CAPÍTULO XVIII.

 —¿Bebé?

—¿Qué sucede? ¿Por qué lloras?

Taemin apenas podía contenerse. Quería echarse a correr, pero sus pies parecían clavados en la arena.

—Yo... yo te escuché hablando con tu... ¿novia?

—¿Novia? —preguntó Minho, extrañado.

—Sí, novia, o lo que sea esa mujer. No quieras fingir que no sabes de qué hablo. Te escuché claramente rogándole desesperado por una cita: "Linda, no me abandones, te lo pido de rodillas" —Taemin imitó el tono, burlándose—. ¿Por qué me haces esto, Min? Dijiste que me amabas...

De repente, Minho se abalanzó sobre él, abrazándolo con fuerza.

—Bebé, estás equivocado. Linda no es mi novia. Ella es mi abogada, la que me ayudó con el divorcio. La cita que le pedí no tiene nada que ver con el amor, es para que vea lo de tu separación matrimonial. Ya te lo había dicho.

—Pero... pero... ¿por qué le dices Linda?

—Porque ese es su nombre. Se llama Linda Nakamura. Nació y estudió en Estados Unidos, pero se fue a Japón, donde ejerce. Es muy solicitada, por eso tengo que pedir cita con tiempo.

Taemin se cubrió el rostro con las manos, apenado.

—¡Oh, soy tan tonto! Debes pensar que soy un ridículo llorón...

—¡Nooo! ¿Sabes lo que realmente pienso?

—¿Qué? —contestó Taemin, haciendo un puchero.

—Que eres el ser más adorable que he conocido. Te amo, Lee Tóxico Taemin —Minho lo abrazó por la cintura, recargando la espalda de Taemin en su pecho. Luego apoyó su mentón en el hombro de Taemin—. Mira, bebé, ya se está poniendo el sol. ¿Sabes qué significa eso?

—No...

—Cuentan en la mitología griega que el sol y la luna fueron separados por los celos de la diosa Afrodita. Son eternos enamorados, y Zeus, el dios supremo del Olimpo, les permite verse de frente por unos segundos cada día, creando la puesta del sol.

—Tú eres mi sol, mi eterno enamorado, y yo soy tu luna. Cuando llega la noche, te cubro con mi manto de estrellas para que no pases frío. Y durante el día, tú me das calor con tus rayos dorados.

—Min, ¿cómo puedes decir tantas cosas tan bonitas? Sé que no quieres hablar de esto, pero ahora estoy casi seguro de que eres poeta.

—Te equivocas, Tae. Solo soy un hombre enamorado, nada más.

Esa noche, Minho hizo el amor a Taemin. Su bebé estaba tan sensible que solo estando dentro de él pudo calmarlo.

Al día siguiente, como era de esperarse, Taemin no podía ponerse de pie. Le dolía hasta el cabello.

—¡Minnn, no me puedo mover!

Minho se rió.

—Jajajaja, y no podrás hacerlo hasta más tarde. Te daré un par de analgésicos.

Taemin pasó toda la mañana acostado, siendo consentido por su Min. Este le llevó el desayuno a la cama y le contó anécdotas de sus travesías por el mar. Taemin escuchaba atento, fascinado por aquellas historias que le parecían increíblemente sorprendentes.

—Yo no podría vivir así. El mar es imponente y peligroso. Cuando entró el tifón, estaba aterrorizado. Pensé en tantas historias de terror mientras el viento aullaba y me cubría con la manta. Los truenos me hacían saltar.

—Al principio también tuve miedo —confesó Minho—, pero con el tiempo, el mar se convirtió en mi hogar y en mi sustento. Le agradezco infinitamente por eso. Aunque siento nostalgia por ya no navegar, ahora mi nueva vida me gusta mucho más. Soy muy feliz contigo.

Por la tarde, Minho recibió una llamada. Era la secretaria de Linda, informándole que la abogada le había hecho un espacio en su agenda.

—Gracias, señorita. Estaremos allí sin falta.

Minho le avisó a Taemin que ambos tendrían que acudir a la cita. Linda necesitaba escuchar lo que Taemin tenía que decir sobre su esposo.

—¿Qué haces, Min? —preguntó Taemin, al verlo rebuscar en un maletín repleto de papeles.

—Busco unos documentos que me dio un investigador privado. En ellos está toda la información de cómo me robaron. Nunca quise denunciarlos, pero ahora lo haré. Espero que los metan en la cárcel.

Mientras hablaba, sacó una carpeta abultada. Al intentar ponerla sobre la mesa, se le cayó, y las hojas se esparcieron por el suelo. Taemin se agachó para recogerlas y entonces se dio cuenta de algo.

—[[¿Qué...? No, no puede ser.]] [[¿Cómo es que Min tiene esto?]]

—¿Minho, de dónde sacaste esto? ¿Cómo es posible que lo tengas tú?

—¿De qué hablas? —preguntó Minho, confundido.

—De estas partituras —respondió Taemin.

—Son mías —replicó Minho.

—¿Cómo van a ser tuyas? —dijo Taemin, molesto.

—Las compré hace muchos años. ¿Por qué estás tan enojado, Tae?

—¡Porque son mis partituras! ¡Son las que se me perdieron!

 Minho se quedó pensando por unos momentos, y de repente todo comenzó a tener sentido para él. Efectivamente, esas partituras eran de Taemin. Por eso, cada vez que las tocaba en el piano, sentía que ya las había escuchado antes.

Taemin seguía de pie, observando cómo Minho se quedaba en silencio. ¿Qué demonios estaba pasando?

—Espera, Tae —dijo Minho finalmente—. Ya entendí lo que sucedió. Estas partituras me las vendió un compositor chino, Lay Zhang. Y créeme, pagué una cantidad obscena por ellas.

—¡ESE GRANDÍSIMO HIJO DE PUTA! ¡ME ROBÓ, ÉL ME LAS ROBÓ! —gritó Taemin, completamente fuera de sí.

—Cálmate, Tae —Minho intentó tranquilizarlo—. Te puedes enfermar. Mira, ya las tienes de nuevo, son tuyas.

—¿Min, todavía no entiendes? —respondió Taemin, con la voz entrecortada por la rabia—. Lay Zhang es mi esposo. Me las robó para luego venderlas como si fueran suyas. Eso hizo con todas mis obras. Se llevó el reconocimiento y el dinero. Nadie en el mundo sabe que son mis composiciones. Nadie sabe siquiera que existo.

Minho tiró de Taemin y lo abrazó con fuerza, acurrucándolo entre sus brazos.

—Tienes que demandarlo por fraude —le dijo con firmeza—. La Academia de Compositores de Seúl tiene que saberlo. Hay que desenmascararlo. Yo voy a ayudarte.

—¿Cómo? —Taemin lo miró con incredulidad—. ¿Tienes conocidos gracias a tu mamá? A mí me corrieron de manera vergonzosa. Ni siquiera les interesó escuchar mi música. Casi me echaron a patadas de la Universidad de las Artes. Las palabras del director fueron muy claras y dolorosas: "Eres un plagiador de los grandes maestros clásicos".

—Pues Kim Jonghyun se equivocó —respondió Minho, con voz seria—. Yo puedo decirte con toda certeza que eres un genio. Analicé tus partituras durante meses y me quedé asombrado. Incluso grabé una de ellas con la Orquesta Sinfónica de Japón. La noche de la gala fue un éxito rotundo, no hubo una sola persona que no se pusiera de pie.

—Min, cada vez que hablas me confundes más. ¿Quién eres en realidad? —preguntó Taemin, con desconfianza.

—Bebé, yo era... el director de la Orquesta Filarmónica de Osaka. Jonghyun fue mi compañero de estudios, por eso lo conozco.

—¿Mentiste cuando dijiste que tu mamá era pianista?

—¡No! —respondió Minho rápidamente—. Ella sí fue pianista, y yo también lo soy. Pero, conforme crecí, mi verdadera pasión fue convertirme en director de orquesta, hasta que lo logré. Por eso siempre te he dicho que eres especial, que eres un genio cuando tocas. Mira, te voy a enseñar algo.

Minho buscó en Naver* la gala a la que se refería y le dio clic al video. Ahí estaba él, dirigiendo la orquesta mientras la música resonaba. Era Criminal, una de las primeras piezas que Taemin había compuesto a los quince años.

https://youtu.be/A2jUQKUZZmk

 Taemin no podía creerlo; su obra estaba siendo interpretada por una gran orquesta de Japón, magistralmente dirigida por el Maestro Choi Minho, su Minho.

El maldito universo podía colapsar y él moriría feliz.

 CONTUNUARÁ...

💫😄🎹💫😄🎹💫😄🎹

¿Logré engañarlas?

NAVER* Uno de los mayores buscadores de contenido en Corea.Tipo Google. 

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