Nieve de esperanza

Capítulo número dieciocho

La música cuando va acompañada de una idea placentera, es poesía
Edgar Alla Poe

Stephen Sanchez — Until I found you

Cuando transcurrió suficiente tiempo en el que me caí de la montura del caballo, nos sentamos en un pequeño banco que había en medio de toda la nieve

Me levanté de el lentamente mientras Lucas me miraba con una mirada curiosa, formé una bola de nieve en mis manos pequeñas y la lancé con impulso contra su pecho. Comencé a reír mientras el, riendo y retado, se levantó para lanzarme una en el brazo

Pero el abrigo sufrió más que mi piel, reímos y bailamos sobre la nieve, nos hicimos reír todo el día, aprendí a duras penas a cabalgar y solo quedaba saber galopar.

Hicimos ángeles en la espesa nieve y nuestros brazos y piernas se chocaban una y otra vez, haciendo obvia nuestra fuerza de atracción. Éramos dos fuerzas diferentes, una positiva y una negativa, porque si fuéramos iguales nos quisiéramos apartar.

— ¡Malvada! — exclamó cuando casi por pocos centímetros lanzo la bola en su entrepierna, por suerte solo la rozó

— ¡Lo siento! — disculpé y el tomó una bola gigante y la lanzó con impulso en mi espalda, caí de trasero porque intenté esquivarla, y como siempre, fue un intento fallido

— ¿Puedo decirte un secreto? — preguntó el mirando a mis ojos

— Si

— ¡¡¡La llevas!!! — exclamó lanzando otra bola muy cerca de mi muslo derecho, comencé a correr tras el mientras ambos reíamos a carcajadas

— ¡Ven aquí cobarde! — le grité divertida y corrí otra vez tras de él

Lo atrapé y quedamos abrazados por un pequeño pero importante lapso de tiempo, fueron al menos cinco segundos, pero fueron mágicos

— ¿Quieres venir a cenar a casa? — le pregunté con toda la intención del mundo

Pues le había dicho que quería que pasase Navidad conmigo, si es que se sentía solo en estas fechas, el había dicho que no había problema

— No, no, la Navidad es en familia, Alba — respondió el y sonrió, pero sabía que estaba triste, en el interior

— ¿Y? Tu eres parte de mi vida, Lucas — por un momento sentí que había dicho palabras que eran demasiado profundas

El abrió la boca algo sorprendido y luego la cerró al instante, para cambiar su rígida expresión por una sonrisa , que dejaba ver sus hermosos hoyuelos

— Eso fue algo muy, inesperado — dijo el y agachó su rostro para luego hacer contacto visual conmigo

— ¿Pasarías Navidad conmigo, Lucas? — cuestioné y el colocó un mechón de cabello detrás de mi oído

— Si — finalmente respondió

Salimos del establo y llegamos hasta donde había aparcado mi auto, nos subimos, Lucas estaba en el asiento de copiloto mientras yo manejaba con mi poca experiencia entre la nieve y los estrechos senderos.

Tardamos más en volver que lo que tardé en llegar aquí por la oscuridad de la calle y el tránsito estaba algo atascado por las nevadas.

Finalmente luego de casi una hora llegamos a casa. Mi hogar estaba decorado, lo que le pareció algo muy extravagante a él, estaba iluminado por doquier y podía ver las siluetas de mamá y papá en la cocina.

— Alba — me llamó el algo inseguro — Estoy nervioso

— No te preocupes por ellos, te amarán — le dije para intentar calmarlo y apreté un poco su mano como gesto de cariño

Introduje la llave en la puerta y, entramos a mi casa. Mamá de inmediato caminó desde la cocina hacia mi sonriendo y se le vio muy pero muy sorprendida al ver al chico de ojos marrones que estaba a mi lado

— Mamá el es Lucas — comencé y el, como todo un italiano, besó la mejilla de mi madre — ella es mi madre...

— Puedes llamarme Mammina — le dijo ella, interrumpiendo mi presentación, había olvidado que mamá conocía la lengua natal de Lucas

— ¿Sa parlare italiano? — preguntó Lucas, lo entendí perfectamente a pesar de no entender el idioma

Jamás había escuchado el acento de Lucas, pero no sé cómo, era tan jodidamente atractivo hablando de esa manera, parecía alguien totalmente diferente, o aún mas interesante

¿Sabe hablar italiano?

O algo muy parecido a eso

— Certo, ho studiato medicina lì — respondió mamá con el mejor acento del mundo

— No sabía que habías estudiado en Italia — le dije a mamá y ella asintió, orgullosa de sus elecciones

— Durante cinco años, querida — comentó y corrió a la cocina de repente — ¡¡Cariño saca el pavo del horno!! — exclamó mamá y eso hizo a Lucas sonreír

Cerré la puerta que había dejado abierta sin notarlo y las ventanas  también, porque había demasiado frío, no quería morir de hipotermia

— Hola Lucas, soy el padre de Alba — dijo papá sonriendo a modo de presentación y palmeó su espalda

— Un gusto señor — dijo y estrechó la mano de mi padre con cariño

— Espero que te agrade el pavo porque cada año mi esposa lo prepara — le explicó papá y el asintió amablemente

— Nunca lo he probado, pero seguro está exquisito — respondió el y papá abrió los ojos muy sorprendido

Al parecer era un día lleno de sorpresas para todos

— ¡¡¡¡¡Marissa sirve tres porciones de pavo para el chico!!!!! — exclamó papá y todos comenzamos a reír

— Venga, a cenar — dijo finalmente mamá

Todos en la mesa estábamos en silencio apreciando a Lucas mientras probaba el pavo por primera vez en su vida, mamá parecía que sería juzgada por un experto de comida por la expresión de su rostro

— ¿Y bien? — preguntamos casi todos al unísono

— Está, delicioso, nunca había comido algo tan rico en mi vida — mamá celebró con su baile de triunfo y yo quería que la tierra me absorbera

Cenamos en silencio y al terminar nos dirigimos a la sala de estar, donde solemos abrir los regalos, cuando tenemos o algo así. Pero quería hacer algo diferente

Lucas y yo habíamos estado componiendo y ensayando una canción hacia unas cuantas semanas.

— Mamá, papá , queremos hacer algo por ustedes — dije y me senté en el asiento frente al piano

Tímido y nervioso, Lucas tomó asiento junto a mi, su pulso era inestable y su mano no estaba segura de dónde sería colocada, pero yo confiaba en el. Nadie me había escuchado cantar antes  excepto el, y lo amó tanto que me hizo jurar que jamás volvería a esconder mi voz

Su voz era más gruesa, ronca y soprana, quizás un poco tenor, pero era muy hermosa, mi melodía y sinfonía preferida desde que la escuché, por lo tanto nuestra promesa fue mutua

Estuvimos cantando, manteniendo los bajos, dejando que apreciaran la canción y la forma en que estábamos tocando juntos, me sentía libre, sentía que ya no tenía un peso en los hombros, y que quizás por una vez, podía ser feliz

Sentía que Lucas lo tenía todo, todo lo que había buscado, todo lo que necesitaba, y yo quería darle todo también, quería saber más de él, darle los motivos de sus risas, taparle cuando hace frío, besar su frente antes de dormir y cantarle una canción al oído y que sea siempre mi musa

Sabía que lo que estaba sintiendo ya no se trataba de un amor platónico o amistoso que solo será correspondido en mis sueños, sabía que se estaba arrastrando a la realidad, y que tardé o temprano el lo sabría, sabía muchas cosas, pero no sabía que podía caer de nuevo en los juegos del amor

Y esto era una sonata de amor

Llegamos al estribillo y nuestra voz tomó todo el protagonismo, pero el se silenció para dejar que yo fuera la vocalista por unos segundo

But Im gonna show you
How strong I am
I' m gonna let you feel my dark
I'm gonna kiss you
even if is hard
I'm gonna make you feel alive
cause this is my time of do the things right

Y así concluimos con la mejor parte de la canción, solo habíamos llegado al estribillo, porque no teníamos más partes escritas.

— ¡¡¡¡Estuvo hermoso!!!! — exclamaron mamá y papá al unísono mientras que Lucas y yo nos dimos un abrazo

No sabía como, pero iba a lograr que esto funcionara, iba a conseguir que sus ojos, me mirasen, aunque sé que es imposible

Y eso es lo que más me duele

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