9. No es de aceptar.
Atsushi preparaba la cena, Ry seguía ayudándolo, se sentía mal por haber jugado en la cocina y que Atsushi saliera herido. Estaba sentado en la mesa cortando con cuidado los vegetales, Atsushi acariciaba su cabello de vez en cuando. En la sala el mafioso y el pequeño albino aprendían las bocales, el menor necesitaba más ayuda.
― Ry-chan
― ¿si Atsusi?
― ¿quieres ir por Akutagawa y Atsu?
― Atsusi, ¿Por qué no le dices Ryunosuke?
― ¿eh?
― A mí me dices Ry-chan, puedes decirle Ryunosuke
― No creo que deba
― Inténtalo
― Qui-quizá después... Ve por ellos
― Si
El pequeño azabache fue por el mayor y el pequeño Atsushi. Los tres llegaron a sentarse, el mayor ayudo al albino a sentarse y después al agente – eres bueno con él
― Conociéndote creo que necesita de cuidados extra
― Oye – se quejo
― ¿Qué? yo soy feliz siendo bien alimentado – menciono mirando su contra parte.
El pequeño Ry acomodaba un babero en el pecho del pequeño Atsushi y peinaba su cabello con cuidado – realmente es atento
― Y hay algo más que la alimentación
― ¿Qué?
― Calidez
― ¿calidez?
― Jinko eres muy torpe
― ¿lo soy?
El azabache suspiro. Se acurruco en la espalda del albino mientras abrazaba su cintura, Atsushi de inmediato se sonrojo, el pequeño Ry bajo de la mesa y comenzó a golpear la pierna del mayor – suéltalo, suéltalo – dijo molesto y el mayor lo miro, saco su lengua
― Ahora es mío
― Noooo Atsusiiii
El pequeño Atsushi los miro, sintió ese sentimiento de abandono – ¡Ry! ¡Ry! – le grito el menor. El pequeño azabache miro al pequeño albino con lágrimas y fue corriendo con el
― ¿Qué acaba de pasar? – pregunto Atsushi
― Nada Jinko – sonrió el mafioso – sigue cocinando
― ¿pu-puedes soltarme?
― No
El agente suspiro, quizá solo era cosa de calidez.
Akutagawa disfrutaba pelear con su "mini yo" le causaba diversión y a su contraparte tampoco parecía disgustarle, era una competencia de ver quien era mejor. Por su lado, ambos Atsushi eran tranquilos y dóciles, alegres, inocentes y juguetones. Temeroso pero tiernos, poco a poco irían mejorando los cuatro.
Por la noche, los niños miraban las estrellas, en el campo era más fácil de verlas, el mafioso miro al agente - ¿no le temes?
― No – sonrió – Es peligrosa para mí, lejana y tiene ese aire de peligro... Como tú – miro a la luna y sonrió aún más - somos amigos, como tú y yo
El azabache lo volteo a ver, la luna hacia sus ojos brillar, miro a los niños quienes felices jugaban a un lado, el pequeño Ry jalaba los ojos del pequeño Atsu para verlos más, fingió toser mientras sonreía - ¿pasa algo? ¿Es muy fresco?
― N-no – fingió toser y ocultarlo
― ¿Qué tienes? Estas rojo, ¿te encuentras bien?
― Si, lo estoy
― Déjame ver
Atsushi se acercó, el mafioso se recargo en la pared, el agente lo acorralo, su mirada fija en él estaba avergonzándolo – Jinko, para – pidió, pero el albino lo seguía mirando fijamente, se sentía una presa total. Trago saliva. Atsushi subió sus manos, tomo los mechones de cabello del azabache y lo jalo – ¡o-oi! – miro al albino esté sonrió ligeramente sonrojado
― Son suaves, como bolitas de algodón
El mafioso se sonrojo por completo. Tomo al albino entre sus brazos y a los niños. Entro a la casa y tapo las ventanas, eso era algo que no debía volver a ocurrir. Akutagawa respiro agitado mientras Atsushi lo miro - ¿Qué te pasa?
― Nada, la luna es peligrosa
― ¿Por qué?
― Haz caso, no veas a la luna
― ¿Qué no dijiste que no había nada más peligroso que tú?
― Me temo... que es toda la verdad
― ¿eh?
― Comprare galletas.
El mafioso salió de la casa casi corriendo dejando al albino con los niños, Atsushi no entendía que pasaba, fue a la cafetería de Treboll y allí estaba Haz – buenas noches
― Hola vecino – respondieron ambos
― ¿quieres ordenar?
― Galletas, a los niños les gustan tus galletas
― No los hemos visto en una semana ¿están bien?
― Son bebés, no deben salir
― Usualmente es Atsushi quien viene por las galletas – menciono Haz acercándose - ¿Qué paso?
― No pasó nada
― Rostro agitado
― Parece sonrojado aun
― No corriste
― No, pensabas
― ¿se pelearon?
― Yo creo que fue un beso intenso
― ¿Qué? – se quejó el mafioso – paren, solo denme las galletas y quemaré tu casa
― Cariño es o, quemaré tu casa. Y para con eso, lo sabemos todo
― ¿Cómo que todo? – menciono sorprendido el mafioso
― Que tú y Atsushi no han estado juntos en un tiempo
― ¿Qué?
― Si, lo menciono Atsushi la última vez. Dijo que eras un chico muy ocupado y que no habían estado juntos lo suficiente
― Vamos, dale calidad. Haz siempre está aquí metido
― Y tú te metes en otros lados – menciono sonriente
― Haz, aquí no
― ¿ustedes.... Están juntos?
― ¿no es obvio?
― Me refiero a... ya saben
― ¿Qué pasa contigo? Llevan años juntos ¿no? Tienes cara de mafioso pero dudo que no seas cariñoso cuando están a solas
― En realidad...
― ¡AY POR DIOS! – gritaron ambos
― ¿no eres ni siquiera consiente de tu pareja?
― No, quiero decir... Él... ha estado extraño, yo he estado extraño
― ¿Extraño cómo? – preguntaron ambos
― Verán, mi pecho duele, mi respiración se agita y sus ojos son... tan preciosos, hace un momento juré que me atacaría
― ¿Cuánto tienes los bebés?
― ¿ah? Ahora tiene como 4 y 6
― ¿meses?
― Ah – el mafioso los miro nervioso – digo que eso ha pasado desde que están con nosotros, ya saben, siguen siendo bebés para mi
― Si, miro – Haz se acercó al oído del mafioso – lo que tu chico quiere es sexo
― Estoy de acuerdo – le siguió Treboll
― Eso no
― Podemos cuidar a los bebés
― Si, tráelos mañana, y tengan sexo
― Que no
― Oh vamos, tus síntomas son de completo enamoramiento y necesidad de tu pareja. No nos cuenta ayudarles
El mafioso se sonrojo, - ¿las galletas? – Treboll acerco la bolsa, el mafioso dejo el dinero y salió de allí.
― Necesitan sexo ¿verdad?
― Si, - miro a Haz – eres muy metiche
― No como tu cariño
Akutagawa siguió caminando ahora con las galletas, las calles ya estaban vacías, suspiro - ¿hace cuánto que no me encargo de mí mismo? Solo debe ser eso... - menciono decidido. Llego a la casa una vez más.
Atsushi estaba en la habitación contándoles un cuento a los niños, los niños ya estaban más dormidos que despiertos, Atsushi los miraba sonriente, el mafioso se recargo en la puerta mirándolos, quizá solo quizá podría ser amor. Tallo su cabeza y salió de la habitación, Atsushi miro a los niños, reviso que estuvieran bien dormidos y al confirmarlo, lo siguió. – Akutagawa haz estado raro
― No es de tu incumbencia Jinko
― ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué acaso?
― Estoy harto de esto
― ¿harto?
― Llevamos casi un mes juntos, no he hecho nada, no hay progreso, solo tu maldito mal sentido y culpabilidad que nos tiene metidos aquí ¿te apuñalaron? ¿casi te mueres tres veces? ¡SUPERALO! QUIERO SALIR DE AQUÍ
Atsushi lo miro con lágrimas, apretó sus puños – ¡YO TAMPOCO QUIERO ESTAR AQUÍ ATRAPADO CON ALGUIEN QUE NO PUEDE SI QUIERA DECIR UN GRACIAS! – Akutagawa se sorprendió aquello, Atsushi pico su pecho con su dedo mientras el mafioso se sentía con la guardia baja – QUIERO IRME, QUIERO VOLVER A YOKOHAMA, Y QUE SOLO UN ¡MALDITO DÍA COCINES TU!
Atsushi regreso a la habitación, el mafioso se recargo en la pared y se deslizo para tallar su cabellera y su rostro, solo quería que todo terminará.
...
Espero que les guste este giro, ¿que? ¿creían que enemigos a muerte se besarian facilmente? Ño señores, ño. Esto es un fanfic desente donde revisamos las emociones correctamente.
Aprendan de ellos, no se enamoren facil, luchen por algo bonito y bueno. (la loca que ama ver al Akutagawa golpear al Atsushi y luego besarse)
Sean cuidadosos, respetense y amen al progimo, he dicho. Caso cerrado.
¡Gracias por leer!
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