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Las mujeres conversaban, atentamente con sus ropas anchas y coloridas tatuadas con henna, con algunos brazaletes en los pies que eran el aviso de su llegada. Cuando alguien se aproximó, un hombre con un bigote y turbante, preocupado pues traía noticias de la lejana tierra de Sion, donde se disponían a la guerra. Las llamaban a ellas pues sus varones debían asistir a acompañar a su Conde y Duque. Pero sobre todo a una, a la mujer que se había ganado el corazón del Duque.
—Maya*—un grito de aquel hombre, haciendo que todas se hincaran hacía la voz—su majestad la necesita, con el pequeño.
Una de las mujeres, la más joven y distinguida, además de las más amadas de las consortes del Duque salió de su escondite pues, estaba cuidando del pequeño que le robo el alma.
La mujer, suspiro y llevando al niño en brazos acompaño al mensajero hacia el trono de Luzbel.
Después de unos minutos de camino por el palacio en un silencio con muchas preguntas, llegaron.
El hombre que la llevó al trono se alejo para dar paso al Duque.
En la comarca de Luzbel, las mujeres siempre hablaban seguido de su esposo y algunos de los hombres más poderosos, podían tener más de dos mujeres, pues si la primera no podía tener hijos.
Al llegar, la joven comenzó a caminar con Esteban dormido. Se arrodilló esperando a que su compañero de cama pronunciará su nombre.
—Alisha, amada mía —una voz potente hizo eco por todo el salón—mírame mi Maya.
El Duque era un hombre grande y había estado con el teniente Raphael en la comarca de Miguel aprendiendo de liderazgo y armas. Piel mestiza y una barba rubia. Una combinación extraña pero atractiva.
—Su majestad—la chica esperaba que su Duque se acercará—Buenos días—levantando lentamente la cara.
El hombre se aproximó inmediatamente a ella escaneando su vestimenta, el Sari de color claro más exactamente azul claro con bordes de oro, le quedaba bastante bien.
La historia de la joven era diferente a la del Duque y las demás consortes pues había sido esclava durante su adolescencia y contra todo pronóstico era la amada por el monarca.
—Sabes que eres en la única en que confío, ¿verdad? —se acercó tanto que la piel de la joven sentía lo que, su “dueño”, decía en un susurro —el teniente Raphael SkyRed, me a mandado una carta —la mujer se sorprendió, tanto así que el niño se asusto, era realmente extraño tener noticias de Sion —. Quiere hacer una gran reunión para conocernos y tener aliados por si los “X-Y”, se levanta de nuevo.
—Sabe usted que nuestro honor y dicha es proteger al Duque—la voz de aquella mujer era dulce —y a nuestros Reyes.
—Querida, deseo que tú seas mi Duquesa. Y la madre oficial de este niño— el Conde Bhaskar, fue quien encontró a Esteban, el día de la gran tormenta.
Alisha era un ser lleno de heridas, pero con un amor puro hacía su Duque.
—Quiero criar este niño, para que sea el futuro rey de Sion —de repente Esteban dejó llorar—lógico si nuestro Dios Creador, lo permite y nuestros nuevos reyes igual.
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Las batallas comenzaron.
Unos defendiendo sus creencias y a sus futuros reyes, otros con dolor, por la muerte del Conde Michell. contra el teniente y sus soldados. Raphael defendería a su princesa, sin importar consecuencias futuras.
En el momento qué Clariz, la hija del Rey de Sion, se comprometió con Raphael de la Comarca de Miguel los cielos se abrieron y los infiernos igual, Lucifer tendría un as bajo la manga y su hermano Emmanuel igual.
Lo que ambos no sabían era que aquellas almas escribirían la historia muy pronto, nada parecida a lo que ellos dos, los Hijos de Dios Creador esperaban.
Los días pasaban y los príncipes debieron dilatar el enlace, aunque todos en Tierra Medía, sabían de ese amorío y que por esa razón estaban próximos a una guerra.
Una noche la joven Clariz, se sentó a meditar, lo que pasaba a su alrededor sobre todo que se iba a casar con alguien, que amaba pero que no estaba segura tomaría, lo que pasaría después, además estaba ahí para proteger a los suyos aunque su propia familia la había dejado sola, por miedo o por que sabían que ella era la Elegida.
De alguna forma necesitaba ayuda divina lo antes posible, no podía hacer nada para evitar que las personas en contra a ella fueran muertas o llevadas a los campos de concentración.
Clariz era una mujer inteligente y con una gracia angelical, fue por eso que ella sabía cuál sería su rol desde un principio, además esas visiones y los sueños con un pasado que no existió, le hacían sentir más segura de cuál sería el paso a seguir.
Precisamente esa noche en el lecho de Sion, y en medio de sus libros. En la claridad de la noche, un ángel llamo a su alma, abriendo los ventanales de su cuarto y dejando el viento entrar, los árboles se movían tan fuerte que algunas hojas se trasladaron a la habitación de la princesa.
De repente el ángel se materializó en un hombre con alas, tenía una armadura blanca y un par de espadas a sus lados, también un cabello largo en un par de trenzas desde el inicio de la cabeza, y sus ojos azules se presentaban con respeto a la reencarnación de Magdala, verdadera esposa de Emmanuel.
La reina de los humanos.
El hombre miró a la joven y la llamó.
—Clariz, Clariz — ella se aterrorizó demasiado, no sabía que era, sólo se le podía ver la sombra al ser divino, después de apagar su luz al llegar, la había enceguecido sin querer— no agites tu corazón— dijo el espectro celestial —. Ha llegado el día en que Dios vuelva de él mísero amparo y de las nuevas buenas a la gente… pero esta vez será diferente.
—¿Quién eres? — preguntó la futura reina, tímida, subyugada y sin sentido alguno, no quería hacerlo enojar, pues sabía o más bien presentía que era un enviado de Miguel.
—Soy el protector de la hija de Dios Creador— toco la cara de la princesa, para darle tranquilidad. El tacto del ser celestial, la hizo poner más atenta a lo diría—, esta bebé, será llamada la “Dama Dios” —guardo silencio, viendo el futuro y los pesares de su futura reina y mostrando a Clariz el futuro de la humanidad—sufrirá mucho, por ser mujer tendrá que deshacer obstáculos, peleara con todas sus fuerzas, pero por causas justas te librara y librará a la gente que sufre por causa de Dios, padre.
El Ángel, continúo hablando, mientras que de Clariz salían algunas lágrimas, por la sorpresa pues la verdad no esperaba que fuese tan iluminada y bendita.
—Ella se llamará María Sofía de Nazaret — Clariz pregunto a esto muy extrañada, pero antes el dejar hablar a, la chica, le comentó —se comenzará a notar dentro de ti, cuando el sol y la luna se den el próximo beso.
Te casaras y allí nuestra princesa de los cielos se mostrará, como es debido.
—¿Ella será el Infitium? — ya acariciando su vientre el cual, “el nuevo verbo eterno” que ya se posaba.
La chica se sintió sola no sabía qué hacer, pero lo último que haría sería decirle a su familia, la acusarían de adulterio y lujuria, por eso esperaría que su teniente y ella se casaran, faltaban poco meses para el eclipse.
—Si, ella es la reencarnación de Dios Creador— contestó el ángel—pero aún nadie se puede enterar de que ella será la nueva reina y Diosa Creadora —la princesa comenzó a ver la luna —ella será la Mesías y la única con el poder de unir a los tres poderes del universo a su mando.
—Acepto, los peligros que ciernen en mí, acepto amar esta nueva criatura, y acepto las decisiones del padre — proclamó.
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NA
Maya: Amante o amada.
SEÑORES Y SEÑORAS, YA CASI SE NOS VIENE LA NAZARENA 👀👀
MCMC.
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