Death era paciente, así debía serlo. No podía y no quería llegar antes de tiempo, vida ya había puesto una hora limite a la existencia de los seres y esperaba que así fuera hasta el final.

Mas allá de las muertes que los mismos vivos se producían Death no disfrutaba de su trabajo cuando la persona en cuestión no podía haber llegado a su fin aún cuando así lo deseaba.

Death era piadoso, era paciente pero toda paciencia tenía limite y los tres diablo estaban llegando a el rápidamente. 

Las pequeñas víboras lo miraban atentamente mientras se encontraban recostados en Gato, sonriendo. Con aquella expresión que lobo conocía muy bien "Te jodí"

— ¡Adivinen quien llego! — Grito desde afuera la voz de el pequeño can. Perrito gritaba mientras era seguido por Kitty, la cuál traía en una pequeña bolsa con sigo mismo. Los tres pequeños bajaron de la gran cama mientras corrían hacia abajo maullando alegremente, los tres niños adoraban a la gata y al can, principalmente por que siempre jugaban con ellos o los consentían.

Dos habilidades en las cuales no podía cumplir por su trabajo o simplemente no hacía por su manera de ser. — Los conscientes demasiado. — Se atrevió a decir al ver que ya no estaban.

— ¿Qué? — Gato preguntó sin entender muy bien. — No finjas, lo sabes.

— ¿Fingir que? — Death suspiro. — Los conscientes demasiados, necesitan disciplina. — Gato se quedo callado. — No es tan malo. 

— ¿No es tan malo? — Pregunto Death, — ¿Y esto que es? — Mostró su Ozes con algunos dibujos grabados en ellas. — ¿Arte?

Death suspiro. 

— No han llegado sus horas. — Suspiro mientras acariciaba su cien. — ¿Perdón? — preguntó Gato. — Nada.