Después de una larga noche de tormenta, sale el sol alumbrando esa cálida mañana de otoño, pero para algunos, este día se presentaba frío y oscuro. El joven se encontraba en casa, se disponía a ir a la escuela por muy pocas ganas que tuviera. Justo antes de salir, un escalofrío le recorre toda la espalda y nota una presencia.

—¿Quién hay ahí?—Pregunta con voz firme, sin dejarse intimidar por la sombra que acaba de aparecer frente a él.

—Me llaman Mephiles the Dark—Responde un erizo negro con betas azul pálido.

Shadow sabía que aquel extraño ser sin boca no era normal y estaba totalmente seguro de que no había venido a hacer amigos.

—¿Qué es lo que quieres?—Cuestiona sin tener en cuenta el hecho de que había entrado en su casa sin permiso alguno.

—Te ofrezco la posibilidad de tener la venganza que ella se merece.

—¿D-de qué hablas?

—Sabes de lo que hablo.—Bufa acercándose más a él—Ella no debería estar viva y me refiero literalmente. Yo tengo que mandarla de vuelta al lugar al que pertenece y dudo que pueda encontrar mejor aliado que tú.

El chico observa a la misteriosa criatura asimilando lo que acababa de decir. Es una historia poco creíble, pero aquella aura maligna que desprendía su invitado le hace cambiar de idea, aunque hay algo que no le cuadra...

—¿Por qué necesitas mi ayuda? ¿Es que no puedes hacerlo solo? ¿Dónde está la trampa?

—No hay trampa.—Contesta con mirada desafiante—Podría acabar con ella en un abrir y cerrar de ojos. Pero quiero que sufra... Eso es lo único que me divierte en mi amarga inmortalidad. ¿Qué me dices?

—.......¿Qué tengo que hacer?

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Me despierto sobresaltada por el sueño que acabo de tener, o más bien, recuerdo. Creo que mientras siga viva, soñaré todas las noches con mis recuerdos. Si al menos tuviera alguno agradable...
Al mirar a la izquierda, me encuentro con un asiento vacío. Creo que eso es más aterrador que todos mis recuerdos juntos, pues no es normal que Sonic se valla sin avisar. Bajo del coche enseguida y empiezo a gritar su nombre como una histérica. Me dispongo a correr por el andén de la carretera intentado hallar una pista sobre donde se encuentra mi compañero de viaje, pero por suerte abandono la idea al verlo frente a mí con una bolsa con comida.

—¿Qué haces?—Pregunta al verme tan asustada.

—P-pensaba que te había ocurrido algo... ¡¿Cómo se te ocurre irte sin avisar?!

—Ví una tienda, paré para comprar algo y como aún estabas durmiendo no quería despertarte...—Para de hablar cuando nota que los ojos se me llenan de lágrimas.

—Deberías haberme despertado.

Simplemente no puedo evitarlo. Estoy estresada, y esa pesadilla no me ha sentado nada bien.

—Amy...—Se acerca a mí y acaricia mi mejilla tiernamente consolandome.—Todo saldrá bien, confía en mí.

Confío en ti, pero tu no deberías de confiar en mi. Después de todo, aún no te he dicho que mis días están contados y que me queda poco tiempo...
Me pongo de puntillas para darle un beso que él responde sin problemas. Quería hacerlo, me quedé con ganas de más cuando me besó por primera vez y quería repetirlo, pero la situación no a parado de complicarse. Todo el estrés acumulado desaperce por unos apasionados momentos, no sé cuánto tiempo pasó, ya que cuando estoy con él es como si el planeta se detuviese.

—¿Quieres continuar?—Murmura aún con sus manos rodeando mi cintura.

—Estoy muy cansada.

—Te llevaré a un sitio que te gustará. Contesta con una sonrisa.

El viaje en coche fue menos incomodo esta vez. Nos pasamos el camino bromeando y riendo ya que el ambiente se había calmado un poco, además hace un día estupendo y algo me dice que vamos a disfrutarlo.
Horas después para el auto en mitad del bosque. Al principio pienso que se ha quedado sin combustible, perl en verdad él quería llegar aquí. Un gran bosque, a cientos de kilómetros de la ciudad más cercana.

—Por aquí.—grita indicando que le siguiera.

Siento curiosidad por saber a donde me lleva. Por otro lado, no me importa, me siento tranquila en el bosque. No es el bosque, más que nada es porque no hay más gente alrededor. Su puede decir que nunca he sido muy sociable y hecho de que él conozca un sitio así me dice que él tampoco, aunque tan solo sé de su vida un poco más de lo que había escrito en su expediente del infierno. No es que no me interese su vida, pero no quiero agobiarle. A mi no me gustaría que me preguntara por mi pasado, me costó mucho decirle lo de mis padres y no voy a abligarle a contarme algo así si el no quiere.

—Vale, ya hemos llegado.

Levanto la vista para admirar un hermoso lago de agua cristalina que se entiende entre las montañas. En la orilla de el lago se encuentra una cabaña vieja y medio en ruinas que me llama la atención.

—Es un lugar fantástico.

—Me alegro de que te guste. Podemos pasar la noche aquí y mañana continuar.

—Está bien—Suspiro pesadamente mientras me siento sobre la hierba.

—Iré a buscar algo de leña, enseguida vuelvo.

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Esto se lo voy a dedicar a @MicielaNoemi que al parecer tenía muchas ganas de que actualizara...
Si es que vuestras amenazas de muerte me llegan al kokoro <3

Bueno, ya sé que no ha pasado nada en este capítulo, pero el siguiente será bastante emocionante... no voy a haceros spoiler, pero os lo perdáis porque la cosa se va a poner intensa.