~Pompeii [Bastille]~
Todo estaba oscuro, tampoco se podía escuchar ningún ruido. Sentía que todo mi cuerpo estaba entumecido y petrificado, como si estuviera hecho de piedra. Lo último que recuerdo haber sentido fue mucho calor... y personas gritando de dolor. Después de lo que parecieron horas, escuché unos pasos; parecía que había muchas personas a mi alrededor que hablaban en términos complicados.
No sabía lo que ocurría; lo único que escuchaba era un cincel o un martillo golpeando una roca o quién sabe qué y luego mi sentía algo de calor... Todo siguió repitiéndose una y otra vez, hasta que la oscuridad que me envolvía empezaba a atenuarse y derretirse. Abrí mis ojos lentamente, parpadeé un poco por la cantidad de luz. Respiré hondo y por extraño que suene, sentía que no había respirado en mucho tiempo. Estiré mis brazos y piernas, y me senté en... "Espera, ¿dónde estoy?". Estaba sentado en una ¿mesa? blanca, lisa y fría con una tela suave cubriéndome. El lugar donde me encontraba también era blanco, pero había un par de franjas en color celeste. Arriba algo brillaba como el sol, pero no irradiaba mucho calor. A mi lado izquierdo había una especie de tubo agarrando un cincel y un martillo, mientras que a la derecha se encontraba un tipo de telescopio muy raro. "¿Cómo llegué aquí?". Pensé antes de que la pared se aparara mientras un hombre entraba con una sonrisa.
Se veía joven, tal vez de unos 29 años. Su cabello era marrón, sus ojos azules y de tez morena. Vestía un traje blanco y zapatos. En su mano tenía un tablón. "Hola". Me dijo algo en un idioma que no reconocí antes de que la pared se volviera a cerrar. "¿Cómo estás?". Incliné mi cabeza a un lado sin saber qué me decía. Él pareció darse cuenta de eso. "Scusa, pensavo avresti capito la mia lingua. Annuisci se mi capisci (1)". Asentí con una leve sonrisa agradeciendo que ese hombre hablara mi idioma. "Come ti senti? (2)". "S-sto bene immagino (3)". Dije con la voz algo ronca. Él fue a una parte de la habitación, de donde sacó algunas cosas y las puso en la encimera. "Bevi questo, ti aiuterà (4)". Me dijo acercándome algo con la mano. Yo lo tomé y lo bebí con cautela. "Dove sono? Come sono arrivato qui? Tu chi sei? (5)". Le pregunté cuando mi garganta dejó de sentirse seca. Él se rio entre dientes. "Silenzioso. Primo, sono Marcus Smith. Come ti chiami? (6)". Me preguntó con una sonrisa.
"Il mio nome è Thomas D'angelo. Un piacere (7)". Dije con una sonrisa. "Il piacere è mio Thomas. Ora parliamo di quello che è successo (8)". Me dijo antes de traer una silla de la esquina y sentarse al lado de la mesa... Me encontraba sentado en la mesa con mis pies balanceándose en el borde. Aún estaba en shock por lo que me dijo el Sr. Marcus. Al parecer yo formaba parte de un experimento que revolucionaría el siglo 21. Científicos de muchos lugares del mundo vinieron a Italia para ser parte del proyecto. El experimento se trataba de ir a Pompeya, mi hogar, y seleccionar 5 cuerpos que habían quedado enterrados en piedra pómez para intentar regresarlos a la vida de ser posible, o al menos estudiar cómo habían quedado sus restos. De los 5, yo fui con el cuerpo intacto y que logró despertar. Había unas palabras que no pude entender, pero aun así asentí. Le pregunté cómo los cuerpos, la cuidad y yo habíamos quedados enterrados bajo metros de piedra. El mencionó la erupción del Monte Vesubio y fue allí cuando recordé todo; la gente corriendo y escondiéndose o refugiándose en sus casas.
Yo estaba cerca de una fuente cuando ocurrió todo; cuando me di cuenta de lo que pasaba corrí hacia el orfanato donde vivía. "Sí, yo soy huérfano. Me abandonaron en el orfanato con una carta con mi nombre y ya". Bueno, corría hacia allí antes de mirar hacia el monte y quedándome horrorizado por la nube gris que se acercaba al poblado como si de una ola se tratase. Lágrimas brotaron de mis ojos al escuchar gritos de dolor, yo solo corrí hasta que tropecé con algo y caí al suelo perdiendo la conciencia en el acto. El Sr. Marcus se sorprendió de mis recuerdos tan vívidos y me dijo que volvería en unos minutos. Después de un rato volvió con otros científicos, dos hombres y 3 mujeres. Cuando vi entrar a las mujeres agarré la manta y me cubrí para que no me vieran desnudo lo hizo que se rieran un poco. "Non preoccuparti. Andiamo, ti prendo dei vestiti (9)". Me dijo el Sr. Marcus... Después de que revisaran mi estado físico, me guiaron a otra habitación con una cama y otros muebles. En resumen, yo era un milagro, por así decirlo.
Mi visión y audición es perfecta, dientes intactos, piel sin quemaduras, mis órganos funcionaban bien, en fin; no se puede explicar cómo logré sobrevivir después de siglos y teniendo solo 13 años. Aunque lo que sí cambió fue mi apariencia; mis ojos eran marrones y ahora son grises, mi tez albina se volvió morena. "Y, a decir verdad, me gusta más mi nuevo tono de piel". Y mi cabello antes azabache pasó a ser castaño. Según los científicos, eso se debía al calor del humo y cenizas de la explosión del Vesubio. También me hicieron un par de preguntas sencillas sobre mí; cuando se enteraron de que soy huérfano me aseguraron que tendría un hogar. Después de unos minutos en la habitación me trajeron comida deliciosa, pero tal vez la sentí así por no comer en años... Los días pasaron y el Sr. Marcus me informó que me enseñarían un par de cosas esenciales antes de dejarme salir al mundo exterior... Las matemáticas cambiaron mucho, pero no fue tan complicado estar al día, el lenguaje fue sencillo, el inglés es complicado y tengo que aprenderlo a fuerza porque es el idioma universal, la historia y geografía cambiaron más de lo que creí. En mi tiempo allí, Marcus se hizo mi tutor. "Sí, me dejó tutearlo". Me mostró la tecnología, aunque me siento enojado e indignado por lo que me dijo. "Pareces un mono". Me lo dijo mientras se reía solo porque agarré un ¿celular? Y me asusté al encenderse.
El tiempo allí se sentía lento, pero era divertido hablar con todas las personas que estaban dispuestas a enseñarme muchas cosas, en especial Marcus. Él es un poco más cariñoso y sobreprotector que los demás. A veces me sentía abrumado por las mujeres. "Decían que soy adorable". Cosa que no niego... Me equivoqué al creer que no podría usar la tecnología; todos los involucrados en el proyecto me regalaron un iPod con un par de audífonos sencillos de colores. Se los agradecí con el corazón, y tal vez exageré al llorar, pero nadie había hecho algo así por mí... Después de un mes se me permitió salir del lugar donde estaba, acompañado de Marcus y una científica llamada Laura. El lugar a donde fuimos fue una verdadera sorpresa. Me llevaron a Pompeya, mi hogar. Algo interesante que había descubierto hace poco fue una canción que tenía el nombre de esta cuidad hecho por la banda Bastille. Por eso decidí ponerme mis audífonos y darle play mientras caminaba por las calles de piedra viendo los edificios y gente.
Cerré mis ojos al llegar al Macellum; vi a las personas comprado frutas y pescado fresco. Cerré los ojos al estar en el centro del Anfiteatro; las obras de teatro que yo y los otros chicos del Orfanato D'angelo hicimos allí fueron divertidas. Cerré los ojos al entrar al edificio marrón que conocí como mi hogar desde que nací. Cerré mis ojos al ver a más personas enterradas en piedra; parecía que fue ayer que las vi con vida por las calles. Al cerrar mis ojos vi el Monte Vesubio antes de que hiciera erupción y destruyera los muros de la vida y la ciudad que muchos amaban con nubes que la rodearon de oscuridad... En algún punto de la visita, caí de rodillas llorando en silencio. Marcus se arrodilló a mi lado y me abrazó. "Shhh... llora. Te hará bien". Lloré en su hombro durante varios minutos. "¿Mejor?". Me preguntó mientras secaba mis lágrimas. "Sí". Dije con un asentimiento; él sonrió... El proyecto finalizó después de 2 meses de que despertara. Ese día conocí a los presidentes de Italia, China, Estados Unidos, Francia, Australia, Colombia, Perú, Argentina y Alemania. Todos los científicos me dieron regalos y se despidieron con un abrazo prometiéndome que mantendrían el contacto.
No vi a Marcus en todo el día y creí que se había ido sin despedirse. Eso me puso triste. Pero, afortunadamente me había equivocado. Cuando llegó a la fiesta me dijo que se tardó al ir a buscar a su esposa e hijo. La familia de Marcus fue muy amable; su esposa María me saludó con una sonrisa amable y su hijo Gael de 5 años me miró con admiración, como si fuera su hermano mayor... Cuando creí que las sorpresas terminarían, me equivoqué al ver a Marcus tomar un micrófono y luego preguntarme si quería ser su hijo. Pensé que me llevarían a un orfanato, pero no. "Marcus estaba ofreciéndome un hogar y una familia". No podía más feliz al decir. "Sí" ... Un año después, mi familia y yo viajamos a Pompeya para reunirnos con los demás científicos del proyecto que me dio una nueva oportunidad de vivir y de ser feliz.
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"Por cierto, me cambiaron de nombre".
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"Mi nombre ahora es: Thomas Rey Smith. Y mi apodo es: Pompeii".
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OC: Thomas Rey Smith; Pompeii
Bajista Bondi: En la canción hay muchas partes que coinciden con la historia. Gracias por su paciencia. Los adoro... hasta la próxima.
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