún sentía su coraje latente, pero también empezaba a surgir la calidez y cariño que le tenía a Lee Know, es decir, eran tan unidos y buenos amigos en determinado tiempo que... no podía irse todo, así como así.






—Se siente bien... —Suspiró Jeongin al sentir la pomada en las heridas de sus costillas.


—¿Qué carajo se supone que hacen ustedes dos?





Ambos escucharon la voz dolida de Hyunjin, quien acababa de ingresar por la puerta trasera. Ya no podía soportar el silencio que Jeongin se aferraba a mantener y recordó de la llave que siempre dejaban bajo el tapete de la puerta trasera de modo que decidió ir y hacerle frente, pero no contaba con encontrar... de esa manera a Lee con Yang.

Estaba malinterpretando todo. El ver a Jeongin boca abajo, suspirando y a Lee a un lado suyo colocándole quién sabe qué madre en la espalda a modo de masaje... en una habitación a media luz... no podía pensar nada positivo, su mente empezó a divagar en idioteces y ahora se sentía herido.

¿Y si todo el problema había sido porque Lee Know en verdad al que quería era a Jeongin y siempre los quiso mantener alejados, pero al ver que el menor no estaba interesado optó por ir por la parte que sí lo estaba? ¿Y si solamente por eso se había acercado tanto a él...? ¿y si le había pedido perdón por lo ocurrido y ahora ellos... de algún modo...?

Carajo, no. No podía creer en esas sandeces. Definitivamente no.

De igual manera su cuerpo lo llevó hasta la salida, necesitaba aire, necesitaba respirar...





—¡Jinnie! —Gritó Jeongin, buscó una camisa rápidamente y salió detrás de él.




Lee Know pensó que sería más rápido si bajaba por la enredadera de la casa del menor y así fue cómo empezó a hacerlo, pero esa cosa estaba bastante vieja y, terminó cayendo.

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