19. Donde Cae la Bruma.


Capítulo dedicado a AguedaMedina4 que estuvo de cumpleaños esta semana. Tarde pero seguro♥

❛Los reyes no tenían a quien responder por sus promesas rotas❜.


El Gran Salón lucía espléndido, podía admitir que no tenía nada que ver con ninguna gala que hubiera visto antes, los pisos como plata y nieve líquida, hacían lucir al lugar como una perfecta bola de cristal.

Las velas de los candelabros iluminaban el lugar dentro de pequeños focos que dotaban al lugar de una apariencia de ensueño.

Esa noche estaba usando un vestido de un verde profundo, que se aferraba a mi cintura con bordados y caía en capas de tul mientras las mangas escalaban hasta mis dedos, terminando en una fina gasa mientras mi pelo ébano se mantenía largo y suelto.

Todos en el lugar iban vestidos en tonos claros pese al frío del invierno, en honor a la siraytza; permanecimos junto a la reina Feryal en todo momento, hasta que Lysander Sinester entró en escena y pude alejarme.

──Astra.

Giré para encontrarme con Ciara, enfundada en un fino atuendo de terciopelo, de un tono anaranjado que se acoplaba a su cabello como fuego. Me extrañé al notar que no utilizaba el luto.

──Ciara, ¿cómo has estado?

──Mal ──me cortó──. ¿Quieres saber cómo he estado? Mal. Ni siquiera avisaste que te ibas en esa estúpida caravana. Se suponía… ──bufó con exasperación──. Hay mucho que necesito que hablemos.

──Bien, dime ──No pude evitar sonreír con su fastidio.

──Pero no aquí, ve a mis aposentos, mañana, hazte un tiempo. ──Luego suavizó su expresión──. Te extrañé, gar bot.

──¿Qué es eso?

──Aessi.

──¿Y qué significa?

──Nada malo ──aclaró tan rápido que dudaba que fuera cierto, pero ella pareció recordar algo──. Mi madre está a punto de volverse loca, sobre todo desde que supo que lo de mi padre pudo haber sido un asesinato.

Me llevé una mano para acariciar el collar en mi cuello, intenté mantener la templanza.

──¿Cómo dices?

──Nada, encontraron un cuchillo en la escena y creen que alguien lo atacó, ella dice eso, lo más probable es que lo haya usado para defenderse de los lobos ──Su gesto se contrajo de dolor──. Si lo hubieras visto…

Quería regocijarme en eso, pero la amargura en el rostro de Ciara y sus ojos vidriosos lo impedían. No podía estar feliz, no cuando ella estaba sufriendo.

──Lo extraño tanto... ──El peso de su voz quebrada cayó sobre mis hombros.

──Él… está mejor ahora, donde debe estar...

En los círculos del averno, siendo devorado por la serpiente de Iverna.
Agradecí cuando Eskandar se acercó a nosotras, Ciara intentó recomponerse, limpiando las lágrimas que habían traicionado su entereza. Eskandar la miró extrañado, pero ella se disculpó por lo bajo antes de irse.

Mi estómago se estrujó al saber que no podía consolarla. ¿Qué le diría? Incluso mi cinismo tenía límites.

──¿Ocurrió algo, chérie?

Negué con la cabeza, por inercia, antes de responder.

──¿Bailas, Eskandar?

En lugar de asentir, me tendió una mano en un gesto por demás teatral.

──Permítame mostrarle.

Él iba vestido en un impecable traje blanco, bordado con plata y medallas de honor. Eskandar era luz vibrante donde sea que fuera, tan encandilante como una trampa para su presa.

──Te ves realmente hermosa esta noche, Astra.

──Esa era la idea.

Eskandar rodó los ojos.

──Lo correcto sería una sonrisita y un adorable rubor.

──¿Suele funcionarte esto? ──apunté.

──Cuando tienes este porte puedes darte el lujo de decir cualquier estupidez.

──Ah, lo imaginé.

La siguiente sonrisa fue genuina, mientras me hizo girar como si fueramos una adorable pareja de baile. Tomé ambas puntas de mi vestido para una sutil reverencia.

Al terminar, nos sumamos al aplauso general para recibimiento de los reyes. Telas cayeron del techo con el logo real grabado en ellas. Un dragón enredado en una lanza.

Lysander Sinester y Feryal Vedasto salieron de las enormes puertas caoba, hasta llegar al palco desde donde saludaron a los presentes.

──Esperemos disfruten de la velada, tanto como nosotros disfrutamos su estadía.

Los presentes aplaudieron a sus reyes mientras la música se retomaba, esta vez bajo los acordes del Canto del Lobo y la Serpiente.

Observé un momento más, como Lysander besó la frente de Feryal mientras sostenía su cintura, no tenía idea de qué le había dicho pero fue suficiente para que ella sonriera bajando la cabeza con timidez.

──Así, chérie, es como se comporta una correcta dama ──concluyó Eskandar, el tono irónico marcando cada palabra.

Lo bueno de ser una de las doncellas de Feryal era que tenía acceso a los aposentos de los reyes, por lo que mientras la fiesta continuaba abajo, decidí subir en busca de información. Me tomó un tiempo llegar a la habitación, al entrar el vestíbulo estaba a oscuras y decidí ir hasta donde se encontraba el estudio de Lysander.

El estudio del rey igual estaba sumido en penumbras, la sala rectangular, como la mesa alrededor de la cual se encontraban las sillas y el final en un gran cabezal negro.

Debía ser para reuniones especiales de la Guardia Delheit. Al igual que la mesa, las paredes y los pisos eran también negros.

En las paredes colgaban armas, espadas grabadas en antigüedad y escudos de la familia real grabados en obsidiana. Al acercarme noté que era más que eso, un metal que hacía años no veía, el negro profundo, brillante y perlado del satro.

En el puño una tigresa blanca abría sus fauces al ataque. Era espléndida.

Resistí el impulso de guardar uno de los cuchillos serafín que me llamaban desde la pared.

Me extrañó encontrarme con que el fuego ardía en la chimenea, pero como tenía un buen tiempo hasta que los reyes tuvieran que abandonar la fiesta, decidí empezar con una búsqueda minuciosa en la biblioteca.

Puede que el pacto me obligara a no actuar contra Lysander, no directamente, pero debía encontrar alguna forma de empezar.

Aunque no encontré mucho en la biblioteca, ya que como sospeché muchos de los libros estaban escritos en el idioma antiguo ─que en Valtaria se limitaba estrictamente al Aessi.
Proseguí con sus planos, acercándolo al fuego lo suficiente como para distinguir algo.

Parecía que Lysander estaba trazando formas y caminos en busca de cerrar las fronteras, también buscaba un ataque a Kaeser. ¿Por qué Lysander querría atacar la única ciudad que le garantizaba el poder a los Raguen?

Entonces Valtaria sería su único refugio, y todos los Raguen deberían acoplarse a él, bajo su mando, ¿era eso?

Tomé una hoja de su escritorio y un carboncillo, me coloqué junto al fuego y tracé un camino desde Valtaria hasta Kaeser. Observé el viaje que me esperaría si decidiera hacerlo, ¿podría?

Dejé que mis dedos marcaran el camino hasta las tierras que una vez hubieran pertenecido a mi familia, me pregunté si podía hacerlo. Enviarles información de Lysander a cambio de vengar mi hogar.

Para eso debía saber sus planes, y confirmar que en efecto él quisiera traicionar al Gran Imperio.

Una idea incómoda se acopló en mí como una segunda piel, ¿sería diferente de él si lo hacía?, ¿si lo traicionaba?

Recordé sus ojos oscuros y sombríos, la melancolía y el aire sereno con el que me pidió que luchara a su lado. Él decía buscar lo mejor para su pueblo, y para mí, pero los reyes no tenían a quien responder por sus promesas rotas.

Cerré los ojos como si así pudiera dejar de pensar, me dejé caer junto al fuego como si las llamas pudieran darme la respuesta.

Un ruido me llegó desde el vestíbulo, botas y zapatos de tacón contra el mármol. Habían llegado.

Me apresuré a colocar las cosas de Lysander donde estaban, sobre su escritorio, luego me guardé la anotación debajo del vestido, junto a la liga donde descansaba un cuchillo.

Me quité los zapatos para apagar mis pasos. Una vez me acerqué al vestíbulo abrí la puerta con mucho cuidado, agradeciendo que las bisagras hubieran sido aceitadas porque ningún ruido escapó.

Ví a Lysander en la sala, se sirvió una copa de lo que podría ser ravén. Lo terminó antes de que Feryal se acercara, él estaba recostado sobre el sillón de cuero y ella se colocó sobre sus piernas.

──Toda esta noche fue maravillosa, Lysander.

──Una historia más sobre la Luna de Sangre y hubiera vomitado.

──¿No te gustan nada las fiestas? ¿Ni siquiera para verme usar estos vestidos?

Lysander deslizó la tela del vestido entre sus dedos.

Esperé el momento en que la alejara, recordé la forma en la que me alejó esa noche en las ruinas de una ciudad. O como puso distancia entre ambos cuando estaba atontada por la bruma y el veneno.

Pero con ella no fue así, lo contemplé rodearla con sus brazos, solo podía ver la parte trasera de su cabeza pero imaginé que correspondía la sonrisa de Feryal, porque de un momento a otro se estaban besando.

Un hueco se asentó en mi estómago y me alejé de la imágen, estaba consternada ante la idea de ser descubierta y eso provocó que el malestar subiera en forma de náuseas.

Me cubrí con ambos antebrazos para evitar toser, cortando mi respiración un momento.

Quería salir pero no había otro lugar, permanecí en el otro rincón de la habitación, levantando los pensamientos de los muertos detrás de las murallas, llamándolos para ahogar el ruido al otro lado de la puerta.

Los susurros amenazaron con volverme loca, hasta que escuché el ruido de la puerta al cerrarse. Agradecí suponer que se habían ido a la recámara principal.

Corrí hasta el vestíbulo, no me detuve al ver la chaqueta de Lysander en el piso, ni el vestido de Feryal a un lado.

Como los fantasmas, la imágen me siguió incluso una vez salí de la habitación.

Quejas sobre el capítulo aquí📩

Por cierto, estuve preguntando en stories de Instagram qué opinaban sobre subir todos los capítulos seguido hasta llegar a los últimos. Esto para aprovechar que después no podré actualizar en un tiempo porque ✨exámenes✨

Así que decidí poner en marcha las actualizaciones, estén atentas que se van a estar subiendo capítulos nuevos día a día🌚 (o cada dos o tres, depende)

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