Sonoko miró con sospecha como Conan-Kun o "El shirigami que arruina sus salidas con asesinatos", agarró la mano de Ran y le sonreía con arrogancia mientras salían de la tienda. En su otra mano llevaba una de las bolsas de ropa que compró la joven.

No era necesario decir que odiaba que el venga. A veces era un calco de Shinichi -asesinatos, mirar a la millonaria como una bruja- y de ahí venía una incomodidad de hace semanas.

Conan no se estaba comportando como un niño o lo que fuera que era. No se estaba comportando como un hermano. Y al parecer Ran estaba encantada. Seguramente ese niño la manipulo o algo parecido. Era totalmente sabido la debilidad de Ran hacia los niños. Apostaba que Conan aprovechando esto, la intente conquistar...

¡Shinichi era su novio!

Por ahí tomó como ventaja que Kudo no esté cerca...

"Ese mocoso quiere conquistarla..."

Sera pestañeo repetidamente para luego abrir la boca y cerrarla aún procesando la información.

- ¿Qué?

- ¡¿No te das cuenta?! -preguntó con desesperación. Ignorando que sus compañeros las miraron con curiosidad.- Ese mocoso está enamorado de Ran, ¡No actúes como si no lo supieras!

Quería reírse. Y lo hizo.

- Ay, ay Sonoko... -negó con la cabeza y la abrazó por los hombros sin dejar de reírse. - Todo el mundo lo sabe. "Conan-kun" la quiere, ¿Qué tiene de malo?

- ¡Quiere reemplazar al otro Shirigami!

Mientras Ran no estuvo presente, Sonoko dejó en claro que no iba a permitir que el niño se salga con la suya. Iba a evidenciar, demostrar sus verdaderas intenciones y que sepa que Ran estaba hecha para Shinichi.

Sera Masumi que estaba al tanto de todo el lore, había sospechado que Mouri sabía su secreto, pero lo confirmó cuando en una de sus salidas viendo ropa, presenció como Conan le decía algo subido de tono mientras ella se sonrojada y miraba de un lado a otro para fijarse que no hubiera nadie.

Conan ya no ocultaba su atracción a Ran. Si antes era un celoso, ahora se le agregaba lo posesivo.

Y es por eso mismo que Sonoko levantó su sospecha respecto a Conan. No la culpaba, el tarado estaba haciendo de todo menos ocultar su verdadera personalidad.

Aún así, quería ver que planeaba la millonaria.

Disfrutaría del circo.