CAPÍTULO XX.
Taemin se encontraba completamente exhausto. Él y Minho habían hecho el amor hasta la madrugada. Ahora, con la llegada del matrimonio Young, que estaba nuevamente en la casa vecina al faro, debían limitar sus encuentros a la noche para evitar ser escuchados o vistos. A Tae le daba cierta pena la idea de que pudieran oírles, así que esperaban hasta la noche para dar rienda suelta a sus deseos.
—¿Min, de verdad tienes que ir al pueblo? Estoy cansado y quiero que me des mimos todo el día.
—Sí, bebé, tengo que ir. Necesitamos víveres. Recuerdo que todavía quedaba comida, pero al preparar el desayuno hoy, noté que hacen falta cosas. El señor Jen va a llevarme en la camioneta. Felicy se queda, así que si necesitas algo, ve con ella.
—¿Me compras unas sombras para los ojos?
—¿Cuál?
—La que te guste.
—Ok. ¿Necesitas algo más?
—Mmm, sí. ¡Quiero un beso antes de que te vayas!
Minho se acercó a la cama y se agachó para darle un tierno beso a Tae. Fue rápido, pues el señor Jen estaba esperándolo.
—¡Vuelvo, bebé!
—Sí, Min. Con cuidado.
Minho dejó una charola con el desayuno de Taemin antes de irse. Taemin comió todo y luego se dio una ducha, que necesitaba especialmente después de tanto sexo. Se puso unos pantalones cortos y una camiseta, y no olvidó sus pulseras de tobillo, que siempre llevaba. Después, subió para tocar el piano un rato, esperando el regreso de Minho.
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Esa composición la había terminado recientemente; sería una sorpresa para Minho. Pero, en cuanto finalizó la interpretación, escuchó una voz que pensó no volvería a oír nunca más. Su piel se erizó y su estómago dolió.
—¿¡Vaya, así que este lugar te ha inspirado!?
Era él, no cabía la menor duda. Lay Zhang lo había encontrado. Pero Taemin no podía voltear, estaba aterrado. Ni siquiera le salía la voz.
—Eres un maleducado. Tanto tiempo sin vernos y no dices nada. En cambio, yo te he extrañado mucho.
Taemin hizo un gran esfuerzo para poder hablar. Necesitaba demostrarle que ya no le tenía miedo, aunque en realidad estaba a punto de orinarse en los pantalones.
—Yo... yo... —titubeó Taemin.
—YO... YO... —le imitó con sorna el tipo. —Sigues siendo un estúpido bueno para nada. Levántate y ven acá, ¿o quieres que vaya por ti?
—¡NOOO! —Taemin entendió que, si no se paraba de inmediato, Lay iría hasta él y lo lastimaría.
—Ya voy. —Taemin estaba mareado y sentía náuseas. El pánico se apoderó de él. Aun así, se levantó y se dirigió hacia Lay. Quedó a pocos centímetros del desgraciado, sin querer dar un paso en falso y enojar a su aún esposo.
Zhang lo tomó bruscamente del brazo y le recriminó con voz amenazante:
—¿Así que te sentiste muy hombrecito para acusarme ante las autoridades? Pues no lo eres; solo hay que mirarte para saber que nunca lo serás.
—¿Por... por qué me odias tanto?
—No comiences a gimotear como acostumbras. Tu actitud de inocente es lo que más me molesta. ¿Pero sabes algo? Llevo varios días escondido en la zona y te he estado observando. Te comportas como una verdadera zorra. Mientras vivías conmigo, te enseñé a ser decente. Pero ahora veo que te gusta ser tratado como alguien que vende su cuerpo.
—Deja de ofenderme. ¡Vete de una buena vez!
—No me voy a ir sin ti. Vas a venir conmigo, retirarás la demanda, dirás que te equivocaste y que todo lo que mencionaste fue por celos. Pero antes vas a ser complaciente y abrirás las piernas para mí. Quiero que gimas y grites mi nombre, así como lo has hecho con el idiota con quien fornicas. Te recuerdo que soy tu esposo y tu deber es obedecerme.
—¡NO... NO LO VOY A HACER, NUNCA MÁS! —gritó Taemin.
Una bofetada de ida y vuelta cruzó la cara de Taemin. "¡Plaf! ¡Plaf!" — ¡Claro que lo harás! Así tenga que matarte a golpes. —Un hilillo de sangre comenzó a escurrirle de las fosas nasales; las bofetadas habían sido fuertes.
Taemin se soltó del agarre de Lay, tratando de huir. Pero el tipo era muy astuto y rápido. Jaló a Taemin por su larga cabellera, haciéndolo caer de rodillas. Le levantó la cabeza y, con la otra mano, asestó otro golpe. Pero este nunca llegó a su fin. Otra mano de pronto apareció y agarró la muñeca de Lay. Era Minho.
—¡TE VOY A MATAR, HIJO DE PUTA! —Minho le dio un buen golpe con el puño cerrado; se escuchó cómo el hueso de la nariz se rompió... "¡Crack!" — Lay aulló de dolor. —¡AHHHHH!
—¡JAMÁS VUELVAS A TOCAR A TAEMIN! ¡ÉL YA TIENE QUIEN LO DEFIENDA DE TIPOS ASQUEROSOS COMO TÚ!
—¡Baja, Tae, y avisa a la policía! —Taemin obedeció de inmediato, algo confundido por los golpes en su cara, pero aún así logró ponerse en pie. No paró hasta llegar con el señor Jen, que estaba en su casa auxiliando a su esposa, quien se encontraba semiinconsciente. Zhang la había golpeado con un sartén en la cabeza. Lo hizo para evitar que ella se diera cuenta mientras se llevaba a Taemin. Pero Zhang no contaba con que Felicy despertó por unos segundos y logró avisar a su esposo sobre lo sucedido. Luego se desmayó nuevamente. Fue por eso que regresaron de inmediato; Minho intuyó de inmediato quién era el agresor, y no se equivocó.
La ayuda, tanto médica como policial, llegó por mar; era mucho más rápido así que por tierra. Minho golpeó a Zhang con fuerza y luego lo amarró a una base del piano. Aunque Zhang hubiera querido escapar, era imposible. Tenía varios huesos rotos.
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TIEMPO DESPUÉS.
La vida de Taemin cambió radicalmente. Durante el juicio contra Zhang, se encontraron varias acusaciones en su contra. Zhang siempre había sido un desgraciado abusador con sus parejas; a todas las había defraudado. Pero con quien realmente se ensañó fue con Taemin. Quiso desquitar su frustración sexual con él. Aunque siempre se declaró completamente heterosexual, sabía íntimamente que era bisexual. Le molestaba aceptarlo, especialmente debido a su condición machista con la que fue educado. Cuando se encontró con Taemin, se dio cuenta de que ese joven le despertaba emociones, por lo que decidió castrarlo químicamente sin que él se diera cuenta.
La prensa se volcó en el suceso y, como en todos los casos, había quienes estaban a favor y otros en contra. Los que estaban consternados decían que Zhang era un psicópata, y pedían la máxima pena posible. Los otros, aquellos que siempre juzgan sin detenerse a pensar en los sentimientos de la víctima, simplemente decían que Taemin se lo buscó por ser "raro", por ir en contra de las reglas de la sociedad. En fin, las opiniones se dividieron, pero finalmente la ley hizo justicia y Zhang fue deportado a China para cumplir su sentencia, que fue cadena perpetua. Su país no toleraba ningún tipo de crimen cometido por sus ciudadanos.
Antes de ser expulsado de Corea, Zhang tuvo que pedir públicamente perdón a Taemin, a la Universidad de las Artes de Seúl y al gremio de compositores por haber cometido plagio en innumerables ocasiones.
A Taemin le fue devuelta la casa donde vivió con Zhang, ya que fue comprada con el dinero de sus obras. También le dieron un departamento que había sido de su exesposo, donde vivía cuando lo conoció. Sin embargo, Taemin no se quedó con él; se lo otorgó a la hija de su exesposo, ya que Zhang lo había adquirido con el dinero que su exesposa le dio cuando huyó de China.
Minho, por su parte, recuperó parte de su fortuna, pues el par de traidores ya habían gastado gran parte de ella. No hubo mayores problemas, ya que llegaron a un acuerdo: Minho no pidió la para ellos la cárcel, a cambio de que le devolvieran todo lo que tenían. Y así fue.
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Taemin gemía de placer, su cuerpo de la cintura para arriba, estaba boca abajo sobre el piano, y sus piernas abiertas, apoyadas en el suelo, mientras que Minho estaba hincado frente a sus nalgas, dilatándolo con la lengua.
—¿Te gusta esto, chiquillo caliente?
—SABES QUE SIIIIÍ!.
—¿Quieres qué te diga algo Bebé?.
—¿Quééé?
—Tu trasero continúa siendo tan bonito como siempre.
Minho alineó su dura y goteante erección en la febril entrada. Luego de una sola, embistió a Temin, quien gritó lo más fuerte que pudo. La sensación que siempre le provocaba Minho cuando entraba en él, era simplemente extasiante.
Después de unos minutos de intensos golpeteos, todo era un bendito caos de fluidos y sonidos obscenos. Hasta que finalmente ambos alcanzaron la gloria.
Minho le susurró al oído. —Sigues siendo tan hermoso, como siempre, como el primer día, aún más. —Después deslizó las manos entre los muslos de Tae.
Aquel chiquillo le hacía hervir la sangre. Le hacía reír, le hacía pensar correctamente, le hacía ser apasionado. Veía el mundo atraves de él, y eso era fabuloso. Estaban sincronizados más allá de lo carnal. Ellos eran la otra mitad de cada uno.
Este era el momento de dar el siguiente paso en su relación. Minho ya lo tenía decidido, quería vivir un "Y FUERON FELICES PARA SIEMPRE".
CONTINUARÁ...
💫😍❤💫😍❤💫😍❤
Solo queda el final y el epílogo 😭
Habrá "CAMEO". Sí eres lectora nueva te recomiendo echarle un vistazo a mi fic de DJ Vön, para que puedas entenderlo 😄
Gracias por leer, comentar y votar.
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