19. Brillar en el camino de la oscuridad

Caminaban devuelta a la casa, estaba oscuro y las luces apagadas, entraron sigilosos, no querían despertar a los niños, Atsushi fue quien encontró la nota en la mesa del comedor "fuimos con Hazz y Treboll. Los amamos" – estos niños.... ¿Cómo salen así como así? Además los Akutagawa podrían ser descubiertos – Atsushi tomo sus llaves – iré por ellos

― Jinko – le llamo tomándole el brazo para detenerlo

― ¿Qué? no sabemos a qué hora se fueron y

― Hazz y Treboll me llamaron, los niños le llamaron a ellos y ellos los llevaron a su casa

― Pero

― Todo está bien

― ¿pero para que nos quedamos? Solo vamos por ellos

― ¿no querías un día de descanso?

― Si pero eso será cuando resolvamos lo de los niños – se quejo

― Ven aquí – menciono pero realmente jalo al albino aplastándolo contra su pecho – dame un abrazo

― A-Akutagawa – dijo sonrojado. Se acomodó en su pecho y miro desde su pecho – tu corazón late muy rápido

― Que tonterías, un mafioso no tiene corazón

Atsushi miro a otro lado, - ooh entonces, supongo que no me quieres a tu lado – menciono burlón, ocultaba su rostro burlón

― No, no – le jalo de nuevo

Ambos chicos se sonrojaron se alejaron un poco y miraron a otro lado, aun no estaban acostumbrados a ello. Miraron a otro lado avergonzados, estaban incomodos, Atsushi tallo su brazo quería terminar con aquel sentimiento, suspiro. Ya no sabía que hacer o como moverse. Akutagawa lo miro, acaba de notar que sus alturas no eran diferentes más que por un par de centímetros, pero siempre lo miraba por abajo ¿Por qué? bueno Atsushi siempre estaba en jorobado y con la mirada baja, mientras él siempre estaba recto y con mirada alta. Quizá eso lo hacía ver más tierno.

Akutagawa alzo su mano tomando la barbilla del albino - ¿qu-que haces?

― No lo sé...

El azabache pudo ver mejor los ojos del albino – tus ojos son lindos

― Gra-gracias... - trago saliva tomando la mano del azabache – los tuyos, también

― Mmmh...

― ¿qu-que? ¿dije algo malo?

El mayor lo beso, no fue profundo solo fue un toque de labios y volvió a mirar al albino – te pusiste rojo

― E-es porque e-eres lindo...

Akutagawa volvió a besar los labios del albino, Atsushi contrajo sus brazos a su pecho, tomaba sus manos nervioso y movió su cabeza, el azabache hizo muecas por aquella acción pero no desaprovecho, ajusto un abrazo propenso de la cintura de Atsushi y acomodo su cabeza en su cuello, comenzando a rosar el cuello del albino. Atsushi se alejó pero el abrazo del azabache solo le hizo tener un golpe en su cadera, el azabache aprovecho eso para morder su hombro - ¡ah! – Grito adolorido - ¿po-por qué muerdes?

― Eres delicioso...

― ¿eh? – pregunto el albino

El azabache continuo mordisqueando el cuello de Atsushi, el albino trago saliva mientras, el azabache lo tenía bien atado entre sus brazos. El menor intentaba zafarse tomando los brazos del mayor para abrirse camino o jalando su abrigo – Jinko – le llamo recargado en su hombro – si sigues así me desnudarás ¿tanto quieres que lo hagamos?

El albino se puso completamente rojo – Ry-Ryu...

― ¿si?

― ¿qu-que significa "hacerlo"?

― ¿eh?

― Ta-también e-esa vez di-dijiste... lo de sexo – le miro confundido – es que... ¿po-por que hacerlo? Ambos somos chicos, ¿ne-necesitas confirmarlo?

Akutagawa lo miro sorprendido, llevo su mano a su frente y tallo su rostro, no podía creerlo que el albino decía. Volvió a tomar al albino en un abrazo – a veces olvido que has estado solo estos años

― ¿e-eh?

― Hacerlo o tener sexo – menciono el azabache – es unir nuestros cuerpos, más allá de un abrazo

― ¿t-tu qui-quieres llegar a ta-tanto conmigo?

― Si – respondió firme y acariciando su mejilla había tomado su mechón largo.

Atsushi arrullo su mejilla en la mano del azabache, como si fuese un gatito – confió en ti

― ¿vamos a la habitación?

― Si, está bien

Tomaron sus manos, el azabache llevo al albino a la habitación, le pidió cerrar las ventanas mientras fue al baño, se sostuvo de la bañera y respiro profundo – Jinko dijo que estaba bien, dijo que confiaba. – Palmeo sus mejillas – Dazai-san te enseño de esto Akutagawa Ryunosuke, sabes que hacer – trago saliva – pero debe ser diferente con un chico... - tomo su celular y busco en internet en ese momento no quería desaprovechar el momento.

Atsushi miraba la habitación, estaba vacía con el simple piso de madera y suspiro – cuando era más pequeño... leí una historia romántica – se decía así mismo el albino – ella dijo que era romántico unir su cuerpo con la persona que amaba, él... mmmh... - pensó un momento – romántico...

Atsushi salió de la habitación, aprovecho que el mafioso seguía en el baño y fue a la cocina, había tomado algunas cosas de la alacena y volvió a la habitación. Acomodo los futones y puso velas en sillas con platos con agua, así no provocaría un incendio, dejo unas mandarinas cercas para dar un buen olor, sonrió de lo que había hecho y apago las luces.

El mafioso no tardó mucho en entrar después de eso y se sonrojo al ver la habitación a oscuras y decorada – Jinko esto

― Cu-cuando era pequeño, leí un libro y de-decía que unirse debe ser rom-romántico

El azabache le miro sorprendido, tomo la mandíbula del agente con delicadeza y con ambas manos – daré lo mejor – unió sus labios a los suyos, Atsushi le miro de nuevo sorprendido, no estaba acostumbrado a la delicadeza y todo le hacía sentir sorprendido. Jalo sus hombros hacia abajo mientras se agachaban, se recostaron sobre los futones. El mayor le miro, estaba sonrojado y nervioso

― A-Akutagawa

― ¿Qué? ¿estas incomodo?

― So-solo... n-no sé qué hacer

― No tienes que hacer nada – menciono y miro al albino incomodo - ¿Qué tal si nos quitamos la ropa juntos?

― S-si...

Atsushi seguía nervioso, así que comenzó por quitarse los guantes, el mafioso aunque odiaba quitarse la ropa sabía que por los niños no tenía su habilidad. Así que decidió hacerlo lo mismo comenzando por su abrigo. Atsushi quito su corbata y trago saliva sabiendo que seguía su camisa, el azabache apenas quitaba el pañuelo de su cuello cuando lo vio el doble de rojo - ¿Qué te pasa ahora?

― Te-tengo que qui-quitármela

― ¿quitártela?

― La ca-camisa...

― Hazlo – sugirió algo molesto. Atsushi negro repetidas veces con la cabeza - ¿te ayudo? – pregunto más animado y el albino asintió repetidas veces con la cabeza – eres un minino – dijo divertido

Se acercó tomando los botones del albino, Atsushi estaba rojo pero se dejó, el azabache fue abriendo cada botón hasta terminar con la camisa, se dio el lujo de bajar los suspensores por sus hombros, el albino había cerrado con fuerza sus ojos, así que el simplemente aprovecho la situación para acercarse y besar su clavícula – A-Akutagawa – se quejó mirándolo

― Dijiste que confiabas

Atsushi se puso todavía más rojo - ¿pu-puedo hacerlo también? – el azabache se alejó abriendo sus brazos

― Adelante – dijo sonriente

El agente desabotono la camisa del mafioso, Atsushi no tuvo reparos ni vergüenza para tocar la piel desnuda del azabache, su pecho era firme y delgado dándole curiosidad, ni siquiera se había percatado pero en Akutagawa solo venia la frase "si yo lo hago soy una pervertido, y él me toquetea"

Atsushi dio cuenta de su asunto y se separó – lo la-lamento – dijo avergonzado

― Está bien, eso fue lindo y – acaricio la cintura del albino bajando a su cadera y viendo sus quemaduras – esto...

― Po-podrías...

― ¿te incomoda?

― No – dijo firme tomando su mano, poniéndole su mano en sus quemaduras – amo cuando tocas mis heridas...

― ¿Po-porque?

― Por qué... me alegra que seas tu

Akutagawa tomo su cadera mientras volvía a besar al albino, entre el beso logro entrar en su boca sorprendiendo al albino pero sintiéndose especialmente bien, ambos volvieron a caer sobre el futon mientras el beso los enredaba más, las manos corrían por los cuerpos entre abrazos y caricias, las piernas se entrelazaban.

Atsushi arqueo su espalda, el azabache aprovecho para dejar sus rodillas debajo - ¿A-Akutagawa?

― Quitaré tus pantalones – Atsushi tapo su boca avergonzado

― S-si – dijo sonriente

Desabrocho el pantalón, el albino se sonrojaba más, jalo el pantalón para ir bajándolo y sacarlo, no pudo evitar viendo al albino completo, su ropa interior solo era un bóxer negro, nada del otro mundo, el llevaba uno igual, pero el rostro del albino, su sonrojar y sus ganas de estar juntos lo emocionaba como si fuera algo de otro mundo

Atsushi se levantó con sus brazos para verlo - ¿es-esto está bien?

― ¿lo quieres?

― S-si...

― Yo también

― Entonces... Está bien ¿verdad?

― Si, está bien

Volvieron a besarse, Atsushi tomo sus mejillas para jalarlo hacia él, acostados, el azabache aprovechaba el beso para meter su mano en el bóxer del albino para tocar sus glúteos. Atsushi puso firme su cuerpo pero se relajó abrazando al albino de nuevo. – Estas siendo muy bueno – exclamo el azabache

― Cállate y bésame, perro silencioso

Akutagawa no pudo evitar reír, apretó el glúteo del albino haciéndolo gemir con fuerza, Atsushi tapo su boca avergonzado - ¿Qué decías?

― Ca-cállate – pidió de nuevo

Volvieron a besarse, está vez el azabache fue más allá acariciando el pequeño círculo del albino, Atsushi comenzó a gemir, el azabache se levantó ligeramente, en su abrigo tenia lo que le hacía falta, el lubricante. – quítate tu ropa interior

― E-eso no es justo... - dijo mirando a otro lado – tu aun tienes los pantalones puestos

El azabache suspiro cansado, se paró quitándose el pantalón y lo lanzo a un lado - ¿mejor? – Atsushi asintió repetidas veces y nervioso – quítatelo

― e-es... vergonzoso

― déjamelo a mí, acuéstate boca abajo – pidió, Atsushi se volteo

El mafioso tomo el bóxer del albino, no lo quito del todo, solo lo movió lo suficiente para hacer que su trasero se levantará – relájate – pidió el azabache. Atsushi tomo las sabanas del futon y respiro. El mayor simplemente puso un poco de lubricante mientras lo acariciaba, Atsushi había comenzado a gemir de manera rítmica, Akutagawa estaba tomándose su tiempo.

― O-Oye

― No hables

― Es q-que se si-siente caliente y un-una presión

― Entonces... déjala salir

― Pe-pero

― Solo hazlo

Atsushi apretó las sabanas, el azabache pudo ver como su cuerpo sufrió de un fuerte espasmo y como se terminó de relajar – me alegra que te sientas bien

― E-es ve-vergonzoso

Se acercó por la espalda del albino, hablo a su oído – Atsushi, - el albino se encogió de hombros - ¿puedo entrar? – Atsushi no respondió solo asintió lento con la cabeza. Quito la ropa interior. Akutagawa se acomodó en la espalda del albino, Atsushi se quejó ligeramente, estaba teniendo el cuerpo de Akutagawa encima, suspiro un poco más tranquilo, sabía que eso era lo ideal para ese momento pero no podía evitar sentir ganas de vomitar por los nervios tan enormes que tenía. El mayor tomaba sus glúteos con facilidad, mientras colocaba su miembro entre ellos, Atsushi se sintió aún más nervioso de ello. El mafioso lo notó, así que se acercó al albino pasando sus brazos por su pecho y sosteniéndolo por sus hombros casi en una cadena de abrazo – estarás bien

― L-lo sé... pero me siento nervioso...

Akutagawa beso su nuca y cabeza - ¿y si te lleno de besos? Podemos dejarlo para otra

― N-no... - Atsushi lo volteo a ver – por favor, no sé qué pasará con mi cuerpo si no te tengo

El mayor se sonrojo, su cara era completamente roja, no pudo evitar toser, que Atsushi dijera tales palabras lo emocionaba de más. Entro lento, Atsushi soltaba uno que otro quejido mientras entraba, sostuvo su barbilla para que no se golpeará en el futon. Atsushi gemía con más fuerza mientras más se adentraba hasta que llego a meterlo todo, el azabache se acomodó por el hombro del albino - ¿estás bien? – le pregunto viéndolo con los ojos cerrados.

― Es-estoy bien, es doloroso pero... e-es increíble

― Te amo Atsushi...

― ¿Q-que di-dices? – expreso ocultando su rostro en el futon

Comenzó a moverse haciendo que el albino saliera de su escondite como avestruz. Los gemidos de Atsushi subieron, él tampoco podía evitar gemir al entrar con más velocidad, Atsushi se movía junto con Akutagawa. El mafioso sostuvo la cadera del albino para poder entrar mejor. Atsushi apretaba las sabanas mientras gemía. Volteo a ver al azabache, pudo verlo lo más concentrado que jamás pensó, Akutagawa estaba esforzándose por no dañarlo, Atsushi sonrió enternecido, el mayor mafioso sin cuidado y peligroso estaba concentrado completamente en no lastimarlo. Dejo salir una dulce risilla que hizo al mafioso mirarle - ¿Qué?

― Ryu... e-eres de lo más dul-dulce

― Jinko...

― Qui-quiero abrazarte, por favor

Akutagawa salió un momento llevándose el quejido de Atsushi. Volteo al albino y Atsushi rápidamente lo abrazo, lo sostuvo en sus brazos volviendo a entrar. Atsushi gimió con fuerza cuando volvió a entrar. Ahora los dos podían verse y moverse, volvieron a besarse mientras se movían juntos, sudaban mientras se rosaban y disfrutaban. Los minutos avanzaron y ambos gritaron al finalizar. La noche había sido larga para ambos.

Atsushi despertó y se asustó de ver al mafioso a su lado, se sonrojo y sonrió – cierto... pasamos la noche juntos

― Si, ahora guarda silencio – se quejó el mafioso con sus ojos cerrados

― De-debo ir por los niños

― Llamaré a Hazz y Treboll para que los traigan

― Ryu

― Dudo que puedas mover tu parte baja con facilidad

― ¿y de quien es la culpa?

El azabache se levantó suspirando – bien, iré por ellos.

― Gracias

El azabache se levantó poniéndose su pantalón, el albino miro la espalda del azabache, la tenía rasguñada, se sonrojo mirando a otro lado - ¿vamos ju-juntos?

― Si puedes levantarte

― Engreído

Atsushi se levantó, sintió la punzada en su cadera pero no era difícil, continuo. Se vistieron, el azabache ayudo al albino a terminar de vestirse y peino su cabello – eres hermoso mi pequeño

― Ca-cállate, me avergüenzo

― Lo sé – dijo divertido

Salieron juntos tomados de la mano, estaban felices, muy felices. Habían ido por los niños, Ry y Ono saltaron sobre Atsushi y el albino sonrió aunque le ardió la espalda por ello. Atsu pidió a Akutagawa que lo cargará. Dieron las gracias y pasearon por los campos mientras iban a casa - ¿Cómo la pasaron niños?

― Bien – dijeron los Akutagawa alegres

― Hazz y Treboll nos dieron galletitas para cenar

― Que rico – dijo Atsushi alegre

― ¿ustedes? ¿están mejor?

― ¿eh?

― Es porque nosotros nos sentimos aliviados

― Al fin encontraron el amor ¿verdad?

Ambos chicos se miraron – si – respondieron juntos

Atsu se acurruco en el pecho del azabache. Ry y Ono abrazaron a Atsushi – Gracias – dijeron los niños sonrientes

Los tres niños brillaron, desaparecieron frente a ellos. Los mayores se miraron, habían cumplido su misión

...

Habían pasado varios días donde habían vuelto a Yokohama, Atsushi tomaba su bolso para salir de su turno – Atsushi-kun ¿quieres ir conmigo por sake?

― Lo siento Dazai-san, tengo planes – Atsushi salió casi volando del lugar

― Rampo-san ¿fui rechazado?

― Si, - puso una paleta en su boca – su misión era simple, ser feliz

― Por lo menos recuperaron sus habilidades, pero tenerlos en una misma casa... Rampo-san es cruel

― ¿me traerías dulces? – Dazai suspiro. Rampo no tenía remedio.

Atsushi llego al centro, Akutagawa miraba su reloj cuando el albino llego por un lado abrazándolo – Ryuuu – dijo alegre

― Jinko, tardaste

― Tenía trabajo pendiente – dijo alegre. Akutagawa sonrió

― Vamos a cenar

― Si

Tomaron sus manos, no era lo mejor ni era la gran cosa, pero eran el brillo en el camino oscuro de sus vidas. 



...

Hemos llegado al final... Basandome en uno de mis personajes esto fue emocionante, darle realismo a algo que escribí y sacar ese niño interno de dos chicos con grandes problemas pasados.

Soy una persona que aprende del pasado y mira el presenté, disfrutar el día a día es lo mejor, no les negaré que a veces el pasado llega y duele de nuevo pero oigan, es una vida de mierda ¿no es mejor concentrarse en lo bueno? lo malo solo llega para darnos algo bueno pero aunque esos pequeños trozos o minutos o segundos de alegría sean tan... cortos y pocos. 

Son todo lo que necesito para vivir en armonía.

¡Gracias por leer!

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