8. Agua para fideos
Los niños dormían y lo agradecían en grande pues desde la sala podía ser escuchados – es-espera es ve-vergonzoso si lo ves
― Vamos, cabe mi mano
― N-no lo hagas por favor
― Solo quiero tocarlo con la punta
― ¡aaah! No
― Bien, déjame poner mi dedo
― No, no, no
― Jinko
― ¡Aag! Bi-bien so-solo que sea rápido
― Lo haré lento y no dolerá ¿bien?
― Ha-hazlo
Akutagawa suplo y por fin pudo tocar la herida del pie de Atsushi, quería confirmar aquel vestigio de dolor, acaricio la marca como si uno acariciara a un pequeño bebé - ¿duele?
― N-no
― Te dije y tu chillando
― Ca-cállate nadie lo había tocado antes
― Ahora déjame ver el de tu cadera
Atsushi suspiro. Alzo su camisa y el mafioso lo miro a los ojos, Atsushi no lo ignoro solo suspiro, el mafioso lo tomo como un permiso, paso sus manos por la cicatriz, el agente dio un pequeño respingo - ¿Qué pasa?
― Tus manos son frías
― Solo toque ligeramente – menciono alejándose
― Entonces... - bajo su camisa – ellos están aquí ¿por estas cosas?
― Así es, si lo superamos se irán
― Pero... ¿Cómo superas estas cosas?
― No tengo idea.
Ambos chicos pasaron la noche en la sala, habían pensado de todo hasta quedar dormidos por completo. A la mañana siguiente, Akutagawa despertó con un sobrepeso sobre él, abrió los ojos con pesadez, tenía al pequeño Atsushi encima de su pecho mientras que el pequeño Ry estaba abrazando a Atsushi del otro lado. - ¿Por qué son más apegados al otro? – pregunto el azabache dudoso. Atsu tallo sus ojos, seguía dormido
― Poque yo... admiro mucho a gran Ryu – respondió el pequeño.
El azabache acaricio al pequeño Atsushi quien seguía durmiendo y miro al adulto – sí, comprendo... Yo también lo siento así – el pequeño Ry había apretado el brazo de Atsushi, el agente de inercia lo abrazo, solo eso lo calmaba al dormir.
Más tarde, los niños jugaban en la sala mientras Atsushi cocinaba, Akutagawa había salido un momento, cuando Ry y Atsu se acercaron y jalaron el pantalón de Atsushi. – niños ¿Qué pasa?
― ¿Cuánto tardará gran Ry? – pregunto el pequeño Atsu
― Oh pequeño, solo fue al pueblo por un poco de carne de Res
― ¿no comemos fideos?
― También hago fideos Ry
― Quiero ver a gran Ry – pidió Atsu
Atsushi suspiro – cálmense, no debe tardar
― Asushi, yo también quiero verlo
― Por favor, niños salgan de la cocina, Akutagawa vendrá pronto.
El pequeño Atsushi se molestó, saco sus dientes de tigre y mordió la pierna de Atsushi. El agente hizo un movimiento brusco por el dolor al mismo tiempo que grito. La estufa se movió, el pequeño Ry miro como el agua de los fideos caería sobre él. Entonces solo cerró los ojos.
Akutagawa estaba regresando a la casa cuando la señora Fuyumi le sonrió – Ryunosuke-san, ¿fuiste por las compras?
― Si – le sonrió – Atsushi tiene ganas de carne
― Me alegra, ya no les ha pasado nada ¿no es así?
― Terminamos de arreglar la casa, todo va bien ¿Por qué? necesita que reparé algo para usted
― Oh no querido gracias, y
Ambos adultos se cayeron al escuchar el grito agudo de Atsushi, Akutagawa corrió rápidamente a la casa. Allí encontró al pequeño Atsushi llorando y gritando casi petrificado. Atsushi tocia, el pequeño Ryunosuke estaba asustado, temblando mientras miraba a Atsushi. – Jinko – le llamo el mafioso.
― Aku...tagawa... re-revísalos
― Jinko, tu espalda, estas quemado
― No... no importa, los niños
El mafioso tomo al agente, Atsushi volvió a quejarse, el mafioso dejo al albino boca abajo, rompió lo que quedaba de su camisa – te traeré agua.
― Akutagawa, los niños
― Están bien
El mafioso regreso a la cocina, miro al pequeño Ry quien consolaba a Atsu, suspiro, tomo un poco de hielo y con Rashomon al par de infantes. Rashomon dejo a los niños sobre el mueble de la sala mientras el mafioso regreso a la habitación. En la habitación, coloco una toalla ligeramente gruesa con el hielo encima - ¿Cómo te sientes? ¿Duele?
― Solo un poco
― ¿Qué paso?
― No fue nada, solo fue algo torpe
― Atsu... estaba aterrado
― Si, las quemaduras son horribles...
El mafioso movió el cabello del albino, pudo ver sus ojos rojos por haber llorado – puedes llorar estando conmigo, fuiste muy valiente ¿no es así?
― Solo fue...
― La posición, los niños, ¿a quién empujaste?
― Ry...
― Eres increíblemente valiente Jinko
― Ry no podría quemarse...
― ¿Por qué no?
― Por qué... merecen una infancia increíble
Akutagawa sonrió – déjame vendarte
― ¿Qué debo hacer?
― Solo siéntate
Atsushi se sentó, Akutagawa le ayudaba, juntos lo lograron, Atsushi sonrió adolorido. Akutagawa tomo unas vendas y coloco la punta en su pecho. – Tómala – pidió y el agente sostuvo la punta. Akutagawa pasó sus brazos por los costados del agente y fue enredando. Atsushi se sonrojo, podía ver el remolino en la cabeza de Akutagawa, y sonrió. El mafioso termino, puso seguros en el vendaje y miro al albino - ¿Qué pasa?
― Nada, estaba pensando en lo bueno que eres
El mafioso se sonrojo - ¿lo crees?
― Si, si te hubiera tenido a mi lado en aquel tiempo, quizá ahora no estaría tan asustado
El mafioso sonrió – sí, creo lo mismo.
Ambos pequeños niños estaban asomados en la puerta, el mafioso los miro – vengan – les llamo y ambos corrieron junto a ellos – no toquen a Jinko, está herido – dijo rápidamente.
Ry se puso enfrente con lágrimas en sus ojos y lo miro serio – Atsusi, lo siento
― Está bien Ry-chan – sonrió el albino – me curaré pronto
Ry tomo el brazo del albino con fuerza, el pequeño Atsushi no lo había soltado desde que pudo tocarlo – bien, ¿comemos? – menciono el mafioso, moría de hambre
― ¡comida! – gritaron ambos niños.
Los días no daban tanto miedo ahora.
...
No había notado que está historia es tan seguida... ¡Gracias por sus vistas!
No me canso de decir lo increible que son cada uno de ustedes los lectores
¡Mil gracias por leer!
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