Capítulo número doce

Solo espero que en este mundo de estaciones, en el final del camino, sin retorno, tu, seas mi destino
Angel Garibay

Sirens — Imagine Dragons

Hoy comenzaba un nuevo curso, pero esta vez, volvía cambiada, un poco más madura y con una visión más futurista. Me vestí con una blusa color blanca de tirantes y por encima una camisa gris abierta. Opté por una falda de tubo color gris a juego con la camisa y unos zapatos básicos y sencillos

El régimen de mi escuela era muy alto, no teníamos permitido atuendos muy llamativos o reveladores, debíamos ser lo más respetuosos posible. Cepillé mi cabello y lo dejé suelto, para darle un toque a mi nueva imagen, peiné mis pestañas y apliqué brillo labial a mis labios

Suspiré y me dije a mi misma que todo estaría bien. Cuando Melissa murió dejé de ir a la escuela por unos meses y luego comenzaron las vacaciones, había dejado atrás a muchas personas y de lado a otras más, pero en ese momento mi cabeza y mi corazón no estaban listos para algo más que sufrir

Pero ahora lo estaba, jamás superaría su muerte, ni jamás dejaría de doler, pero eso no significa que deje de vivir.

— ¡Buenos días, princesa! — exclamó mi papá mientras leía su periódico, me acerqué a el y besó mi frente — esa falda la veo muy pequeña

— ¡Papá! — regañé y sonreí, mi madre me sirvió mi desayuno, huevos revueltos y jugo de manzana, ella también besó mi frente

Comencé q comer intentando no tardar mucho, pues no me quería demorar más de lo que debía. Cepillé mis dientes antes de marcharme y aceleré el coche, amaba mi nuevo coche, sé que lo recalco pero en serio me gusta sentirme independiente.

Aparqué después de pasar unos minutos esperando a que todos aparcaran y tomé las llaves del carro. Subí los primeros escalones de la gran Universidad de Artes y Lírica Musical de Leeds o como decía yo, tortura con sinfonía

— ¡¡¡¡¡Alba!!!! — exclamó una de las personas que más había echado de menos en lo que había pasado de tiempo

Era uno de mis mejores amigos, el gran y único Paul, el chico de la razón como yo le llamo, es super inteligente y hemos sido amigos desde que tengo unos seis años, pero por cuestiones de protegerlo dejé de hablarle

— ¡¡Joder tía, te he necesitado mucho!! — siguió el y me abrazó, sin dejarme tiempo a que me adaptase

— Lo sé, Paul, lo siento mucho — pronuncié con timidez y agaché la cabeza, Paul estaba sonriendo

Hacía años que no le veía tan feliz

— ¿Cómo estás? — preguntó Paul, aunque pareciera una pregunta del día a día, ea muy importante

— Estoy mejor, Paul ¿Qué tal tu? Te veo mejor — pregunté y el hizo un ademán para que fuésemos a otra parte

Me llevó hasta el patio trasero, donde siempre hay sombra debido a los altos árboles llenos de hojas verdes y hermosas

— Alba, estoy mucho mejor desde que comencé a ir a terapia — confesó y suspiró con alivio, al parecer

Paul tenía un trastorno afectivo bipolar de nivel tres, pasaba del amor al odio en segundos, pero con una buena ayuda y medicación todo es posible.

— Me alegro mucho por tí — dije desde lo más profundo de mi corazón, le sonreí y el abrazó mi cuerpo con delicadeza

— ¿Tú que tal? ¿Sigues con las clases de piano? — cuestionó y yo suspiré recordando a Lucas, pues invadía mi mente en todo momento

— Ahora soy yo quien da las clases, a , un chico — respondí y coloqué un mechón de cabello tras mi oreja

— ¿Un chico? — preguntó en un tono teñido de frescura

— Si, es una larga historia — contesté y el sonrió

— Soy todo oídos cuando desees — me respondió, Paul, es una persona comprensiva, siempre logra entender lo que la mayoría de las personas no

— Muchas gracias , Paul

La campana anunció que las clases comenzaban, Paul y yo nos despedimos con un abrazo fuerte y nos dirigimos a nuestros salones por separado, yo fui arriba y el abajo

Luego de más de unas cinco clases de veinte minutos, porque era el primer día, solo nos introducían a las nuevas diez materias, algunas como

Lectoescritura musical

Rítmica Métrica

Lectura sobre el teclado

Historia de la música

Armonía

Acústica

Análisis

Contrapunto

Y unas más que siempre teníamos que estudiar para ser licenciados en música, estudiarla era mucho más difícil que hacerla, como todo en la vida supongo.

Apenas salí de la universidad,  me dirigí directamente a la pequeña casa de Lucas, llamé a la puerta y me abrió el, cosa que casi nunca sucedía

— Hola, Alba, te esperaba un poco más tarde — dijo mientras se vestía con una camiseta

Podía ver a una chica detrás de el, estaba poniéndose sus zapatos y tomó el bolso, era una mujer alta y morena, bastante guapa y llena de curvas hermosas y envidiables. Sonrió cuando me vio, besó la mejilla de Lucas y se marchó rozando mi hombro

— Disculpa el desorden, pasa — dijo Lucas pero yo estaba algo paralizada

No me quería sentir mal ni celosa por alguien que apenas es mi amigo, por lo que tragué grueso y caminé hasta dentro de su casa. El cerró la puerta y me saludó con un beso en la mejilla

Sonreí y me senté en uno de los asientos

— Vamos — ordenó y yo lo seguí hasta su habitación, el no parecía estar nervioso ni molesto, estaba como siempre

Sonriendo y siendo muy feliz

— ¿De dónde vienes? Estás muy guapa — preguntó y comentó en un tono teñido de alegría

— Hoy fue el inicio del último año en mi universidad — le respondí y el abrió los ojos con sorpresa

— ¿Qué estudias? — cuestionó y yo me senté frente al piano

— Música, estudio música — contesté y el sonrió

— Demasiado obvio, Alba — opinó y yo fingí una sonrisa de lado

No quería mantener una conversación muy larga con el en estos momentos, siempre he sabido que el es libre y puede hacer lo que se le de en ganas, pero me ha tomado por sorpresa ver a una chica, tan hermosa, salir de su casa, me causó repulsión, si es que se le puede llamar así

— ¿Empezamos? — preguntó Lucas

— Si — me limité a contestar