Capitulo 21
"La vida es como una selva...hay momentos que el camino es visible y en otras ocasiones el camino es confuso y difícil"
—Amelia7celeste
Había llegado el terrible día, me desperté con algo de pánico, cada paso que daba rememoraba lo ocurrido en la noche anterior.
Mi padre había llamado al oficial tan pronto llegó y nos comentó que parte de la investigación incluía a los clientes que mi madre había defendido o incriminado. Joyce se encontraba perturbado y tan pronto los Greenwood se fueron, mi familia se desbordó en la preocupación
En una hora mi padre debía viajar a San Francisco, la sede secundaria de su empresa lo necesitaba y a la vez visitaría la oficina de policía para hablar con aquellos hombres que habían hecho el trabajo sucio.
Me alisté rápidamente y corrí a la cocina a ayudar con el desayuno pero éste ya estaba hecho. Mi padre se encontraba apoyando un brazo en la pared en silencio pero al acercarme noté sus lágrimas. Él estaba llorando, no era la primera vez que veía esto pero aún así dolía.
Sin pensarlo le di un fuerte abrazo, quería transmitirle el mismo apoyo que todos éstos años él me había dado.
—Gracias Tessi —dijo mi padre mirándome con una pequeña sonrisa.
—Estoy aquí para que te apoyes en mí, así como yo lo hice. No lo olvides —comenté sonriendo.
Con rapidez ayudé a servir el desayuno, Joyce apareció minutos después pero su bajo ánimo era notable.
—No olvides lo que me decías cuando yo estaba mal—dije mirándolo —. Aunque sientas que el mundo se está derrumbando, no olvides que siempre habrá alguien a tu lado dándote apoyo.
—Jamás lo olvidaré Tess —respondió él un poco mas animado.
Todos estábamos afrontando los hechos, mi madre no había muerto en un accidente. Fue un homicidio, alguien la odiaba al punto de pagarle a alguien por quitarle su preciada vida.
La alejaron de sus hijos, de su esposo, de su familia sin algún motivo porqué dañarle la vida a otra persona no debe ser justificable.
El timbre sonó anunciando la llegada de Derek y con él, los recuerdos de los papeles y su padre. Estaba a punto de hablar cuando fui interrumpida.
—Estaremos bien—dijo Joyce con firmeza.
Sonreí ante su comentario y me despedí de ambos.
Derek me esperaba al lado de su auto, su expresión era triste y distante.
—¿Estás bien?—pregunté depositando un beso en su mejilla.
—Sí , solo estaba pensando en todo—respondió el dándome un abrazo.
—Sabes que te apoyaré.
—Eso me preocupa, si mi padre fue aquel hombre, si fue él. Jamás me lo perdonaría—dijo él frunciendo el ceño.
—Derek, tú no tienes la culpa de las acciones de tu padre, podrás ser un poco arrogante pero no eres un asesino.
Él me dio una linda sonrisa y subimos a su auto, tan pronto llegamos a la preparatoria Raven se lanzó a preguntarme como me encontraba. La verdad no sabía como sentirme al respecto, tenía tantas emociones encontradas pero lo unico en lo que pensaba era en salir adelante y apoyar a quienes me rodeaban.
—Estaré bien —le respondí sonriendo —. Sobretodo creo que sacaré un cinco en la evaluación de literatura de hoy.
—¡Rayos! ¡Se me olvido!—exclamó ella mirando a Craw- Enseñame por favor.
Ambos se alejaron rápidamente hacia el salón de clases. Derek y yo los seguimos despacio, las primeras horas pasaron con lentitud, tan pronto tocaron el timbre de receso tomé la mano de Derek y lo saqué del salón rápidamente.
Me dirigí al patio trasero, la fuente se veía igual de hermosa que siempre y comencé a regar las flores del alrededor. El jardinero siempre dejaba la manguera conectada al agua.
—¿Me ayudas?—pregunté mirándolo.
—¿Ahora te escabulles para arreglar las plantas de la escuela?—preguntó él con diversión.
—Hey, lo dices como si me hubiese escabullido en muchos lugares.
—Lo hiciste —comentó él a mis espaldas.
—¿Si? ¿En donde?
—En mi corazón —respondió el haciéndome voltear a verlo, tan pronto mi mirada chocó con la suya solté una pequeña risotada.
—Me hieres, no es gracioso y justo cuando quería sonar cursi.
—Te ves tierno—comenté mirándolo.
—Soy todo lo contrario a tierno, yo soy—no pudo terminar la frase porqué me lancé a darle un corto beso.
Él comenzó a reír y tan pronto términamos de arreglar el pequeño jardín fuimos a la cafetería por algo de comer. El timbre volvió a sonar y volvimos a clases, éstas pasaron mucho más cómodas que antes. Derek ya no se veía tan callado y eso era algo bueno viniendo de él.
La escuela término y después de despedirme de mis amigos nos montamos en el auto de Derek, la preocupación parecía haberse esfumado así que el viaje a casa fue tranquilo pero tan pronto llegamos todo esto se apagó.
La limusina de Arnold se encontraba estacionada en la entrada, bajamos de su auto y nos adentramos en su casa.
En el interior observamos al mismísimo demonio sentado en el sofá, Adaria y Annette se encontraban frente a él. Sobre la mesa estaban los papeles que debían firmar.
El hombre se levantó y con una cínica sonrisa me miro de pies a cabeza.
—Tessandra West ¿verdad?. Conocí a tu madre, una mujer muy inteligente. Una terrible pérdida—pronunció el hombre con algo de admiración.
—¿Conocías a mi madre?— fue lo unico que logré articular.
—Claro, ella era la abogada de la empresa de mi hermano mayor. Siempre le ayudaba con sus cuentas.
Sus palabras comenzaron a chocar en mi cabeza, un hermano mayor. Con preocupación miré a Derek y éste apretó la mandíbula un poco.
Él no me había hablado mucho de su padre y menos de que tenía un hermano.
¿Y sí no era el padre de Derek sino su hermano?
—Bueno, ven a firmar los papeles, tengo un vuelo preparado dentro de una hora.
—No te firmaré nada hasta que respondas, ¿Tu hermano mayor tiene algo que ver con la muerte de la madre de Tess?
El hombre frunció el ceño al mirar a Derek fijamente sin hablar.
Un dolor se formó en mi pecho y mi cabeza, ésto era demasiado para procesar. No pude más y mis ojos se cerraron cayendo en la inconsciencia.
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