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Era una mañana en el castillo de la Comarca de Miguel el cual estaba construido de roca color azul de puertas oscuras y grandes.

Se encontraba un teniente o mejor dicho un joven, lo llamaron de la ciudad Central o mejor dicho de Sion de la manera más discreta posible en una nota.

Raphael Sky, era el hijo menor del difunto Conde Benigno y Josephine la Condensa que se instauro con una mujer viuda en celibato, de esta manera nadie les quitaría el poder a sus hijos, ni a ella. Era un sacrificio que todas las mujeres debían hacer y más so pertenecían a la "Orden de la Lux", si su esposo moría cosa contraria pasaba con los hombres, el si podía escoger esposa de cualquier índole, eran cosas que estaban instauradas en desde siempre.

El joven teniente se encontraba fijo en la nota, observándose que era una evidente invitación. Cosa que exaspero sobre manera, entonces tomando la invitación.

—El trato era que yo fuera el rey —su pecho ardía —y para eso me he preparado bastante estos 10 años. —Es que la nota le asustaba bastante.

"Su majestad es solicitado con suma urgencia en el palacio de Sion, usted ha sido seleccionado, para ser uno de los pretendientes de la heredera, la princesa Clariz Richard, si escoge continuar se le espera cuando caiga el sol en la entrada de Sion"

—¡Madre! —exclamó el joven después de haber llegado de sus entrenamientos y asimilar lo leído Raphael no tenía la armadura que protegería su pecho. Así de esta manera salió. Necesitaba descansar, cuando observo la nota encima de sus almohadas—Madre, ¿Cómo es esto?

Josephine, dejo el plato de uvas en la mesa a un lado, supuso que su hijo estaba igual de sorprendido que ella, cuando llego la nota dirigida a ellos, pero mas al teniente.

—¿Cómo que ella tiene más pretendientes? —bujo el muchacho —¿sabes cuantos años tuve que esperar para llegar a ella?

—Lo sé, hijo mío —la mujer acaricio la cabeza de su hijo amado, para tranquilizarlo —pero sabes que así debe de ser, aunque también comprendes que ella pudo cambiar de opinión, han pasado 10 años, sin verla.

—No lo dudo — el cuerpo le temblaba por solo imaginar a su princesa de ojos azules, siendo ya mujer—recuerdo que ella se fue para la comarca de Rafael, para convertirse en una buena reina —sonrió en medio de un suspiro.

—Exacto —Josephine acariciaba los rizos oscuros cabeza de su hijo—es hora que ustedes se encuentren de nuevo, además tu eres el joven más apto para convertirte en el Rey de Sion y de toda "Tierra Media".

—¿Me querrá? —pregunto con deje de suspenso.

—Te amará, siempre se han amado—Josephine ordenó—partes ya mismo, para llegar lo más pronto posible a Sion, es largo el recorrido.

Horas después el teniente Raphael, se aproximaba con gran rapidez hacia el palacio central, montado en su caballo después de dejar su auto en un lugar seguro. Con apenas 22 años, había escalado en su carrera como guerrero y protector de la comarca de Miguel. Este le criaron en el centro de entrenamiento en Sion durante lo 10 años siguientes y apenas unas semanas volvió a su tierra, cuando la princesa regreso a Sion.

***

Mientras tanto en Sion, el Rey Jeremías, sentía que su tiempo para gobernar ya se estaba acabando, confiaba, en dios creador que el hombre pre-escogido de cada comarca se hiciera presente, para ser escogido o rechazado por su hija y por su esposa.

—Su majestad, ¿Qué haremos? — preguntó uno de sus consejeros, el más anciano de todos. Athos era un consejero, además tenia gran poder en las decisiones que tomaba el rey.

—Athos—quedo quieto ante la fotografía de sus cinco pequeños hijos —esperar que las comarcas se hagan presentes y que mi hija, la elegida para gobernar sea feliz—guardo silencio apoyando sus manos — llama a la reina.

—Si su majestad—aquel consejero se retiró, mientras la princesa Elizabeth la princesa mayor de la familia se acercó al rey.

Sus ojos azules, reflejaba la intranquilidad de ser la hija mayor, ella ya estaba comprometida y muy pronto se iría de casa, del castillo de Sion, para convertirse en la duquesa de la comarca de Uriel, se iría demasiado lejos y por eso quería ayudar. Lo que realmente no entendía era porque su hermana menor, había sido la escogida para gobernar en Tierra Media.

—¿Por qué no puedes quedarte más tiempo en el Trono? —la princesa no entendía eso, sus padres eran aún jovenes y tenían de su parte a dios como al pueblo de todas las comarcas. El rey sonrió, para cambiar de gestos, dándole tranquilidad a su hija.

—Hija, lo que te voy a decir solo te compete a ti y a Clariz —contesto el rey—los calendarios no fallan y parece ser —se acercaba a Elisabeth— que muy pronto, se dará la llegada del hijo de dios, por eso Clariz se fue hacia nuestra comarca natal, para aprender los conocimientos básicos, si dios se presentara a ella y esposo.

—Pero Clariz es aún muy joven, para semejante responsabilidad.

—Lo sé, hija mía —sentía los pasos de su esposa y su hija segunda—pero ella siempre ha sido la más sabia.

En el camino al trono, la reina caminaba lentamente junto a Gale la segunda de los príncipes, Gale tranquila y más discreta, ella admiraba a su hermana menor, por la responsabilidad que tendría.

—Madre, ¿Cuándo se casará ella?

—Muy pronto, además ella está esperando a Raphael—recordando cuando se conocieron, por los designios de dios.

***

Curiosamente en uno de los muros del palacio, cerca de los cuartos y aposentos, se encontraban la Heredera al Trono, miraba algunas flores tratando de cuidarse del sol, siempre llevaba a alguien para charlar o taparla del verano. Hablando de su boda y sus sueños de ser la Reina. La habían criado para serlo, estaba entretenida escuchando los pajarillos cantar, cuando escuchó un caballo relinchar detrás del muro.

—Liz, ¿escuchaste eso? —la princesa salió hacia donde estaba el ruido, cuando lo vio, saltar de una esquina, para bajar hacia el rosal con cuidado.

Cuando se vieron, Raphael vestía muy formal, bien afeitado y traía un olor muy masculino, mientras que Clariz, tenia un traje largo de color verde manzana, destapado los hombros que eran cubiertos con una tela fresca.

—Su majestad, no me asuste—la mucama salió corriendo, pero cuando vio quien era decidió esconderse.

Raphael cayó a los pies de la princesa, quien de inmediato se acomodó de rodillas, para saludarla, no estaba seguro de que fuese ella, pero de inmediato supo que era ella, porque lo abrazo.

—Joven Raphael —habló princesa, con una risa encantadora, no podía creer que fuera ella. Realmente era más hermosa de lo que se había imaginado, el pelo castaño, los ojos color azul y los labios carnosos, la hacían ver como una pintura hecha a mano. Aquel teniente se paró rápidamente, nervioso para besar la mano derecha de su princesa.

—Buenas tardes, su majestad—giró para ver si estaban vigilados. La princesa hizo señas a Liz, para que se alejara y los dejara solos. Cuando Liz salió de allí, Raphael, la abrazo tan fuertemente diciendo—creí que no llegaría a tiempo.

—Dios, quiere que estemos juntos—habló ella con un poco más de su luz en los ojos—mira llegaste antes de que cayera el astro solar—el chico la escudriñaba con decoro — ¿si recibiste mis cartas?

—Si, pequeña, cada mes durante 10 años—Clariz lo escuchaba bastante atenta, conmocionada —me sorprendiste cuando mamá me las daba — nunca creyó que ella apenas con 7 años sintiera tan fuerte —¿pero tú recibiste mis pinturas?

—¿Por qué aún me dices pequeña? —hizo una cara graciosa —las tengo guardadas y colgadas en mis aposentos. — sonrieron, no cavia duda que eran hecho el uno para el otro.

—Te digo pequeña porque esa palabra es un sinónimo que tengo, para referirme a lo más bonito que hay en la tierra y ese ser, eres tú—ambos se sonrojaron de una manera tierna— mi deber y mi anhelo es proteger y amar bajo los designios de dios a la princesa de ojos color cielo.

—Entonces, serás el rey —Clariz miraba al chico de una forma romántica, moviendo su cuerpo de una manera repetitiva —te escogeré a ti, mañana para gobernar a mi lado.

Estaban tan concentrados que no se dieron cuenta cuando Jeremías llamaba a su hija, entonces antes de que encontraran a los jóvenes, Clariz lo abrazo nuevo, pero esta vez. El teniente se arriesgó acunando el rostro de la princesa en la manera tierna, para rosar sus labios en los de ella, solo aquel tacto hizo que levitaran.

—Espera futura Reina mía —le beso la frente, como era costumbre en una pareja de novios o futuros esposos— que dios creador te guarde— soltándola.

—Mi futuro Rey—tomó las manos de Raphael —te esperaré como hago desde que tengo 7 años —besando sus manos de una manera húmeda—que dios creador te proteja.

Después de estas bendiciones, Clariz agarró su vestido para correr más rápido hacia su padre, mientras que Raphael la veía escondido en los rosales, esperando a que su rey se volteará, para subir el muro e irse al lugar donde vivía el representante de Miguel en Sion.

***

Emmanuel, observaba desde el gran mirador Universal, todo lo que pasaba en la tierra, aquel lugar tenía un sello en el piso, la representación de del Infinitium o sea la reencarnación de Dios creador en la tierra. Cuando escucho pasos dirigiéndose a él

—¿Dónde este padre? —preguntó Uriel, que era el más corpulento de todos. Emmanuel aparento una sonrisa—Miguel y Gabrielle, me comentaron que ya quieres que el HIJO DE DIOS, vaya a la tierra, sabes que faltan más de dos décadas para que poderlo mandar.

—Uriel. Enterate de una cosa —se sentó en un mueble mullido color vino, sin importarle mucho—ya dios creador no existe y antes que me acuses de matar a nuestro padre— juntos cuando el príncipe lanzaba amenazas a Uriel, llegaron algunos ángeles y entre estos, una hermosa mujer de lino azul en la a cabeza—madre mía—agachaba la cabeza.

De inmediato Uriel bajo la cabeza saludando a la que podría decir ser la reina de los cielos, Miriam o María.

—Reina.

—Uriel —miraba a sus hijos —Emmanuel, ¿Por qué estas amenazando a tu hermano?

***

Lucifer miraba como Luzbel dormía plácidamente en su regazo, con las alas dispuestas en toda la cama y cubriéndole parte de su cuerpo, la extrañaba tanto que sería capaz de ir al mismo paraíso por ella, pero debía volver a su palacio en las tinieblas. Algo le decía que Asgar estaba metido en grandes problemas, por su culpa.

—Debo de volver —Luzbel abrió los ojos calando en el alma de ex príncipe celestial —es que no siento la presencia de Satanás, ni de mi padre.

—Yo tampoco siento a mi padre—mirando hacia el techo del castillo con color rosa pálido, observando como su amante se volvía a poner las ropas que tenía cuando llego—yo también debería volver al paraíso —lo beso de nuevo— te extrañare.

—Mi amada Paz —cerro los ojos—muy pronto estaremos juntos.

"Te rebelaras contra Emmanuel" paso por la cabeza de la princesa celestial, escuchando la contestación de su amado. "Si y más si llega hacer rey de todo. Te aconsejo que te quedes con Uriel"

—¿Por qué lo dices? —bajo la cabeza.

—Luzbel entiende —sonrió con dolor—ya no volveremos vernos, si es que padre está vivo. Adema estoy seguro de que tendremos que pelear contra a contra.

Él hablaba muy triste, pero ambos sabían que era cierto y que lastimosamente no habría marcha atrás.

Desapareciendo, hacia el infierno con una sonrisa en una bruma espesa y negra, encontrándose con un lindo y apetecible cuadro, a su Reina encima de su esclavo, moviendo sus caderas rápidamente, parecía que habían tenido sexo desde el día que se fue. La espalda de la mujer era un merecimiento a la curva femenina, y ni hablar de su cuerpo que a pesar de tener tantos años se alineaba su cuerpo al cuerpo musculoso del incubo de la Ira, se encontraban tan concentrados que ninguno noto cuando el príncipe de las tinieblas se acomodaba en la cama para quitar a Lilith de encima de Asgar, y penetral al demonio. Pero antes jalo a su mujer.

—Verumtamen domine mi rex: Video ego fruendum absentia mea—el demonio Asgar, guardo silencio, mientras veía como su superior se acercaba con hambre, Lucifer no lo iba a negar, había estado entre los brazos y piernas del amor de su vida, pero Lilith, era su alma gemela. Y esa cosa de llevar la moral a los confines del infierno, no era de ellos—Et tecum ludere Asgar—Cuando Lilith escucho esto, beso a su príncipe. Algo le decía muy en el fondo que Lucifer ya había averiguado que pasaba en los cielos—Si Deus pater mi mortuus est

Cuando Asgar escucho esto, le dio miedo, pero cuando miro a su amo, solo dijo.

—Gratanostrorum rex novus orbis terrarum—colocándose en cuatro, mientras que la reina, ahora si la reina de los infiernos, se tocaba ante esa visión magnifica.    


Traducción de la conversación (lean en orden)

—Su majestad, veo que ha disfrutado de mi ausencia

—Voy a jugar contigo Asgar

—Si, querida dios ha muerto.

—Bienvenido nuevo rey de nuestro mundo    


Bueno, este capitulo va dedicado IVelez1 Feliz cumpleaños 😘😘😘

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