𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 𝟑
29 de octubre del 2021; 18:25 p.m
Los días pasaron y se convirtieron en semanas y luego se hizo el primer mes sin Yoongi. Era difícil, cada día asimilar que ya no estaba ahí era duro. Durante ese largo tiempo, Taehyung encontró algo de consuelo en aquel violín de madera refinada. Cada noche, a la misma que hora que se despertaba, lo tocaba en la oficina junto a una botella de vino, su única y fiel compañera.
Lo iban a ver cada ciertos días, Namjoon fue un día después de su conversación y fue con Seokjin. Una semana después, Jimin fue junto a Jungkook, ambos llevaron algo de comer y pasar el rato junto al rubio. Su suegra y suegro lo iban a ver más seguido, pero ya estaba siendo cansador, cada vez hablaban de Yoongi, recordando momentos que a Tae lo dejaban llorando a mares en su cuarto.
Ya no quería ver a nadie, ni estar con nadie.
Hoy le tocó ir a su madre, sí, casi nunca la veía a ella menos a su padre, un hombre muy trabajador. Cuando ellos se enteraron de la muerte del novio de su hijo, actuaron con indiferencia, no sabía qué hacer o decir, consolar a Taehyung fue complicado para los padres. Kim lo logró entender, a sus padres jamás les agrado Min.
—Taehyung, hijo, ¿estás bien? —preguntó su madre.
—¿Ah?
—¿Te encuentras bien? Es la segunda vez que te habló y te quedas mirando la nada.
—Sí, estoy bien, solo un poco cansando.
La mujer de unos cuarenta años rodeó los ojos.
—Puede ser insomnio, quizás, esas ojeras te llegan hasta el suelo. También puedes intentar ver a un psicólogo —la mujer habló mostrando algo de preocupación. —Jin te puede conseguir un contacto, ahora que trabaja en el hospital te lo puede facilitar más.
Taehyung se percató el cambio de humor que tuvo su madre al hablar de Seokjin, él lo sabía, su progenitora siempre prefirió a Jin, a Yoongi lo miraba en menos porque tenía un título en artes musicales y bueno Jin, tenía un doctorado. Eso para sus padres era lo máximo, adoraban a Seokjin mientras que a su novio lo pisoteaban y humillaban las veces que querían.
—No necesito un psicólogo, y tampoco necesito que Seokjin me consiga números. Estoy bien —respondió firme.
—Deja ese rencor hacia Jin, ni tú sabes por qué lo odias. Tu hermano, Namjoon, tiene planes con él... hijo, creo que es el momento que lo diga.
Taehyung miró a su madre que seguía tomándose un café cargado, derrochando ese aire de superioridad que siempre tenía y que creía que tenía todo el tiempo la razón. Kim observó a la mujer para escucharla.
—Ya deberías superarlo. Ha pasado un mes Taehyung, él murió y no volverá, aprende a vivir con el dolor, eso te hará más fuerte, quiero que estés en tus cabales para el matrimonio de tu hermano.
¿Matrimonio?
—¿Qué cosa? —preguntó Taehyung descolocado.
—Namjoonie tiene planes de casarse con Jin. Y quiero que estés bien y te preocupes por ti de ahora en adelante. Vende esta casa, y regala sus cosas.
Kim sintió su sangre hervir, no podía creer que su madre minimizara todo su sufrimiento y el luto por el que aún pasaba solo para decirle que Namjoon y Seokjin se querían casar. Las cosas no podrían ir peor.
—¡Cierra la boca, mamá! —le gritó lanzando la taza de té de jengibre que se había servido.
La mujer saltó en el asiento sorprendida por la agresiva reacción de su hijo.
—¿Cómo puedes ser tan insensible conmigo? ¡Murió el amor de mi vida mamá! Un auto lo atropelló y el maldito conductor huyó dejándolo en el suelo, ¡¿Cómo carajos eres tan mala para hablarme así?!
La mayor vio como los ojos de su hijo menor se llenaban de lágrimas y su rostro se tornaba rojo de cólera.
—Sabes que Jin jamás me va a agradar, sé que trama algo con mi hermano. Estoy feliz por Namjoon hyung, pero gracias a papá y a ti, toda nuestra familia sabe que se murió mi novio. No quiero seguir recibiendo lástima, déjenme en paz, lo único que deseo ahora es dejar este mundo, porque si él no está, no soy nada.
La mujer enojada y un poco arrepentida se levantó de la mesa, dejó su taza y dijo:
—A veces la vida nos pone obstáculos Taehyung y tenemos que saber superarlos.
Y sin más la dama salió de la casa de su hijo, dejándolo nuevamente dolido. Taehyung se dejó caer en la silla de comer y ocultó su rostro entre sus brazos. Llorando una vez más, liberando un poco más de sufrimiento, todo lo que podía.
Ya no lo soportaba, quería desaparecer de una vez por todas.
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