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Yeonjun hizo un puchero mirando a su novio frente a él. Desde que ambos salieron no se habían dado ni tan siquiera un beso, bueno, era obvio ya que Soobin consideraba que su primer beso debería de ser especial.

Pero yeonjun ya había dado su primer beso. Si le preguntaran cuantas personas ha besado en su vida no podría ni contarlas con los dedos de los pies.

Soobin es su novio número 30, al parecer. Pero soobin era diferente, estar con él hombre detallista y nerd de su salón es lindo, muy lindo, pero yeonjun era una persona caliente, que quería acción rápidamente.

Y sabía que Soobin podría complacerlo mejor que los demás, sólo que este es virgen... Y ni siquiera ha dado su primer beso.

Ahora ambos se encuentran jugando cartas en el cuarto de Soobin. El menor consideraba una actividad divertida ganarle en cualquier juego de mesa. Voltear cartas o poner pares una sobre otra.

— Listo, sigues yeonjun hyung.

La voz de soobin distrajo a yeonjun de sus pensamientos quien rápidamente volteo a mirarlo. Soobin se veía malditamente sexy en esa chaqueta de cuero, y ni hablar de los vaqueros negros que llevaba y hacía resaltar sus grandes atributos.

— A-ah sí... —Yeonjun busco entre sus cartas, parecía que había perdido pues no tenía una que le ayudara a pasar. — No tengo. —Formó un puchero lindo en sus bonitos labios.

Soobin sonrió y negó, llevando la última carta que le quedaba hacia enfrente y poniéndola sobre las demás. — Gane.

Yeonjun resoplo y se tiro hacia la cama. — Siempre me ganas ¡no es justo!

— Lo siento Junnie, tal vez te falta experiencia. —Dijo con una bonita sonrisa de conejito, tirándose de igual manera a la cama junto a yeonjun.

Ambos se pusieron de lado y se miraron a los ojos. Las mejillas de soobin se enrojecieron al instante al ver los bonitos ojos de su novio.

— Quiero hacer algo binnie. —Yeonjun rompió el silencio — Quiero que me beses.

Soobin le miró confundido.

— Quiero ser tú primer beso binnie... ¿P-podemos? —Tartamudeo un poco, pero al final logró decirle a su novio por lo que tanto ansiaba.

Soobin ahora parecía un tomate en persona. Tan rojo y confundido.

— ¿P-puedo? —Yeonjun subió sus manos y tomó la cara de soobin entre sus manos, masajeando sus mejillas y acercandose, quedando muy cerca de sus labios. — Quiero saber a que sabes.

Soobin asintió.

Asintió aún sonrojado y con sus labios apretados entre sus dientes.

Yeonjun sonrió y rápidamente se acercó, rozando sus labios y poniendo un bonito piquito sobre los labios de soobin. Fue un piquito de 30 segundo.

30 segundos en los que Soobin retorcido su cuerpo de miles de maneras. Yeonjun de movió aún más cerca y sin despegar sus labios de los de su novio, mordió el labio de soobin haciendo que este gritara y abriera su boca, no tardó mucho en meter su lengua y danzar con ella en su boca, saboreando el café en el paladar del alto. Soobin gimió y abrió sus ojos más que sorprendido llevando sus manos hacia la mandíbula de yeonjun, pero yeonjun llevó una de sus piernas entre las de soobin y apretó la ereccion del alto que empezaba a crecer, creando un deliciosa fricción.

El beso se volvió caluroso, y soobin tardó en agarrar el ritmo, pero al fin lo logró, torpemente pero lo hizo. Sus labios se movían a la par de yeonjun y sus manos empezaron a subir por toda la cintura del mismo, deleitandose del menudo cuerpo de su novio.

Al final, el aire ganó y ambos tuvieron que separarse dejando un hilo de saliva conectarlos.

— Tú boca es adorable mi vida, quiero probarte más —Yeonjun menciono y antes de que soobin pudiera tomar más aire, ya estaba besándolo de nuevo y frotándose contra el mismo.