Just give me a reason (Connor x Evan)

Notas: Ningún personaje me pertenece, todo es obra de su respectivo creador.

Advertencia: Headcanons. Homosexuales. AU.

No pregunten cómo llegué aquí. Yo culpo a mi waifu (?)

-Just give me a reason-

Cambiar es algo realmente difícil, él mejor que muchos lo sabía, Connor Murphy lo vivía en carne propia cada día.

En los susurros a sus espaldas mientras arrastrabas sus pies por los pasillos de la escuela, en las interacciones esquivas de su hogar cada vez que le tocaba salir fugazmente de su habitación, en el hormigueo tortuoso de su cabeza murmurando a su oído una y otra vez que mandara todo al diablo y se diera un 'descanso' del mundo y de su gente.

Demonios... Era frustrante y agotador en todo momento.

No se trataba de usar una varita mágica que lo facilitaba todo ni de algo que vencería con mera fuerza de voluntad.

Esto no se trataba de simples libretos baratos de películas de auto superación ni milagros de entes superiores, era la vida real, más dura y terrible.

No encontraría ayudas mágicas ni nada por el estilo, si en verdad quería cambiar debía poner lo mejor de sí en todo momento, pero... Dios, era tan difícil.

Y no es como si todos a su alrededor se lo facilitaran, aunque siendo honesto sabía que se lo merecía. Metió la pata durante tantos años ¿Con qué derecho intentaría ponerse exigente con los demás?

No era tan idiota.

Esto era lo que se había ganado gracias a todas aquellas malas decisiones que lo alejaron de todo y de todos, y hasta que lograra avanzar lo suficiente como para tenerlos cerca de nuevo, tendría que soportar la agotadora lucha que implicaba su día a día.

Incluso si a veces, no quería hacerlo... Justo como hoy.

Joder, me duele la cabeza.

Desde que abrió los ojos en la mañana había estado sufriendo una incondicional jaqueca. No era algo nuevo a decir verdad, solo uno de los tantos síntomas que la abstinencia a veces significaba.

Era de lo más normal ahora que intentaba reemplazar la coca con algo menos agresivo como lo podría ser el tabaco, aunque ello no lo librara del todo de situaciones como aquella.

Seguía con jaquecas ocasionales, bajones o cansancio excesivo con relación a todo. Sabía que era algo a lo cual debería aprender a habituarse por un tiempo, pero era difícil.

En días como este, ni siquiera quería ver a su propia familiar, aunque no era algo personal, sólo que de por sí su relación resultaba difícil en su estado habitual, no quería volverlo peor cuando sus ánimos no eran lo mejor.

Por ello no era de extrañar que se hubiera saltado el desayuno y adelantado a su hermana para llegar a la escuela. Estaba seguro que muy en el fondo Zoe agradecería aquello, aunque no se lo dijera en la cara.

Su hermana le temía y odiaba, lo tenía muy presente; y hoy no era un buen día para sentir eso de cerca.

No... No era un buen día en lo absoluto; y su casillero se lo recordó al mostrarse terco para abrirse.

Mierda... ¿Por qué esta cosa no abre?

Estaba seguro de que no se olvidó de la contraseña de nuevo, pero igualmente la pequeña puerta del casillero se negaba a abrirse, aumentando su malestar actual.

– Grr... Cacharro de mierda... -Contenía como podía sus ganas de moler a golpes el candado y puerta hasta abollarlo o romperse la mano, pero seguramente al rector no le haría gracia que lo atrapase destruyendo propiedad escolar de nuevo, por no mencionar que terminar con un yeso le resultaría una molestia.

"Una más y serás suspendido, Murphy."

Mordió sus labios.

Mal momento para recordar las palabras de aquel viejo con cabeza de huevo.

Piensa en algo más. Bufó, dejando a su frente golpearse contra el frío metal delante suyo con un aire resignado. Agradecía que a aquellas horas apenas estuviesen llegando los demás estudiantes, pero era obvio que esa calma para sus nervios no duraría mucho.

Volvió a mirar el candado, maldiciendo por lo bajo a su propia suerte mientras colgaba su mochila a un hombro.

Sabía que aunque usara la excusa del casillero ningún maestro se la perdonaría, por no mencionar que en el peor de los casos le sugeriría compartir el de alguien, lo que haría de la clase todo más incómodo de lo que de por sí ya era.

¿Por qué a , señor? ¿Por qué hoy?

El universo lo odiaba.

Pero hoy no estaba de humor para darle el gusto por ser humillado por algún mal rato o poner a prueba su paciencia con las gallinas chismosas que tenía por compañero.

No, hoy no podría con eso. Hoy... Necesitaba ir por su lado un rato, al menos hasta que la jaqueca disminuyera y pudiese levantar el aliento un rato, aunque no sabía donde.

Veamos ¿A qué lugar los profesores nunca van a revisar?

– ¡...!

Solo preguntarse eso bastó para dar con su escape ideal: el baño.

Aun era primera hora, difícilmente estaría tan abarrotado como durante los recesos y ningún maestro lo buscaría allí si es que la hora se le pasaba y llegaba un poco tarde... Aunque recordando su relación con éstos, dudaba que siquiera hiciesen el intento de buscarlo para ponerle un retraso.

De seguro se alegrarían de no verme.

Igual que cualquiera ¿No?

– Ugh... -Realmente no quería seguir pensando más sobre ello, por lo que agradeció en su interior haber llegado a su destino y comprobar que no había nadie.

El silencio mezclado con el aroma a desinfectante y limón resultaba algo tranquilizante para sus nervios, a la vez que despertaba algunos nostálgicos.

Ese aromatizante... Es el mismo que el que usan en casa ¿No?

Reconocería los simples gustos de limpieza de su madre donde fuera, solía usar los mismos desodorantes de ambiente cuando invadía con trapeador y balde su cuarto y el de su hermana cuando eran niños; aunque... Ahora eso no era más que un recuerdo vago.

¿Hacía cuanto que ella ya no hacía nada de aquello? No, más ¿Hacía cuanto que su habitación se convirtió casi en una solitaria cueva tan vacía como él mismo?

El solo intentar reflexionar al respecto hizo a sus piernas tambalear, a la vez que un desesperante anhelo ahogaba su garganta. En momentos como este agradecía el estar solo, no soportaría volver a derrumbarse en abstinencia delante de nadie más.

Aún tenía recuerdos frescos de la última vez; la expresión aterrada de Zoe, la mirada dolida de su madre, los ojos decepcionados de su padre, como si todos... Como si todos de algún modo lo hubiesen visto venir y se resignaran solo a verlo fracasar nuevamente en su intento por mejorar.

Se estaba esforzando, maldición ¡De verdad lo estaba intentando!

¿Era mucho pedir que al menos fingieran tenerle algo de fe? No estaba en su derecho de exigirlo, pero igualmente a veces necesitaba ilusionarse con algo así.

– M-mierda... -Jadeó, a la vez que se acercaba a pasos lentos hacia el lavamanos más cercano con un nudo en la garganta.

Dejar la coca era difícil, incluso meses lejos de ella lo tenían caminando sobre una cuerda floja como si aun fuese el primer día.

Era doloroso, no solo por dejarla, sino porque a su vez debía aceptar ver la cruda realidad tal y como era. Sin nada que le ayudase a ignorarla ni sobrellevarla.

Esa... Era la peor parte y la estaba reviviendo justo ahora.

¿P-por qué ahora?

Mordió sus labios, remojando su cara una y otra vez mientras el ardor en sus ojos aumentaba, a la vez que su propia angustia.

Estaba pensando demasiado.

En sus padres, sus maestros, sus compañeros. En cómo parecía tenerlos cerca, pero a sus ojos estaba a casi galaxias de distancia... Y solo por su propia culpa.

¿Por qué tuvo que tomar tantas malas decisiones? ¿Por qué tenía que seguir equivocándose?

No...

¿Por qué siquiera seguía vivo?

Llevaba tanto haciéndose la misma pregunta mientras observaba de reojo al botiquín de su casa o alguna vieja soga guardada en el ático perteneciente a algún viejo columpio.

¿Por qué... Sigo vivo?

Realmente continuar así no le traía placer alguno, ni a sí mismo ni a nadie más.

Solo era una carga inútil que se arrastraba sin gran rumbo.  Seguir de aquel modo no ayudaba en nada ni a nadie.

¿Para qué seguir si ya no tenía razón ni motivo?

Sentía náuseas. Necesitaba salir de allí.

Todo esto era inútil, fue iluso creer que no.

S-si tan solo alg

– ¿H-hey, estás bien? Te ves un poco m-mal... ¿Necesitas ir a la enfermería un rato? -Escuchó a sus espaldas, a la vez que recordaba donde y qué hacía. Claro, el baño escolar. Alguien debió entrar y no lo escuchó, solo debía ser eso, aunque... ¿A qué se debía esa pregunta? En verdad debía traer un muy mal aspecto como para que aquel tipo le sugiriera algo así, aunque no le vendría tan mal.- ¿Uh? E-eres el hermano de Zoe Murphy... Connor ¿C-cierto? Vamos en el mismo año...

¿Conoce a Zoe?

Bueno, ahora que al fin le daba un vistazo de reojo a aquel tipo eso no le resultaba muy extraño; no parecía alguien mucho mayor a él siquiera. Cara regordeta, ojos claros, pecas pintadas, cabello y ropa prolija; de hecho casi parecería un niño de no ser por la evidente altura.

En resumen, era uno de esos 'niños buenos' que él ya no podía ser. Ya era muy tarde.

Es más, asumía que hasta era por aquel ridículo estereotipo que lo estaba "ayudando", seguro llevar a un marginado a la enfermería sería su buena acción del día para dormir tranquilo hoy en la noche.

De solo pensarlo, la amargura en la boca de su estómago crecía.

¿Por qué mejor ni pudo haber sido como este tipo? Así no estaría causando tantos problemas a quienes le rodeaban, así no estaría tan solo en su casa ni escuela, así... No estaría tan angustiado y desesperado por la abstinencia como ahora como para terminar balbuceando algo inentendible a un chico que apenas acababa de conocer mientras era arrastrado torpemente hacia la enfermería.

– ¿Eh? O-oye, habla más alto. -Apenas había logrado pasar su brazo entre sus hombros para sostenerlo de la cintura, pero al parecer ni siquiera la cercanía ayudó a su mensaje a llegar. Estaba seguro que en todo ese rato se presentó como un tal Evan Hansen, pero no fue capaz de dar gran respuesta. Después de todo, éste ya parecía saber quien era.- N-no te escuché bien...

No importaba, no es como si realmente a este punto le molestase repetirse.

Ya había tocado fondo de cualquier modo.

–... Dame una razón...

– ¿Uh? N-no... No creo entender a lo que te refieres...

Connor no hizo gran esfuerzo por arreglar la incomoda e irreal situación. En medio de su propia angustia ya no le importaba quedar como un lunático que decía tonterías a algún extraño o algo similar, la escuela y sus rumores ya lo habían convertido en algo incluso peor que eso ¿No?

Así que... ¿Por qué seguir callando lo que realmente deseaba?

Esta podría ser su última oportunidad.

– D-dame una razón...

– ¿Una razón?

– D-dame una razón... -Su voz era desesperada, al igual que su dudoso agarre para no caer mientras seguían dirigiéndose a la enfermería. Al menos quería creer que si el contrario aún no salía huyendo como si lo persiguiera el diablo tenía alguna oportunidad de no ser ignorado.- Por favor, solo quiero una razón...

No pedía mucho más, tan solo eso. Incluso si no se conocían lo suficiente, a este punto tales detalles realmente ya no le importaban tanto.

Aunque claro, no es como si Evan lograra entender a la primera.

– M-mira, haremos todo eso luego, pero enserio debo llevarte a la enfermería.

Seguramente el pobre estaba asumiendo que estaba borracho o similar, pero no le daría tiempo para eso, así tuviera que tumbarlo junto a él en el suelo.

No había nadie en los pasillos; ya debía haber sonado la campana, el rector comenzar su recorrida para los rezagados y quizás el eco de la soledad tan solo harían que los encontraran más pronto, pero... En verdad no le importaba.

Ya nada le importaba.

– ¡Dame una razón! ¡Solo dame una razón!

– ¡¿E-eh?! ¡O-oye, debemos ir a la enfermería! No creo que estés muy... -La expresión asustada del chico fue la gota que rebasó el vaso, llenándolo de desesperación. Era demasiado y aquella cálida humedad que comenzó a recorrer sus propias mejillas lo dejaba claro.- ¡...!

Connor ya estaba en su límite.

– ¡D-dámela, por favor! ¡Ya no quiero más compasión! N-no lo soporto más... N-no más...

Solo pedía eso.

Una razón para continuar deseando levantarse cada mañana, una razón para sentir que valía la pena intentándolo, una razón para no seguir pensando que todos sus intentos serían inútiles, una razón para resistir toda esta angustia cuando ya comenzaba a tambalear de nuevo.

Así fuera burda o ridícula, la aceptaría.

No pedía mucho, ni siquiera algún tipo de compromiso, solo... Una razón, incluso si venía de un completo desconocido que tan solo debió preocuparse por él por su integridad de buen samaritano.

Y tal vez fue porque creía fuertemente en eso último que se encontraba tan aferrado a un 'buen chico' mientras su desesperación lo tenía despedazándose entre sollozos.

Quería una razón de parte de Evan para continuar, así solo estuviese formando parte de su buen accionar del día.

– D-dame una razón... Solo dame una razón...

– ¡¿Uh?!

No culparía a Evan por sorprenderse tanto, seguro era muy extraño (y nada heterosexual) tener a un sujeto con fama de drogadicto, delincuente y de lo peor lloriqueando como un bebé sobre su hombro.

De estar en su lugar seguramente ya hubiera salido huyendo.

Jeh... No lo culparía si ahora hiciese algo así.

Ya habían hecho un espectáculo de lo más extraño hasta ahora ¿No?

Sin embargo, la respuesta que recibió lo dejó más que helado, al igual que la amistosa palmada que reposó sobre su cabellera.

– Lo estás haciendo bien, Connor. De verdad lo estás haciendo bien.

Aun luego de escucharlo era tan irreal como aliviador.

– ¿T-tú...?

Lo que más había deseado estos últimos meses al fin alguien se lo había dado.

Notas finales: Holi~

A decir verdad no esperaba unirme a escribir en este fandom, pero la inspiración me pudo~

Y , me basé en algunos síntomas del síndrome de abstinencia de la cocaína para hacer esto. No puse a Connor en ese plan porque (?)

Espero lo disfrutaran ~

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