3

Esteban puso las manos sobre la señorita, recordando la mordida que se habían hecho en el momentos atrás. Entendiendo al fin que ella sería suya y del maldito guardián, pero no le importó, suspirando cada mirada verde esmeralda, pues no tenía claro que era ese sentimiento tan doloroso.
Se había metido, con algo que era demasiado importante para el paraíso. La llamada “pureza”, la virginidad la constelación de una Santa, por el deseo Sophía cayó tentada por un demonio, y sencillamente no se arrepentía, es más si lo dejarán devolver el tiempo le hubiera dado toda pasión en menos, pero obvió no la hubiera matado.
—Te amo—, pudo decirlo cuando la vio profundamente dormida. Observando su cara hinchada de tanto dormir, su cabello pegado al rostro y su nariz pequeña. Era un encanto de niña y a pesar de todo debía dejarla para ir por el trono de Lucifer y volver ante ella y ser su Rey.

El ángel Daniel le quedaban pocos días para organizar el camino de Sophía porque si no su futuro sería incierto ya estaba condenado pero tenía la teoría grande qué es un ángel de ojos verdes se levantaría contra Emmanuel y terminaría con todo esto de la élite el paraíso.
Cuando el demonio escucho los pasos del Ángel guardián de su querida Sophía se alejó un poco para no tener problemas y no irla despertar.

—Voy a traerle algo de comer—mencionó Esteban, sentado en un sofá mirando como la princesa dormía y Daniel se quedaba pensando en cómo haría para salvarla del infierno—, Halle, se que me odias y realmente estás en todo tu derecho, pero no puedo dejar que ella se convierta en algo que no quiere por capricho de su padre.

—No hables así de nuestro Padre—James blanqueo los ojos—. Entiendo que quieres que sea libre, pero ella es Dios, ella en su sangre tiene el poder de salvar y matar.
—Lo sé, guardián—, se paró del sillón y antes de irse dijo—te daré un rato con ella. Se que la amas tanto como yo—desaprecio como humo.

***

Dejándolos solos a los dos, él se fue al infierno pues no lo esperaban, comprendía que tendría una de las batallas más difíciles más complicadas, para tomar el trono de su padrastro.
En un corredor oscuro antes de llegar al trono, pudo ver sentada a Lilith, con una sonrisa de oreja a oreja, como si el mérito fuera de ella y no fuera de Sophía, poco lo que le importaba la joven reina de los cielos. Lo  interesante era que su hijo, su más odiado hijo: tendría la llave del infierno y podría darle el reino a ella bueno eso era lo que pensaba.
—Mi hijo ha vuelto con el premio mayor la corona del infierno—lo tomo de la cara para besarlo a lo que esquivo de inmediato—seremos Reyes del universo si tú te quedas conmigo.
Sin esperarse Lilith escucho las carcajadas psicópatas de Esteban antes de que la tomará de los brazos y la llevara lejos.
—La única mujer que yo considero madre—la demonia no podía creerlo la iba a mencionar iba a mencionar a la perra de Luzbel— es el arcángel a la que tanto odias y a la única mujer por la que daría mi vida se convirtió en Dios—se sobó la cara después de una cachetada dada por la mujer—y tu querida Lilith querida madre tú no tienes que hacer nada aquí.
—Eres un maldito bastardo crees que porque ahora tienes la corona del infierno, los pecados te harán caso y los demonios también—le dio un puño en el estómago para tratar de bajarle los humos, pero no lo logró lo que hizo fue que Esteban la agarrara de la mano le rompiera.
— ¿Tu crees que con solo procrear te puedes llevar el título de madre?

La mujer comenzó a gritar del dolor a pedir auxilio pero ninguno la escuchaba, entonces trato con la otra mano acercarse el cuello para ahorcarlo y matarlo, pero no funcionó porque antes de que ella hiciera eso, la tomó de las manos La acostó en el piso con una fiereza gigante y le arrancó la cabeza.

***

El joven ángel se acercó a la cama, admirando la belleza de su protegida, se moría por dentro de las ganas de besarla, pero sabía que no estaba bien o más bien, no tenía claro como respondería ella.

—¡Mí niña de ojos verdes!—exclamó sentado en la cama que era para ella; temblaban los labios, el corazón sobresaltado, cuando escucho de la boca de ella.
—Daniel, bésame—estaba despierta desde que Esteban se fue de casa—deja por favor el miedo, entiende que yo quiero también ser tuya—se levantó de aquella cama, no tenía nada en la parte superior, por eso las alas resplandecían de tal forma que la luz del sol era diminuta, sentándose a horcajadas en sus piernas—bésame—el Ángel, no estaba seguro de hacerlo y es por eso que a la princesa se le dio tan fácil ordenar —te ordeno que me beses, maldita sea.
El sonrió recordando a alguien en su vida pasada, pero dándose cuenta qué Sabiduría, Sara y Sophía eran totalmente distintos y eso lo adoraba. Entonces beso lentamente; creciendo la majestuosidad de ambos, no quería que se fuese por eso la tomó de la espalda, besando su cuello mientras que Sophía abría más las alas después comenzó arrancándole la camisa a Daniel.
En unos minutos claramente ella tenía la necesidad caprichosa de ser la parte que le faltaba y suponía al alado. La profecía decía que si no era Alejandro era Daniel su primera vez se suponía Qué ese sería él orden de las cosas, pero al llegar Esteban, además de Lucifer y mostrarle otra parte del mundo una parte más real. No pudo hacer mucho Daniel aceptó que la amaba tanto para aceptar cualquier cosa.

— Te Amo—atrapándola de la cintura para también mostrar las alas siendo estás menos brillantes que las de Sophía pero mucho más grandes que las de ella, ahí se podría ver el grado el grado celestial que él tenía en un protector un guardián El Salvador de la hija de Cristo. Era claro ella era su salvación.

Las pieles eran sensible y cada beso era una caricia llena de dulzura. Daniel, el alado que dios puso, para cuidar su rencarnación en la tierra, estaba colocando sus zapatos vislumbrando aquel cuerpo de esa chica, de esa mujer que no podía dejar de querer como amaba las reglas, sabia que no debía, que acostarse con ella le traería serios problemas.
No solo con las leyes normales, de la tierra. Si no el posible arrepentimiento que ya sentía por llevar a Sophía al desprendimiento de inocencia y los descargos en el paraíso. Aunque sabia, bien sabia que Esteban le había enseñado bastante. Lo notaba y eso le dolía.

—Hace mucho años, yo te tomaba así —el ángel atrapó el rostro de la mujer, para besarla y terminar de despertar el deseo de ella.
Acostando a la mujer en la cama que tenía sus piernas enrolladas en su cintura.
—Perdóname, por ser así—miro las alas de aquel chico, que de alguna manera ya amaba — ¿Crees que soy El Mesías?, es que no me siento como Dios. — el la abrazaba con a un bebé — tengo miedo.
—No deberías tener miedo, eres la única que puede decir que dos seres: un demonio u un ángel se unieron para estar a tu merced— le observaba como si estuviera viendo la más grande obra artística, antes de besarla de nuevo.—majestad.
—Desobedeciste— Sonrío virando y alzando  una ceja, colocando sus manos en el cuello de nuestro alado tratando de sacar una voz sensual.—En la vida me vuelvas a decir majestad— él se enternece y le besa en un suave murmullo — también te amo — luego le saca, la lengua, para luego desabrochar el pantalón de su ángel.—Sabes ¿Creo que debería ir al paraíso?— Frunce el ceño, divertida, mientras lo besa con una intensidad fuerte—si debo de ir con  el futuro Rey del Universo y de los Ángeles— le miro desde arriba, era demasiado alto, para ella —  y eso es preocupante.

«Yo rey» pensó Daniel, nunca había reflexionado esa verdad tan inmediata… Pero algo le hacía feliz, ella quería tenerlo cerca y el a ella igual.
—¿Quieres que me case con alguien más? — él lo negó claramente....
—Eso no se dice, ni chiste — beso su frente mientras que sostén volaba por el suelo— , señorita de Nazaret.
—¿Qué quieres hacer conmigo?—pregunto ella motivada.
—Llevarte al paraíso y que seas mí Dios

***

En el infierno después de que su madre muriera, Esteban lamió sus labios. La conexión entre los 3 era cierta, pero no podía impedirlo no podía impedir de que su Sophía se entregará a Daniel, los 7 pecados capitales aparecieron en el sitio el trono hicieron una reverencia Asgar, a pesar de lo dolido que estaba no lo juzgaría entendía las razones de su hijo por haberlo hecho cuando mencionó.
—Su majestad Esteban debe de conseguir una demonia consorte, para crear una nueva generación de demonios.
—Recuerda que soy rey por que Sophía de Nazaret, me puso aquí entiendes—los 7 demonios se miraron entre sí—. Ella es la única que puede ser reina conmigo en el infierno y se acabó.—Asgar no podía creerlo—,  si no puede me quedo solo y tengo consortes por diversión esa es mi decisión y sé que Sophía estaría de acuerdo.
—¿Ella es el Infinitium?—el nuevo rey asintió con orgullo.
—Por eso les digo ella es la única que puede reinar.

***

Dos par de alas, caballos enmarañado y unas ojeras perfectas en una cara femenina tenían el toque para pedirle a la princesa de Sion que lo acompañara.
En el amanecer del 26 de octubre traducción del décimo mes, ese día cumpliría 19 años y se tendría que casar con Alejandro pero las cosas cambiaron en un par de meses tanto qué regresarás Sion era algo impensable para ella.
—¿Sophía preparada para volver a nuestro hogar?—El guardián de la princesa se colocaba su camisa y mientras que ella agarraba unas tijeras gigantes y cortado su cabello. Le hablaba con una mirada coqueta. Mientras que la herida es su mano derecha volvía a cerrarse pero esta vez se hizo una seña que Daniel tendría también en el antebrazo ya eran uno otra vez y para siempre.
—Estarás a mi lado—sonrió nuevo
—Hasta la eternidad.

El joven Ángel abrió un portal con su espada y ofreció la mano a su reina.
Las puertas del paraíso se abrieron ante la presencia de dos celestiales, cuando iban a entrar Marian la madre Jesús o de Emmanuel Aparicio arrodillándose a su ante su nieta.
—La hija de Dios ha vuelto y trajo consigo el Apocalipsis, pero también la liberación de las almas la potestad y la rebelión necesaria para cambiar esto: para cambiar la élite la destrucción que hace las diferencias marcadas por pensamientos vagos.
—Su majestad madre nuestra, deseo ser como usted en algún momento—hablo Sophía nerviosa con muchísimo respeto y con muchísima actitud de humildad ante ella.
—Es bueno tenerte en casa mi pequeña Sophía.—la mujer de más años abraza a su nieta.

Como si se conocieran de toda la existencia y sólo acompañadas por Daniel hasta el trono donde los 7 arcángeles esperaron por ella.
—Eres la amada por Yahvé, él verdadero  dios creador—hablo Rafael mirando a Daniel y a la princesa— eres nuestra reina.
Centenarios de ángeles y arcángeles y querubines cantaron  coros de Gloria, de Victoria y sí que sí sería una victoria; pues Emmanuel, se iba a tener que agarrar de las mechas, porque lo que iba a ser Sophía no iba a ser nada fácil para el aceptarlo.
—Seré la reina de los Ángeles, de los humanos y los demonios. Acepto mi deber como el Infinitium  de todo el universo.
«Y aquí desde ya gritó y acusó a mi padre por traidor por desaparecer a Yahvé»

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Primero que nada, muchas gracias por leerme y  seguir hasta aquí, con esta historia. los amo mucho a todos y cada uno de los que leen solamente también la próxima vez, espero que pongan un votico okay no (?) mentiras.

Les agradezco del alma y el corazón por Sofía por Esteban y por Daniel, que han sido mi mejor historia y la más amada por mí; para los que conocen la primera versión y están leyendo esta nueva, de pronto les traiga recuerdos gratos o les resulte extraño el cambio, pero todo este  fue por algo necesario para la evolución de la historia.
¡Dios quería tanto escribir esto! decirles gracias a los lectores, a los que me apoyan, a mis amigos a mis fans... En general gracias, espero tener buenas noticias dentro de muy poco y dárselas por aquí;  nos vemos hasta el 15 de marzo con la tercera parte de esta locura.

MCMC

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