Sonríe por mi, Kyouka-chan.
Como todo tiene un comienzo, todo tiene un fin. Eso era bien sabido por todas las personas, incluyendo a Atsushi y Kyouka.
Después de aquellos acontecimientos y de haber aclarado sus sentimientos el uno con el otro, habían comenzado una relación (cuando ella había alcanzado la mayoría de edad, claro), de la cual todos en la Agencia les felicito.
Incluyendo Lucy, quien aceptó su derrota contra Izumi.
Y después esa relación, pasó a matrimonio. Con 3 hermosos hijos, de los cuales ambos estaban orgullosos.
Sus hijos se habían casado y ellos ahora eran abuelos. Ambos amaban a sus nietos, y estaban alegres de que sus hijos estuviesen bien, que hayan logrado alcanzar sus metas.
Pero como había dicho antes... todo tiene un comienzo, todo tiene un fin.
Kyouka estaba sentada a un lado de su esposo, el cual poco a poco la dejaba. Atsushi miró a su esposa, cansado pero preocupado por el ánimo de la ex-Izumi.
Nakajima extendió una mano hacia el rostro de su esposa, acariciando suavemente su mejilla; Kyouka se dejó querer, reconfortar.
Sabía de sobra que algún día pasaría, pero siempre deseó que ese día no llegara tan pronto.
Aún necesitaba a su rayo de luz.
- Siempre serás mi rayo de luz, Atsushi.- murmuró, sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas.- Nunca lo olvides.
Kyouka se inclinó hacia su esposo, y se aferró a él. No quería dejarlo ir. No podía.
- Por favor, quédate conmigo.- ahogó un sollozo, sintiendo como las lágrimas corrían libres por sus mejillas.
Atsushi acarició con una mano la espalda de la oji-azul, buscando calmarla. Lo que menos quería, es hacerla sufrir.
- Kyouka-chan.- la llamó, haciendo que parara de llorar. Nuevamente acaricio su mejilla, limpiando de paso los rastros de lágrimas que había ahí.- ¿Podrías hacer algo por mí?
La mujer asintió suavemente.
- Sonríe... Sonríe por mí, Kyouka-chan.- pidió, con una sonrisa débil. Se sentía muy cansado.
-... Sí.- susurró, besando delicadamente su frente, mejillas, nariz y por último sus labios.
Sería difícil, pero él lo valía. Su rayo de luz lo valía.
- Te amo, Atsushi.- eso tomó por sorpresa al oji-bicolor, ella no era de decirlo, sino de demostrarlo.
Sonrió.
- Yo también te amo, Kyouka-chan.
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5 años...
Kazuhiko junto con su esposa, Yune. Se encontraban frente a las tumbas de los padres del primero; la rubia se abrazó a su marido.
- Tus padres fueron grandes personas.
- ... Lo sé.- sonrió levemente, recordando con cariño los recuerdos de su niñez junto a sus padres.
Sus padres, Atsushi Nakajima y Kyouka Nakajima, siempre serían sus héroes.
- Gracias por todo mamá, papá.
-Traumada Taisho
¿Ya es la hora sad? Pero si apenas en mi reloj son las 11:58 xd
Dedicado a aquellos que siguen las historias AtsuKyou, ¡gracias chicos!
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