Prologo
―¡Y he ganado! ―dijo Cream victoriosa.
―Ya van tres seguidas... ―dijo Amy frustrada.
En un lugar de Green Hill se encontraban Amy y Cream pasando el rato, pero no solo estaban ellas. Sonic también estaba allí pasando el rato con ellas a su manera, algo que era raro pues normalmente el erizo estaba ocupado haciendo sus cosas. El erizo parecía estar atento a la partida de sus amigas, sonriendo al ver como la eriza reaccionaba cada vez que la coneja hacia un movimiento que ponía en peligro alguna de sus fichas.
―Te lo dije Amy, Tails le enseñó todo lo que sabía a Cream sobre ajedrez, jugar contra ella es derrota asegurada ―le comentó Sonic.
―Anímese señorita Amy, ha jugado bastante bien incluso mejor que el señor Sonic las otras diez veces ―dijo Cream.
―Creo que Cream me humilló en ese momento más que Eggman en toda su carrera como genio malvado ―dijo Sonic.
―Hablando de Eggman ¿Cuánto hace que no entra en acción? porque normalmente no estás tan disponible para hacer planes ―le preguntó Amy al erizo azul.
―Veamos después de acabar con su parque intergaláctico me encargué de su bestia capaz de comerse el espacio y tiempo y sino recuerdo mal, más tarde derroté a su grupo de matones multicolores que querían acabar con la vida del planeta y ahora me encuentro aquí tumbado en Green Hill tomando un picnic con vosotras esperando a que me llame alguien para decirme que Eggman está causando problemas hasta que llegue yo y le arruine los planes como de costumbre ―le respondió Sonic.
―¿Lo echa de menos señor Sonic? ―le preguntó Cream.
―Meh no creas, lo que echo de menos es ver su cara cuando se frustran sus planes ―le respondió Sonic.
―Qué relación más rara ―opinó Amy.
―Habló la que me perseguía cuando éramos más jóvenes ―dijo Sonic.
―Creo que el Chilidog que he hecho esta mañana se lo daré a Knuckles cuando lo vea ―dijo Amy.
―Era broma, era broma, por favor no me dejes sin ese manjar creado por los mismos dioses del Chaos ―le suplicó Sonic.
―Ya me lo pensaré ―dijo Amy.
―Pobrecito el señor Sonic ―dijo Cream.
―¿Como que pobrecito? ―le preguntó Amy.
―Eso es Cream tu apóyame ―le respondió Sonic.
―Oye no trates de ponerla de tu lado ―dijo Amy.
―Ya es tarde, he ganado el apoyo de la niña, muajajaja ―dijo Sonic bromeando.
―¿Qué le pasa al señor Sonic? ―le preguntó Cream.
―No lo sé, a ver si se está creando una doble personalidad por la ausencia de Eggman ―le respondió ―le respondió Amy con miedo.
―Nah no creo que pueda hacerlo, tengo mejores cosas, comooooo...correr ―dijo Sonic.
―¿Y no se aburre de dar la vuelta al mundo tantas veces? ―le preguntó Cream
―Para nada, aunque algunas veces me llevo a Amy conmigo para hacer turismo o voy con Tails a hacer recados ―negó Sonic.
―Es divertido, aunque siempre vienes sin avisar y nunca me da tiempo para prepararme ―comentó Amy.
―¿Qué? Normalmente se me ocurre al momento, además si solo tienes que agarrar la cámara de fotos ―se defendió Sonic.
―¿Y el dinero para comer? o ¿la ropa para dormir? ―le preguntó Amy.
―El 90% siempre volvemos el mismo día, solo hay excepciones como cuando hace mal tiempo ―le respondió Sonic.
―Pero tengo que agradecerte que pienses en pasar tiempo con tus amigos como ahora ―dijo Amy con una sonrisa.
―Sí, las cosas son más divertidas cuando estamos todos ―dijo Cream.
―Tienes razón mi diminuta aliada ―dijo Sonic.
―Viendo que Tails se está retrasando un poco ¿Qué os parece si empezamos a comer? ―les preguntó Amy.
―Apoyo esa idea ―dijo Sonic.
―Yo esperaría unos minutos más por si acaso llega ―sugirió Cream.
―Eso no le ha gustado mucho a mi estómago ―comentó Sonic.
―Llámalo y si te dice que no le queda mucho le esperamos ―sugirió Amy.
―Está bien, probaré a llamarlo, pero si se sigue retrasando no me hago responsable de lo que mi estómago me obligue a hacer ―les advirtió Sonic.
―Menos mal que corres a toda velocidad porque con lo glotón que eres podrías estar como un barril ―dijo Amy.
―Sería el barril más guapo del mundo ―bromeó Sonic.
―Eso sí ―dijo Amy con el mismo tono burlesco que el erizo.
Sonic encendió su comunicador con el fin de llamar a su amigo Tails, pero para sorpresa del erizo su mejor amigo no respondía a la llamada. El erizo lo volvió a intentar una vez por si acaso y la respuesta seguía siendo la misma.
―Que raro, Tails siempre responde a las llamadas ―pensó Sonic mientras miraba su comunicador.
―¿Ocurre algo señor Sonic? ―le preguntó Cream.
―Tails no responde a mis llamadas ―le respondió Sonic.
―Si él siempre coge las llamadas a la primera por si necesitamos ayuda ―dijo Amy.
―Eso es lo que yo he pensado ―dijo Sonic.
―Puede que esté bien y simplemente se le haya quedado sin batería el comunicador ―sugirió Amy.
―Eso sí que no sería raro, no es la primera vez que no lo lleva con batería ―recordó Sonic.
―Pero ha dado señal, eso significa que está encendido ¿no? ―preguntó Cream.
―Es verdad ―recordó Amy.
―Tengo la solución a nuestros problemas, voy a rastrear su comunicador ―les comentó Sonic.
―¿Sabes hacer eso? ―le preguntó Amy.
―Sip, Tails me obligó a aprender a hacerlo ―le respondió Sonic mientras empezaba a rastrear a su amigo.
―Con razón te ves tan confiado usando eso ―dijo Amy.
―¿Qué le dice el aparato señor Sonic? ―le preguntó Cream.
―Un momento que me está verificando el lugar...¿EEE? está en la ciudad ―dijo Sonic sorprendido.
―Pero si eso está a varios kilómetros de aquí ¿Qué hará allí? ―se preguntó Amy.
―Quizá se confundió de camino al venir hacia aquí ―dijo Cream sin estar muy segura de lo que decía.
Las dudas de los tres fueron respondidas cuando a lo lejos se escuchó una explosión. Los tres sabían de lo que podía tratarse esa explosión.
―Esa explosión ha sido en la ciudad ―dijo Cream.
―Ahora sabemos que estaba haciendo Tails ―dijo Sonic preparándose para correr.
―¿Quieres que te ayudemos? ―le preguntó Amy.
―Tranquila Amy, es Eggman, me puedo hacer cargo de él perfectamente yo solo ―le respondió Sonic.
―No me convence mucho, Eggman lleva mucho tiempo desaparecido, puede que haya ideado un plan mucho mejor que las otras veces ―opinó Amy.
―Sí, esta vez sus tostadoras podrán disparar un misil más de lo normal ―dijo Sonic con un tono burlesco.
―Señor Sonic creo que la señorita Amy tiene razón, quizá deberíamos ir para ayudarlo ―dijo Cream.
―De verdad no os preocupéis, si necesito ayuda os llamaré lo prometo ―dijo Sonic.
―Bueno...pero no te confíes que te conozco ―le pidió Amy.
―De acuerdo, volveré para la cena, no me esperes despierta ―bromeó Sonic.
―Eso es lo que dicen en todas las películas ¿sabes? ―dijo Amy.
―Lo sé, por eso lo digo, y cuida de Cream ―dijo Sonic.
―Señor Sonic, yo ya puedo defenderme sola ―dijo Cream.
―Jejeje, de eso estoy seguro ―dijo Sonic para después marcharse dejando detrás de sí una estela azul.
―Espero que el señor Sonic no tenga muchos problemas en ayudar a Tails ―dijo Cream.
―Confía en él Cream, Sonic se las apañará con Eggman, seguramente él tenga razón y solo haya hecho un robot más grande o algo por el estilo ―dijo Amy.
―¿Vamos a ir detrás de él para ver si tiene problemas? ―le preguntó Cream.
―Sí mejor ―le respondió Amy.
Y mientras las dos chicas se preparaban para seguir al erizo azul. En la ciudad el pequeño zorro estaba teniendo un combate con la copia robótica de su mejor amigo. A solo unos pasos de donde estaban peleando, unos robots de Eggman habían rodeado por completo a un grupo de civiles que se encontraban en la zona. Tails quería terminar este combate lo antes posible para ayudar a los civiles, pero más que ser un combate, el pobre zorro estaba recibiendo una paliza abusiva por parte de Metal Sonic. El Doctor Eggman por su parte disfrutaba de ese espectáculo, para él era difícil ver esta clase de momentos en los que sus enemigos eran aplastados de esta manera y lo iba a disfrutar hasta que el erizo azul llegase.
―Jojojo, muy bien Metal Sonic no dejes respirar al zorro, sería todo un placer para mi si dejas a ese niño en el suelo ―dijo Eggman.
Al escuchar eso, Metal Sonic automáticamente comenzó a ir más enserio, aumentando su velocidad a la hora de golpear. El pequeño zorro no pudo seguirle el ritmo al robot y este logró darle un potente puñetazo que lo elevó un poco para después caer de espaldas contra el suelo.
―AGG ―se quejó Tails por el dolor.
―Oh Tails, podrías darle un poco más de pelea a Metal Sonic, el pobrecito se va a oxidar de tan poco esforzarse ―dijo Eggman mientras se burlaba.
―Es un creído, pero en este caso tiene razón, no puedo darle mucha pelea a Metal Sonic y menos si no paro de preocuparme porque puedan hacerle daño a los civiles ―pensó Tails mientras trataba de levantarse.
―Metal Sonic ayudalo a levantarse por favor ―le pidió el Doctor Eggman.
La copia del erizo azul se acercó a Tails, el zorro se iba a levantar, pero con una simple patada Metal Sonic tumbó nuevamente al pequeño. Esta vez para evitar que su enemigo se levantara, Metal Sonic pisó el pecho de Tails.
―Dime una cosa Tails ¿Dónde está Sonic? Hace tiempo que no le veo y la verdad es que le echo de menos ―le comentó Eggman.
―No lo sé, pero créeme que en cuanto llegue todo este espectáculo que has montado se acabará ―dijo Tails.
―Bueno pues hasta que llegue creo que podemos entretenernos un poco ―dijo Eggman mientras hizo un chasquido con los dedos.
Tras chasquear los robots del Doctor Eggman apuntaron con sus cañones de energía a los aldeanos. Los civiles temblaban de miedo, mientras que Tails no podía hacer nada para ayudarlos ya que Metal Sonic empezó a hacer presión con su pierna sobre el pecho del pequeño zorro.
―¡Eggman no lo hagas por favor! ¡Déjalos en paz a ellos y zanjemos esto entre nosotros! ―le pidió Tails.
―Tu oferta parece interesante, pero creo que mejor seguimos el espectáculo hasta que llegue la rata azul, ya me imagino su cara cuando vea lo que he hecho, solo de pensarlo me entra la risa, jejeje ―dijo Eggman.
Lo que Eggman no sabía es que mientras él se reía sin parar, un destello azul había acabado con todos los robots del doctor. Posteriormente ese destello golpeó a Metal Sonic apartando al robot del pequeño Tails.
―Oye cara huevo, no es por estropearte la fiesta, pero ¿Dónde está el espectáculo? No me gustaría perderme tus mejores trucos ―dijo Sonic.
―¡Tú! ¡Maldita erizo asqueroso, tenías que venir a molestarme justo ahora cuando se estaba poniendo divertido! ―dijo Eggman.
―Oh vamos Eggy, he visto cómo os divertíais sin mi y he decidido venir a unirme a la fiesta ―dijo Sonic.
―¡Sonic! ―dijo Tails feliz de su amigo.
―Ey amigo, lo has hecho bien, pero déjame que me encargue yo de Metal Sonic mientras tú te encargas de poner a salvo a los ciudadanos ―dijo Sonic.
―Mi querido viejo amigo, te equivocas en algo, no te vas a enfrentar a Metal Sonic ―le comentó Eggman.
Tras decir eso un brillo rojo iluminó la zona por completo cegando por unos momentos a los presentes. Cuando el brillo desapareció de la nada tres caras familiares aparecieron al lado de Metal Sonic. El erizo azul y el pequeño zorro de dos colas reconocieron a todas esas caras de inmediato. Eran los rostros de algunos de sus viejos enemigos que se presentaban nuevamente frente a su némesis.
―No puede ser ―dijo Tails mirando a sus viejos enemigos.
―¡Zavok, Chaos! y ¿¡Shadow!? ―pensó Sonic sorprendido.
―Por vuestras caras veo que os sorprende ver a vuestros viejos amigos, pero aún no han terminado las sorpresas ―dijo Eggman.
Finalmente del cielo comenzó a descender una figura extraña rodeada de una energía roja. Este nuevo ser se colocó delante del resto de aliados de Eggman, estando tan solo a unos metros del erizo azul.
―Sonic, te presento a mi nueva creación ¡Infinite! ―dijo Eggman presentándose.
―Otro tipo al que voy a machacar perfecto ―dijo Sonic.
―Sonic aquí algo no cuadra, es imposible que esos tres sean aliados de Eggman otra vez ―le comentó Tails.
―A mi tampoco me huele bien, pero me preocuparé de eso después de lidiar con este tío ―dijo Sonic mientras se ponía en posición de pelea.
―Ríete todo lo que quieras porque será la última vez que lo hagas ―le comentó Eggman.
―Doctor, si me lo permite me gustaría enfrentarme a él ya, quiero comprobar mi potencial ―le pidió Infinite.
―Por supuesto Infinite, adelante no te cortes y acaba con él ―dijo Eggman.
―No lo haré ―dijo Infinite mirando al erizo.
―¡Voy a quitarte esa sonrisa de la cara! ―dijo Sonic mientras se lanzaba a por su nuevo enemigo.
Sonic fue a toda velocidad contra aquel que se hacía llamar Infinite. El erizo iba muy confiado, pensaba que esta nueva arma definitiva de Eggman era otra tontería más del doctor que no duraría más de dos golpes. Sorprendentemente para el erizo esto no era así, Infinite esquivó el ataque del erizo con muchísima facilidad.
―¿EEE? ―dijo Sonic sorprendido.
―UMM, esperaba algo más ―dijo Infinite.
El erizo azul al estar sorprendido por la sorprendente hazaña de su enemigo no se esperó el puñetazo sorpresa que le dio el líder de los Deadly Six. El erizo fue empujado unos cuantos metros y cuando quiso levantarse una masa de agua lo atrapó por completo.
―¿¡Pero que haces Chaos, se supone que tú deberías estar descansando dentro de la esmeralda maestra!? ―dijo Sonic.
―¡Tengo que ayudarlo! ―pensó Tails preocupado por la situación.
Pero por mucho que el pequeño zorro intentase acercarse a su amigo, Metal Sonic se interpuso en el camino de Tails evitando cualquier intento de ayudar a Sonic. Ahora era Sonic el que estaba preocupado por su amigo, el erizo intentó quitarse de encima a Chaos.
―¡Suéltame! ―dijo Sonic.
Shadow se acercó con gran velocidad al erizo azul y empezó a golpear repetidas veces a su eterno rival. Sonic no pudo defenderse de los múltiples golpes del erizo negro. Este espectáculo era disfrutado por Eggman e Infinite que no podían evitar reírse ante esta desafortunada situación para el erizo.
―Acabaré con esto, no necesito ver nada más de este "héroe" ―dijo Infinite.
A Sonic aún le quedaban fuerzas para luchar, pero no era capaz de librarse del agarre de Chaos y menos con Shadow golpeándolo una y otra vez. El erizo negro se detuvo al ver a Infinite acercándose hacia ellos.
―Pensaba que podrías darme más pelea, pero al parecer los datos que me dio el doctor Eggman no se equivocaban ―dijo Infinite.
―Déjame correr con libertad y ya te digo yo que superaré tus datos previos ―lo retó Sonic.
―Con esquivar ese golpe tuyo me basta y sobra para saber lo ineficiente que eres "héroe" ―dijo Infinite mientras rodeaba su brazo de energía roja.
Infinite le dio un puñetazo en el pecho a Sonic, el erizo escupió sangre tras el golpe que le dio su enemigo.
―Sigues consciente, me alegro quiero que estés despierto para lo que viene ―dijo Infinite mientras se apartaba.
Zavok, Metal Sonic y Shadow rodearon al erizo que todavía era inmovilizado por Chaos. Tails quería ayudar a su amigo, pero el miedo lo inmovilizaba y no lo dejaba moverse de donde se encontraba.
―¿No ayudas a tu amigo? ―le preguntó Infinite que se encontraba ahora frente al pequeño.
―Y-yo... ―le respondió Tails.
―¡Tails corre, te va a matar! ―le gritó Sonic.
―Los cobardes como tú, apestan ―opinó Infinite.
Infinite le dio una patada en toda la cara a Tails. El ataque mandó a volar al pequeño y para cuando su cuerpo tocó el suelo, este ya estaba inconsciente. Sonic no aguantó más y en un arranque de ira logró deshacerse de Chaos y apartar a los otros tres que se oponían en su camino para ir directo a por Infinite.
―¡Bastardo, pagarás por esto! ―lo amenazó Sonic.
Infinite no se movió, se quedó tieso esperando a que Sonic lo atacara. El erizo le intentó impactar un puñetazo en la cara, pero al momento de darle el puñetazo éste lo atravesó al momento como si fuese un holograma.
―¿Qué narices? ―se preguntó Sonic.
Sonic no tuvo mucho más tiempo para pensar. Infinite apareció sobre él y le dio una potente patada en la cabeza que lo mandó al suelo. El erizo ya no daba más de sí, su enemigo había podido demostrar en tan solo unos segundos quien era superior aquí y mientras Sonic sufría por la derrota que acababa de sufrir. Eggman no podía parar de reír, por fin había ganado a su némesis de toda la vida.
Infinite todavía no estaba satisfecho, quería que el erizo sufriese una humillación mucho mayor a esta y sobre todo quería que toda la Tierra temblara de miedo al ver como Sonic había caído.
―Doctor, creo que es el momento adecuado para eso ―sugirió Infinite.
―Estaba esperando a que me lo pidieras ―dijo Eggman.
El doctor Eggman le dio a unos botones de su nave, tras eso varios pequeños drones rodearon a Infinite. Los drones venían con cámaras incorporadas listas para comenzar a grabar.
―Cuando quieras ―dijo Eggman.
―Quiero que te mantengas despierto un rato más, lo suficiente para que veas como todo a tu alrededor se cae a pedazos ―dijo Infinite.
Las cámaras comenzaron a grabar, todas las diferentes televisiones del planeta ahora retrasmitían la situación. Las personas no sabían cómo reaccionar ante esta situación, algunos estaban asustados por lo que ocurría, otros pensaban que solo era un broma y otros simplemente no se lo creían.
Al ver que tenía todas las miradas pendientes en él, comenzó su pequeño momento de gloria. Agarró con fuerza de la cabeza a Sonic y levantó del suelo para que todas las cámaras pudieran ver perfectamente su cara.
―Mirad bien ciudadanos ¿Es este vuestro héroe? ¿Esto es lo que protege la Tierra? que decepción más grande ―dijo Infinite.
Los amigos de Sonic también estaban mirando atentamente lo que ocurría a través de la televisión. Para ellos era desgarrador ver como uno de sus amigos era tratado de esa manera, siendo humillado por aquel ser que se llamaba Infinite. Cream y Amy estaban entre ellos, se habían frenado frente a una escaparate donde todas las televisiones retransmitian lo mismo.
―Ese es el señor Sonic... ―dijo Cream sin poder creerse lo que veía.
―No...no es posible ―dijo Amy destrozada al ver como se encontraba Sonic.
Infinite rodeó su puño de esa extraña energía mientras todavía mantenía a Sonic agarrado. Uno tras otro fueron los golpes que impactaron en la espalda del erizo. Grito tras grito salían de la boca del héroe. Todo esto visto por Eggman y por las personas de la Tierra, hasta que Infinite decidió parar.
―Comienza la época del imperio de Eggman, a partir de ahora serviréis a la causa o sino...bueno mejor os lo muestro―dijo Infinite.
Infinite soltó a Sonic dejándolo caer. El erizo ya hace tiempo que se había desmayado y ya no era consciente de lo que sucedía a su alrededor.
―Mirad atentamente ―dijo Infinite.
Infinite cargó en sus dedos una cierta cantidad de energía, después apuntó directamente al pecho del erizo azul. Todos sabían lo que aquel ser tenía pensado, pero nadie podía evitarlo, por mucho que intentasen ayudarlo no iban a poder ayudarlo en este momento, lo que destrozaba por dentro a cada uno de los seres queridos de aquel erizo azul. Y en ese momento Infinite disparó atravesando el pecho del erizo por completo.
―¡SONIC! ―gritó Amy mientras se le caían las lágrimas.
―No...señor Sonic ―dijo Cream estando en la misma situación.
―¡QUIERO QUE TODOS LOS SEPAIS! ¡SONIC THE HEDGEHOG ES HISTORIA! ―gritó Infinite a pleno pulmón.
―¡Que comience la conquista! ―dijo Eggman con una sonrisa.
Esas palabras provocaron el caos en la ciudad. Los ciudadanos empezaron a correr despavoridos por el miedo. El Doctor no tardó mucho en desplegar a sus tropas por toda la ciudad al ver lo que Infinite había provocado en la gente. Sus máquinas iban a arrasar con todo para dar inicio a la creación del nuevo imperio de Eggman.
Amy aún no se despertó del trance, seguía viendo morir a Sonic en su mente una y otra vez. Fuera de su mente todo era diferente, la gente corría de esas máquinas para salvar sus vidas.
―Señorita Amy tenemos que huir ―dijo Cream.
―Pero él... ―dijo Amy.
―Ya tendremos tiempo para lamentarnos, tenemos que escapar de la ciudad, él no querría que perdiéramos la vida aquí y ahora ―dijo Cream.
Amy entró finalmente en razón al ver como una serie de robots se dirigían hacia ellas. Ella comprendió que el erizo había caído, pero no podía quedarse ahí sin hacer nada y menos cuando tenía que proteger a su pequeña amiga.
―Vámonos ―le ordenó Amy.
―Sí ―obedeció Cream.
Las dos corrieron para dar inicio a su huida de la ciudad. Una ciudad que había caído junto a su héroe a manos del imperio de Eggman. Esto se convertiría en el inicio de una nueva era para la Tierra. Una era en la que el mundo tendría que vivir sin la protección de su amado héroe y una era en la que las esperanzas de los ciudadanos se verían mermadas. Pero sobre todo se convertiría en el inicio de una pesadilla.
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