Eres mío
Pareja: LawLight
Resumen: Light estaba por casarse, pero Elle no podía permitirlo.
Aclaraciones adicionales: Primero - Como ya saben,las terminaciones de algunas palabras les cambiaré la A por la O. Segundo - el asunto está medio tóxico, no apruebo tal acto en la vida real xD, pero aquí a quién engaño, a mí me gusta el drama.
oooooooooo
Ya me han informado que tu novio es un insípido aburrido
Tú que eres fogata y él tan frío
—¿Estás seguro de esto, Light? —Misa abrió los ojos de par en par, viendo de un lado a otro los montones de revistas y recortes desperdigados en la cama. Imágenes con mesas con diferentes manteles y formas, centros de mesa llamativos y unos más modestos, referencia decorativa para espacios abiertos y pasteles de diferentes tamaños.
—Hideki dijo que consiguiera a la mejor planeadora de bodas para que no me preocupara de nada, pero ya sabes cómo soy —más que lucir emocionado, la forma en la que inhalaba el aire de vez en cuando le daba un aura de angustia—. Quiero mostrarle con imágenes exactamente lo que quiero y como lo quiero para que todo salga perfecto.
—No me refería a eso, Light —negó con la cabeza, volteando hacia él para tomarlo de las manos—. Yo sé que yo los presenté porque te vi muy mal luego de que tú y Elle terminaron...
—A ese no me lo menciones. —interrumpió, alejándose de ella para caminar hacia la cama y tomar una de las imágenes—. Mira estos centros de mesa, quiero unos así pero con flores naturales, ¿qué te parece?
Misa suspiró. —Light... ustedes no tienen mucho de haber terminado, ¿y ahora resulta que te vas a casar? ¿Estás seguro de lo que estás haciendo?
El aludido puso los ojos en blanco, sin embargo se permitió pensar detenidamente sus siguientes palabras.
—Si quieres que sea sincero, sí, acepté su propuesta en un impulso, me deje llevar, pero no voy a echarme para atrás ahora, el compromiso está publicado en todas partes, ¿qué diría la gente si...
—La gente es lo menos —respondió acercándose a él para ponerle una mano en el hombro—, no puedes casarte solo por el que dirán.
—Dije que acepté en un impulso pero no que me arrepienta —se alejó de ella y comenzó a caminar por toda la amplia habitación, la cual estaba vestida de pequeños detalles lujosos donde sea que vieras—. Solo mira dónde estoy, Hideki puede darme lo que realmente merezco.
—¿Entonces, te casas por dinero? —Enarcó una ceja consternada mientras veía la espalda de su amigo.
—No. —respondió sin un ápice de duda mientras daba media vuelta—. Si bien no crecí con lujos, tuve una vida muy cómoda. El dinero no es algo que me deslumbre. Pero la seguridad sí —prosiguió, caminando lentamente hacia ella y viéndola a los ojos—, y eso es algo que Elle Lawliet jamás pudo darme.
Misa se quedó inerte, aún así se atrevió a preguntar: —¿Lo amas?
Light tragó saliva y por su cabeza cruzó un fugaz «¿A quién? ¿A Elle o a Hideki?»
—Pensé que habías venido a ayudarme con los preparativos. —Logró responder antes de desviar la mirada hacia las revistas en la cama.
La chica suspiró, preguntándose si había hecho bien en presentarlos, porque honestamente dudaba que tanto su amigo como su compañero de trabajo, Hideki, estuvieran a punto de casarse por los motivos correctos.
Dicen que un clavo saca un clavo pero eso es sólo rima
No existe una herramienta que saque mi amor
Al ser viernes, el bar estaba repleto, lo que provocaba que en el lugar hubiera bullicio. Sin embargo, la música era bastante suave y permitía llevar una plática fluida sin problemas, cosa que Mello no sabía si agradecer o aborrecer. ¿Era peor hacer un esfuerzo sobrehumano para llevar una charla con tu amigo o escucharlo perfectamente pero que solo estuviera diciendo tonterías?
—Dijiste que solo veníamos por un trago, Elle. —Le recordó Mello al verlo levantar el codo para vaciar el contenido del vaso en un solo sorbo, el tercero en lo que iba de la noche.
—Ya que más da... —Se encogió de hombros. Lucía desaliñado y más ojeroso que de costumbre. Si bien siempre había sido alguien nocturno, apenas y había dormido desde que el compromiso del estúpido del tal Hideki y Light se anunció por todos los medios.
—Decidí acompañarte porque sé lo difícil que debe de ser para ti... —se cruzó de brazos, no pensaba beber nada, alguno de los dos debía mantenerse sobrio— Pero Elle...
—¡No puede casarse, Mello! —Farfulló, golpeando la mesa con los puños.
El aludido suspiró, había olvidado la cantidad de veces que habían tenido esa conversación.
—Lo de ustedes terminó, Lawliet. —Procuró articular cada palabra, esperando que el mensaje calara.
—¡Sí! ¡Hace dos meses apenas! ¿¡Cómo me vas a decir que se va a casar con otro cuando hace dos meses juraba amarme solo a mí!? —Lloriqueó, por lo que tuvo que tallarse los ojos con los puños, acto seguido levantó una mano pidiendo que le llevaran otro trago.
Mello puso los ojos en blanco y esperó a que el camarero llegara para darle ese tiempo a Elle de desahogarse si lo necesitaba. Si bien les había llamado a los tres, al final Mello decidió ser quien lo acompañara. Tal vez no era la persona más paciente y amable del mundo, pero era preferible su honestidad antes que la de Near que rayaba en la apatía o la de Matt que rozaba el desinterés.
—Ustedes han terminado y vuelto muchas veces durante años, ¿esta vez por qué fue?
Elle tensó la mandíbula y dio otro sorbo a su trago.
—Por el tema de vivir juntos. —Dijo sin dar más contexto, como si fuera algo que todos ya sabían.
El rubio asintió despacio. Luego de tantos años de relación los conocía a ambos. Sabía que su amigo era un alma más libre mientras que Light aspiraba a algo estable.
—Entiendo, ¿él sentía que no estabas comprometido?
—Aja.
—¿Y lo estabas?
—¡Por supuesto! —respondió de inmediato, frunciendo el ceño— A mi manera y tú lo sabes. Pero ese es el problema— empuñó la mano alrededor del vaso—, que Light quiere que las cosas se hagan cuando él quiere y como él quiere.
—Mira, Elle, yo no puedo decirte si Light pide demasiado o si tú das muy poco, ¿ahora mismo eso qué más da? Mañana se casa, significa que él decidió seguir con su vida y tú deberías hacer lo mismo.
—¡Que no! —dio otro golpe a puño cerrado sobre la mesa— ¡Light me ama a mí! ¡No puede casarse con otro!
—Elle... —lo llamó soltando un suspiro cansino.
—Light es mío, Mello —murmuró entre dientes y frunciendo el ceño—. Solo mío.
No te asombres si una noche
Entro a tu cuarto y nuevamente te hago mío
Light bajó con gracias los escalones de madera, sus dedos índice y medio rozando el pasamanos. Llevaba solo una bata de seda, nada por debajo, dicho detalle lo hizo sonrojarse solo de recordarlo. Estaba nervioso, mañana a esas horas ya sería un hombre casado y eso le provocaba un revoltijo en la panza, no sabía si bueno o malo pero prefirió aferrarse a la idea que era algo normal, parte de los nervios debido al compromiso.
Se le ocurrió sorprender a su futuro esposo, primero una cena y luego intentaría seducirlo, cuando Hideki se atreviera a ir bajo la bata no encontraría impedimentos para hacer lo que él quisiera. Pese a que el matrimonio se fuera a llevar hasta el día siguiente, ellos ya vivían juntos desde hace unas semanas y por ende habían tenido intimidad en más de una ocasión. Eso no significaba que no hubieran planeado una luna de miel y una noche de bodas como cualquier pareja, pero él sentía la necesidad de que ocurriera algo entre ellos esa misma noche. En su cabeza parecía una buena idea para agregar cierta chispa a su relación. Quizá para tomar fuerza por lo que estaba a punto de hacer.
Sin embargo, pronto sería medianoche y el último mensaje de Hikedi había sido hace cuatro horas. Se dejó caer en el mullido sofá color crema de la sala y tomó el celular que había dejado en la mesita de al lado. Suspiró mientras buscaba entre los contactos a su prometido y le enviaba un mensaje.
«¿No piensas venir a dormir hoy?»
Enviado.
Escribiendo...
«Bebé, las filmaciones se alargaron y creo que terminaremos hasta la madrugada. ¿Por qué no tratas de descansar? Dile a Julia que te prepare la tina, mañana es nuestro gran día y quiero que te veas más hermoso que de costumbre»
Light puso los ojos en blanco y dejó el celular a un lado. Sabía que si le llamaba no le iba a contestar porque no lo había hecho las veces anteriores que intentó, y dudaba que fuera por estar trabajando. Su sexto sentido le decía que al final sus amigos le habían organizado alguna despedida de soltero pese a que los dos habían acordado de no celebrar algo así.
Había dicho que sí a la propuesta por impulso, pero eso no significaba que no había disfrutado hacer los preparativos y la idea de un esposo le emocionaba de alguna manera. Sin embargo, no era está la vida que quería, no había dejado a Elle para vivir con un hombre que también lo hiciera sentir inseguro. En todo caso, ¿qué hacía pensando en Elle Lawliet en ese momento?
—¿Por qué, Elle...? —murmuró mientras se apoyó contra el respaldar y se cubrió los ojos con el antebrazo. Aún lo amaba, no podía negarlo, pero ¿por qué las cosas con él parecían nunca funcionar?
De pronto el timbre sonando incesantemente lo hizo salir de sus cavilaciones de un respingo. Se puso de pie y caminó hacia la puerta, a la par de la cual había una pantalla que con solo presionar un botón podía encenderla para ver quién estaba en el portón.
Soltó un jadeo y casi se le salen los ojos al ver a Elle con el dedo en el timbre y aporreando el portón con la otra mano.
—¡Maldito Hideki, abre la puerta! —Gritaba, parecía lanzar una amenaza con esa mirada.
—¿Joven Yagami? ¿Qué sucede? —una de las empleadas apareció de la nada, luciendo alterada. El aludido dio un respingo por el susto y rápido quitó el dedo del botón para apagar la pantalla.
—Si, Julia, todo bien. Parece que solo es un indigente o algo así. —Respondió mostrándose sereno.
Sin embargo la mujer jadeó, cubriéndose los labios.
—¡Dios mío! ¿Quiere que llame a la policía?
—¡No! —se apresuró a responder, una reacción sospechosa— No, Julia, ¿cómo se te ocurre? Parece inofensivo. ¿Por qué no vas a asegurar las puertas traseras y yo me encargo aquí?
La aludida se quedó inerte, no muy segura, solo fue necesario que Light alzara una ceja viéndola a los ojos para que se moviera de inmediato.
Se aseguró de que se hubiera alejado lo suficiente antes de ajustarse la bata y salir.
—¿¡Qué diablos haces aquí, Elle Lawliet!?
—No te preocupes que no vengo por ti —respondió muy seguro mientras lo vió caminando hacia él. Joder, como amaba la gracia de su andar—. Vine a hablar con tu futuro esposo.
—Con mi... —se detuvo al percibir cierto aroma, por lo que olisqueó el aire para asegurarse— ¿¡Estás ebrio!?
—¿¡A ti qué más te da!? —apartó la mirada y comenzó a intentar trepar el portón como si fuera un mono— ¡Hideki!
—¡Bájate de ahí! —se apresuró hacia él y extendió los brazos para tomarlo del pantalón y jalarlo hacia abajo— ¿¡Qué pretendes!?
—¡Elle! —tanto Light como el aludido voltearon al escuchar una tercera voz. Mello había salido del auto tras aparcarlo estrepitosamente y corrió hacia ellos— Me hiciste ir a la farmacia para distraerme, ¿verdad? —Lo tomó de la cintura, también jalándolo hacia el suelo.
—Sí, por favor, Mello, ¡llévatelo! —Pidió Light lleno de angustia.
El rubio le dedicó una mirada llena d coraje, sin embargo no le respondió. Si se llevaba a su amigo sería por el bien de SU amigo, no por él.
—¡No me iré de aquí! —Pese a que lograron bajarlo, se aferró a los barrotes— ¡Y puedo gritar toda la noche para llamar la atención de todos tus vecinos si quieres!
—Elle, no hagas este ridículo. Vámonos. —Insistió Mihael, aún jalandolo de la cintura. No obstante, aunque delgado y borracho, Elle tenía fuerzas y estaba agarrado como una garrapata.
—¿Joven? ¿Está todo bien? —la preocupada y suave voz de Julia interrumpió el alboroto, quien apenas había asomado la cabeza por la puerta.
Light volteó hacia ella, estaba pálido, todo se le estaba complicando.
—Sí, Julia, todo bien. Por favor, regresa adentro —pudo responder manteniendo su temple pese a que por dentro estaba temblando.
Sin embargo, esta vez la mujer no acató su orden. —¿Está seguro? ¿No desea que le llame al señor Ryuga?
—¡Si! —se apresuró a responder Elle.
—¡No! —Gritó Light alarmado.
—Lawliet... —murmuró Mello, frunciendo el ceño mientras hacía otro intento de que se soltara.
A Light le quedó claro que Julia no se despegaría de la puerta, por lo que se giró hacia ellos al borde del colapso y no le quedó más remedio que comenzar a suplicar:
—Por favor, Elle, si quieres hablar, hablemos pero no aquí.
—No pienso irme. —rebatió de inmediato.
—Y está bien —continuó entre dientes, procurando mantener la conversación solo entre ellos—. Ve a la parte trasera de la casa y yo... —vio hacia todos lados, nervioso. Si Hideki llegaba en ese momento no sabía que podía pasar—... Yo iré en unos minutos, para que hablemos.
El contrario entrecerró los ojos, tentado por la propuesta pero dudando de sus palabras.
—No te creo.
—¡Por favor, Elle! ¿¡Tú crees que estoy en posición de mentirte en este momento?!
De nuevo hubo unos segundos de silencio.
—Está bien. Pero si no cumples te juro que me plantaré aquí toda la noche aunque tus vecinos se quejen.
Light asintió frenético, haciendo un movimiento con la mano como pidiéndoles que se marcharan. Solo pudo respirar hasta que los vio dar media vuelta, y de la misma forma él también giró de vuelta a la casa.
—¿Todo bien, joven? —preguntó cuando el castaño pasó al lado de ella.
—Te dije que todo estaba bien, Julia. Recuerda que Hideki tiene muchos fans y solo era un hombre borracho que quería un autógrafo —no sabía en qué momento se le ocurrió esa mentira, pero a la mujer pareció hacerle mucho sentido—. Como te dije, ya me hice cargo. Ahora hay que apagar todo e irnos a dormir que ya es noche, ¿no te parece?
—Sí, joven. —respondió de prisa, asintiendo con la cabeza.
oooooooo
Light se paseó por los pasillos de la casa, si se encontraba a alguien diría que iba por agua, pero solo lo hacía para cerciorarse que no había nadie por ahí rondando. Aún llevaba solo la bata puesta, no tenía cabeza para pensar en cambiarse. Pese a que ya no veía a la mucama por ninguna parte, aún existía la posibilidad de que Hideki llegara en cualquier momento. Por esta vez, prefería que se tardara hasta que lograra solucionar todo, aunque eso signifique que después se sienta inseguro sobre donde estuvo a tan altas horas de la noche el día previo a su matrimonio.
Caminó hacia el estudio, la ventana de ahí daba una perfecta visión al patio trasero y tras correr la cortina vio a Elle, viendo hacia la casa desde atrás de las barras.
Light suspiró, pero no quiso esperar más tiempo. Conocía a Elle luego de tantos años de relación, sus virtudes pero mucho más sus defectos, y lo creía capaz de cumplir la amenaza que le soltó minutos atrás.
Bajó los escalones con cautela y con las luces apagadas cruzó toda la casa. Abrió con cuidado la puerta de la cocina que llevaba hacia el patio trasero, no sin antes desactivar las alarmas.
—Te dije que vendría. —susurró con un gesto de pocos amigos pero aún con ese deje de preocupación en él. Comenzó a abrir la puerta del patio para dejarlos pasar al jardín, si los dejaba ellos en la calle y él adentro era mucho más probable que alguien los viera—. Pasen.
Ambos entraron, sin embargo Elle se detuvo y volteó hacia su amigo. —No te ofendas, Mello, pero me gustaría hablar a solas con Light.
—Ni creas que me quedaré en el auto esperándote como idiota. —Se cruzó de brazos y Lawliet solo encogió los hombros.
—No hay problema, yo pido un taxi.
—Ni creas que...
—¡Por favor! —interrumpió Light entre dientes, viendo hacia todos lados— Mello, déjame hablar a solas con él —pidió no porque quisiera, sino porque estaba desesperado—. Te prometo que yo le pediré un taxi y me aseguraré de que se suba en él.
El rubio no parecía muy convencido. Sin embargo, la realidad era que Elle ya no era un niño, había intentado apoyarlo pero tampoco podía hacer más por él.
—Está bien —murmuró tras unos segundos—. Por favor, mándame un mensaje tan pronto lo veas subirse al taxi. Es lo único que te pido, Yagami.
El aludido asintió agitado mientras veía cada dos segundos hacia atrás, específicamente hacia las ventanas de la casa para asegurarse de que no hubiera nadie viendo.
Tan pronto Mihael se marchó, Light tomó del brazo a Elle y lo jaló con él. En el jardín había una zona oculta entre algunos arbustos, con una banca pegada a la pared y una mecedora. Era donde a Hideki le gustaba ir cuando no quería que nadie lo encontrara, y era justo lo que él quería en ese momento.
—Ahora sí —lo empujó contra la pared con más fuerza de la necesaria porque estaba frustrado— ¿Qué se te ofrece?
—Ya te lo dije —no le importó el golpe, mantuvo su temple—. Hablar con tu marido, y que me digas en su cara que ya no me amas.
—¿Hablar con...? ¿Qué? —abrió los ojos de par en par, al segundo siguiente soltó una risilla— Eres increíble, pero como sea, Hideki no está. Así que puedes marcharte. —Intentó hacerse a un lado para hacerlo pasar, sin embargo fue tomado de la cintura sorpresivamente y vuelto a su lugar, mucho más cerca que antes, sus pelvis rozando— ¡Oye! ¿Qué...
—Entonces tú mírame a los ojos y dime que ya no me amas. —Lo retó, sosteniendole la mirada y hundiendo los dedos en las caderas del otro.
Light se quedó inerte, su obstinación descendiendo estrepitosamente. Podía sentir el olor al alcohol pero también el aroma de su perfume, su calor. Su corazón se aceleró.
—Elle, este no es momento para tus tonterías... —Dijo, con mucha menos firmeza que antes.
El pelinegro sonrió de lado. Era la adrenalina lo que lo hacía continuar, ya no estaba bajo efectos del alcohol, o no tanto. Veía con claridad, y lo que tenía entre sus manos era a su Light, su Light sonrojado y nervioso por él.
—Tu cuerpo me confirma que es a mí a quien amas, de otra forma ya te hubieras apartado.
Light abrió los ojos por completo, y con notable ofensa se empujó sin mucho cuidado golpeándolo en el pecho para separarse.
—¡Eres un imbécil!
Elle lo soltó de la cintura para permitirle alejarse, pero solo lo hizo para en un movimiento rápido volverlo a tomar y esta vez cambiar posiciones, dejando a Light contra la pared.
—¿Quién es el imbécil que se piensa casar con otro? —lo tomó del rostro, presionandole las mejillas con los dedos— ¿Por qué no admites que aún me amas?
Se miraron a los ojos, Light llevó las manos al antebrazo del otro en un intento de que lo soltara, sin éxito.
—Tú sabes que te amo... —confesó al borde del colapso, podría ser por los nervios de la situación o porque cada vez dudaba más de la decisión que había tomado.
A Elle esas palabras le bastaron para aflojar su agarre y soltarlo del rostro.
—¿Y entonces... —intentó formular la pregunta lógica que le dictaba su cabeza: «¿por qué no estamos juntos?», sin embargo fue interrumpido.
—¿De qué me ha servido amarte, Elle? —soltó con los ojos llorosos, viéndolo con rabia— Tú sabes que yo no soy de amigos con derecho ni relaciones a medias. Yo quiero algo serio y estable con alguien.
—¿Te vas a casar con otro solo porque dudé en si era buena idea que viviéramos juntos?
—Tal vez para ti sea una tontería —respondió con dificultad al tener el peso del cuerpo del otro contraminandolo contra la pared—, pero para mí hubiera significado que todos estos años no han sido en vano, que...
Antes de poder terminar, sus labios fueron sellados con un beso, y la poca fuerza de voluntad que aún le quedaba descendió hasta el suelo.
—¿Tan difícil es entender que yo te amo? —Elle jadeó entre beso y beso, tomándolo con más fuerza de las cinturas y pegándose como si quisiera fundirse con él — No voy a dejar que te cases con otro. Tú eres mío, Light.
Volvió a besarlo, esta vez con más hambre y a Light se le debilitaron las piernas. No sabía que tenía Elle que siempre le creía cada palabra, cuando le decía que lo amaba, que todo sería diferente, así como también era débil ante sus besos.
El pelinegro sintió los brazos del otro rodeandole el cuello y eso le dio la pauta de ir más allá. Con un par de dedos jaló el cinturón de la bata y ésta se abrió, permitiéndole acceso a sus curiosos y ansiosos dedos. Sin embargo, Elle se separó con los ojos muy abiertos al momento que sus falanges tocaron la piel completamente desnuda. Una idea pasó por su mente, y entonces sonrió de lado.
—¿Acaso estabas esperándome?
—¡Po-Por supuesto que no! —Tartamudeó sonrojado.
—Pues yo creo que sí —sostuvo esa sonrisa pícara antes de ocultar el rostro en el cuello del otro, donde pasó la lengua hasta el mentón—. Y más te vale que así sea porque no soportaré la idea que me digas que era por tu maridito que estabas así. —Mordió lleno de celos y Light chilló.
—¡Elle! —lo separó de él al empujarlo de los hombros— ¿¡Que se supone que haces!? ¡No me muerdas! ¡Me vas a dejar marcas! —Se llevó la mano al cuello, sintiendo punzadas en la zona.
—Exacto. —Respondió como si nada, con una sonrisa divertida.
Antes de que Light pudiera refutar tal actitud tan exasperante, sus labios volvieron a ser sellados, y su cuerpo conoció un nivel nuevo de subordinación cuando las manos de Lawliet tomaron y magrearon los cachetes desnudos de sus glúteos con posesión.
La temperatura fue ascendiendo al punto que los dos jadeaban en busca de aire entre beso y beso, las manos de ambos palpando ansiosas.
De pronto Elle detuvo el encuentro entre sus labios y como si nada situó tres dedos frente a Light.
—Abre la boca —ordenó respirando agitado.
—¿Qué...? —el pecho de Light también subía y bajaba pero su mente no terminaba de procesar la petición.
—No tenemos lubricante, ¿o sí? Así que más te vale dejarlos bien húmedos.
—¿¡Estás loco!? —abrió los ojos de par en par— Tampoco tenemos condones, no vamos a hacerlo así. —Ni siquiera se le pasó por la cabeza que él era un hombre comprometido y que estaba en la víspera de su matrimonio.
—Por esta vez puedo hacer la excepción —sonrió, acercando los dedos a los labios del otro—. Así quedas marcado como mío desde adentro luego de que eyacule en ti.
—¿Po-Por qué... tienes que hablar así? —tartamudeó con las mejillas calientes, su corazón latiendo con fuerza.
—Porque no hay nadie que te conozca mejor que yo y sé que te encanta —sin pedir permiso metió una mano dentro de la bata y con seguridad lo tomó del pene, sonsacandole un jadeo—. Estás duro, mi amor.
Elle volvió a acercar los dedos, y aunque de forma tímida, Light entreabrió los labios.
Para el pelinegro fue excitante verlo sorber, lamer y pasar la lengua entre sus dedos, pero estaba demasiado caliente como para esperar tanto, por lo que pronto los sacó de esa cavidad y sin perder tiempo los hundió entre las piernas del contrario, buscando su agujerito.
—¡Ay! —Light soltó un pequeño grito cuando fue penetrado sin mucha delicadeza— ¡No seas tan brusco! —Podía ser que la posición también dificultaba las cosas, por lo que intentó girarse, sin embargo Elle lo sostuvo del hombro y lo mantuvo pegado contra la pared, quería verlo a la cara.
Volvió a besarlo mientras sus dedos expertos seguían trabajando esa entrada. Su intención solo era relajar los músculos, no buscar su próstata, para eso usaría su verga.
Elle se desabrochó los pantalones con una mano, éstos cayeron, y de un momento a otro se encorvó para pasar los brazos por detrás de las rodillas de Light y alzarlo sin previo aviso. El castaño soltó un jadeo ante el sorpresivo movimiento, no le quedó más que rodear el cuello de Elle con los brazos para no caer. Había quedado como una V bastante apretada, sus rodillas casi tocándole el pecho. En esa posición su agujero quedaba totalmente expuesto.
—Elle... —balbuceó, recordando de pronto que estaban en el jardín de su futuro esposo, expuestos a que alguien los encontrara— No creo que...
Sin dejarlo terminar, el aludido le cubrió la boca con una mano para ahogar su grito, porque de una sola estocada lo atravesó con la mitad de su miembro.
Light apretó los dientes y echó la cabeza hacia atrás mientras se removía, pero así en el aire como estaba no pudo hacer nada. Elle le dio unos segundos, a que su cuerpo se acostumbrara a la intromisión antes de continuar.
—Perdón —le susurró al oído, lamiéndole la oreja y cuello—, eso fue por haberte comprometido con otro —si bien la primera mitad la introdujo de manera brusca, lo que faltaba lo hizo despacio, tomándose su tiempo hasta que sus testículos chocaron con los redondos glúteos— ¿Sabes? —se quedó quieto, permitiendo que esa cavidad masajeara por completo su pene al contraerse— Ya te perdoné que me hayas dejado, y más por un imbécil, pero me encargaré de recordarte a quien perteneces para que luego de esto podamos seguir como siempre.
Light gimoteó cuando la verga de Elle comenzó a salir de su interior para volver a penetrarlo, antes de comenzar un rítmico vaivén pausado. Él estaba erecto, su pene estaba demasiado húmedo y le costaba contener los gemidos.
Las palabras de Elle le sonaban llenas de toxicidad, algo insano, entonces ¿por qué estaba gimiendo, erecto y aferrándose a su cuello como si su vida dependiera de ello?
La verga de Elle lo hacía sentir tan lleno y abierto, pero se sentía bien, pese al dolor inicial, en ese momento se sentía taaan bien que su mente se quedaba en blanco por momentos. ¿Por qué con Hideki no se sentía así?
El vaivén incrementó la velocidad, provocando que parte de las nalgas de Light se pusieran rojas por el constante golpeteo de los testículos del otro. Si la casa no fuera tan grande, hubiera sido muy difícil que alguien no escuchara algo, los choques entre sus cuerpos sudados y sus jadeos sonaban como los de dos animales en celo.
Elle volvió a hundir el rostro en el cuello de Light, esta vez succionando con ganas y arañandolo con los dientes, el otro en lugar de quejarse, tan solo echó la cabeza hacia un lado para darle libre acceso, prueba de que ya no estaba pensando con claridad.
—E-Elle... —lloriqueó, sus piernas y pene temblando de repente.
El aludido sabía lo que eso significaba, Light estaba por acabar. Sin embargo, y en un acto cruel, sacó su pene casi por completo, dejando adentro nada más el glande para no rozarle la próstata y así sin más se detuvo. Light jadeó y abrió los ojos de par en par.
—¿¡Elle...!? —se mordió los labios y con mucha dificultad intentó moverse solo para lograr el ansiado orgasmo, pero al estar en esa forma de V y en el aire le era difícil, tenía las piernas entumecidas por la posición y los brazos cansados— Por favor...
—Primero dime qué no te vas a casar con otro.
—¿Qué...?
—Dime que es a mí a quien amas. —Concluyó, viéndolo a los ojos.
Light tenía la mente nublada como para pensar con claridad, en ese momento lo único que su cuerpo le pedía era que siguiera, por lo que comenzó a asentir con frenesí ante las palabras de Elle.
—¡Sí, sí! ¿¡Cómo crees que me voy a casar con otro cuando yo te amo a ti!? —controlado por el éxtasis y aún rodeándolo del cuello, acortó la distancia y le poseyó los labios, fundiéndose en un beso necesitado.
Elle retomó las penetraciones, dando estocadas certeras que hicieron temblar y gimotear al otro.
—Di que eres mío. —Ordenó entre jadeos, a punto de explotar en ese agujerito.
—¡Soy tuyo! ¡Soy tuyo! —contestó con la voz floja como un autómata— Soy solo tuyo... —agregó una vez más, las lágrimas se le acumularon en el rabillo de los ojos debido al delirio.
El primero en correrse fue Light, su semen manchó el pecho de ambos y sus brazos cayeron lánguidos hacia los lados, por lo que Elle tuvo que empujarlo más contra la pared para que no cayera mientras él daba las últimas estocadas, terminando en lo más profundo de él, marcándolo con su esencia como le había dicho.
Bien conoces mis errores
El egoísmo de de ser dueño de tu vida
Eres mío, mío, mío, mío
Light se quedó de pie frente al espejo del baño, su aspecto físico no era el mejor, apenas y había dormido. Se veía mal pero se sentía mucho peor, como si el ardor en su ano no fuera un terrible recordatorio de lo que hizo, las imágenes guardadas tan vívidamente en su memoria lo llenaban de culpa.
Se llevó las manos al pecho y con mucho miedo se dispuso a abrir un poco la bata de seda, no la misma de hace unas horas, esa la dejó en la ropa sucia. Sin embargo, en ese instante la puerta del baño se abrió y por acto reflejo dejó de hacer lo que hacía y hasta se cubrió mejor la zona con la tela.
—Buenos días, bebé. —Hideki se acercó con una gran sonrisa y lo abrazó por detrás, colocando el mentón en el hombro del otro— ¿Listo para nuestro gran día?
—No estabas en la cama cuando desperté. —No sabía de dónde le había salido ese reclamo, ¿con qué cara podía reclamar él algo así?
Hideki sonrió y le besó el hombro. —Ayer que vine, subí al cuarto pero te vi dormido, y tuve miedo de despertarte así que preferí dormir en la habitación de huéspedes.
Light sabía que eso era mentira, porque él ni siquiera estuvo en el cuarto al inicio de la madrugada, y cuando sí estuvo, no pudo pegar un ojo en toda la noche. Pero decirle que sabía que mentía, era igual a dejarse en evidencia a sí mismo.
—Estaba cansado. —Respondió, siguiendo el hilo que llevaba la conversación antes que sus pensamientos se desviaran.
—Me imagino que sí —lo abrazó con más fuerzas, teniendo Light que contener una mueca de dolor, eso de que lo hayan cogido contra una pared rústica, en el aire y con el cuerpo flexionado como si fuera un acróbata le estaba pasando facturas—. ¿Estás seguro que no prefieres ir al hotel a arreglarte?
—No, prefiero hacerlo aquí. —Meneó la cabeza, dedicándole una sonrisa a través del espejo.
—Bueno, yo sí iré al hotel y me adelantaré al local —se separó de él—. Los paparazzis ya estarán ahí y no quisiera hacerlos esperar.
—Esta bien.
—Te veo allá —sonrió—. Ponte guapo para mí —le soltó una nalgada que lo hizo dar un respingo—. No te quito más tu tiempo porque veo que tendrás trabajo con esas ojeras, eh. —Dijo a manera de chiste, el otro fingió una sonrisa.
Una vez solo, Light caminó hasta la puerta para trabarla con llave y luego regresó al espejo para continuar con lo que estaba haciendo. Se abrió la bata y al verse el pecho, tragó saliva.
Las ojeras no eran lo único que tenía que cubrir. Tenía el cuello y el pecho lleno de chupetones y mordeduras, Elle jamás lo había dejado así, se notaba que habían sido hechas con saña, por marcarlo, tal y como le dijo, que si Hideki lo veía supiera de inmediato de que había estado con otro.
Se mordió los labios lleno de pánico. La idea de seguir con la boda continuaba en pie, él no quería ser la comidilla de las redes sociales al no aparecer en el lugar, pero ¿cómo iba a cubrir eso? El maquillaje podría disimularlo bien pero no duraría todo el día y el roce de la ropa lo iría desgastando, ¿qué iba a hacer cuando en la noche Hideki le quitara el traje?
Quería convencerse que la decisión que estaba tomando era la correcta. Pese a que no se sentía cómodo con que Hideki no hubiera llegado a dormir justo la noche antes a la boda, él tampoco se había portado bien. Quizá podían hacer borrón y cuenta nueva, quizá todo mejoraría una vez estuvieran casados. Porque aunque le dijo a Elle que aún lo amaba, por algún motivo las cosas con él nunca funcionaban y él ya estaba cansado de eso.
Si tú te casas, el día de tu boda le digo a tu esposo con risas
Que solo es prestado el hombre que ama
Porque sigues siendo mío
Mello se mantuvo firme con los brazos extendidos hacia los lados, obstruyendo el paso.
—Elle, ayer estabas ebrio —lo vio directo a los ojos, frunciendo el ceño—, hoy ya no, ¡evitate y evitanos está vergüenza!
—Mello, hablo en serio, apártate de la puerta. —No podía creer que estuviera prisionero en su propio apartamento.
—¿Por qué?
—Tú sabes por qué. No voy a dejar que Light se case.
Michael puso los ojos en blanco. —¡Por Dios, Elle, reacciona! ¡Ya eres un hombre adulto! ¡Con más pelos en los huevos que en la cabeza! ¿¡Cómo vas a hacer semejante estupidez!?
—¿¡Pues es problema mío, no!? —también alzó la voz, sin embargo al segundo siguiente retrocedió dos pasos y se apretó el puente de la nariz con los dedos. No quería discutir con él, estaba perdiendo tiempo valioso al hacerlo— Mira, Mello, sabes que te puedo apartar de la puerta de un golpe, pero no quiero hacerlo, lo único que te pido es que te quites.
—Lo sé —respondió sin inmutarse, sus ojos manteniéndose fieros—. No voy a dejar que salgas, pero si fallo, Matt está en la entrada del edificio y Near cerca del local. De alguna forma u otra te vamos a detener.
—Ustedes no entienden...
—No, el que no entiende eres tú —lo interrumpió —. No sé qué pasó ayer que me fui pero conociéndolos puedo darme una idea. Si estás tan seguro de ir a interrumpir su boda es porque te apuesto de que Light te dijo que te amaba, ¿o me equivoco? Pero si es así, ¿por qué no está acá? Se quedó en la casa de su futuro esposo, Elle, ¿eso no te dice algo?
—Mello...
—Déjame terminar —continuó, sin bajar los brazos en ningún momento—. No quiero que pienses que te estoy defendiendo, porque no, pero tampoco lo defiendo a él. Si te hace sentir mejor, apoyo que esa boda es un error por el poco tiempo que llevan y que lo hizo para joderte, pero fue su decisión, y quizá con esto puedan dar cierre de una vez a este capítulo tan extenso que tuvieron.
De pronto el timbre sonó, quedándose los dos inertes y abriendo paso a un incómodo silencio.
—Debe ser la pizza que ordené... —Murmuró Mello tras recordar ese detalle.
—Entonces voy a abrir —Elle hizo el gesto de estirar un brazo pero el otro de inmediato lo cubrió con el cuerpo— ¿es que acaso no puedo abrir la puerta de mi propio apartamento?
—Yo abro. —Fue lo único que dijo, girando despacio e intentando verlo en todo momento, atento a cualquier movimiento.
Sin embargo sus esperanzas y esfuerzos se fueron al suelo al encontrarse a un muchacho castaño portando un traje de un blanco inmaculado, respirando agitado y sudando, los ojos llorosos y el cabello despeinado.
—Light... —Susurró, sin saber qué sentir al verlo ahí de pie, intentando recuperar el aliento.
No obstante, pronunciar ese nombre fue suficiente para que fuera apartado de la puerta de forma poco delicada.
—¡Light! —Elle jadeó, sus ojos brillando llenos de ilusión. Pero lo que recibió a cambio fue una cachetada.
—¿¡Qué te hace creer que puedes aparecer en mi vida y poner todo de cabeza cuando se te da la gana!?
Lawliet se llevó una mano a la mejilla por acto reflejo, sin embargo pese al golpe, su sonrisa no desapareció.
—Lo sabía... —murmuró, apenas un susurro— No te casaste... no podías... —Fue lo único que su cerebro procesaba en ese momento.
Pero esas palabras fueron suficientes para que Light se quebrara un poco más.
—No... —gimoteó, tallándose los ojos— Y no sé si estoy cometiendo un error...
—No, no —Elle negó con la cabeza y actuando de inmediato lo tomó de las caderas para jalarlo hacia él— por supuesto que no, mi amor —le enmarcó el rostro con las manos, limpiándole las lágrimas con los pulgares antes de darle un beso delicado en los labios—. Tú no podías casarte con él porque tú y yo nos amamos. —Concluyó y volvió a besarlo, esta vez el beso fue más largo.
Mello se pasó la mano por la cara y suspiró.
—Estaré en la cocina. —Dijo, esperando que el par recordara su existencia pero ya se estaban comiendo las bocas como si quisieran tragarse.
Caminó hasta la cocina y cerró la puerta. Esperaba que esos dos hablaran, o más bien, se dijeran las estupideces que se tuvieran que decir y terminaran pronto.
Sin embargo, supo que no sería así cuando comenzó a escuchar que los besos sonaban más escandalosos, seguidos de jadeos.
—Genial... —Murmuró, haciéndose a la idea de que tendría que estar encerrado en la cocina quien sabía por cuánto tiempo.
Caminó por la habitación y se sacó el celular del bolsillo antes de apoyar los antebrazos en el mueble de la cocina, inclinándose hacia adelante mientras abría el chat grupal que tenía con Matt y Near.
«¿Adivinen qué? Parece que Elle y Light han vuelto a ser novios... otra vez»
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