A dónde me dirijo Parte I
Escapar esa era mi única opción cuando todo esto comenzó, no era más que una fugitiva querían atraparme para que volvieran a encerrarme en aquel lugar frio, húmedo y oscuro dónde no entra el sol ni ninguna otra fuente de luz, en aquel calabozo dónde me mantuvieron hasta hoy que porfin pude escapar.
Había planeado la fuga por meses, sabia todo de aquel lugar donde había estado encerrada así que esa mañana emplearía mis habilidades para el escapé.
Se preguntaran porque estuve encerrada en ese calabozo, pues la explicación es la siguiente: soy una Scarlett así se denomina a una persona que domina todo tipo de brujería blanca, negra, y también una Hanter, domino todas las artes marciales y la manipulación de armas. El rey quiere utilizar mis dones para conquistar otros reinos pero me rehúse y termine en el calabozo.
Esa mañana escaparía, me desperté temprano, cuando golpearon a la puerta y metieron la comida por una pequeña rendija que había. Comí lo que le habían traído necesitaría mis fuerzas para escapar.
Luego del desayuno puse mi plan en marcha, saque de mi cabello una hebilla para abrir la puerta, esperaba no necesita de la magia o de las armas para hacerlo.
-traedla ante mi- era la voz del rey.
En un minuto mi plan fue frustrado los guardias entraron al calabozo y me llevaron ante el rey Uthet.
- espero hallas cambiado de opinión querida- me dijo.
-nunca- conteste.
-pues te pudriras en el calabozo. Llevensela- respondió el.
Los guardias me arrastraban hacia el calabozo otra vez, no podía usar magia ellos me habían puesto brazaletes que bloqueaban la misma. Entonces utilizaría sus armas a mi favor. Uno de los guardias tenía una espada así que la tomé.
-más les vale que me quiten los brazaletes- les dije
-no podemos el rey tiene las llaves- dijo uno de ellos.
-adentro- les dije mi entras los amenazaba con la espada para que entrarán al calabozo en el cual había estado yo. Les tape la boca a ambos para que no pudieran hablar y aletartar a los otros.
Salí corriendo hacia la sala del trono, necesitaba las llaves para liberarme, ya pensaría en como hacerlo.
Para mí suerte nadie me conocía en el castillo, así que era fácil infiltrarse hasta la sala del trono.
Mientras corría tropecé con alguien.
-lo siento debo irme- comenté rápidamente mientras seguía mi camino.
-espera ¿Quien eres?- dijo él.
No respondí y continúe corriendo.
-ha escapado, aún está en el castillo detenerla de inmediato- escuché la voz del rey, no podía tener peor suerte.
*Bea consentirte, debes de salir de aquí* pensaba en mi mente, mientras corría, alguien tomó mi brazo derecho para hacerme ingresar a un cuarto que estaba oscuro. Tenía la espada así que la desenvaine.
-espera tranquila. No te haré daño- dijo la voz de un muchacho, le ví la cara cuando prendió la vela. Era un muchacho alto de cabello castaño y ojos verdes como el zafiro, por lo cerca que estaba de él podía escuchar los latidos de su corazón estaban acelerados.
-perteneses al castillo todos aquí quieren algo de mi, que muera o que haga cosas contra mi voluntad- comenté. Aún él me tenía agarrada.
-¿porqué?¿quien eres? ¿qué tienes de especial?- pregunto él.
-nadie en especial pero debo de salir de aquí ya- contesté.
-soy Theo, puedo ayudarte, debes de confiar en mí para hacerlo- contestó él.
-Bea- contesté -espera ¿has dicho que te llamas Theo?- pregunté.
-asi es ese es mi nombre- contesto él.
-eres el príncipe de Lemuria- respondí - si tu padre quiere matarme ¿porqué tú me ayudarías?- le pregunté.
-no soy mi padre, si quieres salir de aquí sígueme- contesto él.
No sabía si confiar en él pero no me quedaba otra opción tenía que hacerlo si quería salir del reino.
-¿Y bien confiaras en mi?- pregunto Theo.
-confiare en ti por ahora, pero si intentas algo no dudaré en matarte- conteste.
-entiendo, ahora tienes que quitarte los brazaletes- dijo él.
-no puedo, tu padre tiene las llaves- conteste.
-entonces espera aqui- dijo él saliendo del cuarto dejándome la vela para alumbrar.
Tener que confiar en un extraño me preocupaba, necesitaba salir de inmediato de Lemuria-, quería una vida normal para mí. Con la vela alumbre mis pasos, había una cama, con dos mesas de luz, una pequeña puerta, la cual abrí era el baño, entre para lavarme la cara que estába llena de tierra.
-Bea- dijo la voz de Theo.
-aqui- conteste saliendo del baño.
-las he conseguido- dijo él acercándose a mi, para abrir los brazaletes.
-gracias- conteste.
-por aqui hay pasados que nos llevarán fuera del castillo, nadie sabe de ellos así que escaparemos sin ser vistos- comento Theo.
-tu ¿porqué quieres huir?- le pregunté.
-quiero escapar de mi padre, es un tirano- contesto él.
-bueno, vámonos de aqui- contesté.
Theo abrió los túneles y entramos en ellos, estaban oscuros, así que aproveche a utilizar mi magia para cambiar de ropa, para mí suerte Theo no se dió cuenta de ello.
Escuchábamos como me buscaban, pasamos horas en los túneles.
-tenemos que descansar, falta mucho- dijo él.
- entendido- conteste sentandome lejos de él.
Utilice magia para prender el fuego.
-espera eres una Scarlett- comento Theo. -puedes hacer magia- anuncio a continuación.
-si- conteste ví como él se había sentado a mi lado.
-por eso mi padre quiere utilizarte como arma para conquistar otros reinos- dijo Theo.
-si- es por eso- conteste.
-lo siento Bea, ¿por eso estabas en el calabozo?- me preguntó él.
-¿cómo lo supistes?- le pregunté.
- fisgoneo desde los pasadisos- contesto él.
Hablamos por un lago, así nos conocimos más durante esa noche. Pudimos cenar ya que Theo tenía una mochila llena de comida y ropa. Me había acostumbrado a dormir en el suelo así que no fue problema hacerlo en los túneles.
El escape llevaría más tiempo del que pensaba, el castillo era muy amplio al igual que los tuneles.
Cuando desperté Theo preparaba el desayuno.
-buenos dias- saludo él.
-buenas- saludé.
-desayuna tenemos un largo camino por delante- contesto él.
-lo se- respondí, mientras tomaba el desayuno.
Después del desayuno emprendimos el camino otra vez. Durante el trayecto íbamos hablando Theo me explico que si madre había Sido exiliala hacia varios años y estaba viviendo en otro reino que si llegábamos allí nos recibiría en su hogar.
Era una buena idea pero no quería ponerlos en peligro así que lo acompañaría hasta la casa de su madre y luego seguiría mi propio camino pero no sé lo diría aún.
Vi una luz frente a nosotros, era la salida, así que corrimos hacia allí, logramos llegar al pueblo, pero había guardias del rey por todos lados. Tenía la capa puesta esperaba que no me reconocieran.
Nos dirigíamos hacia la salida del reino cuando nos detuvieron a ambos.
-alto ahí- dijo uno de los guardias -quitate la capucha- me indico a mi.
Hice lo que me dijo, para mí suerte no me reconoció y pudimos continuar el escape de Lemuria.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top