17. Pequeñas charlas

Los ruidos y escándalos en la casa de al lado preocupaban a la señora Fuyumi, así que como toda vecina buena onda, fue a la casa, donde toco varias veces la puerta. Atsushi la abrió después de unos momentos, la señora Fuyumi se sorprendió, lo miro, tenía rasguños en los hombros y la camisa jalada – Fuyumi-san ¿Qué la trae por aquí? – pregunto mientras se arreglaba el suspensor de su pantalón en su hombro

― Bueno... llevan días con mucho ruido y quería saber si estaban bien

― Oh sí, es que Ryunosuke y yo practicamos... yoga

― ¿Yoga?

― Si, si, muy relajante

― ¿Por qué estás tan agitado?

― Es-estiramientos

― Chicos... ustedes

― ¡AY SEÑORA FUYUMI DEJENOS TENER SEXO! – grito el azabache desde dentro de la casa poniendo al albino completamente rojo

― ¡CALLATE RYUNOSUKE!

― Oh my... - la señora Fuyumi tapo su boca – cariño ¿necesitan vaselina?

― ¿Qué? ¡NO! – grito Atsushi más rojo – señora Fuyumi no se preocupe – pidió ocultando su rostro

Despues de una corta explicación, la señora Fuyumi regreso a su casa mientras Atsushi entró a su casa - ¿Por qué hiciste eso? – se quejó el albino

― Creí que así podrías dejarte más fácil

― Ya deja estás cosas, te dije que no

― Estas haciéndote el difícil, pero lo quieres

― No, es no

― Y a mí me gusta lo difícil

― Realmente lo quiere – menciono Atsu y miro a los pequeños Ry y Ono encerrados – bestias

― Como sea, ahora menos podemos salir – suspiro Atsushi

― ¿quieres salir? Salgamos, tengamos una cita

― Akutagawa Ryunosuke, el perro rabioso de la port mafia, emocionado por una cita con un agente al cual juro matar en seis meses – explico Atsu

― Sabes tú versión chiquita está pasándose – menciono molesto

― Ahora que lo pienso, Atsu, has estado molesto ¿pasa algo?

― No pasa nada.

― Vamos Atsu – Atsushi se sentó en el piso al lado del pequeño albino. - ¿Qué pasa?

― Mis pies... - menciono tallando sus pies

― ¿tus pies? ¿Qué pasa? – sintió un bulto, el azabache estaba encima de él abrazándolo – Ryunosuke...

― ¿te duelen los pies? ¿es por algo del pasado? – pregunto el mafioso. Atsushi entendió

― Oh entiendo... - Atsushi se quitó sus botas – no hay marcas – menciono mostrándole

― ¿marcas por qué? – pregunto el azabache

― Se me clavaron clavos... por robar – menciono nostálgico

― ¿clavos? ¿Por qué? ¿eres Jehova? Esto no es cazadores y demonios

― ¿Por qué debemos recordar estas cosas? ¿Por qué... no pude tener una infancia normal? – miro a ambos adultos - ¿Por qué no puedo ver a mis padres? ¿no me querían?

Atsushi bajo la cabeza, no sabía que decir. Akutagawa bajo de la espalda del albino y acaricio la cabeza de ambos – escuchen, Jinko no pudo evitarlo – menciono mirándolo, - pero ahora tienen más, muchísimo más. Un trabajo honorable, de... una paga aceptable

― Oye – se quejo

― Y – abrazo a los albinos para tenerlos en sus hombros – alguien que le gustas

Ambos albinos se pusieron completamente rojos, huyeron de nuevo – maldición dejen de huir

― ¡sácanos! – gritaron ambos pequeños Akutagawa en el corral

― Ustedes lo arruinan bebes desastrosos

― ¡TU!

Atsushi y Atsu descansaban en la habitación – Atsushi

― ¿si?

― ¿Por qué huyes de Ryu-chan?

― Me pone nervioso... cambio de repente

― No cambio, solo que estabas acostumbrado a que Ry-chan lo hiciera, no lo viste así por ser un bebé

Atsushi se sonrojo y miro a su pequeña versión – Atsu, ¿quieres a Ryunosuke?

― Si – respondió rápido, seguro y alegre

― ¿Por qué?

― Es un chico increíble

― ¿Por qué?

― Vivió en las calles, es rudo, no le teme a la muerte, ni a matar a la gente pero... no dudaría en pasar un día completo vestido como un gatito solo por vernos sonreír, quiere protegernos

Atsushi suspiro – sí, tienes razón – menciono alegre – recuerdo como estabas vestido todo lindo la primera vez que te ví

― Me cuido muchísimo

― Y no te dejo caer, pudo haberte matado

― Pero no me mato – menciono en gran sonrisa

― Es un gran chico... ¿no?

― Además cuando te enojas se pone a tus pies

― Bueno... e-eso fue porque...

― Porque estaba muy enojado porque te gusta

Atsushi se sonrojo completamente – me... ¿gusta Ryunosuke?

― A mí me gusta mucho – dijo Atsu alegre

― Cambiando de tema... - miro hacia otro lado – además de los pies... ¿Qué más recuerdas?

― El miedo a la electricidad

― Oh...

― Atsusi... ¿no quieres superarlo?

― No es solo superarlo... - suspiro – es difícil...

― Sabes... Ry, Ono y yo tenemos un tiempo límite – le miro - confió en ti Atsusi

Akutagawa logro abrir la puerta con ayuda de Rashomon y los dos pequeños, los albinos los miraron sorprendido - ¡vamos a hacer esto! ¡Quieran o no!

Los albinos salieron por la ventana, los azabaches los siguieron, corrían por todo el pastizal atrás de su casa, corrían y jugaban entre los cinco, Akutagawa seguía intentando llegar más allá con Atsushi pero para el albino aun no había logrado superar nada. Aun así, los días eran cada vez más divertidos estando juntos. 



...

Esté capítulo es corto lo sé pero ya estoy escribiendo el final, y si, el final llega en el capítulo 19. estoy pensando en llegar al capítulo 20 con un relleno, y bueno tampoco sería relleno por que habia pensando en un extra...

¡Como sea, ya va a terminar está historia! 

¡Gracias por leer!


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