El Odio

El joven se despertó rápidamente al sentir algo frío y metálico rozando su cuello. Al abrir los ojos se encuentra con el rostro de Amy a escasos centímetros del suyo, con una expresión fría, es más, no parecía ella, estaba...ausente.

—¿Ames?

La chica no reacciona ante su llamada. Sus ojos que hacía un tiempo reflejaban alegría, ahora están grises y muertos.

Amy, ¡Amy!

Esta vez, la pelirosa se mueve para sacar el cuchillo que se había clavado en la tierra a literalmente un milímetro del cuello del erizo. Se limita a sostenerlo en frente de él con la mano temblorosa como si algo le impidiera controlar su cuerpo, o...más bien...alguien.

Aléjate de mí.—Susurra con dificultad.

El chico se levanta preocupado y a la vez enfadado de que ese monstruo estuviera controlando a la persona que él considera que es la más importante de su vida.

—¿¡Qué le estás haciendo?!—Pregunta a la sombra que se va acercando.

—Solo le estoy ayudando—Responde el dominio en tono de sarcasmo.—¿No es lo que querías?

Sonic voltea para mirar a Amy quien tiene la cara llena de lágrimas pero aún así sigue con su expresión neutral.

—No... así no.

—¿Y crees que de otra manera será capaz de hacerlo?—Mientras decía esto, le lanza una mirada a la chica quien acto seguido se levanta como si fuera una muñeca de juguete a la que acababan de darle cuerda.

El chico retrocede lentamente intentando hacer entrar en sí, pero esta está totalmente dominada. La espalda del joven choca contra el tronco de un árbol. Le es imposible huir de ella. Solo por Amy lo había arriesgado todo, no podía dejarla sola para salvar una vida que sabía que no podría disfrutar sin ella.

De nuevo, el arma volvió a pasar cerca de su cuerpo pero sin llegar a tocarlo. El abominable ser gruñe enfurecido al ver que aún no ha logrado matarlo.

—¿Otra vez? ¡¿Pero qué ocurre?!

Por mucho que controlara su cuerpo, la chica se negaba a hacerle ningún daño. Aquel echo le hace sentir vulnerabilidad. ¿Acaso sus poderes no eran lo suficientemente fuertes para castigar a esa traidora? Poco a poco su cuerpo volvió a su estado original, un erizo negro de betas azul pálido. Todo esto le distrajo por lo que no ve llegar a Sonic quien le golpea con su puño haciéndole caer al suelo.

Déjale en paz...¡ahora!—Exige refiriéndose a su amada.

—Ella no debería estar aquí... ¿no lo entiendes, idiota?

—Deja de hacerle sufrir si no quieres que siga humillandote.—Responde poniendo un pie sobre la espalda de Melphiles, impidiendo que este pudiera levantarse.

—Yo solo cumplo órdenes...—Sigue el demonio en tono neutral intentado incorporarse pero su dignidad no le dejaba suplicar aún sabiendo que aquel mortal le golpearía como si fuera capaz de matar a un ser que ya estaba muerto. Por suerte para él, alguien llegó interrumpiendo ese momento.

—Sabía que no podía confiar en ti—Comenta el de betas rojas.—La venganza debe realizarla uno mismo.

Un escalofrío recorre la espalda del ojiverde al oír el tonto de esa voz ronca, por lo que dejó de atender a su víctima para darse la vuelta y así encontrar a Shadow agarrando a su compañera del brazo, con un cuchillo posado sobre su cuello, amenazando con acabar con ella.

—No lo hagas.

—¿Estás loco? ¿Sabes cuanto tiempo llevo esperando esto? Debí buscarla, debí hacer esto mucho antes, pero fui un cobarde. Ahora si, es más, creo que empezaré contigo. Me has dado demasiados problemas, además, a ella no le importará esperar.—Comenta con ironía, ya que Amy sigue sin reaccionar.

Se acerca a Sonic rápidamente pero este esquiva sus ataques, llevándose tan solo unos pequeños arañazos que él no le intimidan. El peliazul patea al azabache quien rueda por el suelo. El cuchillo cae cerca da su cuerpo, por eso, justo cuando Sonic va a cogerlo, el otro es capaz de empujarlo hasta conseguir colocarse encima de él dejándolo inmovilizado. Alcanza el cuchillo y deja ver una sonrisa dibujada en sus labios, algo que nadie esperaba que volviera a mostrar después de aquel día en que su felicidad fue destruida por completo, pero por fin, iba a tener su tan ansiada venganza.

—¡No!

En ese momento, la eriza de pelo rosado se abalanza sobre él, impidiendo que dañara a la persona que ama. Esta cae sobre él, con aspecto de agotamiento.

Amy, ¿estás bien?—Pregunta poniéndose de pie. Le ofrece la mano a la chica para ayudarla a levantarse, pero esta se lo rechaza y se limita a estar sentada con las rodillas dobladas y ambas manos sobre el pecho—¿Amy?—Pregunta confundido.

La joven aparta lentamente las manos dejando ver una gran mancha roja que tiñe su vestido, volviéndolo de un rojo más fuerte. Amy se mira las manos manchadas y sonríe antes de mirar al chico que se arrodilla frente a ella preocupado.

—No... No, por favor, aún no es el momento... No te vallas.

—Jura que no intentarás venir conmigo.

—¿Qué dices? ¿Qué voy a hacer sin...?

Ssh—Sisea poniendo un dedo sobre sus labios.

El tacto de su piel fría le dice al joven que ya no podía retrasar más el momento. Incluso Melphiles había desaparecido par regresar al infierno con la humillación de no haber cumplido con su obligación. Pero...ya no había nada más que hacer.

El cuerpo de la eriza comienza a desvanecerse cómo si fuera polvo, como si nunca hubiese existido. Algo tan extraordinario que lleva a que Sonic llegue a preguntarse si todo lo ocurrido había sido real o simplemente era lo que en un principio había creído, que estaba loco.

Shadow admira la escena victorioso, casi sin esperar que el dolor desgarrador y el odio que siente Sonic por su despedida, lo agarrara del cuello y le apretara con fuerza, evitando entrar el aire.

—N-no...—Tartamudea sin poder respirar.

—¿Por qué iba a tener piedad de ti, eh?

Al azabache le sorprende la expresión de locura de su rival y por unos instantes se arrepiente de todo, pues esto no es lo que María habría querido. Nunca ha sido una buena idea dejarse llevar por el odio.






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Perdón por las faltas de ortografía o expresiones extrañas pero he escrito esto medio dormida u_u'

(No, este no es el final)

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