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Meses antes de la Unión entre la elegida y el teniente. Una tragedia se posó en la Comarca de Miguel, el día de la llegada del bebé Halle, fue iluminado por las estrellas. cuando Lucía rompió Fuente miraba detenidamente a Gerard, acostado en la cama, ella tratabq de no llorar.

Sabía bastante bien que debía de morir para que su hijo tuviera la suficiente vida y de esta manera proteger Infinitium, era lo más doloroso de esta vida, pues deseaba ver a Daniel el cual sería el protagonista de las aventuras, que ella suponía tendría con la hija de Dios, aquello era egoísta y lo tenía bastante claro, que no podía interferir en los planes de Emmanuel, pero deseaba que el chico tuviera una larga vida feliz de verdad, aunque una parte de ella estimaba que era mentira la cuestión de la felicidad dejándo  huérfano a un pequeño le atormentado bastante

«¿Cómo podrás sobrevivir pequeño si vas a ser un ángel en la tierra?»

Al acabar con esa pregunta una punzada en su vientre le hizo llamar a su protegido, el cuerpo humano era tan frágil y delicado como un diente de león.

Era el momento en el que debía contarle a su más grande amor la verdad.

—Gerard, creo que ya estoy lista para traerlo —le movió del brazo y cuando él escucho esto, cayó de la cama.

Hacer eso de cierta manera ayudo a combatir los nervios, se disciparan de una manera más eficaz.

—¿Estás bien? —, habló el rubio dando tranquilidad a la chica.

Se pararon y a las horas colocándose en marcha tratando de ser lo más eficientes posibles, cuando llegaron al centro de salud más cercano, del lugar donde vivían.

Le pidieron al hombre que no podía acompañarla, pues era un sitio reservado.
La mujer lo sabía y comprendía que al tener un humano debía de ceñirse a ciertas reglas. El joven rubio tenia claro que la misión de Lucía terminaría en el momento que el niño diera el primer grito de vida.

—Me hubiera encantado verlo crecer junto a ti— lagrimeo a pesar de la sonrisa en su rostro—, te amo y siempre te amaré, fueron los mejores meses de mi existencia.

De repente una enfermera con los ojos tristes salió de la sala de partos, con el niño entre los brazos.

—Lamento informarle, que su esposa no sobrevivió—le entregaron una bolita blanca — es un hermoso niño, es muy parecido a la madre.  

Gerard, levantó la mantita para poder conocer al hijo de su ser.

—Serás un buen ángel, pequeño—diciendo esto, ambos lloraron. El bebé rápidamente sintió el dolor de su padre.

Definitivamente era difícil para él darse cuenta, que se había enamorado de un ángel y que a partir de allí las cosas cambiarían, para bien o para mal.

De nuevo la misma enfermera que le entrego al nene pregunto.

—Señor, ¿Cómo se llamará?

—Sera Daniel Halle Acies—recordó de dónde venían y cuando la enfermera devolvió los pasos para registrarlo al censo. Susurro entre lágrimas—el guardián de Dios. 

***

A las horas, Clariz y Raphael salieron de la habitación real en una conversión con la mirada, se habían dicho de todo un poco, para estar seguros de lo que iban a decir tuviera coherencia, frente a la Corte, qué lo más seguro lo único que querían era verlos muertos.

La gente de la Corte, se instauro en un silencio, cuando sintieron pasos lentos, de dos personas, las importantes para la humanidad en esos momentos.

Clariz se poso al frente de la gran puerta donde se veía el trono vacío, al lado el trono de su esposo y un ventanal de cristales dejaban que alumbrara el sol de lluvia.

Fueron anunciados de esta manera:

—Daos la bienvenida a la Reina Clariz y al Rey Raphael, reyes del Sion y toda Tierra Media.

Los Duques y Duquesas, mas jovenes les dieron la bienvenida en aplausos, mientras que los más viejos, que eran de las Comarcas de Rafael, Ezequiel y Gabrielle. El duque de esta comarca, tenia especial rencor por la hija de Jeremías y Antonella.

— Sus majestades, bienvenidos a la primera reunión de nuestro reinado—hablo Raphael, demasiado seguro de si mismo.

De inmediato Clariz se paró dejando claro algo, demasiado marcado en su reino, sobre todo a la comarca de Gabrielle.

—Duque Marcell —el hombre más antiguo en esa reunión después de Athos, que se había convertido en la persona de confianza de los jovenes soberanos. Miró a la princesa que vio crecer—aquí todos sabemos el sentimiento de odio embargado en su ser por mí. Ambos sabemos que el Conde Michell quería matarme para después quedarse con tierra Media—lo estaba acusando de seguro que el Duque tenía serias intenciones para quedarse con Sion y toda la extensión de tierra—no lo podrá negar. ¿verdad?

—Señoría, usted no tiene pruebas para declarar aquellas acciones.

Raphael, solo guardaba silencio, pues aquello era un acuerdo. Ella seria la parte diplomática y él tendría la estrategia de todo.

—Si, tengo pruebas—observó a su esposo quien aplaudió, para que trajeran los baúles de oro—, el día de la presentación de los Condes. Su comarca presento una gran "ofrenda", ante mi padre para hacerse cargo del reino.

—¿De verdad usted quiere ser la Reina? —, insinuó el hombre acercándose a ella de una manera cruda y dura.

Ella no estaba preocupaba es más se sentía muy fuerte, al fin era una adulta.

—Si, ni modo. Que deje a los míos —de repente tuvo una visión de la princesa que crecía en su vientre. Cerró los ojos para continuar y no distraerse.

—¿Sabe usted en lo que se está metiendo niña? —habló con desagrado ante la mujer, era de verdad que le no tenía respeto. Era inconcebible que esa niña pudiera gobernar.

—Claro,que si se dónde —volvió al lado de su esposo para hablar —, fuimos criados para esto y considero que las reglas serán mejor acatadas, cuando los Duques junto a los Condes, dejen de robar y hacer lo que les la gana con el tesoro del pueblo. Por eso desde hoy las comarcas se les medirá las arcas y las tesorerías.  

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Hola, ya estamos a poco días de tener a la hija de Dios en la historia, estoy trabajando rápido para acabar con el último capítulo.

Muchas gracias por sus lecturas.

NOS LEEMOS LUEGO 😍

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